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R18 por Rush_Loves_Ren

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Notas del fanfic:

Segun avancemos en la historia ire dejando las advertencias correspondientes. Calculo unos cinco capitulos para este fic.

Pensaba ponerle +18, haciendo referencia a las revistas pornograficas pero debido a que ff.net no me permite hacer simbolos decidi dejarlo en R18 ya que todos algunas vez en la vida hemos leido un doujinshi R18. No se si los japos tambien califican asi las revistas pornograficas de verdad pero hagamos de cuenta que si C:

-Ka-Kageyama…- El moreno no espero encontrarse con Hinata de cuclillas en el piso del vestuario, medio desnudo y con una revista como esas abierta justo frente a él. Es decir, esperaba encontrarse con él, después de todo se había quedado dormido unos minutos más y no lo había alcanzado en la estación de bus, así que suponía que había llegado primero a la sala del club. Pero bueno, que esperaba encontrarlo listo para irse al gimnasio y no así… ni con eso.- ¡N-no no es lo que piensas!

-Oe…- Kageyama había avanzado unos pasos más, dejándose el bolso casi en la entrada, solo para fijarse mejor en las fotografías de la revista. Sintió que sus mejillas enrojecían de golpe cuando sus ojos se toparon con una chica de al menos 20 años, de piernas abiertas y siendo…

-¡TE JURO QUE NO ES MIA!- El grito del pelirojo logro llamar un poco su atención, haciéndole desviar los ojos de la… explicita fotografía solo para fijarse en los almendrados de Hinata. Se fijó un poco más en como parecían llorosos de vergüenza y como sus mejillas estaban aún mas rojas que de costumbre.- Cu-cuando llegue… ¡estaba aquí! –

-Y estabas desnudándote y con ella abierta porque…-Hinata palideció unos segundos, solo para que su cabeza bullera en calor. Bajo la mirada unos segundos, buscando las palabras para explicarse mientras el armador de Karasuno se quedaba de pie frente a el

Hinata llego tarareando una melodiosa canción esa mañana, levantando los brazos y gritando un poco mas fuerte cuando las palabras “yo” y “Estrella” aparecían en su improvisadas estrofas. Subió las escaleras que le dirigían hasta el vestuario de dos en dos, saltando casi, y abrió la puerta con seguridad luego de meter la llave que el día anterior le había dado Daichi-san.

-Bueenos días!- Saludo enérgicamente, sorprendiéndose de inmediato al no encontrar a nadie allí pese a que eran ya las 6:45 de la mañana. Se cruzó de brazos extrañado, recordando que Kageyama tampoco se había encontrado con él a mitad de camino lo que no les había llevado a una competencia de carreras. Extrañado pero decidido al menos a cambiarse para entrenar cerró la puerta y dejo su mochila a un lado suyo, desabrochándose la chaqueta del uniforme, como también la camisa. Subió sus brazos para dejarla por encima de su cabeza, sorprendiéndose cuando varias cosas cayeron desde lo alto del locker a su frente.

-Ayayayy…-Extrañado y seguro de nadie se había dejado nada encima de su locker al salir el día anterior se inclinó para tomar lo que no eran más que algunas revistas, libros y camisetas enredadas. Acomodo nuevamente las prendas de ropa sobre el como también los libros, deteniéndose en las revistas. Tom todas ellas, hojeándola al tratarse de Vóleibol, sonriendo cuando se topo con un reportaje extenso del Pequeño Gigante. Miro las fotografías impresionado, con todo el impulso de romperlas para pegarlo en la pared de su cuarto cuando se lo pensó mejor. Sino eran suyas mejor no llevárselas así. Decidió acomodarlas nuevamente encima de su espacio, dispuesto a preguntarles a todos los chicos del equipo a quien pertenecía para poder hacerse al menos una copia de ella. Solo cuando estaba volteándose para bajarse los pantalones se fijo en la revista que nada tenia que ver con el deporte. Sus ojos se abrieron lo mas humanamente posible cuando la chica en la portada lo saludo con su desnudez.

Hinata no necesitaba ser un genio para saber de lo que se trataba, pese a que nunca había tenido una en sus manos. La chica rubia de la portada no posaría de esa forma y sin ropa sino fuera una revista pornográfica.

Pensó en recogerla y dejarla donde la había encontrado, sin saber si eso sería mejor o peor. Dudo unos segundos más hasta que un suspiro suave se escapó de sus labios, decidiéndose a que nadie se diera cuenta de nada. Mejor dejarla donde el la había encontrado y asunto arreglado. Por eso se inclino hacia ella como hiciera con las revistas y libros que le había caído en la cabeza intentando controlar el temblor de sus manos. ¿Quién podría haberla dejado ahí? . ¿Por qué precisamente encima de su locker? ¿Seria una broma de Tsukishima? Se mordió el labio inferior antes de levantarla por encima de su cabeza
, dejándola caer nuevamente encima de la taquilla. Tomo el zipper de sus pantalones y comenzó a bajarlo para volver a su tarea de vestirse para ir a practicar cuando sus ojos volvieron a subir hasta la revista.

¿Serian tan interesantes como decían sus compañeros? Pese a que a el nunca le había interesado nada de eso y que tampoco miraba de algunas forma especial a las chicas, con su mente siempre llena de vóley, no pudo evitar recordar los comentarios sucios y en voz baja que había escuchado por ahí. Sintió un leve hormigueo en la nuca y un calor muy diferente al que le provocaba la vergüenza subirle por las piernas. Movió su cabeza de un lado a otro intentando quitarse las ideas locas de su cabeza, diciéndose que la curiosidad había matado ya muchos gatos como para seguir con un cuervo como el cuando tiró de la endiablada revista hacia abajo.

Tragó saliva duramente antes de abrirla al azar, cerrándola de golpe al toparse con una chica de rodillas, practicándole sexo oral a un chico que no debía tener más de 30. No fue sino debido al nerviosismo que la revista cayo a sus pies, sintiéndose imposibilitado de tomarla de nuevo. Sintió sus rodillas temblarle un poco cuando la misma chica de la página anterior se abría de piernas para dejar entre ellas al mismo chico moreno. Sin fuerzas para levantarse fue su cuerpo el que se inclinó hasta quedar en el suelo de rodillas, decidido a cerrarla y olvidarse de ella tirándola por encima de la taquilla para hacer como que nunca la había visto en el preciso momento en que Kageyama abrió la puerta

-Y… y eso es lo que paso- Termino de explicar Hinata, fijándose en las mejillas de Kageyama cuando este se inclinó a su lado para tomar la revista. Noto como el pelinegro terminaba por cerrarla, ofreciéndole una mano para que se levantara.

-Quizás le pertenece a Tanaka-san- El armador murmuro más para si que para Hinata, haciéndole dar un respingo. Kageyama le dedico una mirada curiosa, notando, como una revelación, la desnudez de su compañero de equipo.

-Umm… ¿Nunca habías visto una?- Hinata volteo a mirarlo de nuevo, llevándose las manos a las mejillas para intentar enfriarlas de alguna forma.

-No… A-Algunos chicos de la clase han hablado sobre ellas pero nunca me ha interesado mirar alguna… Ha-hasta ahora- Termino, fijándose en los ojos oscuros del moreno. Kageyama noto la indecisión en el más bajo y como lo miraba a él y a la revista alternadamente imaginándose ya la pregunta que vendría incluso antes de que la pronunciara.

-Y…. y tu Kageyama?

- Sabia de ellas, pero tampoco había visto nunca una - El numero 10 asintió y volteo la mirada hacia el lado contrario donde él se encontraba. El moreno se encontró así mismo intentando quitarle la mirada de encima, sobresaltándose cuando la puerta se abrió, esta vez para revelar a los de tercer año.
Kageyama escucho como Hinata chillo de susto, y volvió a sonrojarse, dándose la vuelta para que nadie lo notara. Por su parte escondió la revista detrás de él, seguro de que no quería que el Capitán o Sugawara-san lo pillaran con eso… Y todo se veía perfectamente normal sino fuera por su rígida postura.

-¿Kageyama-kun… No vas a vestirte para la práctica?

- ¡Ah! ¡Si! Ahora mismo- Respondió ante la atenta mirada del otro armador, guardándose lo mejor posible la revista entre la ropa, buscando el momento preciso en que nadie se fijara en el para meterla en su bolso.

Hinata por su parte había terminado ya de vestirse aunque no parecía menos avergonzado que hace un rato. Con todos allí sabía que no podría pedirle la revista al moreno y volver a dejarla en su lugar. O esperaban que todos se fueran, lo cual sería raro tomando en cuenta que ellos siempre era los primeros en llegar al gimnasio, o volvían de entrenar antes que los demás , lo cual era imposible si le tocaba a los de primero limpiar el gimnasio.
Hinata no encontraba ninguna solución a sus problemas hasta que Kageyama se inclino hacia el con disimulo. El numero 10 intento controlar su sonrojo cuando el armador hablo muy cerca de su oreja.
-Nos veremos aquí a la hora de almuerzo- Y se le separo como si nada, terminando de colocarse las zapatillas.

Hinata se preguntó entre los estridentes latidos de su corazón si sería capaz de aguantar todas esas horas antes de volver nuevamente allí.

Notas finales:

Decidí no complicarme con lo de los uniformes. Para que la historia funcionara necesitan salir de sus casas con el uniforme y luego cambiarse en la escuela.


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