Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo una pequeña historia. por SHIKIu

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey!! Hola!! Lamento la tardansa, pero estuve en el médico y pues, habían eventos en la uni a los cuales no podía faltar, pero wee.. Aquí está el nuevo cap. espero lo disfruten n.n

   

    Sábado 07:30 AM, corría un chico de cabello aguamarina por un callejón escapando de un sujeto mayor que lo perseguía. Corría lo más rápido que sus piernas le permitían pero el sujeto lo seguía de cerca haciendo que su huida le fuera muy difícil.

    "¡¡Deja de seguirme!!" gritaba este desesperado sin dejar de correr en ningún momento, pero el hombre no decía nada, ambos llegaron al final de aquel callejón donde un enorme muro no dejaba que el niño avanzara "¿qué es lo que quieres de mí?" dijo Kohaku a la defensiva, por primera vez el sujeto cambió su semblante serio por una sonrisa ladida "quiero verte muerto lobo sarnoso" le dijo este sacando una espada de su chaqueta apuntando al niño de ojos rubí en forma de amenaza, el joven tragó grueso pero no retrocedió, de hecho ya no tenía donde huir el muro era muy alto para saltarlo y el sujeto estaba muy cerca suyo "a ver si lo consigues maldito" dijo el pequeño creciendo sus garras y colmillos.

     Muy cerca del lugar se encontraba una pelinegra caminando tranquila comiendo un helado de chocolate. "Vaya, Yuko sí que está molesta, no atiende su teléfono ni me ha respondido los mensajes, ¿qué tendrá ahora esa chica?" se preguntó la joven loba mientras un olor conocido llegó hasta su nariz "¿eh? Ese olor... Lo conozco... Pero ¿de dónde?" habló para sí misma cuando escuchó el sonido de un bote de basura cayendo y un pequeño quejido sólo audible para sus audaces oídos, de inmediato corrió hacia el sitio lo más veloz que pudo al llegar pudo apreciar una escena horrible, uno de esos sujetos que siempre los seguían estaba encima de un niño muy familiar, la espada que llevaba la había clavado en el costado derecho del torso de aquel niño.

     No pudo aguantar más y temblando de la ira que sentía volvió a transformarse como lo había hecho antes y sin que el hombre supiera que ella estaba ahí clavó sus garras en la espalda baja del sujeto, el cual trató de quitársela lanzando un puñetazo hacia atrás siendo esquivado por la morena con mucha facilidad, sacó las garras de donde estaban y de un zarpazo lo arrojó contra el gran muro cayendo el hombre como una muñeca de trapo al suelo. Makoto miró al pequeño y este aunque le era difícil seguía consiente, la miró a los ojos antes de ceder a la pérdida de sangre.

    La pelinegra se enfureció aún más al ver que el niño se había desmayado "¡¡maldito!! ¡¡Es sólo un niño!! ¡¡Me las vas a pagar!!" decía Makoto con su voz gruesa saltando hasta el hombre quien inútilmente  trataba de quitársela de encima, la morena tomó uno de sus brazos y sin mucho esfuerzo lo dislocó causándole dolor al hombre "¡¡AAAAHHHH!! ¡¡¿¿CREES QUE ESTO VA A CAMBIAR ALGO??!! ¡¡EL DESTINO DE TODOS USTEDES BASTARDOS ES EL MISMO!! ¡¡EXTERMINIO!!" gritaba el hombre con mucho orgullo "admiro que digas esas babosadas aun sabiendo que vas a morir hoy imbécil" le dijo la pelinegra tomando el frágil cuello del sujeto entre sus manos "eso no importa, porque aún quedan muchos de nosotros dispuestos a morir por la noble causa de  exterminarlos ¡¡MONSTRUOS!!" decía este con una sonrisa "bien llegó el momento de que cierres tu boca maldito, espero que kami tenga piedad de tu podrida alma" dijo la menor para proceder a quebrarlo como si de una ramita se tratase. Una vez muerto el hombre Makoto volvió a su forma normal y corrió hasta donde Kohaku yacía "oh vamos, por favor que estés vivo, que estés vivo" se repetía la morena mirando al niño que no reaccionaba, se acercó a él y pudo notar que respiraba "¡estás vivo! ok ok eso es bueno, muy bueno, a ver niño resiste te ayudaré" le decía al pequeño para que no se rindiera, se quitó su camisa a cuadros y la envolvió en el torso del joven de modo que la espada no se moviera para evitar dañarlo más de lo que ya estaba, lo cargó y dando algunos pasos hacia atrás, tomó impulso y corriendo dio un salto logrando pasar el muro que el pequeño no logró saltar "bien niño, no sé dónde vives, pero creo que mi casa es el lugar indicado para llevarte en este momento" le seguía hablando por si el niño la escuchaba.

    Mientras tanto, Yuko estaba en su casa tratando de terminar la tarea que les mandó el profesor de matemáticas, pero no podía, aún seguía pensando en el castaño y esa odiosa peliazul, cada que los imaginaba juntos su sangre hervía y el ejercicio que estaba haciendo terminaba con números sacados de quien sabe dónde, pero el sonido de su celular la sacó del trance y se enfocó en el aparato que no paraba de sonar, lo tomó y cuando vio el nombre en la pantalla lo dejó en el mismo sitio. La llamada se cortó y una vez más volvió a sonar "estúpido aparato, tonta skater" susurraba para ella misma tratando de resolver el problema matemático que se encontraba en su libreta, "¿sí hola?" escuchó la voz de su hermana "¡¡Miyu!! ¡¡Suelta eso!!" decía sonrojada, pues la niña había atendido la insistente llamada de la morena "oh ¡hola Mako! ¿Qué sucede?" saludó la menor a la amiga de su hermana "¡¡Miyu que me lo des!!" le exigía la pálida chica a su hermanita pero esta la esquivaba con mucha facilidad "sí ella está aquí, ¿quieres hablar con ella?" seguía hablando la niña de mirada achocolatada "¡¡maldita sea!!" decía una muy sonrojada Yuko persiguiendo a la menor "Yuko, en esta casa no se dicen esas palabrotas" habló el padrastro de la pelinegra tomando una taza de café antes de salir de la casa con su uniforme de enfermero "ok ya te la paso" fue lo último que dijo la niña antes de extender la mano con el aparato en ella dándoselo a su hermana la cual lo tomó enseguida "¿bueno?" habló Yuko más calmada "¿Yuko?" preguntó la morena del otro lado "claro que soy yo, qué quieres" dijo sin rodeos "necesito que vengas a mi departamento enseguida Yuko es urgente" le dijo Makoto algo exaltada "Makoto, no creo que esa sea una buena idea, estoy algo ocupada en este momento no..." Pero no pudo terminar "¡¡Yuko!! ¡¡¿¿Cuándo te he pedido algo realmente importante??!! ¡¡Necesito que estés aquí!! ¡¡Ya deja de estarme evitando y ven ahora mismo!!" dijo cortando la llamada dejando a una Yuko totalmente sorprendida Makoto nunca ¡NUNCA! Le había hablado de ese modo, siendo una situación normal la mandaría al demonio y seguiría con lo que hacía, pero ese tono en especial en la voz de la morena le decía que algo no andaba bien, y de mala gana subió a su habitación a cambiarse de ropa para ir a donde vivía su amiga "Miyu dile a mamá que voy de salida" le dijo a su hermanita bajando las escaleras, "ok Yuko, salúdame a Mako ¿sí?" dijo la pequeña con una sonrisa leyendo su manga Yuko se sonrojó como un tomate "¡¡CÁLLATE!!" gritó muy

avergonzada azotando la puerta principal de la casa, mientras la niña sólo sonreía por su travesura.

    Pero en la casa de la morena las cosas estaban fuera de control, la ojiesmeralda corría de un lugar a otro nerviosa buscando lo que su madre le pedía para curar al niño quien seguía inconsciente en la cama de la morena. La mayor en el lugar hacía lo posible para detener la hemorragia en el cuerpo del menor, "¡vamos Mako, trae otra toalla!" decía la mujer sudando "s-sí mamá"  corrió hasta el baño y trajo dos toallas más, "busca el quit de primeros auxilios y tráelo" ordenaba la mujer presionando con la toalla la herida del muchacho "claro el quit, el

quit" buscaba desesperada la pelinegra "¡mamá! ¿Dónde está el quit?" preguntaba muy nerviosa Makoto "¡por dios Makoto, está donde siempre está, en la cocina, en la alacena!" gritaba la mujer controlándose por el bien de los presentes "¡lo encontré!" decía finalmente la morena corriendo a su habitación "ok, por lo que veo, no perforó ningún órgano vital, pero sí lo suficiente para causarle una hemorragia" explicaba la castaña mientras la pelinegra la miraba atentamente "entonces. ¿él va a estar bien?" preguntó la joven loba un tanto más tranquila "por ahora no sé decirte, ha  perdido mucha sangre, tal vez deba recibir una transfusión de sangre, pero aré lo que pueda por él" decía su madre tranquilizándola por el momento, cuando un sonido que ambas conocían las hizo dar un pequeño salto del susto "¿pero quién puede ser? No estoy esperando a nadie" hablaba la mayor al ver cómo su hija se levantaba rápido para ir a abrir "es para mí mamá" le dijo saliendo a toda prisa del cuarto.

     Abrió la puerta y ahí se encontraba esa chica pálida y extraña de mirada grisácea, que al ver a la morena cubierta de sangre se alarmó "¡¿qué te pasó?! ¡¿Estás bien?!" preguntó preocupada aún parada en la puerta de entrada "pasa Yuko" la pelinegra la tomó suavemente de la muñeca y la jaló hacia el interior del departamento "Makoto, explícame ¿qué rayos te pasó?" decía la gótica revisando a la más alta "no estoy herida si a eso te refieres" le dijo la joven loba a su amiga para tranquilizarla "¿entonces de quién es esa sangre?" preguntó aún alterada "no es mía, ven tengo que mostrarte algo" la tomó de la mano llevándola hasta su habitación, justo en ese momento, cuando sus manos tuvieron ese pequeño contacto, Yuko sintió una pequeña corriente recorrerla por completo y se sonrojó, pues no era la primera vez que le sucedía, y siempre era con la misma persona, con Makoto, sólo con ella una vez estuvieron frente a la puerta la morena la soltó y tocó suavemente "mamá ¿se puede?" preguntó la ojiesmeralda esperando una respuesta "sí hija, casi termino" Makoto abrió la puerta y Yuko pudo ver un desastre total en ese lugar, ropas destrozadas y toallas ensangrentadas regadas por todo el piso del lugar, sin mencionar una larga espada también llena de sangre, pero lo que más llamó su atención fue ver que  la cama de la habitación se encontraba un niño inconsciente pero vivo, estaba muy pálido casi amarillo "Makoto... ¿Y ese niño?" preguntó algo asustada la pelinegra mirando a la más alta "no hemos matado a nadie si es lo que piensas Yuko, estate más tranquila con eso, yo debo ir al trabajo, aprovecharé y me llevaré una muestra de sangre del joven para saber qué tipo de sangre es, con algo de suerte encuentre un suministro para él" explicaba la mayor saliendo de la habitación, "hija tal vez debas darte una ducha, estás completamente llena de sangre, entra cuando yo salga ¿entendido?" le dijo su madre, "claro mamá, ¿lo ves Yuko? Tranquila, ahora te lo explicaré todo" la calmaba Makoto con su típica sonrisa de siempre, "está bien, pero vamos a la sala de estar, ese niño debe descansar" sugería la pálida chica "está bien vamos, tengo que esperar que mi mamá salga del baño, así que hablemos" aceptó la morena llevando consigo a su gótica amiga hasta le sofá en la sala de estar, ese donde se sentaron ambas cuando Yuko fue ahí por primera vez.

    Después de explicarle todo a la chica de mirada grisácea y de entrar a la ducha cuando su madre se fue, Yuko se quedó pensando en lo que su amiga le había contado, por lo que pudo ver, el pequeño estaba en unas condiciones terribles y se preguntó ¿acaso el padre de Makoto había muerto en condiciones iguales? ¿Habría sufrido de esa manera o incluso peor? Y la más importante ¿por qué habían sujetos que querían ver muertos a los hombres lobo? todo eso comenzó a dar vueltas por la cabeza de la pelinegra sin conseguir respuesta alguna, se levantó y caminó hasta la habitación donde estaba el niño, abrió con cuidado la puerta y se lo quedó mirando, se veía muy tranquilo, aunque respiraba con algo de dificultad, pero estaba estable o algo así había dicho la señora Setsuna antes de marcharse.

     "¿Por qué les pasa esto? No lo comprendo" susurraba para ella misma cuando sintió una mano en su hombro dando un pequeño brinco del susto, pero se calmó al ver que era la morena, "¿cómo está? ¿No se ha despertado?" preguntó Makoto "sigue igual y no, no ha abierto los ojos" contestó Yuko, la chica más alta dio un suspiro de alivio "bueno, al menos no ha empeorado, ¿Yuko?" preguntó la pelinegra "¿qué?" contestó la mencionada sin dejar de mirar al niño, "¿me dejas pasar? Es que... Ahí tengo mi ropa..." decía Makoto con un leve sonrojo en sus mejillas, Yuko no pudo evitar mirar el torso de la más alta poniéndose más roja que un tomate, pues Makoto contaba sólo con un sostén deportivo del cual se podían ver sus pezones y un bóxer que dejaba ver sus piernas por completo, le dio una bofetada muy fuerte a la morena haciendo que casi callera al suelo "¡¡estás loca!!" le habló fuerte yéndose a la sala de estar sentándose en el sofá completamente nerviosa. Mientras que Makoto se sobaba la mejilla entrando a su habitación con una pequeña sonrisa, tomó lo que necesitó y rápidamente se puso una camisa negra algo holgada y unos bermudas de color verde militar con bolsillos a ambos lados, estaban algo rotos por el borde, su collar de perro y el colmillo de su padre, salió secándose el cabello con la toalla encontrando a la gótica sentada en el mismo sofá, Makoto se sentó a su lado y ambas no dijeron nada por unos minutos, la morena se sentía algo avergonzada ya que la pelinegra ni la miraba "eemm... Yuko... Lo siento por aparecerme así... Semi desnuda" le dijo sonrojada rascándose la nuca un poco nerviosa "como sea Makoto" dijo aún sonrojada la más baja, su corazón latía a mil por hora, ver el abdomen plano y marcado de la morena con algunas cicatrices le parecía muy sexy y esas piernas largas y bien tonificadas con otra cicatriz en la rodilla ¡por dios! ¡Ella era tan sexy sin toda esa ropa encima! "¿Tan mal estoy?" preguntó algo desanimada la morena a su amiga, la cual volteó sin creer lo que la pelinegra había preguntado "¿estás bromeando? ¿Cierto?" habló ahora la pálida chica "b-bueno... Es que por tu reacción... Pensé que..."pero la otra chica no la dejó terminar "¡cierra la boca! ¡No digas estupideces! ¡Tienes un cuerpo de envidia Makoto! No seas insegura en ese aspecto porque en lo demás no lo eres" le aclaró su amiga haciéndola sonrojar "gracias Yuko, por lo que dijiste y por estar aquí ahora conmigo" dijo la joven loba mirándola como no lo había hecho antes, una mirada tan cálida y dulce, y esa sonrisa que aunque sólo dejaba mostrar un poco sus dientes, le daba mucha confianza y la hacía sentir tan bien.

     Y ahí iba otra vez... El color carmín regresaba a las mejillas de la más baja y sin esperarse el próximo movimiento de la morena se sonrojó todavía más, los fuertes brazos de la morena envolvían su cintura de manera suave teniendo el cuerpo de la pelinegra muy cerca del suyo y con el mentón de la misma en su hombro. Yuko estaba estática, pero luego de algunos segundos Yuko pasó sus brazos alrededor del cuello de la ojiesmeralda, atrayéndola aún más a su cuerpo.

     La pálida chica se sentía tan bien, tan cálida tan segura en los brazos de la joven loba, cosa que nunca sintió con nadie, o al menos no de esa manera "gracias por estar conmigo Yuko, incluso... Teniendo tus propios problemas, gracias de verdad" le agradeció una vez más a la chica "s-somos amigas ¿no? Esto es lo menos que una amiga puede hacer" contestó con una pequeña sonrisa adornando su rostro, después de unos cuantos minutos en la misma posición, Yuko rompió el abrazo proponiéndole a la ojiesmeralda limpiar un poco el desorden en su departamento antes de que llegara su madre, la loba aceptó con gusto, le aliviarían un poco la carga a su madre, ambas se prepararon para limpiar el desastre del lugar y mientras lo hacían ambas se divertían, Makoto hacía todo tipo de cosas para hacer reír a la pelinegra la cual casi se le salen las lágrimas por las payasadas de la más alta, claro que a cada minuto checaban al niño para asegurarse de que todo estuviera bien.

     "Bueno, todo quedó impecable Yuko, muchas gracias" decía la morena sonriéndole a su amiga, "bueno, ambas trabajamos duro en esto, no me des todo el crédito skater" le respondió Yuko tomando un jugo de naranja "pero fue tu idea, el crédito es tuyo" insistió la morena tomando un vaso de leche, "pero jamás abríamos acabado tan rápido sin tu súper fuerza fenómeno" dijo dándole un golpecito juguetón a su compañera "jejejeje b-bueno" dijo algo sonrojada Makoto cuando la puerta se abrió mostrando a una castaña algo cansada por el día tan ajetreado "¡mamá! ¿Cómo te fue?" preguntó la chica abrazando a su madre "oh, pues fue un día cansado pero me fue bien, ¿cómo está el pequeño?" preguntó la mujer "está igual a cuando se fue, no ha habido cambios señora Setsuna" contestó Yuko levantándose del sofá "eso está bien, conseguí su tipo de sangre, y aquí la tengo, esto lo ayudará a... ¿Esto estaba así de limpio cuando me fui?" preguntó la morena dándose cuenta del gran cambio en el lugar "¡sorpresa mamá! limpiamos todo, y todo fue idea de Yuko ¿qué tal?" le dijo la morena a su madre, esta sonrió y miró a la chica "vaya, muchas gracias Yuko, es muy amable de tu parte hacer esto" agradeció la mujer "no se preocupe, además sin Makoto no hubiéramos podido terminar tan rápido" le dijo a la madre de su amiga, "bueno mamá, debo acompañar a Yuko hasta su casa, no quiero que se vaya sola, ¿está bien si te dejo sola con el pequeño? preguntaba la morena a su madre "¡claro! esta chica vale oro, será mejor que la cuides Mako" le dijo a su hija guiñándole un ojo haciendo sonrojar a ambas "¡b-bueno nos vamos mamá!" decía la ojiesmeralda llevándose a la pelinegra "h-hasta otro día señora" se despidió la gótica saliendo con la joven loba.

    De camino a casa de la pelinegra. Iban ambas chicas caminando en total silencio, pero no ese qué es incómodo sino uno de esos agradables, donde sabes que estás con otra persona, pero sin necesidad de mediar palabra alguna, al llegar a la casa de la más baja ambas se despidieron y Yuko subió a su habitación buscó su pijama y se duchó sonriendo al recordar el día que pasó junto a la joven loba, se vistió y se dispuso a dormir, pero no podía conciliar el sueño, estaba pensando en dos personas.

     En el joven castaño y en su amiga pelinegra, y en ese momento se confundió mucho, más que en cualquier otra situación que haya tenido "¿qué diablos ocurre conmigo ahora?" se preguntó para por fin quedarse dormida sin darse cuenta que estaba siendo observada por unos ojos color esmeralda brillantes, quien desde lo lejos cuidaba de ella y de sus sueños.

 

FIN CAP. 12

Notas finales:

gracias por leer, cuídense jejeje SHIKI fuela n.n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).