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Solo una pequeña historia. por SHIKIu

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Notas del capitulo:

Hola, perdón por la demora, pero aquí está el siguiente cap. Solo debo decir que es algo distinto a los demás, espero les guste n.n

 

     Era martes 8:30 AM. Una niña de cabello color cobre liso, estaba en una de las canchas de su escuela. Estaba haciendo deportes en ese momento, cosa que no le va a ella. Ya que su fuerte no era precisamente ese, el ejercicio físico.

    Hacía lo que podía, pero casi siempre se cansaba antes de acabar con un ejercicio llegando a frustrar a su profesor de educación física. "cielos Matsubara, ¿eso es todo?" decía un poco cansado y frustrado el musculoso sujeto, "l-lo si-siento s-señor Ok-kuba" decía la niña respirando con dificultad, el profesor negó con la cabeza y le señaló la una de las bancas a la joven para que se sentara. La pequeña obedeció y se fue para sentarse dónde el hombre le había indicado, caminaba cabizbaja porque todos sus compañeros de clases la veían con el ceño fruncido, todos excepto uno.

     Ya sentada en el lugar, la chica de mirada achocolatada tomó su toalla para secar el sudor que escurría de su frente y cuello, tomó una botella de agua y comenzó a beber del líquido tan delicioso en ese momento, Escucho la gruesa voz del profesor quien les pedía al resto de chicos que le dieran otra vuelta a la cancha, los jóvenes ya cansados y fastidiados obedecieron y comenzaron a correr. Pero la vista de la morena se fijó casi de inmediato, en un chico de cabello aguamarina muy claro y mirada color rubí. Se sonrojó al instante que lo vio, quería dejar de observarlo... Pero le era imposible, siempre fue  imposible desde que lo vio por primera vez...

FLASH BACK...

     Era un día común y corriente. Nada estaba fuera de lo normal, era un lunes como cualquier otro, sus compañeros como siempre, la molestaron esa mañana, pero ella ni se inmuta ya había aprendido a ignorarlos desde que entró a la escuela, así que ya no le afectaba tanto, pero ese lunes no sería cómo todos los demás, la profesora entró lista para dar su clase cuando de repente dio un anuncio que no esperaban ninguno de los presentes. "bueno chicos, les tengo una sorpresa, hoy tienen un nuevo compañero de clases" dijo la mujer con una sonrisa, "por favor, pasa" dijo esta con la vista puesta en la puerta del salón. Todos voltearon al mismo tiempo viendo hacia el mismo lugar que la mayor, y entró un chico de aspecto diferente al resto, tenía una camisa negra con una huella de perro en el pecho de color gris, una de las mangas estaba algo rota al igual que sus pantalones, rotos por ambas rodillas, llevaba unos converse color azul algo sucios, y pulseras con púas en las muñecas, pero lo que más llamó la atención de aquel chico era ese collar de perro que llevaba en el cuello.

    Él se paró frente a todos y se inclinó un poco "mi nombre es Jygen Kohaku, espero que nos llevemos bien" dijo el chico que mientras se incorporaba sus ojos se posaron automáticamente en los ojos color chocolate de la chica, provocando un sonrojo automático en la pequeña, "bueno Kohaku, siéntate en donde gustes" dijo la profesora sin borrar la sonrisa de su rostro en ningún momento, el joven obedeció y fue en busca de un asiento, el cual estaba justo detrás de Miyu. La pequeña estaba muy nerviosa y confundida, no sabía por qué se estaba sintiendo de esa manera tan extraña, después de todo, era otro niño ¿no? "Sólo otro" pensó y se enfocó con dificultad en el resto de la clase.

FIN DEL FLASH BACK...

    Tanto divagó en sus recuerdos que no se dio cuenta de que el joven la observaba un poco curioso con la cabeza un poco ladeada. Cuando la chica se percató de aquello, no pudo evitar desviar la vista notablemente avergonzada, quería desaparecer del lugar donde se encontraba. Tanto era así que no se dio cuenta que unos chicos venían hacia donde ella estaba "oh, genial, ¿otra vez te saltas la clase, rara?" decía una niña de cabello castaño oscuro, "no me salté nada, es que no tengo tanta resistencia cómo ustedes" dijo Miyu un poco incómoda, es verdad que ya no le afectaban mucho esos insultos, pero eran insultos después de todo y siempre dolerán un poco, "¿ah, sí? pues no te creo, siempre terminas sentada en la banca bebiendo tu agua y

mirándonos sufrir" dijo ahora un niño de cabello celeste "e-eso no es cierto, no tengo la culpa de no poder soportar más" dijo la pequeña mirando al chico "¡ya deja de mentir! sabemos que además de ser una completa antisocial también te haces la *niña buena* ¡todo el tiempo!" soltó con desprecio una niña rubia "eso... Eso no es verdad..." dijo en un susurro la chica de cabello cobrizo bajando la cabeza. Ya no sabía qué hacer en ese momento, normalmente los insultos o discusiones no llegaban tan lejos, "¿y ahora qué harás? ¿He? ¿Te pondrás a llorar? Eso no funcionará con nosotros" dijo el mismo chico de cabello celeste "porque nosotros sabemos cómo eres en realidad" ahora habló la castaña "eres una inútil, una estúpida que finge hacer las cosas mal para que todos se compadezcan de ella, eres una friki sin amigos, hasta tu hermana se cansa de ti, por eso siempre te vas a casa sola" dijo la rubia escupiendo cada palabra con rencor, con desprecio, con ira mientras los otros niños se burlaban de ella.

     Ya no aguantaba más, no soportaba más las lágrimas que estaban a punto de caer por sus mejillas. Pero una voz se acercaba haciendo parar las risas de los demás "¿y? ¿Qué tiene de malo ser *raro*?" dijo aquella persona parándose frente a ella. ¿La estaban defendiendo?

¿Eso era real? ¿Quién era esa persona que lo hacía? Y ¿por qué? Al levantar la vista pudo ver que se trataba de Kohaku, era él quien la defendía de esos chicos pero... ¿Por qué? "No te metas en esto como te llames" le advirtió el peli celeste con el ceño fruncido "no han respondido mi pregunta, ¿qué tiene de malo ser *raro*?" Insistió el chico ojos rubí "simple, es estúpido, ¿quién quiere ser amigo de un raro? ¿Dónde conseguirá un novio? en ningún lado, ¿por qué? Porque nadie quiere a los raros" respondió arrogante la castaña con una sonrisa burlona mientras los demás soltaban risitas, el chico sonrió descolocando a los otros "esa respuesta es tan estúpida cómo tu cerebro, ahora dime ¿quién en su sano juicio sería amigo de personas cómo ustedes? Que les gusta molestar e insultar a los que somos diferentes por no estar lamiéndoles el culo cómo los que quieren ser *populares*, ¿um? Porque no queremos seguir el mismo estilo de vida que ustedes, por pensar en animes en vez de novios, quedarse en casa en vez de salir de fiesta, ser reservados en vez de andar por ahí contando que les pasa a cada momento o hablar de qué manga es mejor en vez de criticar a los demás por ver que usa y qué no" dijo el joven decidido mirándolos a todos cruzado de brazos. La pequeña estaba sorprendida y feliz al ver que lo que Kohaku le había dicho a los buscapleitos los había dejado con la boca abierta y enojados, "esto no se va a quedar así, ya van a ver" amenazó la rubia muy molesta señalándolos a ambos y yéndose del lugar con sus dos amigos.

     Ahora se encontraba sola con el muchacho, ¿debería decir algo? Probablemente sí, él la había defendido de ellos cosa que nadie había hecho nunca "g-gracias por... Por defenderme aam... Kohaku" por fin habló la chica sonrojada y nerviosa mirando al joven "no fue nada, odio a los busca pleitos" respondió el chico mirándola regalándole una pequeña sonrisa a la niña "eso... Eso estuvo grandioso" dijo ahora siendo ella quien le sonreía a él, el chico re sonrojó un poco "¿quieres ir a las duchas a cambiarnos?" Propuso éste algo nervioso "s-sí eso estaría bien, estoy algo sudada" respondió Miyu encaminándose junto a Kohaku hasta las duchas. Después de ducharse y acomodarse, Miyu fue a buscar su ropa, pero al abrir su casillero no la encontró, y no sólo eso, sino que sus mangas... Estaban destrozados se sintió muy mal, estuvo ahorrando mucho para conseguirlos... Y ahora estaban hechos pedazos en su casillero "te dijimos que esto no se quedaría así ¿verdad Hikari?" escuchó detrás suyo "claro que sí Kaoro, disfruta mucho tus revistas de dibujitos rara" completó la rubia para salir del sitio entre risas, "¿y ahora qué hago?" se dijo para sí misma Miyu al borde del llanto nuevamente, pero ahí ya no la defenderían, se subió al banco y envolvió sus piernas con sus brazos derramando las primeras gotas saladas. Pasaron 3 minutos y ella no paraba de llorar, se sentía tan indefensa, tan triste, tan... Sola... Hasta que un golpe en la puerta la alertó "¿q-quién?" logró decir limpiándose un poco la cara "Miyu, soy yo Kohaku, ¿puedes.... Abrir un momento?" dijo algo dudoso el chico, la pequeña se acercó a la puerta y la abrió un poco "¿qué pasa?" Dijo fingiendo una sonrisa "¿estuviste llorando?" Le dijo el chico algo preocupado "¿q-qué? No, ¿por qué preguntas?" Trato de hacerse la desentendida, el chico sabía que mentía, pero lo dejó pasar.

     "Está bien Miyu, toma" le entregó Kohaku a la niña, la cual lo miró sorprendida ¡era su ropa! Pero ¿cómo? "¿cómo es que tienes mi ropa?" dijo la joven, "después te cuento, a hora lo más importante es que te vistas ¿no crees?" dijo el chico para retirarse a un rincón, Miyu estaba muy feliz, dos cosas buenas habían pasado ese día y Kohaku le habló por primera vez.

     Luego de haberse vestido, Miyu salió y ahí la esperaba Kohaku en el rincón de la puerta la ducha de chicas, "bien creo que nos quedan algunos minutos antes de entrar a la siguiente clase, eemm... ¿Quieres acompañarme a pasar el rato?" le propuso el muchacho con ojos rubí algo apenado "sí, digo no tengo nada que hacer..." Respondió Miyu un poco ruborizada "que bueno, ven" dijo Kohaku caminando siendo seguido por la chica sonriente.

    Una vez en el lugar de destino. Ambos se sentaron en el césped del parque de la escuela, mientras estuvieron ahí la chica de pelo cobrizo le contó al muchacho sobre lo que pasó con sus mangas, y cómo se burlaron de ella las chicas de la clase de educación física, "son unas perras... Tranquila, si quieres... Puedo prestarte los míos para que los termines de leer" se ofreció "bueno, está bien acepto" dijo la chica con una gran sonrisa cuando de repente "oye ¿cómo es que tenías mi ropa?" preguntó por fin Miyu, "bueno... Ese chico molesto trató de

golpearme pero no lo consiguió y al salir de las duchas escuché hablar a esas tontas, decían que no encontrarías tu ropa, así que las enfrenté y... Amenacé... Me dijeron dónde estaba y pues... Te la di" contó Kohaku un poco nervioso, se sentía raro hablar con Miyu, pero al mismo tiempo, se sentía bien, siempre quiso hablarle desde que la vio, pero no estaba muy seguro de poder hacerlo... ¿Y si terminaba cómo sus padres? "Gracias... Por... Por todo Kohaku yo... Gracias" dijo la pequeña viéndolo directo a los ojos, esos bonitos ojos que siempre le han gustado de él "y-yo... N-no es n-nada Mi-Miyu" logró decir con dificultad el chico. Nunca le pasó nada parecido, ninguna niña lo había hecho sentir así, ponerlo tan nervioso y llamar su

atención, ninguna sólo Miyu.

     Luego de eso, ambos fueron juntos a su salón de clases, y pasaron el resto de las horas libres hablando entre ellos y sobre qué anime es mejor.

     Al finalizar las clases Kohaku se fue al instante en que el profesor dio permiso de irse, mientras que Miyu esperó a su hermana y seguramente también Makoto, recogió sus cosas pero fue empujada por la rubia y la castaña, "con permiso rara" dijo la castaña, pero Miyu simplemente la ignoró "ese amigo tuyo me las va a pagar" le dijo el peli celeste molesto a la muchacha "si tienes algún problema con Kohaku, te recomiendo que por favor lo resuelvas con él y no me digas nada" le dijo tranquilamente la niña para luego tomar su bolso y pasar "con permiso" dijo la chica de mirada achocolatada bajo la mirada atónita de los chicos salió del salón y esperó recostada en la pared.

     Pocos minutos después llegaron las chicas "hola pequeña monstruo" la saludó su hermana "hola Yuko" dijo con una sonrisa, al ver a Makoto corrió y saltó hasta la morena, quien la atrapó sin ninguna dificultad "hola pequeña, ¿cómo has estado?" preguntó la mayor con una enorme sonrisa "¡muy bien! tengo mucho que contarte" dijo con una sonrisa, asustando a la ojiesmeralda y haciendo sonreír a Yuko, la verdad, sólo hacía eso por diversión, porque le causaba gracia la cara de la pelinegra y que su hermana sonriera, puede que sea pequeña, pero sabía que su hermana había sufrido mucho, incluso más que ella, es por eso que le tenía tanto aprecio a Makoto, en primer lugar era porque la chica era buena con ella y le hacía regalos de vez en cuando, y la otra era porque desde que se apareció, su hermana se notaba cada vez mejor y más feliz que antes.

    Una vez llegaron a su casa la morena se despidió de ambas hermanas y tomó rumbo hasta su hogar, sólo cuando la morena se fue Miyu se dio cuenta del parecido que tenía con Kohaku... El mismo collar y su ropa esa similar, pero hoy en día esa era una moda de los chicos rebeldes así que asumió que sólo se trataba de eso. Entró y se dio un baño, hizo su tarea, cenó y luego se fue a su cama.

    Se durmió pensando en el día que había llevado, tenía cosas malas, pero también cosas buenas, con una sonrisa y cierto chico en su mente Miyu se entregó feliz a los brazos de Morfeo.

 

 

FIN DEL CAP. 10

Notas finales:

Espero que les halla gustado, bueno sin más SHIKI fuera n.n/


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