Entre por esa amplia puerta negra al salón lleno de luces estroboscopios, si había algo que detestaba era la forma en que habían cambiado las cosas a algo tan ruidoso, las luces me cegaba y la música me ensordecía, no podía acostumbrarme al ciento por ciento a este cambio tan acelerado, ahora no todos eran bellos por naturaleza, nadie tenía el alma pura, era todo plástico y superficial. Al menos en este lugar podía pasar desapercibido, ya no era extraño encontrar gente “oscura” aunque fuera a la fuerza, su estética, su música de ultratumba, sus pálidos y enfermos rostros, hacían que fuera mucho más fácil sobrevivir en las noches, iba cada vez que tenía ganas de tener sexo con alguien, no me importaba si era hombre o mujer, yo no era humano, había perdido mi alma hace siglos, cuando deje de creer en el ser que supuestamente me dio la vida y me amaba, arrebatándome a mi amada al momento de nacer mi hija…llevándose a lo más preciado de mi vida, alguien así tan sádico y cruel no puede amarte, solo tenerte como peón en su tablero de crueldad, pero esa historia es para otra noche.
Yo era una persona solitaria, me vi forzado a matar gente para sobrevivir, tenía que encontrarla, vagar por el tiempo tenía que valer la pena, estar anexo al mundo debía ser un castigo equivocado, este amor tan puro no podía sobrevivir a la maldad del todopoderoso, ese maldito animal que me transformo en esto cuando me revele.
Bueno me he dado cuenta que no me he presentado mi nombre el Kim jong woon, pero este ha cambiado a lo largo de los años, ahora me hago llamar yesung, he vivido en cada país de este ancho mundo, se hablar casi todos los idiomas, vi caer imperios, ciudades, países, estuve en cada hito importante de los últimos años, no podía quedarme muchos años en un mismo lugar, la gente comenzaba a dudar, porque no envejecía, por que salía de noche, por que entraba con gente a mi casa, pero nadie los veía salir, muchas veces me intentaron de matar, sobretodo en la inquisición, pero logre escapar gracias a los embrujos que puedo hacer con mi mente, soy un ser sobrenatural que es casi inmortal, pero mi debilidad no se las puedo comentar, alguien más puede estar leyendo esto y podría querer acabar conmigo, en nombre de su dios, que me ha desterrado,¿ se nota que tengo cierto recelo hacia él?, solo espero algún día tenerlo frente a mí y preguntarle por qué ha sido así conmigo. Vivir así es solo porque sé que un amor como el mío no puede desaparecer de la tierra, debe volver a mí aunque deba esperar 600 años más.
Volviendo a lo que vine hacer, analizo a todas las posibles personas con las que me pueda acostar, antes era más difícil que ahora, para esto me gusta ocupar mis poderes sobrenaturales, sino mi seducción, aunque a veces es un poco aburrido, sin mucho esfuerzo todos caen frente a mí. Me paro en un rincón oscuro del lugar y fijo mi objetivo, voy caminando frente a ella , su olor dulce me sofoca, la miro unos segundos y me voy, 5 pasos a tras de mi viene ella haciendo el mismo camino que yo subiendo la escalera hasta la habitación en el espacio vip del lugar, cuando entra ya estoy sentado en el borde de la cama, donde ella se abalanza sobre mí, su piel es blanca y suave, sus ojos pintados de negro y de un color verde intenso, es una belleza, sus piernas largas y torneadas, por las cuales mis manos suben levantando el trozo de tela negra que lleva como minifalda, un beso apasionado me planta en la boca, pues mas no le encuentro ningún sabor o emoción, solo quiero saciar la sed de mi cuerpo, con un movimiento delicado la dejo desnuda de su parte intima sin remover la falda, lleva unas medias portaligas de encaje, eso era lo que me gustaba de las chicas de esta subcultura siempre se veían tan sexuales y eran de mente libre sobre el sexo, la doy vuelta en la cama que estaba con un cobertor rojo sangre mi color favorito, sus mejillas estaban sonrojadas por la excitación, sus pupilas dilatadas, baje deslizando mi lengua desde su boca hasta su pecho, me hinque y arranque mi camisa para que ella pudiera tocar mi torso, sus manos volaron por mi pecho, mientras yo besaba los suyos, la palpitación de mi miembro se hacía más intensa y mi pantalón ya comenzaba a molestar, me desabroche y sin preparación previa atravesé el umbral de su vagina, provocándole un grito de dolor, ella estaba húmeda así que pronto paso a sentir placer, la tome con mi fuerza sobrehumana, me acomode al borde de la cama y la senté sobre mi poniendo mis manos en sus caderas moviéndolas rápidamente para mi conforte, luego de varios minutos así, la volví a colocar en la cama, la voltio y separe sus piernas dejando su torso apoyado en la cama y su trasero levantado para sentir el mayor placer posible, sus quejidos llenaban la habitación pidiéndome más, un gemido ensordecedor me indico que ella había llegado a su orgasmo, pronto la seguí yo, me Salí derramando todo en sus bien formadas nalgas y me deje caer a su lado, cansado no estaba, exhausto tampoco, ella me abrazo y apoyo su cabeza en mi pecho, sintió la fuerza de mi respiración, pero noto que algo faltaba en mí y me abrió sus ojos extrañada, pero no dijo nada, pronto me pare, me vestí , me pare, estaba dispuesto a irme, me dirigí hacia la puerta.
-espera- dijo aun agitada- no me dirás cómo te llamas-
-no es necesario que lo sepas, nos veremos otra vez, tuviste suerte por hoy- pensé en matarla, pero aun podía disfrutar una vez más de ese cuerpo hermoso, y aún faltaba días para la luna llena.
-¿volveré a verte?- dijo preocupada.
-sí, volverás a verme, solo no me busques, yo vendré por ti- ella se sonrojo y comenzó a vestirse mientras yo deje la habitación, pasó desapercibido que deje mi marca en su espalda por la excitación, clave mi uña dejando una pequeña cicatriz, con eso ella vendría a mi cada vez que quisiera, ya estaba contaminada con mi ser.
Al bajar las escaleras me fui por el mimos lugar donde entre, las miradas se posaban en mí, era siempre lo mismo, mi belleza era demasiada, pero maldita, camine bajo la luz de los faroles que me llevaron sin rumbo hasta un parque, habían dos personas golpeando a un hombre, parecían que lo estaban asaltando, pase por al lado sin hacer nada, no era mi problema, mi instinto me dijo que volviera la vista, vi los ojos de aquel joven suplicando ayuda, sus ojos eran tan bellos que me dio una puntada en el estómago, era exactamente los mismos ojos de mi amada, fui corriendo y de un golpe a cada uno los deje inconscientes, mientras él se desplomaba en el suelo, lo subí a mi espalda y me fui corriendo a mi gran casa, lo tendí en la cama de una de las habitaciones y lo cure de sus heridas, tenía las manos frágiles, era de baja estatura y hermoso, me sentía desconcertado quería besarlo pero no para obtener algo de él, sino porque me apetecían sus labios, saque esa idea de mi mente, no tenía billetera ni nada que me pudiera hacerlo identificar, era un extraño, me fije en sus ropas y era un estudiante supuse que tenía unos 18 años, moví un poco su chaqueta y encontré el broche con su nombre, tenía el mismo apellido que yo. Su nombre era ryeowook.