Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Tempestad en un Aullido por harulovesringos

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Continuamos con el segundo capítulo de este fic! perdón por actualizar tan tarde!!!

"¿Sabías qué tienes la mirada del crepúsculo?" -le mencionó al otro, lloró mientras abrazaba su cuerpo al suyo. Tomó su cabeza por la nuca y miró su mano, él pensaba que solamente estaba inconsciente. Vio sangre en la propia y miró al cielo mientras su llanto se intensificaba y las lágrimas rodaban por sus mejillas.


----------------------


El de los cabellos plata aún no se acostumbraba a andar en dos piernas como los humanos. Cada vez que intentaba erguirse y dar un paso, su desnudez se reencontraba con el suelo. El pequeño de cabellos azabache aun no podía comprender cómo alguien como el ser que estaba frente a sus ojos existía. Se formulaba preguntas, ¿por qué? ¿Para qué? ¿Quién lo creo? O más bien ¿por qué lo convirtieron en eso?


En su interior, Kuro aun sentía esa sensación extraña creciendo en su pecho. Sentía que podía tener alguna relación con él, de alguna manera. De igual manera, ver a Jared como un cervatillo recién nacido al caminar le parecía demasiado cómico y se reía en su interior, tratando de no hacer enojar al peli plateado.


 


El pobre humanoide se sentía impotente, y simplemente no conseguía entender como lo hacían los humanos. Pronto, él se resignó a tener que pedirle ayuda al menor.


-Oye tú…ayuda a tu alpha…- dijo el peliplata con voz autoritaria.


-“De nuevo con eso del alpha”- pensó Kuro para sí mismo. –Está bien, vamos. Dame la mano y te ayudaré a levantarte. –dijo el más bajo mientras le ofrecía la mano. Dudoso, el mayor la tomó y se incorporó en sus dos miembros, el azabache dio un paso hacia atrás y, asustado, Jared se lanzó a él para evitar caerse de nuevo, por lo que Kuro debió tomarlo en brazos. –Vamos, debes aunque sea intentarlo, pronto lo dominarás a la perfección.- y entonces el menor trató de seguir alentando al de cabellos plateados hasta que tras algunas horas, éste logró dar una caminata sin tambalearse. Debido a las horas transcurridas en las lecciones para caminar, habían perdido la noción de la situación y habían olvidado que Jared estaba desnudo. Cuando finalmente se percató, Kuro se sonrojó y su rostro pasó por todas las tonalidades de rojo. Soltó a Jared y corrió a su armario, trató de buscar algo que a él le quedara largo para poder quedarle bien a Jared. Cuando finalmente encontró una sudadera color naranja que su nana le había regalado por su cumpleaños y finalmente, nunca la usó pues le quedaba demasiado grande, le pidió al mayor que se acercara a él para ponérsela, a lo que cuando se acercó, éste se tropezó con una camisa que estaba en el suelo, cayendo encima de Kuro.


 


En ese momento, el azabache no pudo evitar mirar nuevamente en los ojos de Jared y sentir esa opresión. Él podía jurar ver la galaxia en sus ojos, una tormenta en el mar profundo, la tempestad en una mirada.


-Tu corazón late muy rápido- dijo Jared mientras ponía la mano sobre su pecho. Kuro se sonrojó aún más y trató de escapar. –Dime… ¿Que haría un humano en este momento?- preguntó el más alto, riendo por lo bajo debido a las reacciones del azabache.


-Yo…- el menor trató de conservar la compostura. –Ah… quítate de encima ¿quieres?- mencionó Kuro.


-¡Oye! Dime ¿por qué estás tan rojo?- dijo el peli plateado acercándose más a la cara del azabache. – ¿Acaso te sientes extraño?- se rio nuevamente.


-Ya vete…- le respondió, saliendo por debajo de él y enderezándose para poder sentarse. –Ten, ponte esto- dijo mientras le entregaba la sudadera a Jared. De pronto, sonó el timbre de la casa, lo cual tomó por sorpresa a Jared, a lo que él se escondió en el closet. (N/A: IF YOU KNOW WHAT I MEAN (v5;° v0;b2; v5;°)).  Kuro se dirigió a abrir la puerta cuando Kaleb entró a la casa.


-Oh, hola Kuro ¿cómo está el perro?- preguntó el pelirrojo.


-Oh…él está…- y el más bajo no pudo completar su respuesta pues Jared entró de repente.


-Oye ¿cómo se supone que me ponga esto?- cuestionaba el peli plata cubriéndose solamente la parte frontal de su cuerpo, a lo que se encontró con el azabache tratando de explicarle la situación a Kaleb. El pobre Kuro se sentía morir, pues no tenía idea de qué decir, además de la vergüenza que sentía por tener a un ente extraño desnudo en su casa. Kaleb, confundido, simplemente puso una cara sin expresión.


-OK…voy a ir a mi casa, beberé una tasa de leche caliente, me meteré a la cama y fingiré que nada de esto pasó…- dijo el pelirrojo y salió a paso rápido de la habitación.


 


Estaba anocheciendo y la noche de invierno enfriaba el ambiente cada vez más. El azabache logró finalmente explicarle al más alto la manera como debía ponerse la sudadera y le prestó unos bóxer nuevos que de igual manera le había regalado su nana (una talla extra).


-Oye tú… Jared…es hora de dormir, así que preparé el sillón con unas cobijas y unas almohadas para que duermas. –En ese momento, el peli plata subió al sillón y se recostó de lado, su mirada era de inconformidad y daba regulares vueltas sobre el sofá, tratando de acomodarse. Al no encontrar una posición confortable para él, el de orejas lobeznas se levantó de un tirón y miró al azabache con una mueca.  


-Deberías dormir tú aquí y no yo, soy tu Alpha y esa cosa en la que reposas es mejor que esto….- dijo molesto.


-¿Qué?- preguntó Kuro desconcertado.


-Dije que deberías dejarme a mí ahí y tu dormir aquí…- repitió con tono autoritario.


 -Deja de ser tan irritante ¿quieres?- contestó el menor, irritado. Todo el día, Jared se la había pasado ordenándole cosas a Kuro como si éste fuera su sirviente. –Sólo duerme y ya… - respondió del de ojos de ámbar a lo que éste se recostó nuevamente en el colchón y dormitó plácidamente.


 


Por la noche, pasaban las horas y el mayor, inquieto, seguía sin poder conseguir descansar. En su posición, se encontraba recostado y mirando el techo, viendo cómo las luces del alumbrado público iluminaban fragmentos del techo de la habitación. De repente, pudo oír a lo lejos un aullido que le parecía familiar y sus orejas se movieron en dirección del sonido. Ese aullido tenía un tono peculiar, había peligro cerca del lugar de donde surgía aquel llamado y lo sabía simplemente por ser un lobo. Entonces ocurrió algo que no se esperaba. Kuro, en su sueño profundo comenzaba a tener visiones, en su mente surgían imágenes de dos personajes que le parecían tan desconocidos como tan cercanos. Uno colgaba de un puente en un acantilado que llevaba al abismo, tomado de su mano se encontraba otra personalidad que se sostenía para no caer al vacío. En su mente, el azabache escuchó unas voces que llenaron su pecho de calidez.


-“nunca te soltaré, Gama…”- dijo el que se sostenía sobre el puente.


-“lamento no poder conocer a nuestro hijo…”- contestó el otro mientras de sus ojos salía una lágrima y a la vez que ésta corría por su mejilla, se soltaba de la mano del otro.


-“¡NO!”- gritó el otro (que tenía la vista de un ojo nublada por la sangre que salía de la herida que cruzaba su rostro) a la vez que se lanzaba al para tomar nuevamente la mano de su amado mientras caían a la oscuridad.


En su mente, Kuro pudo escuchar el aullido resonar en sus oídos y un dolor punzante en su  pecho se acrecentaba al máximo, causando un dolor que no podía apaciguar.


Jared pudo percatarse de los estremecimientos violentos de Kuro y se acercó a él para tratar de despertarlo. El menor sudaba en frío y de sus ojos se escapaban lágrimas furtivas. De un momento al otro, sus temblores y movimientos repentinos aumentaron, haciendo parecer que un demonio lo estaba poseyendo. El mayor se acercó a él y restregó su cabeza contra la mejilla del menor, mientras ponía una mano sobre el pecho de éste. Jared, en ese momento comenzó a pronunciar unas palabras en un dialecto extraño y se su mano creció un fulgor blanco. En ese momento, un canto angelical rodeó todo el ambiente y Kuro dejó de moverse violentamente. Su pecho subía y bajaba a medida que su respiración se controlaba. El peli plata quería asegurarse que eso no volvería a pasar, por lo que subió a la cama y acurrucó al menor a su pecho. Entonces, Jared logró conciliar el sueño, mientras su ritmo cardiaco se aceleraba al ver el rostro durmiente de Kuro.  

Notas finales:

gracias por leer, espero les haya gustado! dejen reviews!!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).