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NO TODO ES LO QUE PARECE por amber0714

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CAPITULO I: EL PRIMER ENCUENTRO


Souichi caminaba de forma rápida por no decir corriendo por las calles, avanzando entre la gente sin importarle si los empujaba o no. Iba retrasado con la hora pactada de encuentro con su nuevo jefe, tenía que apresurarse si no quería dejar una mala impresión, la mudanza desde Nagoya le había creado demasiado trabajo y el hecho de no conocer la ciudad en la que viviría de hora en adelante le retraso a un más.


Tan pronto llego al edificio trato de regularizar su respiración y se acercó a recepción para anunciarse.


-Buenas tardes, Mi nombre es Souichi Tatsumi y vengo a una cita de trabajo- Trataba de hablar de la forma más calmada después de su corrida maratónica.


-Sr. Tatsumi, creímos que ya no se presentaría pues se esperaba su presencia hace media hora- Decía la señorita del otro lado del escritorio revisando su agenda y computadora- Nos va tener que disculpar pero debido a su contratiempo el Sr. Morinaga tuvo que atender una junta urgente por lo que le pediré que espere a que se desocupe. Por favor tome asiento, se le ofrece algo para tomar?- Aparentaba amabilidad pero sus palabras eran frías y cortantes logrando molestar al joven de tez pálida, ojos de color miel, esbelto cuerpo, cabello gris y largo hasta media espalda.


-No Gracias, esperaré a que me mande llamar- Contesto por pura amabilidad, apenas había llegado y ya se quería largar de ese lugar.


Él era un hombre apuesto de 27 años de edad, se había presentado ante una empresa llamada “Industrias Morinaga” que le había ofrecido la oportunidad de trabajar con ellos una vez hubo terminado su doctorado en Agricultura en la Universidad de Nagoya, poseía un carácter bastante difícil de soportar, pues su rostro y personalidad no combinan en nada.


La empresa se ubicaba en Tokio pero los dueños eran originarios de Fukuoka. Tenía empresas a lo largo de Japón y en el extranjero. Se dedicaba a la investigación de fertilizantes de suelos de agricultura así como la creación de pesticidas ecológicos su rama laboral era mucho más grande que esa pero eran en las que más sobresalían en la industria.


La empresa era dirigida por un hombre joven de 23 años de edad, era el centro de atención del campo comercial, pues a pesar de ser tan joven su liderazgo había llevado a la empresa a ser una de las mejores y más productivas. Además de estar comprometida con su objetivo por el cual trabajaba, aunque buscaba el éxito para su empresa en lo que más se centraba el presidente de ésta era en ofrecer al mundo una forma de mejorar el ambiente y revolucionar el campo agrícola con sus productos.


Debido a esta moral era uno de los principales proveedores de muchas regiones del mundo tanto de fertilizantes, como de pesticidas, minerales para la recuperación del suelo y maquinaria. Los inversionistas no sabía cómo era posible que alguien tan joven pudiera lograr tantas maravillas ya que la empresa fue un regalo de su padre cuando termino la universidad era algo pequeña pero fue para que tuviera en que entretenerse y no perdiera el tiempo en el ocio.


Grande fue su sorpresa de tanto su familia como la de la competencia cuando de un día para otro se hizo mundialmente famosa e incluso logrando opacar la gran fama que tenía la empresa de su padre que había sida heredada durante generaciones.


Aquel joven talentoso poseía el nombre de Tetsuhiro Morinaga, tenía un hermano mayor llamado Kunihiro el cual trabaja como el presidente de una empresa de bienes raíces. Su padre era el presidente de una empresa de préstamos para grandes corporaciones sin duda alguna era el que poseía la más grande riqueza, pero eso no quitaba el hecho de que estaba sumamente sorprendido y orgulloso de lo que su hijo menor había logrado.


El convertir una empresa con no más de 500 trabajadores en una empresa mundialmente reconocida y solicitada. El asombro de su padre y la envidia de su hermano ahora estaban presentes en la familia, pero su padre al tener una relación muy rígida con su familia solo se presentaba con su hijo para decirle una y otra vez que no se debía de confiar de la repentina suerte que estaba de su lado si quería seguir en el mismo lugar tenía que esforzarse o hundirse junto con la demás basura de empresas que surgían y se derrumbaban con la misma prontitud que aparecían.


Desde el punto de vista del padre de Tetsuhiro era una forma de preocuparse por el futuro de su hijo, desde el punto de vista del menor de los Morinaga solo era una forma de ser retado por su padre y para demostrarle que él podía con sus expectativas y superaría cualquier prueba que deseará ponerle enfrente logró hacer milagros con algo que en manos de cualquier otro hubiera resultado imposible. El regalo de la empresa fue tomado como una prueba y por esa misma razón la hizo crecer en un lapso de 2 años siendo una nada a ser lo mejor que la industria agrícola hubiera visto jamás. Por su puesto que él amaba lo que hacía pero no dejaría de esforzarse para ser recocido por su padre, que al ser un hombre exitoso, cualquier cosa esfuerzo pareciera un grano de arena a los pies de una montaña.


La poco confianza que tenía respecto al amor por parte de su familia hacía que no viera lo bien que llevaba la empresa y lo exitoso que se había vuelto y por supuesto propiciaba que todo el tiempo se exigiera de más y de aquí fue donde surgió la rápida expansión de su empresa. El continuo esfuerzo y trabajo por parte del presidente y sus trabajadores que admiraban la pasión que entregaba Tetsuhiro a su empresa fue el resultado de un éxito rotundo y en crecimiento continuo.


Volviendo con el peligris que cada vez se encontraba más impaciente pues llevaba más de una hora sentado y la recepcionista no había dicho nada a cerca de la reunión que tenía para ese día.


Después de unos minutos más el teléfono sonó y la señorita se dignó a mirarlo.


-Sr. Tatsumi… el Sr. Morinaga lo está esperando en su oficina, la señorita Dalila lo guiará por favor sea tan amable de seguirla- A pesar de usar esas palabras su tono seguía igual con el que había recibido al Souichi.


El peligris tratando de controlar su carácter decidió ignorar a la señorita Sashira, bueno creía que ese era su nombre pues estaba escrito en una placa sobre su escritorio. Camino detrás de una joven hermosa de cabello rubio y largo que le llegaba hasta la espalda baja, ojos azules y estatura un poco más baja que la del peligris. Con una pequeña sonrisa y una reverencia le señalo que la siguiera. Al menos alguien si tenía modales dentro de esa empresa pensó aliviado-


Llegaron hasta un elevador al cual entraron, una vez se cerró Dalila señalo el último piso.


-Por favor cuando entre con el Sr. Morinaga sea tan amable de decir su nombre, haga una reverencia y diríjase a él por “Sr. Morinaga”-Souichi se sorprendió ante el repentino inicio de conversación y por las instrucciones que le estaban dando, se supone que iba a ver a su futuro jefe no al rey de Inglaterra.


Debido a que había llegado tarde no quería ocasionar más problemas así que siguiendo la corriente acepto las instrucciones-Esta bien.


-Gracías por su comprensión, la oficina se encuentra al final de pasillo a mano derecha, que tenga buen día y sea bienvenido a “Industrias Morinaga”- Hizo una leve reverencia y el ascensor se abrió


Souichi salió rápidamente de este, todo el personal era tan… tan recto y rígido no quería permanecer un momento más con aquella muchacha cuya primera impresión lo había sorprendido y termino decepcionado al ver que se comportaba como un libro con reglas escrito dentro de él.


Llego hasta el final del pasillo a su mano derecha se encontraba una puerta de doble hoja, bellamente tallada en madera pintada en un color tinto con dos placas en cada lado una decía PRESIDENTE y la otra MORINAGA


Armándose de valor toco dos veces la puerta, espero un momento hasta que recibió un “adelante” por respuesta.


-Buenas Tardes Sr. Morinaga, mi nombre es Souichi Tatsumi, lamento la tardanza venía a la cita de trabajo- Mantuvo la cabeza inclinada en todo momento situado a un lado de la puerta cerrada.


-Buenas tardes Sr. Tatsumi, pase por favor y tome asiento- Escucho una hermosa voz, así que levanto la vista para ver de quien provenía.


Se encontró con un hermoso joven, de menos edad que el peligris pero con un aura madura que emanaba de él, pelo negro azulado y ojos verdes, vestía un traje negro, corbata beige y camisa blanca. Se encontraba sentado en una silla bastante cómoda detrás del escritorio que al igual que la puerta era de color tinto, tenía varios detalles tallados en madera lo que lo hacía lucir lujoso y le daba un aire importante a aquel que se encontraba detrás de él.


Se percató que no estaba solo, pues un hombre con varios papeles en la mano, se encontraba al lado izquierdo del presidente y se había quedado observándolo y estudiándolo de igual manera como él lo había hecho con Morinaga.


-Déjanos solos Isogai, déjame los papeles los terminaré de revisar una vez me desocupe- Le pidió que saliera para poder hablar con Tatsumi que al parecer no había escuchado su instrucción y continuaba junto a la puerta sin moverse.


-Gracias por su tiempo Morinaga-san con su permiso- Dejo los papeles hizo una leve reverencia y procedió a retirase de la oficina.


Una vez que estuvo la puerta cerrada nuevamente, Morinaga se levantó del asiento y camino hacía las botellas de licor y las copas –Qué desea tomar señor Tatsumi, tal vez un wiski, ron, un Martini de casualidad?- Decía de forma calmada mientras él se servía una copa.


-le agradezco el gesto pero de momento nada de lo mencionado si no es molestia me gustaría un poco de agua- Pues después de haber corrido hace unas horas ahora se encontraba sediento y no quería perder su orgullo pidiéndole agua a  “Sashira la estirada”.


-Entonces que sea agua- abrió la nevera y saco una botella de agua fría y se la acerco al ojimiel- y ahora en vista que no me escucho lo repetiré nuevamente pase por favor y tome asiento- ante lo dicho Souichi se puso colorado de la vergüenza dándose cuenta que no se había movido de la entrada y Morinaga había llegado hasta él con la botella de agua.


De inmediato camino hacía el escritorio y se sentó en una de las sillas frente a este Morinaga haciendo lo mismo tomo asiento en donde minutos atrás se encontraba. Posiciono ambas manos sobre el escritorio, entrelazo las manos y las coloco debajo de su barbilla, miro durante unos segundos a Souichi el cual se puso nervioso de inmediato. Dándose cuenta de esto comenzó a hablar.


-Déjeme presentarme formalmente. Mi nombre es Tetsuhiro Morinaga, soy presidente y fundador de esta empresa: “Industrias Morinaga”, es una empresa que se dedica a la producción de fertilizantes, pesticidas, minerales y maquinaria al igual que muchas otras cosas. Nos centramos en el objetivo de que con nuestros productos mejoren la agricultura actual y futura ofreciendo la mejor calidad en el mercado. Bueno todo esto ya lo debe saber pero quería ser yo mismo quien se lo mencionara. Decía Morinaga de manera fluida y profesional, mientras Souichi no lograba salir del asombro de que fuera una persona más joven que él la que le estuviera hablando.


Souichi sabía quién era el dueño de esta empresa ya que toda la información respecto a esta le fue enviada junto con una solicitud para que formara parte del equipo de trabajo, pero aun ni viéndolo con sus propios ojos no lograba dar crédito a este hecho. Se sorprendió de todo; que fuera el presidente de la empresa siendo tan joven, que fuera el responsable de llevarla hasta donde se encontraba en estos momentos y ser la mente maestra detrás de todos los experimentos exitosos de los cuales era dueña la empresa y estaban patentados bajo el nombre del más joven. En verdad se encontraba frente a un genio jamás antes visto eso sin contar el hecho de que era un haz en el campo administrativo y empresarial.


Que más sorpresas le esperaban al comenzar a trabajar ahí.


-Bueno como ya le debieron haber comunicado, me entere de usted mediante la recomendación de varios maestros, según tengo entendido usted presto sus servicios a la Universidad de Nagoya durante su estancia en esta debido a su maestría y doctorado, sobresaliendo espectacularmente. Tiene experiencia y ha participado en varios congresos a los cuales ha sido invitado gracias a su ingenio aquí en Japón como en América. Permítame decirle que estoy sorprendido y esa fue la misma razón por la que le envíe la invitación para formar parte de nuestra empresa.


-“Nuestra”?- Decía Souichi confundido pues él estaba enterado que era el ojiverde dueño mayoritario de las acciones de las sucursales que tenía alrededor del mundo-


Morinaga detuvo su conversación ante la pregunta que surgió- Bueno Sr. Tatsumi, el hecho de que yo sea el propietario del 90% de las acciones, eso no quiere decir que el 10% de los accionistas no cuente, después de todo fue gracias a ellos que la empresa se encuentra en estos momentos donde esta- Decía el peliazul de forma modesta y honesta.


-Ya veo. Llámeme Tatsumi no es necesario lo de “señor”, y veo que valora aquellos que integran su empresa. Me alegro que sea el caso-Souichi esperaba encontrar a una persona prepotente y mimada vaya que no pudo estar más equivocado. Después de todo no fue tan mala idea el haber aceptado el trabajo.


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