Siempre era lo mismo, al principio lo destrozó, conforme paso el tiempo dejó de importarle, pero seguía doliendo y comenzó a sufrir en silencio…
Cuando cumplió seis años, sus padres lo llevaron al zoológico de la ciudad vecina y por un descuido terminó perdido, fue en ese momento que conoció a Jack, un niño un año mayor, de cabello blanco platinado, ojos zafiro y con una gran sonrisa en su rostro. Jack lo tranquilizó, le hizo reir y en todo el tiempo que estuvo perdido el mayor lo tomó de la mano y jamás lo soltó. Fue muy duro para él despedirse, pues Jack era de un pueblo diferente y a pesar del corto tiempo que estuvieron juntos ya lo consideraba un amigo. una semana después se alegro al ver a Jack en su pueblo; sus padres tenian planeado mudarse al pequeño pueblo de Berk por ser un lugar tranquilo y amabre, desde entonces estuvieron juntos, explorando, jugando, riendo, y en cada cumpleaños del menor siempre iban al zoologico, el mayor lo tomaba de la mano, nunca lo soltaba hasta regresar a casa y a los trece ya sabía que le gustaba su mejor amigo, pero nunca se atrevió a decírselo por miedo a que ese amor no fuera correspondido.
El año más difícil fue cuando Jack tuvo que irse a la ciudad para seguir estudiando, quería decirle que lo amaba, pero lo único que pudo hacer fue desearle buena suerte y que dentro de un año se volverían a ver, y a pesar de que se hablaban todos los días y se escribían una carta a la semana, no era suficiente, quería verlo, pero eso sólo sería posible cuando entrara a la preparatoria, dentro de un año.
Entrando a la escuela intentó independizarse completamente; busco un lugar donde vivir cerca de la escuela, pero para su mala fortuna todos los lugares eran muy caros para él, así que se resignó con un pequeño departamento a las orillas de la ciudad, intento buscar un trabajo cerca de su nuevo hogar, pero el único trabajo agradable que encontró fue en una pequeña librería a tres horas de su departamento. Iba a ser difícil, pero estaba cerca de Jack y eso era suficiente para él.
El primer mes fue el más horrible de su vida, despertarse a las cuatro y media de la madrugada, irse a las cinco, entrar a la escuela a las ocho, salir a las dos, entrar a trabajar a las tres, salir a las nueve, regresar a casa a las doce para hacer las tareas faltantes o estudiar y terminar durmiéndose a la una de la madrugada. Gracias a esa rutina pasaba poco tiempo con sus amigos y Jack comenzaba a preocuparse. Intentó saber que pasaba pero el menor siempre evadía el tema, hasta que en plena exposición cayo inconsciente y tuvo que ser ingresado al hospital durante una semana por una fuerte anemia, en esa semana fue horriblemente regañado, iniciando con el doctor, pasando por la enfermera que lo cuido, su madre, los padres de Jack, sus amigos, la dueña de la librería, su casera, el director de la escuela, sus vecinos, y en ningún momento Jack se hizo presente.
Ya recuperado fue directo a su departamento y al entrar se encontró con un molesto Jack, en el momento en que iba a disculparse el mayor lo abrazo y empezó a regañarlo entre susurros, y como cuando eran pequeños, esa noche durmieron juntos.
Cuando su mejor amigo le ofreció que vivieran juntos se alegró de muchas maneras: en primera porque dividirían las cuentas de la renta, luz, agua, etc. En segunda porque el departamento estaba en el centro cerca de la escuela, de su trabado de medio tiempo, de la biblioteca y de varios lugares que frecuentaba; el departamento estaba ubicado en un gran lugar, y todo por un precio muy bueno, de verdad que seguía preguntándose como Jack había conseguido un lugar bien ubicado, cómodo, grande y a un precio muy barato. Y en tercera y la más importante para él, estar cerca de la persona que amaba.
- Hipo - se escuchó una voz fuera de la puerta - ¿podrías abrir?
En el comedor se encontraba el susodicho, de piel bronceada con pequeñas pecas adornando su rostro, cabello caoba rojizo y ojos esmeralda, la mesa se encontraba llena de libros y él estaba concentrado leyendo.
- Vamos dragoncito, sé que estas adentro
- aahhh… - suspiró y retiró la vista del libro - es la quinta vez en esta semana, ¿Qué no tienes un juego de llaves?
- Claro que tengo un juego, pero…
- Entonces ocúpalas, para eso sirven - siguió leyendo mientras comenzaba a escribir
- Gracias genio - dijo con sarcasmo - nunca se me hubiera ocurrido - guardo silencio por un momento - vamos, que deje mis llaves adentro, está anocheciendo y hace frío
- ¿Qué no te gusta el frío?
- Ya sabes que si pero traigo a una lindura conmigo y no es muy cortés dejar que agarre un resfrío
Hipo rodo los ojos y dejo caer su cabeza en la mesa - oooh no de nuevo - susurro
- oooh sí - contesto como si hubiera escuchado al menor - es una belleza - se escuchó una pequeña risa que molestó al oji-verde - así que abre de una vez pequeño dragoncito
- Me gustaría abrirte, pero recuerda lo que dijo el doctor, reposo y nada de esfuerzos innecesarios - dijo imitando la voz de su doctor
- Eso fue hace meses - escucho a Hipo reír - bien, sólo recuerda que Jack Frost siempre gana - guardo silencio por un momento - oye preciosura - apoyo una mano en la pared - ¿ya te conté cuando Hipo perdió una apuesta y tuvo que ponerse un vestido durante un día entero?, parecía una mujer, es más, tengo una foto de ese día en mi celular, se la tome a escondidas - y antes de que sacara su móvil, Hipo ya había abierto la puerta y Jack sonrió victorioso - Jack 20, Hipo 0
Hipo lo vio desafiante y dejo que pasaran mientras observaba a la nueva amiga de Jack; alta, de piel bronceada, cabello largo color castaño y ojos azules, soltó un suspiro resignado y cerró la puerta.
- waaa… - grito entusiasmada su acompañante - que grande es tu departamento
- Lo sé - respondió el oji-azul sin prestarle importancia - por cierto - se acercó a Hipo y paso un brazo por su hombro mientras lo señalaba - él es Hipo, un gran amigo y compañero de departamento
- Un gusto conocerte - saludo cordialmente Hipo mientras Jack se separaba del menor
La oji-azul se le quedo viendo un rato - es cierto - se acercó a observarlo mejor, de arriba abajo
- ¿he? - pregunto confundido Hipo
- Tienes razón Jack - sonrió alegremente la oji-azul dirigiendo la vista al peli-blanco - tiene facciones muy finas, como una mujer
Hipo se sonrojo, casi siempre le decían lindo o tierno, pero esa era la primera vez que una de las nuevas amigas de Jack le hacía ese comentario
- waaa… - grito de emoción - que lindo te pones cuando te sonrojas
- Gra… ¿gracias?
- Ya quiero que Jacky me enseñe tu foto con el vestido, no te molesta que la vea, ¿verdad?
- No… - vio los ojos esperanzados de la oji-azul - claro que no me molesta - mataría a Jack después de esto pensó mientras lanzaba una mirada asesina hacia su amigo
- Por cierto, Jack me dijo que eres del pueblo de Berk - al escuchar su pueblo natal Hipo dejo de prestarle atención a su amigo - mi abuelita vivió un tiempo en el pueblo, tenía una panadería
- El rayito de Thor - contestaron al unísono
- ¿La conoces? - pregunto alegre la oji-azul
- Claro, iba todos los días a comprar rollos rellenos de chocolate, tu abuela era muy amable y siempre me regalaba galletas con forma de dragón
Mientras los dos hablaban Jack los contemplaba minuciosamente, los dos tenías la misma estatura, piel casi idéntica a excepción por las pecas que adornaban el rostro de Hipo, cabello cobrizo, ella ojos azules y el ojos verdes - mmm… que raro…- interrumpió la conversación - ustedes se parecen mucho, son como hermanos
La oji-azul y el oji-verde se quedaron viendo un rato
-Es cierto - dijo la joven - que bien - se alegró - siempre quise tener un hermanito - y con alegría abrazo a Hipo, quien solo se limitó a sonreírle de forma algo tímida
- Oh bien - los separo Jack - creo que es mejor que nos vallamos a mi habitación, ¿no crees?
- Claro - contesto alegre la oji-azul -mientras le iba a dar un beso en los labios pero el peli-blanco la detuvo
- En el pasillo, segunda puerta a la derecha - dijo Jack - ahora te alcanzo
- De acuerdo - asintió - nos vemos después hermanito Hipo - se despidió alegremente y fue directo a donde Jack le había indicado
- Claro - contesto Hipo sin mucho ánimo para después dirigirle una mirada desafiante a Jack - ni siquiera lo pienses
- No sé de qué me hablas
- Sabes muy bien a lo que me refiero - se dirigió de nuevo a la mesa a seguir con sus estudios - no quiero que la lastimes
- No haría eso, ella es diferente
- A si claro - soltó con ironía - ella es diferente, al igual que lo era la anterior, o la anterior, o la anterior… - se detuvo - todas son diferentes a la anterior, todas son especiales a las anteriores, todas no se comparan a las anteriores
- Bien, admito que cometí algunos errores
- 16 errores
- Gracias por llevar la cuenta mamá - comenzó a burlarse pero se detuvo al ver como Hipo lo miraba de forma fría - escucha Hip - se acercó detrás del menor que se encontraba sentado escribiendo en su libreta de apuntes - ella es diferente, es casi perfecta a comparación de las demás
- Perfecta… - se quedó pensando mientras el mayor se inclinaba y rodeaba su cuello con sus brazos en un ligero abrazo - la perfección no existe - soltó y siguió escribiendo
- Claro que existe - escondió su rostro en el cabello del menor - hay alguien perfecto en este lugar
Hipo dejo de escribir y ambos se quedaron un rato en silencio, donde solo se escuchaban las manecillas del reloj - bien, te creo Jack, pero por favor - alzo la vista para mirarlo fijamente - prométeme que no jugaras con ella para después desecharla como lo has hecho con las demás
- Prometo que no le haré daño a la persona que amo
- Bien - respondió no muy convencido
- Gracias Hipo - dijo Jack alegremente mientras se dirigía al su habitación
- A la persona que amas - mencionó Hipo cuando estuvo solo - jamás utilizaste esa palabra - y lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas
El verdadero dolor… es el que se sufre sin testigos