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What is love? por Pato359

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Chica, no puedo explicar lo que siento. 
Oh baby mi baby, baby, baby, baby… yeah.

 

   Lay se encontraba llegando a casa con una gran duda que le carcomía la cabeza. Mientras estaba paseando por la ciudad de Seúl, paso al lado de varios grupos de amigos y vio como entre ellos se llamaban hyung. Todavía no estaba muy familiarizado con el coreano, entonces no entendía aquella expresión. Cuando entró en casa se encontró con Tao.

   –Tao, ¿sabes si Su Ho se encuentra?

   –Seguro está en su cuarto –Tao le sonrió a Lay y le indicó el camino al cuarto de Joon Myeon como si fuese un huésped que iba por primera vez a la casa.

   Lay toco la puerta, avisando que iba a entrar, luego abrió la puerta para pasar. Su Ho se encontraba sentado frente a su computadora viendo algo que Lay no podía ver.

   –Su Ho…

   Su Ho volteó la vista y le sonrió a Lay mientras daba un gesto con la mano para que se acercara.

   –Yi Xing, que gusto. ¿Necesitas algo? –giró su silla hasta que quedo viendo a la cama, lugar donde Lay había tomado asiento.

    –Sí, Su… Joon Myeon –se autocorrigió Lay. Recordaba que Su Ho le había pedido llamarle por su nombre cuando estuviesen solos, entonces ambos lo hacían–. Tengo una duda.

    –A ver.

    –Hoy cuando iba por la calle del frente pasé al lado de unos chicos y uno de ellos llamaba al otro hyung. ¿Qué significa?

    –Hmm, hyung es un honorifico caracterizado entre los chicos para nombrar a otro chico de mayor edad con respeto. En sí, significa hermano mayor –explico viendo directamente como Lay cabeceaba, una indicación de que entendía.

   –Entonces tú serías mi hyung –Lay sonrió cuando Su Ho asintió–. Joon Myeon hyung, se oye bien, ¿no es así?

   Su Ho rio y volvió a asentir. Lay siempre se emocionaba cuando iba conociendo más expresiones y palabras del idioma coreano. Era un chico listo y captaba rápido. Además de que luego de entender sonreía como un ángel.

    – ¡Muchas gracias, Joon Myeon hyung! –Lay se levantó de la cama, se acercó a Su Ho y le dio un rápido abrazo antes de salir.

   El corazón de Su Ho latía con fuerza dentro de su pecho. Parecía haber sido remplazado por un gran tambor que resonaba constantemente. Se llevó la mano al pecho sin comprender lo que pasaba.

   “¿Qué es esto?”

 

Haciendo que los días parezcan minutos contigo. 
Soy el personaje principal de una película, como si estuviera a punto de firmar una escena de acción para ir a verte, 
Como si me convirtiera en un héroe.

 

   Lu Han entró en su habitación, estaba algo desorganizada pero al menos él sabía dónde se encontraba cada cosa. Camino lento hacía su cama, casi no tenía energía después de su estricta jornada. Solo quería colocarse su piyama e irse a dormir hasta que los volvieran a despertar a todos para seguir. Llego al pie de la cama y metió la mano bajo la almohada, comenzó a palpar y moverla debajo de esta. Su sueño, momentáneamente, se esfumo. Abrió los ojos como platos y quito la almohada de su lugar.

    – ¿Dónde está? ¿Dónde está? –Lu Han aceleró el movimiento de su mano y agrego la otra pensando que así encontraría más rápido lo que buscaba.

    – ¡¡¡Mi piyama!!! –se escuchó el grito de Lu Han tal vez en todo Seúl.

   La pieza paso de ser un desorden a un fiasco. Había ropa, muebles, calcetines, papeles, lápices, botellas, paquetes de plástico, comida y una que otra cosa regadas por el suelo. Lu Han tiraba todo al otro lado de la habitación mientras escarbaba y buscaba su amada piyama. Después de media hora, Lu Han estaba metido entre una cueva de cosas, con la mirada sombría y la expresión triste.

    –Ya llegué –dijo alguien mientras abría la puerta de la casa. Lu Han escucho como Tao y Lay le daban la bienvenida a Se Hun pero él no tenía ganas de verlo.

    –Lu Han, ¿dónde…? –Se Hun abrió la puerta de la habitación y vio el desastre que había–. Lu Han, si todavía estás vivo, respóndeme –dijo en tono monótono y con una cara de póker.

   Unos sollozos se escucharon en la habitación y Se Hun se aproximó a la pequeña cuevita en el centro de la habitación. Asomó la cabeza en el interior y vio una persona metida dentro.

    –Lu Han, sal –le indico Se Hun mientras le tendía la mano a Lu Han para que la cogiera.

   Lu Han negó y apartó la mano que le ofrecían. Se Hun insistió hasta que de algún modo pudo sacarlo de entre el desorden.

     –A ver Lu Han, qué tienes –le preguntó Se Hun mientras hacía que su amigo se sentara al lado suyo en el sofá de la sala.

    –Perdí mi piyama –susurró. Se Hun no le entendió y pidió que repitiera. –Perdí mi piyama –dijo algo más fuerte pero el sordo del maknae no oía–. ¡¡Que perdí mi piyama de nuevo, estúpido sordo!!

   Se Hun se frotó su oreja como si eso le calamara el dolor que sentía por el grito de Lu Han. Aunque más le dolía ver a su amigo, volviendo a bajar la cabeza, triste.

   –Te ayudaré a encontrarla, de nuevo –dijo Se Hun apoyando una mano en el hombro de Lu Han.

   –Se Hunnie… –Lu Han lo vi con sus ojos lloroso, alzo su mano para coger la mano que Se Hun tenía en su hombro–. ¡¡Entonces vamos ya, mi piyama debe estar asustada allá perdida!!

    –Eh –fue lo único que pronuncio Se Hun antes de ser violentamente arrastrado fuera del sillón.

 

Eres perfecta para mí. Me imagino... ¿cómo sería si estuviéramos juntos? 
Con que solo digas un de acuerdo, todo será perfecto. Oh baby.

 

   Lay y Tao estaban comiendo en la sala mientras veían la televisión cómodamente.

   –Hey, Lay…

    –No, Tao, dime hyung, Lay hyung –corrigió Lay antes de que Tao continuara.

    – ¿Por qué? –pregunto extrañado el panda.

    –Porque soy mayor que tú y debes tratarme con respeto –Lay le pegó a Tao en el brazo con su puño–. Debes aprender a respetar, panda.

    –Eso fue lo que le estabas diciendo que día a Su Ho, ¿verdad? –preguntó Tao sonriendo.

    –Sí, eso fue. Joon… Su Ho hyung me resolvió la duda –Lay desvió la mirada que estaba puesta en Tao y giro a ver la televisión.

    – ¡Casi lo llamas por su nombre!

    –S-sí, ¿y qué?

    –Woh, Lay hyung, ya se confirman mis sospechas –Tao rio mientras Lay giraba rápidamente la mirada para verlo, sonrojado.

    – ¿Qué sospechas?

    –De que te gusta Su Ho.

    – ¡¿De qué diablos estás hablando, Tao?! Sabes que Su Ho hyung siempre me ayuda con el dialecto coreano.

    –Y tantas personas sabiendo y tú siempre vas tras él. ¡Admítelo, Yi Xing, te gusta…! –Lay había dejado su plato de comida en una mesa de centro y se tiró encima de Tao, tapándole la boca.

   Tao forcejeaba igual que Lay. Lay puso ambas manos en la boca de su amigo para que no se escucharan los gritos ahogados que daba este.

    – ¿Qué están haciendo? –Su Ho apareció en la sala de estar, mirando a los dos chicos de forma extraña.

    – ¡Su Ho hyung! –exclamó Lay viendo hacia el mayor. Tao aprovechó la oportunidad y lamio la mano de Lay–. ¡Tao, que asqueroso! –Lay se quitó de encima de Tao y froto sus manos en su pantalón.

   Su Ho seguía extrañado pero aun así rio. La escena era divertida, y Lay, él sí que lo había hecho reír. Se acercó al sofá y se sentó al lado de Lay. Vio a la televisión donde una chica que no era la protagonista, veía a un chico guapo mientras le gritaba oppa.

    –Hyung –Lay volteo a ver a Su Ho con la pregunta en su mente, pero se detuvo al contemplar el bello perfil de Su Ho. Estuvo embelesado por un buen rato. Casi perdido. Incluso considero lo que había dicho Tao.

    –Lay, Lay –Joon Myeon agitó su mano frente a los ojos de Lay. De repente se había quedado callado.

    –Eh… –Lay sacudió la cabeza–. Se me olvido lo que iba a decir, disculpa –se acomodó bien en el sofá y cogió de nuevo su plato de comida.

   “A ver, piensa, Yi Xing, ¿qué le ibas a preguntar a hyung? Era… era…”

    –Creo que lo que Lay quería decirte, Su Ho, era si querías salir con él a un restaurante elegante –dijo Tao tragando un pedazo de comida.

    – ¡¿Qué?! Tao, eso no era lo que iba a decir –Lay enrojeció y vio que su amigo tenía sonrisa inocente en el rostro–. Iba a preguntar qué significaba oppa, ¡sí, eso era!

   Su Ho rio suavemente antes de contestarle a Lay.

    –Oppa es una expresión utilizada de una chica a un chico que es mayor que ella. Significa hermano mayor, aunque también se usa a veces en los noviazgos.

   Lay giró a ver a Su Ho, más calmado. Le dio una sonrisa y asintió.

    –Su Ho hyung, lo del restaurante sigue disponible, Lay lo ha querido desde hace mucho tiempo –Tao sonrió y se levantó con su plato vacío en las manos. Se alejó antes de que Lay pudiera estrangularlo.

    – ¿Es cierto lo que dice Tao, Yi Xing?

    –Bueno es que… no, pero sí quería… no es necesario que…

    –Te puedo acompañar si gustas, por mí no es molestia.

    – ¿En serio?

   Su Ho asintió.

    –Gracias, Joon Myoen hyung –Lay le dedicó una sonrisa al mayor. Seguía teniendo las mejillas coloradas y es que el rubor no bajaba de solo pensar en una comida con Su Ho.

    –Bien, entonces tenemos una cita, Yi Xing –Su Ho se levantó sonriente, revolvió los cabellos de Lay y se fue de la sala.

   – ¿C-cita?

 

Me volví loco, en el momento en que te vi 
excepto tú, todo lo demás va a cámara lenta 
(Dime si esto es amor) 
Compartiendo y aprendiendo incontables emociones cada día, a tu lado 
Luchando, llorando y abrazando 
(Dime si esto es amor)

 

   –Tú buscas aquí, de nuevo –dijo Lu Han a su amigo Se Hun señalando su cuarto.

   –Pero está hecho un desastre.

   –Pues lo organizas y de paso buscas mi piyama, ¡¿entendiste?! –preguntó histérico.

   –Sí, entendí –Se Hun respondió seriamente y entró al cuarto de Lu Han mientras este se iba a otro lado de la casa a buscar.

   Se Hun, mientras ordenaba, se preguntó por qué hacía eso de nuevo. Lu Han extraviaba su piyama y siempre tenía que ser él quien le ayudara. Bueno, quizá era porque son buenos amigos y se ayudan entre los dos. Pero también estaba Su Ho, Lay, Tao, Kris, Xiu Min… ¡todos! Y lo escogía solo a él.

   Bien, examinemos. Estado de tu corazón al pensar en Lu Han; acelerado. Expresión cuando estas con Lu Han; si no es una cara de póker, entonces una sonrisa. Cómo se sentía en la compañía de su amigo; demasiado bien. ¿Lo quieres?; mucho. ¿Como amigo o algo más?; como…

   – ¡Me estoy volviendo loco! –gritó frustrado por la forma en que pensaba.

   Tiró la ropa a un lado y comenzó poniendo los muebles de pie. Después escogió y doblo la ropa, la guardo en los cajones y también puso en su sitio una que otra cosa que había tirada. Botó a la basura los pedazos de comida, paquetes y cosas inservibles. Al final, la habitación quedo limpia y brillando como una tasita de té.

   –Perfecto –dijo Se Hun orgulloso.

   –Se Hunnie, ¿la encontraste? –llegó Lu Han detrás de su amigo, se asomó a la puerta con ilusión.

   –No la he buscado todavía –respondió el maknae.

   Lu Han lo miro rayado y volvió a entrar en su habitación y buscar/desorganizar todo a su paso, mandando lo esfuerzos de Se Hun al carajo.

 

Todos los chicos del mundo me tienen celos, 
deben estar celosos a más no poder, por el hecho de tenerte. 
Incluso si el sol y la luna se vienen abajo, nunca cambiará 
descubrirás que soy un chico en el que puedes confiar. 
No sé por qué, esta emoción incondicional, ¿se me ocurrió imaginarlo? 
A mi lado, brillas con más intensidad a medida que me convierto en un chico mejor. 

 

   Su Ho estaba en su recamara, sentado frente al ordenador con la mirada puesta en el aparato pero con la cabeza en otro planeta. Tendría su cita con Lay el jueves, era miércoles, solo faltaban unas horas para tener una cita con él. ¿Cita? ¿Por qué lo había llamado así? Solo era una salida entre dos amigos, un favor…

   Su Ho levantó su mano y se la puso sobre el pecho. El corazón le estaba latiendo a mil por hora y se sentía mucho más emocionado y feliz de lo normal. El causante, nada más y nadie menos que su amigo Yi Xing.

   Pero era solo un amigo, ¿no? Entre los dos se tenían un cariño especial pero era ese tipo de cariño de amistad, de muy buenos compinches de… Hmm, pensándolo bien, si fuese ese tipo de cariño Su Ho no se la pasaría siempre embobado viendo lo guapo que era Lay. No estaría delirando por probar sus labios y saber si eran tan exquisitos y suaves como lo aparentaban.

   –Esto…

   Alguien abrió la puerta.

   –Oh, lo lamento, Su Ho. Estoy buscando mi piyama –dijo Lu Han haciendo una inclinación para disculparse.

   – ¿Otra vez?

   Lu Han asintió. Su Ho suspiró.

   –Aquí no está, Lu Han. Pero si la veo, te aviso.

   –Gracias, Su Ho –Lu Han se fue de la habitación volviendo a cerrar la puerta de esta y haciendo que Su Ho volviera a sus pensamientos.

   – ¿Es amor? –se completó la pregunta.

 

Me volví loco, en el momento en que te vi 
excepto tu, todo lo demás va a cámara lenta 
(Dime si esto es amor) 
Compartiendo y aprendiendo incontables emociones cada día, a tu lado 
Luchando, llorando y abrazando 
(Dime si esto es amor) 

 

   – ¿La encontraste? –Se Hun se reunió con Lu Han en la sala cuando ya estaba cayendo la noche y habían revisado toda la casa.

   –No, ¿y tú? –Se Hun negó.

   Ambos chicos se dejaron caer en el sofá, rendidos. Lu Han había revisado cada cuarto de la casa tres veces, y Se Hun estuvo organizándolos seis veces (porque él también buscaba). Al fin y al cabo no habían encontrado ni rastro de la amada piyama de Lu Han.

   –Parece que se perdió –dijo Se Hun.

   – ¡No digas eso! –reprochó Lu Han–. Yo sé que todavía debe estar por ahí.

   –Pero ya sería un milagro encontrarla.

   Lu Han miro rayado a Se Hun y se levantó de nuevo del sofá. Se sentía triste y a la vez desilusionado. No era solo por el tema de su piyama extraviada sino que su amigo estaba de un negativismo tenaz que incluso se lo estaba comenzando a pegar. Borró esos pensamientos y se fue a su habitación. Se recostó en la cama, boca abajo. Hundió su cara en la almohada. Deseaba dormir pero sus pensamientos lo dejaban intranquilo.

   Llamaron a la puerta y luego se escucharon pasos.

   –Lo lamento, Lu Han.

   –Qué bueno porque no quiero ser negativo en este asunto –declaró serio.

   –Lo entiendo. También es porque estoy cansado. Mañana volveremos a buscar –Se Hun acaricio la cabeza de Lu Han y deposito un beso en esta. –Toma, traje una piyama mía por si no tienes de cambio –Se Hun dejó la prenda al lado de Lu Han, le dio las buenas noches y se fue.

   Era evidente que Lu Han tenía más piyamas para ponerse, y la verdad, se puso una de las suyas, pero aun así cogió la prenda de Se Hun y durmió abrazado a ella. La piyama tenía impregnado el olor de Se Hun, era adictivo, exquisito.

   –Sí, puede ser amor.


Si tú deseas seriamente, se hará realidad, como un cuento de hadas. 
Una interminable felicidad, felices para siempre. 
Confiaré en ti, te protegeré y consolaré 
estaré a tu lado, nunca dejaré de estarlo. 

 

   –Tao, ¿qué es el amor? –Lay se miraba al espejo de cuerpo entero mientras le hacía la pregunta a su amigo. Estaba poniéndose elegante para salir con Su Ho. Quería que todo saliera de maravilla.

   –Bueno, creo que depende un poco de la persona… Pero en general, el amor es sentir ese sentimiento por otra persona. Hay demasiados síntomas para saber si estás enamorado; los sonrojos, te late acelerado el corazón, solo piensas en esa persona, te sientes ansioso por estar a su lado, quieres retenerlo y jamás dejarlo ir… ¡son muchas cosas!

   –Tao…

   –Aja.

   –Quizá yo este enamorado –dijo mientras se acomodaba el saco y veía su relejo nervioso.

   –Sí, ya me lo suponía. Hoy hazlo bien, los dos pueden llegar a estar juntos –Tao miro a Lay reflejado en el espejo y le sonrió. –Te ves muy guapo.

   Hicieron los toques finales y ambos chicos salieron del cuarto de Lay. Caminaron hacía la sala y esperaron a que llegara Su Ho también.

   – ¡Lay! ¿Puedes venir, por favor? –gritó Su Ho desde su habitación.

   Lay se puso de pie, estaba muy rígido, le sudaban las manos. Camino a paso robot hacía la habitación de Su Ho. Se anunció y entró. Su Ho estaba bien arreglado, demasiado guapo como para no notarlo. Deslumbraba con solo verlo.

   –Joon Myeon…

   –Yi Xing –Su Ho volteó a ver al recién llegado, se acercó a él y lo abrazó.

   –H-hyung

   –Te digo algo, creo que yo acabo de descubrir también qué es el amor.

   Lay se quedó callado. Estaba tieso. Muy impactado, tal vez Su Ho estuviera pasando por la habitación cuando habló con Tao.

   –Entonces…

   –Te amo, Yi Xing –Su Ho se separó un poco de Lay, cogió su rostro entre sus manos y besó los labios de Lay con mucha ternura y a la vez con toda la gana que tenía de tener sus labios junto los de Lay.

   Por otra parte, Lay salió de su estado de sorpresa y levantó los brazos para abrazar a Su Ho y corresponder el beso. Su corazón estaba acelerado, sus mejillas rojas, se sentía cómodo entre los brazos de Su Ho.

   –Yo también te amo, Joon Myeon.

   Se abrazaron y quedaron así por un tiempo. Los minutos avanzaban rápido para ellos, llegaría el segundo que tuvieran que separarse pero, bueno, ahora es el ahora y así estaban bien.

   –Te dije que funcionaría –Tao llegó a la habitación y se recostó en el marco de la puerta.

   –Gracias por tu ayuda, Tao. Fue muy valiosa para mí –Su Ho sonrió.

   Lay volvió a sorprenderse. Nunca habría imaginado el que Tao siempre estuvo ayudando a Su Ho. Sonrió.

   –Sí, gracias, panda –Tao sonrió anchamente y dio espacio para que la pareja saliera hacía su cita a comer.



Me volví loco, en el momento en que te vi 
excepto tu, todo lo demás va a cámara lenta 
(Dime si esto es amor) 
Compartiendo y aprendiendo incontables emociones cada día, a tu lado 
Luchando, llorando y abrazando 
(Dime si esto es amor) 

   –Lu Han, yo…

   –No tartamudees, solo respóndeme concretamente.

   Se Hun abrazó a Lu Han y besó sus labios.

   Hace unos minutos, Se Hun se había levantado temprano para despertar a Lu Han y continuar buscando. Entró a la habitación con cuidado y vio a Lu Han dormido en su cama abrazando la piyama que le había ofrecido la noche anterior. Eso era todo lo que necesitaba. Lo despertó y Se Hun, reuniendo sus fuerzas internas se declaró a Lu Han, pero la sorpresa fue para el maknae cuando le correspondieron.

   –Te amo, Lu Han. Gracias por corresponderme.

   –No sé cómo es que te das cuenta hasta ahora –rio y se recostó en el hombro de Se Hun.

   –Pensaba que éramos muy buenos amigos, nunca pensé en nada más.

   –Yo tampoco hasta hace unos días, si te soy sincero.

   Ambos sonrieron y volvieron a besarse. Habían quedado como una pareja, una muy bella pareja que ya conocía qué era el amor y tenían la buena fortuna de tenerse al otro porque se correspondían y tenían la certeza de que ese amor duraría mucho.

   –Aquí está la ropa limpia –Tao llegó cargando una montaña de ropa incluso más grande que él. Ninguno de los dos tortolos detuvo el beso para ayudarle al panda, estaban en su mundo especial.

   – ¡Ah! –Tao se cayó y con él toda la ropa se desparramó por el suelo.

   –No interrumpas, panda –Lu Han le llamó la atención a Tao pero se calló de golpe cuando vio una prenda que resaltaba entre las demás–. ¡¡¡Mi piyama!!!

   Lu Han pasó por encima de toda la ropa, incluso pisó la cara de Tao en el camino hacía su amada piyama. La cogió entre sus brazos y la apretó fuertemente contra su pecho. Se Hun sonrió contemplando a su ahora novio tan feliz por haber hallado su piyama.

   –Jamás volveré a perderte.

   –Pero si la estaba lavando –Tao se levantó del suelo, sobándose la cara por el fuerte pisotón que recibió. Agradecía que Lu Han no llevara los zapatos puestos.

   –… –Lu Han dejó su piyama en la cama y miro rayado a Tao.

   –Corre –susurró Se Hun.

   – ¡Maldito panda, mal nacido! ¡Cómo te atreves a llevarte mi piyama! –la cara de Lu Han cambió drásticamente y se tiró sobre Tao para hacerle… algo malo.

   Tao alcanzó a ponerse de pie y salir corriendo de la habitación siendo seguido, obviamente, por un Lu Han histérico. Y Se Hun, bueno, él se quedó recogiendo la ropa.


Todos los chicos del mundo están me tienen celos, 
deben estar celosos a más no poder, por el echo de tenerte. 
(Mi baby, baby, baby, baby...) 
Ahora puedo decir que esto sí es amor. 
Te haré sonreír muy a menudo, igual que un niño. 
Haré que te sientas la más cómoda, igual que un amigo. 
(Mi baby, baby, baby, baby...) 
Dime qué es amor


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