CAPÍTULO 6— EL INTRUSO.
Lo único que Luhan podía escuchar, era el resonar de los cubiertos y la animada charla de Victoria y Nickhun. Luego de que Sehun lo arrastrara lejos de Myungsoo, no pudo decir ni una palabra más. Era como si le hubiesen sellados los labios, y él no era exactamente un chico callado, a menos no con los conocidos.
Sehun no era ningún desconocido, pero tampoco conocido, quizás el motivo de su silencio era por la sesión de hechos que habían ocurrido esa mañana. Luhan no estaba seguro de contarles a sus amigos, al menos a Baekhyun. Se había comportado de una manera extraña cuando les comentó acerca de pronta convivencia con Sehun.
Por el rabillo del ojo pudo observar como Sehun comía, ¿es que no sentía ni una pizca de nervios? Él había estado debatiendo en que cubierto tomar y como usarlo, el hecho de estar al lado del menor le ponía los nervios de punta, pero al parecer a Sehun no.
—¿No sería una buena idea, Lu? —pregunto Victoria, muy emocionada.
—¿Perdón?
—¿No crees que sería buena idea hacer un viaje a China? Como familia, los cuatro—¿su madre había perdido la cabeza?
Ponerlo a él y a Sehun en un avión y en otro país no era bueno para sus nervios.
—Me parece muy buena idea, así podría conocer a tu familia, a tu madre—le dijo Nickhun a Victoria, era como si Luhan y Sehun no existiesen. Sólo podían verse a ellos mismo, su madre sí que estaba enamorada, al igual que el padre de Sehun. Luhan sintió un peso menos por ello.
—Me encantaría, pero la semana de exámenes se aproxima, y tengo que estudiar—trato de verse realmente triste, con una semana para el solo sin la familia feliz –más por Sehun- podría reorganizar sus pensamientos y aplacar sus nervios, si eso sería bueno.
—Tienes razón, Lu—Victoria pareció desanimada en un segundo, Luhan se sintió una mierda.
—Pero no se detengan por ello, puedo quedarme en casa solo. O puedo quedarme con Baekhyun—le sonrió a su madre para que su preocupación se fuera. Victoria podía ser un poco sobreprotectora, hasta llegar a los términos agobiantes, pero Luhan entendía a su madre.
—No lo sé, Lu. Nunca he salido por tanto tiempo dejándote solo—decía Victoria mientras fruncía el ceño, dudando.
—¡Mamá! Tengo veintiuno, puedo cuidarme solo—Luhan tenía un fuerte sonrojo, Sehun solo quería apretarle las mejillas.
—Tía, —el peli-plata se limpió los labios con la servilleta bajo la expectante mirada de Victoria—.yo puedo quedarme con Lu. Así no estaríamos solos, podemos cuidarnos uno al otro. Sé que soy menor que él—Luhan quería tener una estatuilla del Oscar y darle con ella en la cabeza a Sehun, y luego dársela como premio por su actuación—.Pero puedo cuidar de él, además sería bueno para nosotros. Conviviríamos y nos conoceríamos más de lo que lo hacemos. ¿No es cierto, hyung?
Sehun rodó uno de sus brazos en los hombros de Luhan, lo acerco a él y le susurro:
—Di que sí, a menos que quieras ser el culpable de que tu madre este triste porque su hijo no quiera formar lazos con la familia.
Luhan respiro profundamente, el diablo tenía razón. Su madre podía tener una idea equivocada, no es que Sehun le cayese bien, ni que Nickhun le cayera mal. Al contrario, Luhan presentía que podría llegar a adorar al hombre del cual su madre estaba enamorada, la vida le había sonreído de nuevo, y Luhan no era una bestia insensible como para quitarle la felicidad a quien más amaba.
Era a Sehun a quien no soportaba, solo por la súper-mega-híper razón de que el tipo le alborotaba todo sus sistema. Pero si a costa de eso su madre podía ser feliz, Luhan se sacrificaría.
—S-Sehun tiene razón, mamá. Así podríamos conocernos más. No se detenga por nosotros—Luhan sonrió, rápidamente se tensó cuando la mano de Sehun se deslizo por su espalda. “Maldito”.
—¿Qué piensas? —le preguntó Nickhun.
—No lo sé…
—Si lo que le preocupa es la seguridad, podemos quedarnos en mi casa. Min cuidaría de nosotros, de alimentarnos, por la noches las alarmas estarán encendidas, hay seguridad alrededor de ella. No se preocupe por ello, tía.
Luhan llego a la conclusión de que Sehun era un maldito bastardo manipulador. “Un maldito bastardo con una bonita sonrisa.” La lluvia de cachetadas mentales tronaron en el rostro de Luhan. Sus malditos pensamientos no tenían filtro.
—Está bien. Puedes quedarte—el sacrificio valdría la pena si su madre seguía sonriendo así.
*
Luhan se encontraba en su habitación tratando de hacer una tarea. ¿Por qué había escogido la clase de economía? “Ha, ya lo recuerdo.” El motivo por el cual lo había escogido, ya no sonaba tan primordial como antes.
Su madre había decidido seguir con su velada con Nichun y el diablo luego de que él se excusara y dejar la mesa, alegando que tenía mucho trabajo. Miró el reloj en su mesa de noche, según los brazos de Hello Kittie, eran las once con treinta y dos. Su madre aún no llegaba.
Regresó su vista hasta su computador, ahí observó su protector de pantalla, el cual tenía la misma figura que su reloj. Aun no comprendía como es que había tenido semejante obsesión con la gatita. Mucho menos porque aún seguía allí.
Cuando el reloj dio las doce, Luhan estaba listo para irse a dormir. Luego de cepillarse los dientes fue a su cama. Había sido un día muy loco, así que necesitaba sus horas de sueño para reponerse.
En el momento en que su cabeza toco la almohada quedo profundamente dormido.
*
Su madre solía decir que tenía el sueño pesado, pero Luhan estaba más que consiente de que alguien estaba con él en la cama. Quiso hacerse a un lado de la forma más silenciosa posible, pero parecía que estaba atrapado, no podía moverse. Sea lo que sea que lo tuviera apresado, lo acerco más y más a él. Le extrañó que se sintiera relajado ante tanta calidez, a su cerebro claro, ya que su cuerpo estaba disfrutando de lo más lindo al sentir el calor de lo que fuese que lo abrazara.
En su estado de somnolencia no había mucho que pudiera hacer, así que desconecto su cerebro y se apegó más a la fuente de calor, envolviéndola en sus brazos. Fuera lo que fuera se sentía bien.
Se estremeció cuando una respiración cálida golpeo su cuello. Maldición su sueño se sentía tan real. Quizás debería quedarse hasta tarde más seguido, podría acostumbrase a eso.
Justamente cuando estaba por caer en brazos de Morfeo, sintió algo cálido y húmedo en su cuello donde había sentido la respiración. Lo segundo que sintió fue una pequeña mordida seguida de una pequeña succión. ¿Cuándo había tenido un sueño húmedo? Nunca lo había tenido, pero esto casi era lo mismo, ¿cierto?
Si lo era o no, Luhan no tenía conciencia como para pensarlo dos veces, un ligero jadeo se escapó de sus labios al sentir como unas manos acariciaban su espalda y lo acercaban más a la fuente de calidez. La textura que sus labios sintieron, era suave, dulce es lo que Luhan diría si le preguntaban.
La extrema delicadeza con la que lo besaban hacia que su piel se estremeciera. Esto era mejor de lo que había pensado, los sueños podían parecer reales cuando se lo proponían. La persona que estaba a su lado insertó una de sus piernas entre las suyas y lo envolvió en sus brazos antes de darle un último beso en los labios y luego uno pequeño en la nariz.
Poco a poco fue cayendo profundamente dormido, haciendo que su cerebro preguntase si de verdad había sido un sueño.
*
Luhan se sobre salto cuando escucho la música rock golpear las paredes, haciendo que se cayese. ¿Qué estaba pasando? Su madre odiaba ese tipo de música, no podía ser ella. Sin darle tiempo de que menguara al dolor en su trasero, tomo uno de sus libros de tapa gruesa, como arma para defenderse.
Camino despacio, buscando la fuente del ruido. Los vecinos lo matarían por eso, pero él no tenía la culpa. El libro cayo de su mano cuando encontró a Sehun en el comedor desayunando. ¿Qué demonios hacia allí tan de mañana?
Luhan respiro profundamente de nuevo, caminó hasta el aparato de sonido y desconectó el enchufe con una fuerza que ni él sabía que tenía. Sehun se giró para ver qué pasaba con la música, cuando miro a Luhan con la guía del aparato, solo rodo los ojos y siguió desayunando.
—¿Qué haces? —pregunto Luhan caminando hacia él.
—Desayunando—respondió como si nada.
—Eso ya lo sé, Einstein.
—¿Entonces por qué preguntas?
—¿Pregunto, que demonios haces aquí? ¿Y dónde está mi madre?
—En mi casa.
—¡¿Qué!? —Luhan pego el grito en el cielo, ¿su madre no había llegado la noche anterior?
—Ahora comprendo porque Victoria no quería dejarte solo. Eres tan distraído, cualquiera pudo haber entrado a tu casa y matarte y no te darías cuenta—comentó mientras le daba una mordida a su sándwich.
Eso hizo que Luhan recordara su sueño, se sonrojo rápidamente al recordarlo, Sehun sólo lo observo por el rabillo de su ojo y continúo comiendo.
—Eso me recuerda, ¿Cómo entraste aquí?
—Victoria me dio la llave para que entrara, me dijo que habría algunas cosas que podría calentar para que desayunáramos.
Luhan observó la comida en la mesa, bueno, al menos Sehun no había intentado matarlo lo como lo haría cualquier intruso.
—Si no quieres perderte la primera clase al igual que ayer, yo que tú me daría prisa—dijo Sehun mientras enarcaba una ceja recordándole los eventos del día anterior, y su principal causa de la pérdida de su primera clase.
Luhan rodo los ojos.
—Me iré a dar un baño, bajo en unos minutos—dijo antes de darse vuelta y caminar hacia su cuarto.
—¿Es eso una invitación? —pregunto burlón Sehun haciendo que Luhan tomara nota de ponerle pestillo a la puerta de su cuarto.-
—¡Piérdete imbécil! —gritó caminado más rápido, Sehun rompió en carcajadas.
Sehun observó a Luhan y pudo notar una manchita roja en el cuello del cobrizo antes de que este desapareciera por la puerta. Miró el piso y sonrió. Quizás después de todo, si gustaba de Luhan.