CAPÍTULO 2— HUMILLACIÓN
Soltó un gruñido al recordar las palabras de Sehun. ¿Suyo? ¿De cuándo acá en su acta de nacimiento decía que le pertenecía a Oh Sehun? No veía ningún sello en su cuerpo así como las marcas que les ponen al ganado, pero así se sentía.
—No puedo creer que sea tan hijo de puta—decía Baekhyun mientras negaba con la cabeza.-
—¿Y ahora que voy a hacer? —soltó Luhan con un tono lastimero.-
—No te preocupes, Hannie. Todo saldrá bien—trató de tranquilizarlo Yixing.-
—Xing Xing tiene razón, Lu. Yo me encargare de poner a ese riquillo en su puesto, no dejare que nadie, ¡absolutamente nadie! Humille a mis amigos—concluyo Baek.-
A Luhan le brillaron los ojitos, por lo menos tenia a alguien que lo defendía. Claro sabía que Sehun con solo un dedo podría darle una paliza a Baek, pero al menos le consolaba que su amigo no daría tregua aunque estuviera con los dientes de fuera.
Luego de haber terminado de almorzar, Baekhyun caminaba furioso por los pasillos seguido por Yixing y Luhan. Baekhyun conoció a Luhan cuando llego a corea. Él mismo se burlaba de los chinos por su raro acento, cuando conoció a Luhan lo encontró tras un árbol llorando a causa de los abusos que sus compañeros le hacían. Se le encogió el corazón al saber la historia del de ojos avellanados. Desde ese entonces, se prometió así mismo cuidar de sus amigos y no dejar que nadie los lastimara. Sehun había humillado a Luhan, y eso no lo permitiría.
—¿Crees que esta sea una buena idea Baekhyun? —Inquirió Yixing.-
—Claro que sí—se dio la media vuelta mientras seguía caminando—No puede andar por ahí mangoneando a su antojo a nadie, mucho menos a Luhan. En el momento que lo encuentre le encestare un puñetazo en…—cuando se giró para mirar al frente se topó con el rostro sonriente de Sehun.-
—¿Dónde? —Preguntó el platinado mientras enarcaba una ceja.-
—¿Ah? —Yixing y Luhan miraban estupefactos como toda la ira y enojo de Baekhyun se convertía en tartamudez y un fuerte sonrojo en sus mejillas.-
—El puñetazo, ¿Dónde me lo darás? —la sonrisa de lado no se borraba del rostro de Sehun mientras veía directamente al más bajo.-
—¡Si Baek! Dile, dile que no todos le tienen miedo—alentó Luhan a su amigo.-
—¿Yo? —Baekhyun se enderezo riendo tímidamente—No para nada, solo m-me equivoque de p-persona—terminó mientras bajaba la mirada tímidamente con una tonta sonrisita.-
Luhan no podía creer que su amigo se estuviera comportando como una tonta colegiala. Había caído en el encanto de Sehun, quería arrancarse los cabellos, ahora sí que estaba jodido.
—Si no les molesta, tengo que llevarme a Luhan—dijo amablemente, mientras que el cobrizo negaba rápidamente.-
—Seguro, no tenemos clases hoy—acepto sonriente Baek al igual que Yixing le confirmaba con una sonrisa y un asentimiento de cabeza.-
—No, no, no oye yo no… ¡Suéltame! —gritó cuando Sehun lo tomo del cuello de su chaqueta y lo comenzó a arrastras, de nuevo.-
—Nos vemos luego—dijo Sehun antes de caminar con un cabreado Luhan.-
—¡Bye! —Gritaron Yixing y Baek mientras sonreían despidiéndose con sus manos.-
—¡Traidores! —Escucharon a lo lejos, pero no le dieron importancia.-
—Él si es El príncipe de la seducción—dijo Baekhyun mientras Yixing le daba la razón sonriendo.-
*
Llegaron al edificio de la facultad de artes donde Sehun tenía sus clases, lo arrastro un poco más hasta el aula de historia. El profesor Kim estaba dándoles la espalda, así que entraron sin ningún problema.
Hizo que Luhan se sentara de golpe en el pupitre a su lado. El cobrizo miro hacia atrás, ahí se encontraba Chanyeol sonriéndole, le guiño un ojo haciendo que Luhan se sonrojara. Poso su mirada hacia su lado izquierdo y ahí se encontraba Kai, sonriéndole, igual. Cerro fuertemente los ojos para luego respirara profundamente, tenía que calmarse, no podría hacer un numerito delante de la clase.
El profesor volvió su atención a los estudiantes y empezó a dictar la clase, Sehun poso sus pies encima del pupitre de Luhan, haciendo que este se disgustara, ¿Cómo demonios podría escribir si los pies de la bestia que tenía a su lado estaban encima de pupitre robándole espacio? El señor Kim miro hacia la zona donde estaban los chicos, la cabecita cobriza de Luhan le llamo la atención, el no recordaba que el fuera un estudiante suyo.
—Disculpa ¿Eres alumno de esta clase? —preguntó el profesor haciendo que Luhan se tensara.-
—No yo…-
—Creí haber dicho que no quería espectadores en mi clase—Luhan agacho la cabeza, y abochornado de puso de pie e hizo una reverencia.-
—Lo siento mucho, será mejor que me vaya—estaba por tomar sus cosas, pero las grandes manos de Chanyeol hicieron que se volviera a sentar de nuevo. ¿Qué demonios les daban de comer para que crecieran tan prematuramente?-
—Me temo que eso no será posible señor Kim—hablo Sehun en su misma posición. Luhan abrió los ojos al notar la actitud chulesca del tipo.-
—Si se podrá. Es mi clase y se hace lo que yo diga.-
—Luhan no puede irse, está tomando mis apuntes de la clase.-
—¿Eres tan holgazán que contratas a alguien para que escriba por ti? ¿También tienes uno para cuando quieras ir al baño? —el tono de voz del hombre era puro enojo, pero ni aun así, Sehun ni se inmuto.-
—No, no es así. Ha sido un mal entendido. Yo ya me voy—dijo Luhan mientras se ponía de pie.-
—Siéntate—dijo Chanyeol volviendo a empujar a Luhan hacia abajo—Bravo—dijo el alta mientras aplaudía y se ponía de pie—Lo admiro mucho señor Kim. Tiene agallas, mire que contestarle así al hijo del presidente de la universidad es de tener agallas.-
El hombre se puso pálido, si el presidente de la universidad se enteraba de cómo le había hablado a su hijo, podría despedirlo. Luhan vio como el hombre entraba en pánico, ellos no tenían que ser así con él. Le debían respeto. Enojado y un tanto confundido por la falta de autoridad del maestro, se puso de pie y hablo:
—No se preocupe señor Kim, está usted en lo correcto, no debería estar aquí será mejor que me vaya—caminó hasta la puerta, estaba a punto de salir, cuando la voz del catedrático lo debuto.-
—Alumno por favor regrese a su asiento.-
—Pero…—balbuceo el cobrizo, estaba confundido.-
—Dije que se sentara… y tome buenos apuntes.-
La mueca del hombre, que supuso que sería una sonrisa, le demostró cuan asustado estaba por perder su empleo. Pisoteo todo el camino hasta el pupitre y se dejó caer, la sonrisa de Sehun se hizo aún más grande. Bajó los pies de la mesa y se acercó a su oído.
—Recuerda esto Luhan, siempre obtengo lo que quiero.-
El cuerpo del cobrizo se tensó al sentir como el peli plata le besaba la mejilla. Se puso rojo hasta las orejas al escuchar la risa burlona de los amigos de Sehun… su vida sería un infierno.
*
Los empaques se caían uno tras otro. Se maldijo por no haber aceptado las bolsas que el empleado le ofreció. Había pateado tres veces la caja donde los pastelitos de Luna estaban empaquetados, estaba muy seguro que estaban hechas trizas, y ni hablar a lo hora que abrieran los refrescos.
Maldijo a Sehun y a su descendencia tres veces más. ¿Quién en su sano juicio comería semejantes porquerías? A Luhan le gustaban los dulces, alguno de vez en cuanto. Pero al parecer Sehun quería morir de un ataque al corazón por tanta grasa. Los deseos de comer pizza se fueron al traste luego de venir oliendo la caja por más de veinte minutos.
—Quiero almorzar pizza, también quiero que traigas una hamburguesa de queso doble, algunas golosinas y una coca-cola. Unos pasteles de luna y unos cupcakes. Y agrégale un bubble tea.
En el momento que la sonrisa burlona apareció en los labios de Sehun, las ganas de encestarle un puñetazo en su bonito rostro lo invadieron. Entonces recordó a los traidores de sus amigos, ya los haría pagar. Ahora solo tenía que llegar vivo con toda esa porquería hasta donde Sehun.
Llegando a la universidad, la bolsa de papas fritas volvió a caerse. Soltó una maldición y la cogió mientras hacía malabares con las demás cosas. Cuando recobro la estabilidad, puso un pie en el escalón, pero antes de poner el otro pie, se encontró cara cara con el piso. Se había dado una hostia de las buenas, la comida ya hacia esparcida por el piso de nuevo… pero no se explicaba cómo es que había caído, elevó su rostro. Una figura menuda formaba parte de su vista panorámica.
El chico -que al parecer era más bajo que él- lo miraba con odio puro. Cabello negro, pantalones negros ajustados, camisa azul eléctrico escondida bajo un buzo del mismo color, ojos grandes y negros, ojos que querían acribillarlo con balas, si eso fuera posible.
—¿Pero qué demonios te pasa? —Preguntó Luhan con el ceño fruncido una vez que se puso de pie.-
—Quiero que te alejes del príncipe—dijo el chico sin rodeos.-
—¿El príncipe? —¿A qué demonios se refería el enano?-
—De Sehun, quiero que te alejes de Oh Sehun.-
Luhan casi se hecha a reír al recordar el apodo por el cual llamaban a Sehun. Se dispuso a recoger las cosas diciendo:
—El príncipe ¿Eh? Menudo apodo. Lo que me faltaba, que el muy bastardo tenga un club de fans—decía mientras reía.-
—Te lo advierto desde ya, de lo contrario haré de tu vida un infierno—dijo el más bajo mientras se agachaba hasta quedar a la altura de Luhan.-
—Tú no eres nadie para amenazarme.-
Se defendió Luhan. Lo último que necesitaba era otro bicho raro que quisiera mangonearlo. Cuando creyó que iba ganando, el chico lo volvió a tirar al suelo haciendo que las cosas se esparcieran y el quedase sentado en una de las gradas.
—¡¿Cuál es tu puto problema?! —Rugió Luhan, estaba agotándole la paciencia.-
—Has lo que te dije, o de lo contrario todo el campus se enterara de tu secretito—le susurro burlón.-
—¿De qué estaba hablando? —pregunto Luhan confundido.-
—Luhan, ¿Estas bien? —Preguntó una vocecita a su lado.-
—¿MyungSoo? —Luhan no podía creerlo, su amor platónico estaba hablándole.-
—¿Qué es lo que sucede? —Volvió a preguntar el capitán con el ceño fruncido.-
—Nada. Solo advirtiéndole que no se acerque a lo que es mío—dijo en forma amenazante antes de irse. ¿Quién demonios era ese? Se preguntaba Luhan.
Myungsoo se acercó al cobrizo y lo ayudo a ponerse de pie. Luhan susurro un suave gracias y lo ayudo a recoger lo que había tirado. Estaba tan nervioso de estar cerca de él, que los empaques se caían de sus manos, haciendo que Myungsoo sonriera enternecido por el bonito color escarlata que decoraba las mejillas de Luhan.
—¿Estas bien?-
—Sí, estoy bien. Gracias por ayudarme—respondió sonriéndole.-
—De nada. ¿Quién era ese chico?-
—No tengo ni la menor idea—Myungsoo frunció el ceño.-
—Sea quien sea, no dejes que te intimide. Nadie.-
—Gracias por el aliento—dijo Luhan volviendo a sonrojarse.-
—De nada—volvió a decir Myungsoo mientras le sonreía y le revolvía el cabello—¿Comerás todo eso? —Preguntó divertido señalando todos los empaques.-
—¿Qué? ¡Ah!, no, no yo…-
—Wow, debes tener mucha hambre—¿Qué pensaría Myungsoo al enterarse que le estaba haciendo los mandados a un mocoso solo para que este no lo humillara frente a la universidad? Si lo creía cobarde luego de que un enano barriera el piso con él, no quería ni imaginarse como lo vería después.-
—Sí—comento riendo. “Maldito Sehun.”-
—Bueno, piensa en lo que dije. Tengo que irme, la práctica comenzara rápido—balbuceo el pelinegro antes de darle un beso en la mejilla e irse.-
Luhan se quedó paralizado. ¿Acaso Myungsoo lo había besado? Fue en la mejilla, pero beso era beso ¿no? Una sonrisa estúpida se formó en su rostro. No era tan invisible para el chico.
Quizás lo mejor sería declararle sus sentimientos hacia él. Si lo hacía, luego de ese beso, cabía la posibilidad de que el chico correspondiese a sus sentimientos, y también podría zafarse del idiota de Sehun. Mataba dos pájaros de un tiro.
Estaba decidido. Se le confesaría a Myungsoo.
Con su autoestima a un cien por ciento. Tomo todas las porquería y camino a paso decidido hasta el patio donde Sehun le había dicho que estaría. Estaba lleno de energía, sentía que podía con todo.
Cuando llegó a la mesa donde el grupo de idiotas hablaba de algo mientras reía. Con una sonrisa burlona, tiró los empaques haciendo que los envases de jugos y bubble tea se derramaran en la mesa. Los chicos pegaron un salto un tanto sorprendidos por la actitud del cobrizo. Luhan observó a Sehun, no le había gustado para nada.
—¿Qué mierda te pasa? —preguntó enfurecido.-
—Pasa que no dejare que me sigas chantajeando. Esta es la última vez que me das una orden—Sehun se burló.-
—¿Así que estás dispuesto a que toda la universidad se dé cuenta de lo cursi y patético que puedes ser? —vocifero enarcando una ceja. Luhan estaba a punto de explotar.-
—Por mí, te puedes meter la puñetera carta donde no te alumbra el sol—dijo escupiendo las palabras, se dio la media vuelta y comenzó a caminar. ¡Joder! Qué bien se sentía.-
—¡Esto no se quedará así Xi! —Gritó colérico el peli plata.-
—¡Llámame cuando toda esa porquería te de un paro cardiaco! ¡ANIMAL!-
Sabía que estaba tentando a su suerte, pero se sentía bien. Sentía que podía vencer a quien fuera. En ese momento no sintió miedo alguno por el chico que estaba enfurecido.
Las risas de sus amigos no se hicieron esperar. Las estridentes carcajadas de Tao se mezclaban con la ronca voz de Chanyeol y la risa de Jongin. El príncipe, el gran Oh Sehun acababa de ser enviado a la mierda con boleto de regreso por un chico con complejo de niña.
Sehun tomó la caja donde se suponía que debían estar los pasteles de luna. En efectivo, todos los putos pastelitos estaban hechos trizas. Murmuró una que otra maldición y arrojó lo que quedaba de los pasteles al suelo con fuerza bruta.
Luhan se las pagaría y muy caro. Nadie lo había humillado. No importaba cuan bonito e inocente se viera, Sehun sabía que había una pequeña fiera dentro de él. Y estaba dispuesto a domarla. No importaba todo lo que Luhan había dicho. Era su jodido esclavo y haría todo lo que él dijese.
Un par de ojos grandes y de color oscuro aparecieron en su vista panorámica. Rodo los ojos al darse cuenta quien era, el chico le sonreía, pero no estaba de ánimos para lidiar con él.
—¿Tienes hambre príncipe? —preguntó el chico con voz suave.-
—No me molestes Kyungsoo—Sehun lo hizo a un lado y paso de él, por el momento necesitaba estar solo.-
Jongin se acercó a Kyungsoo. El chico había estado enamorado de Sehun desde hace años. No importaba cuantos desplantes le hiciera este, Kyungsoo siempre lo buscaba. ¿Acaso Sehun era ciego que no podía ver la belleza del más bajo?
—No te lo tomes a pecho, Soo. Sehun no está de ánimos y ya sabes cómo se pone cuando esta así—dijo sonriendo.-
Esta vez fue el turno de Kyungsoo de rodar los ojos. Tiró el paquete de galletas al pecho de Jongin y se fue del lugar. Chanyeol y Tao observaron todo, el primero se acercó a su amigo y lo tomo del hombro como muestra de consuelo.
¿Cuánto más seguiría Jongin tratando de tomar las migajas que Sehun le dejaba?
*
Luhan estaba seguro que el sol brillaba más que nunca, los colores eran más nítidos y la gente parecía feliz. Hasta ese momento había olvidado el mal rato que Sehun le había hecho pasar, y la traición de sus amigos. Ahora tenía otra meta en mente.
Confesarle su amor a Myungsoo.
Caminó por los pasillos que conducían a la cancha de Basquetbol. Su última clase había acabado, por ende la práctica ya debería de haber terminado. Iba tan sumido en sus pensamientos, que ignoraba el hecho que todos le miraban y murmuraban cosas.
Su sonrisa se hizo más grande cuando encontró a Myungsoo pegado en la pared leyendo algo sumamente concentrado. Respiro profundamente y a paso decidido avanzo. Cuando estuvo a su lado, tímidamente tiro de la camisa de Myungsoo. Cuando este clavo sus ojos en él, todas las palabras se esfumaron de su cabeza.
Apretó sus cuadernos contra su pecho y hablo:
—Myungsoo. ¿Podemos hablar? —dijo en un tono bajito. El alto solo asintió con la cabeza, algo conmocionado.-
¿Por qué toda la gente lo observaba?
—Dime…-
—Ah, yo… quería decirte q-que…—“No seas cobarde Luhan, ¡vamos!”-
Los murmullos se hicieron cada vez más y más audibles. Estaban mirándolo y lo ponían más nervioso. Fue entonces que todos sus sentidos se agudizaron y pudo captar a lo que las personas se referían. Ahora entendía porque Myungsoo lo mira conmocionado y algo apenado.
En cada una de las pareces del pasillo, pizarras carteles. No había ni una sola parte de las paredes que no estuvieran cubiertas de su carta. En cada uno de los pedazos de concreto, estaba pegadas las páginas de su carta, donde todos sus sentimientos estaban plasmados.
Las risas de los estudiantes fueron creciendo y creciendo, haciendo que se sintiera humillado, dolido y avergonzado. Toda la universidad estaba enterado que él, Xi Luhan, un don nadie estaba enamorado del jugador estrella de la universidad.
Un nudo se formó en su garganta, había sido humillado de muchas maneras en el pasado, pero no como esta. Su corazón dolió al ver como todos reían a su costa. Se burlaban de él y de lo que sentía. Las lágrimas se aglomeraron en sus ojos. Solo había un culpable de su desgracia, y tenía nombre y apellido. Y ese era:
Oh Sehun.