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Donde Pertenezco por Judas

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Notas del capitulo:

I did´t!!!!!

e3e

 

 

-“¿Puedes entendernos?”-era lo que preguntaba la enfermera al paciente mediante el lenguaje de señas, pero como en las pruebas anteriores, el joven ni siquiera parecía inmutarse.

                                       

 

Los brillantes ojos esmeralda escrutaban todo a su alrededor, analizando al diverso grupo de personas reunido en aquella habitación. Todo era tan extraño…

 

 

La mujer negó con la cabeza al hombre anciano que había visto ni bien despertó y este le miro inquisitivamente, provocando curiosidad y duda en el mas joven. Se trataron de comunicar con el paciente ni bien despertó, pero el no reaccionaba de ninguna forma.

 

 

Por pedido de su benefactor hizo llamar a un diverso grupo de colegas que no demoraron en realizarle diversas pruebas para comprobar su estado físico y mental. Sus extremidades estaban normales aunque aun persistía el dolor en el tobillo y brazo. Los reflejos reaccionaban a los estímulos correctamente, pero solo había un problema… el muchacho no hablaba, no se expresaba ni parecía comprender la situación en la que se encontraba.

 

 

No respondió a los llamados ni a la comunicación por lenguaje de señas. Las pruebas de audición mostraban que no era sordo y sus cuerdas vocales en perfecto estado denotaban que el joven no poseía impedimentos biológicos para hablar.

 

 

Era como si… hubiera olvidado como comunicarse.

 

 

Dentro del cuarto los cuatro doctores se despidieron silenciosamente prometiendo regresar una vez analizadas mas a fondo las pruebas obtenidas y las que lo estarían en breve, dejando solo a aquel hombre bajo de mirada “te-acercas-y-muerdo” y un adolescente que ni siquiera era capas de pronunciar su propio nombre.

 

 

En su mente Rivaille repasaba las pocas frases que había podido escuchar sobre el estado de salud de ese grano en el culo que reposaba en la cama, observando todo con una estupida cara de asombro similar a la de un mocoso que descubre el mundo fuera de la casa de sus padres.

 

 

Toda esa jerga medica en la que se comunicaban los ancianos era similar a que el hablara de leyes de trabajo digno a un tratante de esclavos, Inútil e innecesario. Aunque logro captar las expresiones más viscerales como: operación, reducción de la presión cerebral, secuelas, pérdida de más capacidades neuronales, coma, muerte en la sala de operaciones, etc. Las posibles soluciones al problema le disgustaban al ser conciente de que el y su auto eran los culpables de todo. Si ese mocoso quedaba como un vegetal o moría, no habria otro responsable mas que el.

 

 

¿En que momento se metió en tantos problemas?

 

 

¿Cómo su vida se había invertido a tal punto?

 

 

El… cuidando de… otra persona.

 

 

No, el no podía hacerse cargo, no podía tomar esa responsabilidad. Las únicas dos personas que alguna vez deseo proteger daban fe de su incapacidad, de su ineptitud y su falta de fuerza para cumplir sus obligaciones, porque las promesas echas eran obligaciones que debían ser cumplidas con honor y entereza. Y el, como amigo, esposo y hombre, había fallado.

 

 

Y no quería sentir el dolor del fracaso una vez más.

 

 

-Mmm…

 

 

Se escucho el leve quejido acompañado de un gruñido furioso. Dejando sus oscuros pensamientos de lado, Rivaille dirigió la vista hacia el origen del sonido, el adolescente estaba sentado sobre la camilla, abrazándose el estomago con fuerza mientras se mordía el labio inferior. Sin pensárselo dos veces se acerco la camilla, buscando el origen de aquellos molestos sonidos.

 

 

Mientras mas rápido se recuperara el vagabundo más rápido podría deshacerse de él y los problemas que representaba.

 

 

-¿Tienes hambre?-pregunto con desinterés. El joven no respondió, pero los ojos vidriosos y los incesantes quejidos de su estomago demostraban que si. No había comido por todo un día, después de todo.

 

 

Tomo la bandeja de comida que minutos atrás dejara una enfermera para el adolescente y la puso sobre el regazo de este, esperando que supiera que hacer. Tras varios minutos donde sintió la sangre pulsar a su cabeza con fuerza mientas observaba al mocoso contemplar la comida como si fuera algo de otro mundo, murmuro con la voz crispada en furia, pero mortalmente sigilosa.

 

 

-¿En serio tu… no sabes nada?

 

 

Miro al mocoso directamente a los ojos, sintiendo el odio nacer dentro de su pecho y brotar por los poros de su piel. Realmente no esperaba que él le diera de comer como si de un bebe se tratase…

 

 

¿O si?

 

 

Antes de poder hacer algo vio como el mocoso hundía la mano en el plato de sopa y sorbía ruidosamente el poco liquido que podía atrapar con la palma abierta. Con la otra mano libre tomo la hogaza de pan y la desgarro con los dientes como si fuera el pedazo de carne mas duro del mundo. Era asqueroso para el Ackerman observar tal escena.

 

 

-¡Para de una vez!-reclamo tomando las muñecas del adolescente alejándolas de la comida. Cuando Eren se incorporo para mirar al hombre este estaba cerca de el, tan cerca que podía sentir su aliento sobre los húmedos labios. Su seño fruncido y la mirada retadora le asustaron irremediablemente.

 

 

Era obvio que ese desconocido hombre estaba molesto con el, pero…

 

 

¿Porque?

 

 

-¡Eren déjame explicarte!-gritaba una mujer desesperadamente, jalando al adolescente por las ropas.

 

 

-¡No quiero escucharte! ¡Me largo de aquí!

 

 

Sin nada de delicadeza aparto a la mujer de si y comenzó a tomar las prendas regadas en el piso del cuarto para comenzar a guardarlas en una pequeña mochila. Sus ojos estaban rojos, amenazando con soltar un sinfín de lágrimas que esperaba poder contener hasta que se hallara solo y lejos de esas personas. Esas personas que decían quererlo le mentían en su propia cara. Esas personas que pretendían ser una familia modelo. Esas personas que se hacían llamar su familia.

 

 

Pero que no lo eran…

 

 

-¡Tu no vas a irte de aquí!-en un arranque de coraje la mujer termino por arrebatarle la mochila de las manos, mirándolo desafiante.

 

 

-¡No puedes obligarme!

 

 

-¡Eres menor de edad y soy tu madre!

 

 

-¡Tu no eres mi madre, eres solo una…!

 

 

Mentirosa. Eso habria gritado sino fuera por la sonora cachetada que la mujer le dio ocasionando que su rostro terminara ladeado mirando al suelo, justo donde se hallaban aquellos papeles que habían desatado todo.

 

 

Su curiosidad y aburrimiento lo habían llevado a descubrir el profundo secreto que guardaban sus padres. Ahora que lo pensaba ellos lo planearon todo cuidadosamente, nunca tendrían los papeles que certificaban su adopción en su casa de Alemania, escondieron las pruebas en la casa de Francia la cual rara vez Eren visitaba. Y se aseguraron que esos papeles estarían en un escondite que ni por casualidad el visitaría, la biblioteca de la casa.

 

 

La vida era sencillamente una perra con un sentido del humor retorcido.

 

 

Volvió lentamente la cabeza, observando a la mujer que solía llamar “mama” con la mirada más crudamente furiosa y salvaje de su vida. Ella le devolvió la mirada con miedo y dolor plasmados en sus finos rasgos asiáticos. Ese no era su Eren…

 

 

-Te odio.

 

 

En ese momento ella sintió como si algo se quebrara dolorosamente en su pecho. No sangraba, pero se sentía morir con cada segundo que pasaba y su bebe la observaba de esa forma tan amenazante.

 

 

 

-Cariño…-intento decir a través del temblor en su voz, sus manos trataron de llagar al rostro del adolescente. Solo bastaron dos pasos hacia atrás para que las manos se abrazaran al aire.

 

 

-No me toques. No quiero verte nunca más en mi vida.

 

 

Las piernas de la mujer temblaron, presas de una repentina debilidad ocasionando que cayera al suelo mientras era asaltada por las frías palabras de su hijo. Por que eso era desde el día que el llego a sus brazos, cuando apenas era un niño de tres años. Ahora un hombre echo y derecho que la sobrepasaba en altura, lo observo caminar hacia la salida del cuarto. Los minutos se hicieron horas hasta que pudo sentir el agudo sonido de la puerta principal ser cerrada de un portazo. Pero su mente solo procesaba las imágenes de una época feliz, donde sus hijos aun eran niños que la necesitaban, donde ni el ni su esposo eran cuestionados por ocultarle a Eren que era adoptado. Un tiempo donde ella era su madre.

 

 

Una época que se vio rota en tan solo minutos y que nunca regresaría.

 

 

El adolescente se crispo ante aquella escena recreada en su mente. Se había sentido tan real, sobrecogedora. Su cuerpo entero se detuvo, congelándose en incredulidad y pánico.

 

 

¿Qué era aquello?

 

 

¿Quién era es mujer?

 

 

¿Su nombre era…?

 

 

-Mocoso inútil.

 

 

-¡Ah!

 

 

Antes de ser conciente de si mismo y su alrededor algo fue empujado dentro de su boca. Era salado y liquido, chocaba contra su lengua forzándola mas atrás de su garganta, Eren comenzó a toser mientras sentía aquel objeto penetrar aun mas en las paredes de su laringe.

 

 

-Traga.

 

 

No supo lo que el hombre dijo, pero sonaba como una especie de orden. Inconscientemente su lengua se movió inclinando el objeto en el ángulo apropiado para que el liquido se liberara y un sabor algo dulce y espeso se esparciera dentro, con una simple respiración nasal consiguió empujar la sopa a través de su garganta y la cuchara de metal abandono su interior para regresar con brusquedad, estando cargada nuevamente.

 

 

-Mmm…

 

 

Era casi imposible respirar. Uno, dos, tres… varias cucharadas fueron empujadas dentro de su boca sin delicadeza, parcialmente ahogándolo mientras se esforzaba por tragar y respirar. No pudo evitar que algunas gotas escurrieran por la comisura de sus labios, su cabeza se mareaba en el esfuerzo. Luego de un rato de extraño y forzado ritual de alimentación donde Eren estaba más que satisfecho, Rivaille encontró el final del plato de sopa crema.

 

 

-Maldición, que asco.

 

 

El hombre tomo la bandeja y la aparto de la cama siendo conciente del desastre que el muchacho había ocasionado minutos antes y percatándose del desastre que se encontraba en el rostro del mismo. Tenia los ojos llorosos y respiraba con dificultad por la brusquedad con la que fue alimentado (Rivaille no era sirviente de nadie, a fin de cuentas) y un par de gotas de espeso liquido blanco manchaban sus labios.

 

 

Rivaille frunció el seño, el no era un hombre malpensado o de mente podrida pero…

 

 

Eso PARECIA lo que NO ERA.

 

 

 

Soltando un bajo insulto tomo un pañuelo de su bolsillo y restregó los restos de sopa del juvenil rostro, mientras este cerraba los ojos soportando el escozor de la fuerte presión con la que era limpiado. La jodida sopa crema de leche y queso lucia exactamente como se…

 

 

-Ah… Mmm.

 

 

-¿Que?-pregunto sin más al mocoso que ahora lo observaba con ojos suplicantes, sin dejar de presionar la comisura derecha del labio.- ¿Qué quieres ahora? ¿Qué te de el postre en la boca? No me jodas pedazo de hijo de…

 

 

-R… ¿Riva? ¿Rivaille?

 

 

Aquel simple susurro fue suficiente para que el mencionado dejara la fuerza bruta de lado, concentrándose en el adolescente. Eso había sonado como una pregunta…

 

 

¿Acaso lo conocía?

 

 

No. El mismo lo habria reconocido, un adolescente vagabundo que además tenia un gran parecido con su difunta esposa no le pasaría desapercibido.

 

 

-¿Rivaille?-volvió a preguntar.

 

 

-Esta despierto, señor Rivaille.

 

 

Ah, ahora lo recordaba.

 

 

 

Aparto el pañuelo de los labios y le dedico una mirada cansada, pero satisfecha.

 

 

-Si, ese es mi nombre. ¿Y tú?

 

 

No recibió respuesta.

 

 

-¿No sabes como te llamas?

 

 

-Rivaille…

 

 

Frunció el ceño.

 

 

-No. Yo soy Rivaille. Ahora dime el tuyo.

 

 

-¡Rivaille!-volvió a decir levantando la voz.

 

 

 

El rostro del aludido gradualmente se enrojecía de coraje.

 

 

-Mira-despreocupadamente tomo la mano del adolescente, ovacionando que este se crispara y sonrojara levemente.

 

 

El hombre llevo la palma contraria hacia su pecho, mirando directamente a los ojos verdes del otro.

 

 

-Yo soy Rivaille. Tú tienes otro nombre. Y quiero que me lo digas.

 

 

Las cejas castañas se juntaron en un gesto confuso. El adolescente no le entendía.

 

 

-Rivaille-dijo mientras obligaba al menor a ejercer presión en su pecho. Eren nunca olvido la sensación calida que le ocasiono el tocar a ese hombre por primera vez, ni la forma acelerada y rítmica con la que su corazón bombeaba.

 

 

Suavemente, llevo la mano hacia el pecho de Eren, descansando la palma del joven sobre su propio pecho, con su mano cubriendo la de este. No dijo nada, porque era obvio que el muchacho no lo comprendía, le suplico con una expresión levemente dulcificada y los ojos grises fijos en él. Quería que dijera algo, cualquier cosa.

 

 

De alguna forma, el cerebro del paciente hizo una especie de ¡Clic! Al recordar aquella extraña escena de su mente.

 

 

-E… Eren.

 

 

Notas finales:

Proximo Capitulo: La Partida

Me disculpo por la tardanza u.u espero que hayan pasado una maravillosa pascua rodead@s de familia y amigos :3 o sino con mucho chocolate de por medio *3*

¡1000 lecturas!

Soy tan feliz :´)

Besos grandes y gracias por leer y comentar n.n

 


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