Vagos recuerdos inundaban la cabeza de Kim Taehyung, la cual le dolía a mil demonios, haciendo que, con el ceño fruncido, abriera los ojos con esfuerzo, abriendo uno y posteriormente el otro, hallándose en una habitación que no era la suya, pero le resultaba extrañamente familiar.
Llevo su vista hacía debajo de las sabanas blancas que le cubrían, dándose cuenta de que yacía totalmente desnudo.
Un escalofrío recorrió sus sentidos a través de los quimiorreceptores, haciendo que se intentará levantar, para coger su ropa, la cual estaba tirada de forma desordenada sobre la moqueta del suelo. Al incorporarse, un punzante dolor en su baja espalda, obligo al joven pelipurpura a sentarse nuevamente, resurgiendo del dolor, algunos de los recuerdos de la alocada noche de ayer, de forma que se estremeciera ante el pensamiento del tibio tacto del cuerpo que se movía sobre él en un lento y placentero vaivén, creando una irremediable fricción, el perlado sudor de ambos fundiéndose, los incontrolables gemidos de placer que inundaban la habitación así como la delicada esencia esparcida por las sabanas arrugadas por la pasión y el descontrol del momento. Se llevo las manos a la cabeza, fingiendo dolor, mal diciéndose una y otra vez entre dientes.
No lo podía creer, lo había vuelto a hacer.
Kim Taehyung no era de esos que se dejaban llevar, tampoco solía pasarse con el alcohol y por supuesto, tampoco se acostaba con el primero que se le cruzaba, d hecho, su mejor amigo Park Jimin, lo solía tachar de estrecho por no salir a divertirse como el susodicho estaba acostumbrado a hacerlo, no obstante tampoco quería ser un estrecho como bien lo hacía llamar su amigo, simplemente se hacía respetar y eso obligaba a que no se fuera a la cama con cualquiera que mostrara claras necesidades de sexo.
Sin embargo, solo una persona en esa ruidosa ciudad, podía ser capaz de hacer erizar su piel con solo hablarle, hacer que perdiera el control, tanto mental como físico, este rompía todas las barreras que al pelipurpura tanto le había costado levantar.
Y eso hacía que no solo odiara a dicha persona, si no que se odiara así mismo desde el fondo de sus entrañas.
Y todo era culpa de Jung HoSeok.
El sonido de la puerta que separaba otra habitación contigua a la que estaba, alertó al joven, que con rapidez, tapo su cuerpo delgado y desnudo con las sábanas antes de que se abriera la puerta de par en par.
Una cortina de vapor fue desprendido de allí, dejando ver a un alto cuerpo, trabajado y exuberante, adornado con pequeñas gotas de agua que caían de su pelo mojado sobre su tonificado torso, cubriéndose solo las partes intimas con una toalla.
Tae lo miró estupefacto, maravillándose con las vistas, el mismo lo sabía, el mayor tenía un cuerpo increíble, no obstante, no tardo en abofetearse mentalmente por sentirse tan atraído por él, atrayendo así su parte racional del cerebro, sin dejar que su hemisferio derecho tomara el control de sus acciones.
''Buenos días, bebé'' Saludo, acercándose al más bajito, dejando un casto beso sobre sus ásperos labios, sin llegar a ser correspondido, no importaba para HoSeok, quien muy a su pesar, ya estaba acostumbrado al trato tan hostil por parte del muchacho.
Se alejo para situarse frente al armario, dejado caer la toalla que le cubría, enseñando así sus firmes nalgas, era un culo perfecto a los ojos del pelipurpura, digno de todo un atleta o un modelo, que tonterías, para Taehyung era mucho más que eso, era la mismísima reencarnación de Apolo.
El alto saco del armario ropa interior y unos pantalones elásticos que no tardo en ponerse, además, saco otros pantalones grises, una fina camiseta y otros calzoncillos, los cuales dejo caer sobre la cama, junto donde estaba recostado el menor.
''Toma ,puedes darte una ducha si quieres'' Ofreció el galán a la vez que le guiñaba un ojo de forma coqueta, haciendo que un tenue rubor adornara las morenas mejillas del chico.
Por mucho que odiara darle la razón al mayor, no se negó a una buena ducha, de hecho, lo agradecía. Siempre que pasaba eso, recurría a una cálida ducha, enfrascándose en sus pensamientos y su música que no tardaba en tararaear, sintiendo como sus tensos músculos se relajaran, haciendo que su punzante dolor se desvaneciera por segundos.
Además de que aún estaba sudado del gran desgaste físico de esa noche, sin hablar ya, de lo asqueado que se sentía de sí mismo.
Se metió en la ducha, no sin antes sin coger la ropa que le había proporcionado el mayor, dejando al susodicho tendido sobre la cama. Encendió la regadera, deleitándose con el tibio contacto del agua humedeciendo su cabello, su rostro y posteriormente, el resto de su cuerpo, a la vez que regulaba la temperatura, sintiendo así su cuerpo relajarse, cada musculo o articulación tirante, ahora se mantuviera en completa tranquilidad.
No tardo en terminar de asearse, se seco con velocidad y se coloco la ropa que HoSeok le había dado. Le quedaba como anillo al dedo, obviamente, era supropia ropa.
El menor sonrió internamente al pensar que el alto aún conservaba su ropa en el armario, eso le hacía querer pensar que todavía esa chispa no se había apagado, no obstante abandono esos pensamientos de forma instantánea.
Salió del baño, hallando a HoSeok justo en el mismo lugar, con las manos posicionadas sobre su nuca, mirando al muchacho con una lasciva sonrisa, viendo como su pelo, aún mojado, caía sobre su frente, goteando levemente sobre el rostro del joven.
El menor de acerco a la cama, recogiendo su ropa, la cual seguía esparcida por el suelo. Sin articular palabras, HoSeok noto la presencia del pelipurpura y con rapidez, en el momento en el que Tae se acerco de más a la cama, le tomó de la mano y lo jaló hacia él, provocando que cayera sobre el colchón estrepitosamente, recibiendo un sonoro quejido como respuesta del pequeño.
'' Bebé, Te eche de menos'' Musitó con una sonrisa ladina, esas que tanto le gustaba y a la vez odiaba Taehyung.
''¿A mí o al sexo?'' se atrevió a preguntar, ironizando a más no poder con cierto desdén, provocando que el mayor enarcara una ceja.
''A ambos'' respondió divertido, con el mismo t0ono utilizado por el pelipurpura, buscando razón para molestarle otra vez, al mayor le encantaba chincharlo y ver sus tiernos enfados, no obstante, las cosas no eran como antes.
''Sigues siendo igual de subnormal'' afirmo el muchacho, tratando de zafarse del agarre del pelicastaño, propiciándole pequeños codazos en el fuerte costillar del alto, aun que lo único que conseguía era que el mayor, lo acorralara con más firmeza a él, haciendo que Taehyung captara la calidez que tantas ves HoSeok le había proporcionado.
Ese momento hizo que el joven sonriera mentalmente con nostalgia y tal vez con cierto enfado.
''Suelta, iré a mi apartamento, puedes buscarte a alguna puta que te siga satisfaciendo'' añadió sintiendo como los firmes brazos que le rodeaban, perdían su fuerza, liberando al pequeño, no sin antes, depositar tiernos besos sobre el cuello de este.
Kim Taehyung froto la longitud de su cuello, fingiendo desagrado, aunque realmente, aquellas muestras de afecto, hacían que piel ardiera allí donde el mayor tocaba y que un sin fin de antiguos sentimientos, resurgieran de forma irrefrenable.
''Supongo que eso haré'' contestó burlón ante la falta de cariño por parte del otro.
Algo molesto ante la indiferente respuesta, Taehyung se levantó de la cama con rapidez, atando los cordones formando un perfecto lazo en sus zapatillas, saliendo por la puerta, dejado a un HoSeok sobre la cama, con una perfecta sonrisa coqueta, que seguía atentamente con la mirada al joven hasta que salió por la puerta.
Un fuerte sentimiento entremezclado con melancolía e impotencia recorrió la mente del mayor.
El realmente amaba a Tae, probablemente más de lo que nunca pensó que se podía querer a alguien. Pero su jodidisimo orgullo y su alto ego, le impedía decirle sobre la situación que el ataba y sus sentimientos al chico.
Como bien había dicho el pelipurpura, HoSeok abastecía sus instintos sexuales con ligues de una noche, no importaba su sexo, solo quería desahogarse. Había intentado mil veces desenamorarse del muchacho, pero le era totalmente imposible, le quería, quería su cuerpo, su delgadez, su tez morena, sus alocados cambios de cabello, sus tupidas pestañas, así como de forma equitativa, su carácter, sus mohines, sus enfados, su sonrisa, su inocente destello en la mirada y su agradable y profunda voz. En resumen.
El amaba todo de Kim Taehyung.
Por otro lado, el susodicho no se quedaba atrás, era bien cierto que lo que sentía por el mayor no era mera palabrería, y estaba claro, que sus sentimientos seguían a flote, pero el dolor sufrido le obligaba a alejarse, se hería para evitar un mal peor y el dolor fuera totalmente inaguantable para su aún inexperto órgano bombeante.
Cada vez que el castaño, le dedicaba honestas sonrisas, el corazón de Tae se sacudía y latía de forma descontrolada, haciendo que un leve atisbo de esperanza se reflejara en su mirar, no obstante, no tardaba en retractarse de todo eso al recordar lo mucho que el mayor le había hecho sufrir, y aún que el odiaba su situación, no podía simplemente perdonar lo ocurrido. Muchas eran las veces, que se encontraban en bares, cada uno intentando rehacer su vida, y con unas cuantas copas de más, se olvidaban de lo vivido y disfrutaban el momento. Pero eso no era lo que querían, más que nada, porque Kim taehyung pensaba que HoSeok solo quería sexo con él, de igual forma que él pensaba que el menor le odiaba y solo aprovechaba su enamorada situación.
Un querer y no poder.
Un amor tal vez unilateral en la mente de cada uno.
Amándose secretamente, sin exhibirlo abiertamente.
Estar juntos no era una opción.
Y a pesar de que su corazón lo pidiera a gritos, Ellos simplemente no podían estar juntos.
Tal vez, no estaban hechos el uno para el otro.
Eran polos opuestos.