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Solo una pequeña historia. por SHIKIu

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Notas del capitulo:

    Buenas TTuTT perdón, muchos problemas personales, poco tiempo en la pc, pero aquí les traigo el cap. Espero que les guste n.n

    Miércoles 5:53 AM, corría un joven rubio de unos 21 años a toda prisa cerca de un bosque a las afueras de un pequeño pueblo, el chico esquivaba los árboles con mucha facilidad y agilidad y a cada tanto miraba hacia atrás, llegó hasta un punto donde no logró ver a quién lo perseguía y, entonces se detuvo "jejeje, lo perdí, soy muy veloz" mencionó sonriendo de lado, "¿eso es lo que piensas? Será mejor que cuides tus espaldas" dijo una voz a sus espaldas, el joven saltó hacia adelante alejándose de aquella voz, y al mirarlo se dio cuenta que se trataba del sujeto que lo perseguía. Era un hombre alto de tez oscura y ojos color café, su cabello era largo hasta la espalda en forma de rastas de color castaño oscuro, llevaba una chaqueta larga hasta los tobillos de color negro, pantalones y guantes del mismo color.

    "¿Qué rayos quieres de mí? ¡Déjame en paz de una puta vez!" Gritó el rubio con algo de miedo en su interior, esto sólo hizo sonreír al castaño oscuro "acabemos con esto bastardo" contestó el vampiro cambiando el color de sus ojos a un rojo brillante, el rubio retrocedió unos pasos "si eso quieres, hagámoslo" su transformación comenzó a presenciarse, empezó a aumentar de tamaño y a llenarse de pelo en todo el cuerpo, sus ojos se pusieron totalmente grices, sus orejas, nariz y boca comenzaron a adquirir el paresido a las de un lobo, sus garras crecieron y su cola igual al punto de parecer más larga que el resto, su cuerpo era delgado y aerodinámico "¿listo para empezar?" Preguntó el lobo con a voz muy gruesa "nunca estuve más listo" contestó el ojicafé sacando de su chaqueta una ballesta de color negro y adornos plateados. El lobo corrió directamente hacia el hombre quien llevaba sus ojos cerrados y antes de acertar el gran golpe el vampiro abrió los ojos y saltó esquivando el golpe, mientras se encontraba en el aire, todo pasaba en cámara lenta para ambos, el castaño oscuro apuntó con su arma al lobo y disparó.

    En la habitación de Yuko se encontraba la joven loba sin poder consiliar el sueño, miraba hacia el techo del lugar pensando en su padre... ¿Eso había sido real? ¿Tan cerca estuvo de morir esa vez? Era algo difícil de creer para ella misma, pero al ver a su madre, Miyu, los padres de Yuko e incluso a ella estar tan preocupados pues ya no le cabía duda de ello "papá... ¿Realmente eras tú? ¿O se trataba de mi mente jugándome una broma?" Se preguntaba en voz alta, pero sus pensamientos se vieron interrumpios por la puerta que era abierta "vaya, no soy la única con insomnio por aquí" decía Yuko entrando con su pijama de siempre... Una camiseta larga hasta los muslos y un short junto con unos calcetines, Makoto se sonrojó al verla de esa manera "y-yo... Sí jejejeje" respondió algo nerviosa. La peinegra se sentó al lado de la cama mirando hacia una pared "¿por qué no puedes dormir skater?" Preguntó de la nada la chica, Mako se lo pensó un poco y respondió "es que... Estaba pensando en algo que ocurrió mientras estaba inconciente" seguía con la vista al techo, la otra chica la miró algo interrogativa haciendo que un pequeño escalofrío recorriera la espalda de la joven loba "entonces... ¿No me vas a contar?" Insistió Yuko cruzándose de piernas, Makoto tragó grueso y asintió "bueno, es difícil de explicar... Pues... Es que, digamos que pude comunicarme con mi padre mientras estaba inconciente" admitió soltando un cansado suspiro, la pelinegra se quedó en silencio por unos momentos "¿de verdad pudiste hablar con él?" Preguntó la pálida chica, y la morena sólo asintió, eso hizo que Yuko pensara un momento, de seguro y pensará que quedé mal después de casi morir, pensó Makoto "eso es comprensible, es obvio cuando lo piensas, él está muerto y tú casi lo consigues" dijo con tranquilidad la gótica encogiéndose de hombros, eso sorprendió a la loba "¿no te parece extraño?" Preguntó incrédula la ojiesmeralda y la más baja negó con la cabeza "¿por qué me parecería extraño? Es un privilegio que pudieras hacerlo y tal vez tu padre tenía mucho que decirte antes de morir y no pudo hacerlo" contestó cambiando de pierna.

    La morena sonrió al escuchar eso y una vez más recordó a su padre y todo lo que platicaron en aquel mundo extraño, se dijeron tantas cosas, era como siempre había sido, antes de ser sesinado "creo que tienes razón Yuko... Soy bastante afortunada al poder comunicarme con él nuevamente" miró al techo y luego sintió un par de suaves labios besar su mejilla, la loba se sonrojó a más no poder al sentir eso "Y-Yuko... ¿Q-qué...?" pero la gótica la detuvo "no digas nada, es para que te mejores más rápido y puedas dormir un poco, como sea me voy a descansar" y tan veloz como llegó se marchó con las mejillas teñidas de carmín, la más alta sonrió como boba "vaya, estar herida me está comenzando a gustar" comentó cerrando los ojos para tratar de dormir. Yuko quedó recostada sobre la puerta de su habitación, el corazón le latía a mil por hora, parecía que se le iba a salir del pecho, se mordió el labio inferior y puso su mano sobre su pecho para empezar a calmarse "joder, ¿tanto me gustas skater? Sólo fue un beso en la mejilla... Cálmate Yuko" decía en voz alta con una sonrisa, "bueno ya, hay que dormir más tarde tengo escuela" y se encaminó a la habitación de huéspedes donde dormía y se dispuso a dormir.   

    En la mansión Marikawa lejos de la casa de la pelinegra, de una limusina color negra muy elegante, se bajó Chiga con el rostro serio, los sirvientes se pusieron en fila para darle la bienvenida a su jefe "bienvenido a la mansión señor Marikawa" dijeron en unísono los hombres y mujeres él sólo dio una pequeña sonrisa a modo de saludo y entró a la gran estructura, al entrar pudo ver a su esposa en la gran sala de estar que lo esperaba con una sonrisa "bienvenido mi amor" dijo ella y él sonrió mostrando su blanca dentadurá y fue con ella, la estrechó entre sus brazos y la castaña lo besó con mucha necesidad, al separarse el pelirrojo la miró sin dejar de abrazarla "se siente tan bien que mi hermosa esposa me haya esperado y resivido con tan cálida bienvenida" dijo mirándola a los ojos, Agura se sonrojó y eso hizo que su esposo sonriera más todavía "te ves hermosa Agura" dijo el ojiazul besando su frente "y tú tan apuesto Chiga" respondió ella "por cierto, me resiviste con un gran beso pero... ¿Dónde está Yashida?" Preguntó el vampiro esperando que su hijo le diera una bienvenida, la pálida mujer suspiró con tristeza "lo siento Chiga pero... Yashi no se ha sentido bien desde hace dos semanas... Él... Él se ha negado a salir de su alcoba y también se ha negado a hablar con alguien desde entonces" decía preocupada la vampiresa, el pelirrojo frunció el ceño también preocupado, "¿qué le pasó?" Soltó a su esposa del abrazo y ella se alejó un poco "no lo sé, no estoy segura pero creo que tuvo una pelea con alguien" admitió tapándose la cara con ambas manos, el vampiro la calmó y consoló un rato "tranquila mi amor, voy a hablar con él, debemos saber qué le ocurre, vamos" invitó pero ella negó con la cabeza "es mejor que vayas tú, si no me habló en todo este tiempo quiere decir que no desea que yo me involucre" dijo sonriendo la ojimiel, Chiga asintió y subió las escaleras para poder llegar a la habitación de su hijo.

    Mientras tanto, Yashida como siempre se encontraba sobre su cama recostado, su apariencia estaba descuidada, su cabello estaba despeinado y se notaba que le empezaban a salir algunos bellos faciales, tenía ojeras y estaba más delgado de lo normal ya que casi no comía, estaba mirando el techo de su habitación como si este tuviera todas las respuestas a sus preguntas, unos suaves golpes en su puerta le llamaron la atención, desidió no prestarle atención, de seguro es mi madre otra vez, pensó el castaño dándole la espalda a la puerta pero los golpes no sesaban "Yashida, soy yo, por favor abre" era su padre ¡¡su padre!! Y rápidamente saltó de su cama y corrió hasta la puerta de su habitación, la abrió y ahí frente a él se encontraba su padre, que al mirar su estado le dio una mirada preocupada... "Yashida..." pero el joven se adelantó "padre, antes de que me reprendas y me des uno de tus sermones debo hablar contigo sobre algo importante" le dijo desidido, tanto que el pelirrojo se sorprendió "bueno, si es tan importante está bien, vamos a mi estudio" propuso el vampiro mayor y su hijo aceptó, ambos se encaminaron al lugar de destino y al llegar el pelirrojo cerró con llave para que nadie pudiera entrar e interrumpirlos, una vez hecho esto el hombre se sentó en su silla mientras que el castaño se sentó frente a él "bueno, ya estamos aquí, ¿de qué querías hablarme?" Preguntó finalmente Chiga entrelazando sus dedos y mirando a su hijo, este estaba algo nervioso... No sabía que le iba a contestar su padre... Entonces tragó grueso y miró al mayor "quisiera que... Que me contaras sobre lo que pasó con los Konohana luego de que Hotaru... De que Hotaru quedara en ese estado" dijo con algo de dificutad... Su padre se puso serio, ambos enfrentaban sus azuladas miradas en silencio "ya veo, entonces... ¿Qué sabes de eso?" Preguntó Chiga y el castaño cerró los ojos por un momento, "pues... Hace un par de semanas tuve un enfrentmiento con Makoto Konohana y ella... Ella me dijo que su padre... Murió tratando de salvar a Hotaru... ¿Es verdad eso?" Se atrevió a preguntar con nerviosismo el vampiro más joven, su padre suspiró y asintió "sí, es verdad lo que ella te dijo" Yashida sintió que su pecho se comprimía, entonces... Eso era cierto... Makoto no le mintió... Pero su asombro pasó a enojo y el chico se levantó de golpe de la silla.

    "¡Entonces porqué nunca dijiste nada! ¡Sabías que los culpaba y que los odié por eso a los 3! ¡Cómo pudiste hacerme esto!" Reclamó el ojiazul enfadado con su padre, este no mostró emoción alguna y eso desesperó más al joven vampiro "¡¿POR QUÉ NO RESPONDES?! ¡MALDICIÓN! ¡¿ACASO NO TIENES SENTIMIENTOS?! ¡ERA TU AMIGO Y TU HIJA!" Gritó completamente furioso y al borde de las lágrimas, Chiga se levantó y se paró frente a su hijo con una expresión de total indiferencia, el chico no lo soportó más y le lanzó un golpe a su progenitor... Este movió tan sólo unos centímetros esquivando el golpe y abofeteó al castaño con mucha fuerza haciéndolo caer al suelo "¡no te atrevas a faltarle el respeto a tu padre Yashida! ¡Escucha primero antes de actuar!" Dijo severo el mayor con los ojos color rojo escarlata, el muchacho estaba en el suelo con su mano en la mejilla adolorida "si no te lo dije antes fue por respeto hacia Keitaro, él me pidió que no te dijera nada" Yashida abrió los ojos como platos y miró al mayor "¿q-qué?" Preguntó sin salir de su asombro "así es, él mismo me lo pidió, tu madre y yo queríamos decirte pero él se negó... Dijo que no hacía falta que lo supieras porque se sentía culpable de lo que le ocurrió a Hotaru... Dijo que como no pudo protegerla y no merecía tu perdón..." Dijo el pelirrojo con la voz pesada, Yashida no podía creer que eso fuera verdad... "P-pero dime ¿por qué parecía que no te importaba?" Preguntó el joven desconcertado "¿crees que no me dolió? Cuando tu madre me informó lo que le ocurrió a tu hermana viajé de inmediato para estar con ustedes... Me culpaba por lo que ocurrió, es mi hija y no la protegí... ¡NO LA PROTEGÍ!" Gritó con culpa en su voz y en su mirada... El ojiazul estaba presencindo algo desconocido para él... Nunca se imaginó ver a su padre de ese modo, tan vulnerable, tan herido, tan... Débil y entonces el asombro se intensificó cuando vio que el vampiro mayor comenzaba a derramar lágrimas de sus ojos... Ya no sabía que hacer "me dolió que mi niña sufriera ese ataque mientras estaba en otro lugar en vez de protegerla... Keitaro hizo lo que pudo y se sentía igual que yo... Él decidió ir en búsqueda del desgraciado que le hizo esto a mi pequeña vampiresa, yo quise ir con él pero se negó alegando que era su culpa y que no le iba a volver a fallar a mi familia nuevamente... Yo acepté con la condición que me mantuviera informado de todo, y por eso me hizo prometerle que no te diríamos nada... Que estaba bien si se ganaba tu desprecio... Que se lo merecía, y cuando supe que él había muerto me derrumbé nuevamente y me sentí como la peor escoria sobre a faz de la tierra, mi gran amigo estaba muerto... Y sentía que todo había sido mi culpa, no pude proteger a Hotaru ni tampoco a mi amigo... Fui a buscar sus restos y todo lo que encontré fueron unos huesos de hombre lobo... Fue lo más horrible que pude presenciar... Pagué para que hicieran una prueba de ADN y resultó que esos restos eran de él... No tienes idea lo mucho que me dolió informarle a Setsuna y Makoto que Keitaro estaba muerto... Tener el semblante inexpresivo cuando... Cuando lo dije y verlas llorar tan desgarradoramente..." Decía sentándose en el suelo junto a su hijo... El pelirrojo no dejaba de sollozar, Yashida comenzaba a darse cuenta de muchas cosas... "Lamento mucho si pensaste que nunca me importó lo que le ocurrió a tu hermana, soy una persona importante y siempre debo mantener las apariencias... Siempre aunque eso implique ser indiferente ante las personas que más amo... A tu madre, Hotaru y a ti Yashida... Perdón por parecer que nada me importaba... Lo siento tanto hijo..." Chiga estaba completamente destrozado... Por primera ver en su vida su padre era totalmente sincero con él... No pudo soportarlo y también empezó a sollozar junto a su progenitor "l-lo siento... Lamento haber sido un maldito dolor de cabeza para mamá y para ti... No tenía idea que te sentías de esta manera papá..." Se sinceró el castaño también y su padre le dio un fuerte abrazo, se sentía tan bien poder hablar así con su padre... Poder arreglar las cosas con él... "Tú nunca serás un dolor de cabeza para nosotros, te amo hijo" y el caastaño se aferró a las ropas de su padre llorando más fuerte "t-también te amo p-papá" decía el joven, detrás de la puerta del estudio se encontraba sonriendo y llorando en silencio Agura, "al f-fin... Al fin" y se dejó caer al suelo cerrando sus ojos.

    Ya eran las 9:30 AM y en la habitación de la joven loba se encontraba esta comiéndose una montaña de comida, su madre sonreía mientras que Enzo y Kykio estaban atónitos, "eso es Mako, come mucho para que recuperes fuerzas" decía con cariño su madre cruzando sus brazos "jamás pensé que una chica de su figura comiera tanto..." Aclaró el rubio rascándose la cabeza un poco "sí... Cuando cenó con nosotros no comió de ese modo..." habló ahora la castaña clara y la joven loba se detuvo algo apenada "b-bueno es que... No quería ser descrtés con ustedes... Además ahora tengo mucha hambre... Fueron dos semanas inconcsiente, perdón" dijo muy apenada la pelinegra, enseguida la mujer y el hombre se sintieron mal "¡n-no! Descuida Makoto, es más si quieres más yo misma iré por la comida" habló de inmediato la pálida mujer "sí, estamos en confianza, siéntete libre de pedir lo que necesites" completó Enzo con una sonrisa haciendo ambos sonrojar a la más joven "gracias, de verdad" y les regaló la mejor sonrisa que tenía, su madre se sintió muy afortunda por tener tan buenos amigos... De no ser por ellos... Su hija abría... La castaña sacudió la cabeza,debía dejar de pensar en eso, Makoto estaba viva, estaba con ella y sus heridas sanaban bien "mamá ¿me das un poco de jugo por favor?" Pidió la ojiesmeralda y su madre no tardó en servírselo "aquí tienes hija, ve más despacio o te vas a atragantar" y la pelinegra se rió un poco y se tomó el contenido del vaso.

    Poco tiempo después la morena ya había deborado toda la comida quedando satisfecha, y entonces era el turno del rubio de hacer su parte "muy bien chicas, es el momento de revisar y limpiar las heridas de la paciente con permiso" dijo sentándose junto a Makoto con todo lo necesario para el trabajo "bueno, yo debo ir a hacer algunas cosas" dijo la castaña clara saliendo de la habitación, quedándose el rubio y la castaña "muy bien Mako, hay que quitar primero el vendaje" y comenzó a retirar las vendas del cuerpo de la pelinegra, una vez hecho le dio un vistazo a las heridas de la morena, pero las herisas ya estaban casi cerradas, esto desconcertó a Enzo, aunque él fuera un excelente enfermero las heridas de la menor no pudieron haber sanado así de rápido, mínimo debería ser en unas 4 semanas "vaya Mako, tal parece que estás bastante mejor... Es sorprendente lo rápido que sanas, una semana más de descanso y estarás lista para volver a la escuela" dijo sinceramente un contento aunque confundido Enzo la morena sonrió de oreja a oreja feliz por la noticia "¡mamá es asombroso! ¡Podré estar de vuelta en la escuela con Yuko!" Y tanto Enzo como Setsuna le dedicaron una sonrisa pícara haciendo sonrojar a la pelinegra como un tomate "¡n-no es l-lo que están pensando! ¡S-sólo somos amigas!" Se apresuró a decir la chica "vamos, vamos no hay por qué avergonzarse hija, Yuko es una chica muy linda, no es de sorprender que te guste tanto" y la chica bajó la cabeza bastante apenada, el hombre rió al recordar que él se ponía de la misma manera cuando le insinuaban sus colegas que Kykio le gustaba, así que decidió seguir con lo suyo "tranquila Makoto jajajajaja, ven hay que seguir curando las heridas" la chica obedeció y se dejó hacer.

    Mientras tanto, Yuko iba de camino a su casa después de un "extraño" incidente en la escuela, por lo cual tuvieron que mandar tanto a estudiantes como a profesores a sus hogares, pero la pálida chica no estaba sola, detrás de ella se encontraban tres personas más, su hermana Miyu quien venía hablando animadamente con una peliazul que la gótica nunca pensó invitar a su casa, Eo y por último pero no menos importante, el pequeño lobezno gélido, Kohaku, Yuko sonrió incrédula al recordar cómo el hada le suplicaba que la llevara a visitar a su amiga Makoto, fueron tantas las veces que se negó pero eso no detuvo a la ojiceleste, sino que su insistencia aumentó a tal grado que se volvió casi insoportable para ella... Diablos, tal vez si acepto me deje en paz, pensó la de mirada grisácea. Sin embargo, era muy esperado que el chico quisiera ver a la mayor, pero lo que le sorprendió fue que Kohaku era amigo de su hermana menor, se conocían desde hace algún tiempo además de que estudiaban en la misma escuela... Y nunca se enteró hasta ahora, vaya suerte, pensó... Cerró los ojos y rió por su suerte, después de haber caminado por tres cuadras, al fin llegaron a la casa de las hermanas.

    "Bueno, esta es nuestra casa" dijo la pelinegra con algo de cansancio y abrió la puerta dejándolos entrar a todos, "mami ya estamos en casa" dijo la pelicobrizo algo fuerte para que la escucharan, "voy en un momento" respondió la mujer "bueno, ¿quieren algo de beber chicos?" Preguntó Miyu con una gran sonrisa haciendo sonrojar al muchacho, "un poco de agua por favor" dijo Eo sonriendo "n-no gracias, estoy bien" contestó Kohaku rascándose la nuca y enseguida la niña fue a buscar el agua para su "nueva amiga" dejando a los tres en la sala de estar, varios segundos después apareció la castaña clara, que quedó un poco sorprendida por ver a Eo y Kohaku ahí... Sus hijas no solían llevar a nadie a la casa... "Vaya, qué sorpresa Yuko, no me dijiste que vendrías temprano y menos con amigos" dijo poniendo su mejor sonrisa "bueno, es que hubo un pequeño incidente en el laboratorio y el director nos tuvo que mandar a casa a todos... Espero no te molestes por haberlos traído" dijo Yuko algo peocupada, en cambio su madre negó con la cabeza "¿estás de broma? ¡Claro que no! Estoy feliz de que por fin trajeras amigos a casa hija, estoy muy orgullosa de ti" le dio un fuerte abrazo a su hija y esta se sonrojó "¿y cuál es el nombre de estos jóvenes?" Preguntó feliz la mujer, ambos chicos sonrieron "mucho gusto, mi nombre es Hamemiya Eo" hizo una pequeña reverencia y la mujer correspondió "yo soy Jygen Kohaku, es un gusto" saludó ahora el muchacho, "mucho gusto a los dos, soy Matsubara Kykio, espero que la pasen bien" saludó cortésmente a los chicos "Eo ten, aquí está tu agua" ofreció la menor y la peliazul le sonrió a modo de agradecimiento, "vengan, Makoto está arriba" informó la pelinegra seguida por todos bajo la mirada de su madre, "esa chica ha hecho maravillas con mi familia" y volvió a sus asuntos.

    El día pasó bastante rápido, y la sorpresa de Makoto al ver a sus amigos de visita le alegró más el día. No tenía idea que le importara tanto a ellos... Pero así era, hubieron bromas, discuciones agradables, risas y sabrosa comida, al tocar las 5:00 PM los visitantes tuvieron que marcharse a sus respectivos hogares, incluyendo a Enzo y Setsuna que tenían el turno en el hospital de noche, quedando así las chicas solas en la habitación, ambas en silencio total, pero no era un silencio incómodo y pesado, en cambio era muy agradable y tranquilo... Yuko leía un libro mientras que Makoto jugaba con el DS de Miyu. Pero esa tranquilidad no iba a durar mucho... Un golpe en la puerta llamó la atención de ambas quienes voltearon al tiempo "¿quién es?" Preguntó la gótica "soy yo hija, ¿puedo pasar?" Se escuchó la voz de Kykio "claro mamá" y volvió la vista a su libro, cuando la mujer entró Makoto abrió los ojos como platos y al ver eso la pelinegra miró en dirección a su madre quien no estaba sola... Junto a ella estaba un hombre alto de tez pálida, cabello naranja y traje elegante negro, a su lado una mujer que pocas veces había visto, castaña de ojos miel y un vestido largo y negro, por último... Estaba el castaño con una mirada sumisa y algo apenada... No podía creerlo... Toda la familia de Yashida a ecepción de su hermana mayor estaba ahí... "h-hola Yuko, Makoto..." Las dos se quedaron en shock bastante alarmadas.                        

    Después de terminar su trabajo, el vampiro de tez oscura estaba caminando por un cendero en el bosque... Dejó atrás el cuerpo sin vida del chico que hace varias horas antes perseguía... Su ropa estaba llena de sangre y algo desgarradas... metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó un celular, marcó un número y lo colocó en su oreja, "habla Haruka, ¿cuál es su informe?" Respondieron del otro lado "aquí Peter Hutcherson, acabo de eliminar al enemigo y voy en camino a la fortaleza, espero poder hablar con el señor Persival a mi regreso si es posible" dijo el castaño oscuro, "bien hecho, le informaré enseguida al señor Persival, espere un mensaje con su respuesta, hasta pronto y buen trabajo Peter" y se cortó la llamada, el hombre guardó el aparato y siguió con su caminata sin siquiera tener una pizca de remordimiento por sus acciones.

 

Fin del Cap. 20 

Notas finales:

    Gracias por leer, me hacen muy feliz, especialmente en estos problemas tan duros n.n/ SHIKI se despide


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