*Leonardo*
Desde muy pequeño no recuerdo un momento en el que mi madre me mirara o me dijera una palabra de amor, mi padre dice que cuando nací la lastime lo suficiente como para que ella no quisiera tenerme cerca nunca más. Aun no sé si creerle pues eso lo dijo ayer y mi décimo noveno cumpleaños, como de costumbre borracho hasta el límite. Ayer también eh conocido al chico nuevo del instituto, tope con él cuándo venia de regreso a casa, me miro con indiferencia y yo a él con desprecio. Hoy mi madre está de nuevo encerrada en su habitación. Desde mi cuarto puedo escucharla llorar. -¿por qué mamá….por qué lloras?- De tantas veces que me lo pregunte, solo una de ellas me atreví a cuestionar su dolor.
Ese día má, llevabas un vestido blanco, y tus labios eran rojos como las manzanas. ¿Recuerdas las manzanas? ¿Esas que solo una vez fuiste a dejar a mi cama mientras agonizaba en fiebre? Ahora de ese día, en el que me atreví a cuestionarte, recuerdo que después de dichas las palabras comenzante de nuevo a llorar. Tal vez solo sea yo, pero cuando has dicho que me odias, y que hubieses deseado no haberme engendrado mi pequeña mente de 7 años comenzó a creer que en este mundo nada me pertenecía, ni mi madre, ni mi padre; Ni siquiera yo mismo. Y ese día acepte tus golpes, pues la herida y lo deforme en tu vientre era mi culpa. Yo sabía que tu odio, coraje, tus golpes, gritos y deprecio debían ser mi penitencia. Papá llego ese día tarde, ebrio como de costumbre, y culpándome por no poder tocarte. ¿Sabes mamá? Papá siempre quiso una familia grande tal vez 2 o 3 hijos y muchos nietos, pero ni tu ni yo podremos hacerlo feliz. Y aquí es donde yo me pregunto. ¿Qué pasara cuando alguien encuentre mi cuerpo desangrado en este sanitario? Estoy seguro que será Rene, el intendente, quien lo hará y de verdad me gustaría poder ver su rostro cuando tenga que limpiar todo el desorden que yo hice.
-Leo sal de ahí soy yo, Matías abre por favor.
*Matías*
¿Alguna vez has sentido que algo Falta? ¿Como si hubiera otra parte de ti que esta pedida, asustada y sufriendo?
Mi familia es muy unida, mis padres, mi hermano y yo nos amamos mutuamente. Siempre eh tenido, en la vida, todo lo que eh deseado sin embargo jamás me eh sentido completo y es que no hay momento alguno en el que no tenga esa sensación. Cuando tenía 7 u 8 años pensaba que era hambre o tal vez la necesidad infantil de tener el juguete de moda, pero aun satisfecho o con el juguete entre mis manos, esa sensación no se apartaba de mí así que aprendí a vivir con ella.
Ayer mientras caminaba por la calle observando el cielo, tropecé con un chico, él es más bajito que yo por 5 o 10 cm, va en el mismo colegio –o al menos recordaba que ese uniforme era el que esperaba en mi armario- e imagino deberá tener mi edad. Fui transferido a esta escuela pues la empresa de mi padre fue movida y ahora vivimos en una ciudad nueva.
Saben, cuando mi hombro choco contra el del chico por un momento, fugaz, efímero y eterno; sentí por primera vez paz o calma la angustia en mi pecho se había ido, por un segundo me sentí completo.
Pero cuando él me voltio la mirada con desprecio y continuo su camino la soledad tomo su revancha y me sentí más solo que nunca.
Hace unos segundo que le eh visto entrar en los baños de hombres, un dolor punzante en mi pecho y unas insoportables ganas de llorar me invadieron, supongo que eso es lo que la gente llama “presentimiento”.
-Leo sal de ahí soy yo, Matías abre por favor