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R18 por Rush_Loves_Ren

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Notas del capitulo:

Notas: Finalmente pude escribir el segundo capítulo. Esta semana mis turnos han estado aún más terribles en el hospital (Y yo sigo aceptando más) así que si no estoy durmiendo estoy allí sin poder hacer nada.


Gracias a todos quienes me han dejado un comentario aqui <3 me animan a seguir escribiendo un monton, Son todas un sol.

En fin, no los entretengo más y disfruten la lectura.

Ninguno de los personajes me pertenece (!)

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Hinata se inclinó sobre el grifo y dejó que una gran cantidad de agua le mojara el rostro y parte del cabello, moviendo la cabeza hacia ambos lados luego de unos segundos sintiendo cosquillas por las gotitas que le recorrieron las mejillas. Abrió los ojos para encontrarse con su botella de agua y su toalla, secándose apenas la barbilla un poco después. Pese que apenas eran las ocho de la mañana y que el entrenamiento no había sido del todo pesado ya se dejaba sentir el calor del verano en el gimnasio y la humedad hacia mella luego de una hora completa saltando y recibiendo balones. Aunque la mayoría de ellos los había terminado recibiendo con el rostro, las costillas y los muslos, debido a lo desconcentrado que se encontraba desde que Kageyama lo encontrara en la sala del club.

-¡Pwwuuaaaah!- Gimió con las mejillas coloradas, inclinándose de nuevo sobre el grifo para que el agua se llevara el calor que la vergüenza le provocaba. Y es que ni los gritos del moreno ni las burlas de Tsukishima fueron suficientes para que dejara de preguntarse qué es lo que quería Kageyama con él a la hora de almuerzo. Porque pese a que ambos estaban mucho mejor compenetrados cuando se trataba de los partidos y que casi podían leerse la mente en las jugadas claves, el armador esta vez no había compartido ni una mirada con el, salvo para amenazarlo. Y él no podía llamarle mirada a esos ojos deseándole la muerte, por más que lo intentara.

-¡Sería más fácil si solo lo dijeras, estúpido Kageyama!- Murmuro inflando las mejillas, haciendo un puchero que duro solo unos segundos. Intentaría no sentirse inseguro al menos hasta el momento en el que el moreno lo había citado. Así que armándose con una nueva determinación se volvió hacia el gimnasio cuando se golpeó de frente con Sugawara. Se inclinó de inmediato para disculparse pero su senpai le quito importancia rápidamente, pasando por su lado para llenar de igual manera su botella pese que Shimizu lo había hecho ya por ellos en la mañana.

-Hinata-kun… ¿Tienes algún problema con Kageyama-kun?- El ex armador oficial de Karasuno no advirtió la incomodidad que la pregunta le producía a Hinata ni como lo miraba mortificado. El pelinaranja queriendo disimular soltó una risa nerviosa, levantando la voz.

-¡Jajajaja No, no es nada así, nos llevamos tan bien como siempre!- Aseguró. ¿Tampoco es que se llevaran mal verdad? Es solo que ambos habían compartido una situación algo incómoda hace apenas una hora. Era difícil comportarse como siempre, nada más.

Pero imaginó que no le habían creído nada en cuanto esos ojos se fijaron en él.

-¿Es así? Daichi y yo los estuvimos observando en el entrenamiento y-

-¡¿¡Nos van a sacar del equipo?!?- Gimió aterrado, haciendo reír al armador, interrumpiendo todo lo que quisiera decirle. Hinata sabía que al capitán le agradaban las buenas relaciones en la cancha y que después de todo eso les había costado algunos días sin poder pertenecer al club oficialmente- ¿Es porque no pude rematar ninguno de sus pases, verdad?

-Ya eres parte del equipo. Son parte fundamental- Aseguro ahora Sugawara, logrando que Hinata respirara otra vez. El mayor poso una mano en los cabellos despeinados de Hinata, bebiendo un poco de agua antes de continuar- Es por eso que cuando algo sucede entre ustedes todo el equipo se ve, de alguna forma, afectado.- Hinata asintió rápidamente, recordando el día en que Daichi-san y Sugawara-san habían tenido una discusión por algo que no quedo del todo claro al menos para el resto del equipo. Habían estado gritándose hasta que los demás habían llegado al gimnasio y luego de eso le siguió un silencio sepulcral hasta la siguiente mañana. Hinata jamás se había sentido tan incómodo en una práctica como ese día

Pero al parecer las cosas se habían solucionado en la tarde siguiente y la paz volvió a reinar en el equipo

-De verdad que no es nada malo... Solo que- El número 10 de Karasuno intentó buscar alguna forma de explicarle a su senpai lo que sucedía, ocultando por supuesto el hallazgo de la dichosa revista. Seguía siendo vergonzoso no solo que le encontraran con ella sino la forma. Aunque había sido una casualidad, la curiosidad de Hinata había podido un poco más. No la había cerrado a tiempo ni la había dejado en su lugar apenas se cayó. Pero cuando se fijó en la sonriente y tranquilizadora mueca de Sugawara tomó un poco de aire, dispuesto a contarle- Es solo que--


-¡¡Hinata!! -Ambos chicos se voltearon para ver a Nishinoya haciéndole señas desde la esquina del gimnasio, moviéndole la mano de un lado para otro captando su atención- El entrenador quiere hablar contigo ahora.- Avisó, haciéndole una seña. El pelinaranja se disculpó con su senpai, no sin sentirse interiormente aliviado por la interrupción. Con una reverencia se alejó de Sugawara, caminando a paso rápido hasta quedar a la misma altura de Noya-san…

-Gracias Noya-san- Agradeció seguro de que el capitán y el entrenador Ukai no dejarían pasar esa mañana sin comentarle todos los errores que había cometido por estar pensando en otras cosas. El moreno a su lado le quitó importancia, pasándole un brazo por el cuello en símbolo de camaradas. Sonrió casi deslumbrantemente y Hinata tuvo solo un poco de miedo. Noya-san ya se había enterado de algo.

-Ne Shouyou- Susurró el moreno apenas doblaron en la esquina, perdiéndose de la vista del otro jugador. –Adivina lo que me ha dicho Asahi hoy -Hinata curioso como siempre esperó ansioso, prestándole toda su atención.

-¿Qué?

-Creo que ya sé porque Suga-san y Daichi-san se enojaron el otro día- Hinata se volteo a mirar que no viniera el otro armador de Karasuno y entonces se inclinó un poco más hacia Noya-san, sin poder contenerse- Parece que Daichi-san metió una revista porno a la escuela...
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Kageyama no había pasado una mejor practica que la de Hinata. A decir verdad todos sus envíos habían estado correctos solo hasta la mitad de la práctica. Después continuamente se vio distraído por Hinata y su falta de concentración, dirigiéndole muchos más regaños que de costumbre, llegando a tomarlo del cuello de su camiseta de entrenamiento para amenazarlo con que no la levantaría nunca más para él sino ponía su cabeza a funcionar. Y pese a que el chico se había visto ridículamente asustado y dispuesto a cooperar, su concentración no había durado más de dos minutos.

-Aahh... El rey está dejando relucir su carácter otra vez. - Murmuro Tsukishima, al parecer algo cabreado también de que sus burlas no tuviera el efecto de siempre en Hinata. Kageyama gruño por lo bajo antes de chasquear la lengua, volteándose para no caer en el juego del rubio. Luego miro de reojo al número diez que parecía estar en la luna incluso cuando la pelota le dio de lleno en las costillas.

-¡Estúpido Hinata, hemos perdido por tu culpa!-Gritó frustrado, alejándose de los demás en cuanto el equipo de tercer año gano el partido. Hinata contrario a todo se disculpó, tomando su botella de agua para salir del gimnasio sin rebatir nada más, dejando al moreno aún mas extrañado de lo que ya estaba.

¿Qué demonios se suponía que le pasaba al cabeza hueca de Hinata? ¿Se encontraba tan distraído por lo que había pasado en la mañana? ¿Por lo de la revista?

Kageyama decidió inhalar profundo antes de tomar su propia botella de agua, aprovechando que el capitán y el entrenador estaban conversando con cada jugador unitariamente para mejorar algunas falencias que pese a todo aun persistían, dejándoles unos minutos de merecido descanso. Sin Hinata alrededor era mucho más fácil pensar con tranquilidad, así que se sentó a un costado de la puerta del gimnasio y se secó el sudor del rostro con una toalla de mano, relajando los músculos de sus hombros. Le dio un trago a su botella de agua y descanso su cabeza entre sus brazos, recordando la escena que había visto en la mañana. 

Pese a que había visto muchas veces a Hinata medio desnudo en el cuarto del club nunca le había llamado la atención como ahora. De hecho, nunca le había llamado la atención ningún cuerpo medio desnudo, ni desnudo en su totalidad. Cuando los chicos de su clase comenzaban a hacer comentarios sobre las chicas, él se tendía en su mesa a dormir. Y cuando alguna fotografía o algún pedacito de revista de alguna chica desnuda circulaba por los pupitres él lo ignoraba, como a casi todos.

Así que lo de esa mañana había sido una revelación en todo el sentido de la palabra.

Kageyama tenía una leve idea de lo que estaba sucediendo con él, sobre todo al recordar las mejillas rojas de Hinata y sus intentos por vestirse después, de cómo sus propios ojos viajaban de vez en cuando para ver cualquier pedacito de piel que fuera cubriendo el pelinaranja. Cuando termino de vestirse se alivió de ver que nadie parecía interesado en como sus ojos había estado más en el otro cuerpo que en el suyo propio

¿Si tenía algo que decirle a la hora de almuerzo? Ni el mismo lo sabía aun, pero no pensaba quedarse con ese sentimiento intrigante dentro. Y tampoco iba a dejar que alguien más viera en Hinata lo que él se había encontrado con muchísima suerte.

- Oi Kageyama….- El moreno brincó aun sentado en el suelo, levantando sus ojos para encontrarse con los de Hinata. Gruñó por la bajo antes de ponerse de pie, bebiendo un poco más de agua.

-¿Qué? –Dijo de mala gana, fijándose en sus cabellos mojados. Seguro el idiota se había ido a refrescar un rato.

-Cre-Creo que ya.. ya se a quien le pertenece.. Ya sabes.. –Hinata miro hacia ambos lados para verificar que no hubiese nadie cerca de ellos dos, hablándole de todas formas en voz baja.- “Eso”

-“Eso” –Dijo con voz dubitativa, haciendo exasperar un poco a su compañero de equipo que asintió rápidamente- ¿Eso qué?

-¡La revista! – Casi gritó, sonrojándose y mirando hacia un costado. El moreno abrió la boca para responder cuando la voz de Daichi se hizo escuchar por el gimnasio, llamando a Hinata. El numero 10 levantó de nuevo sus ojos hacia Kageyama, esperando de todas formas una respuesta.

-Ya me lo dirás a la hora de almuerzo- Respondió finalmente y quitándole importancia para que su compañero pudiera acudir al llamado de su capitán. Hinata asintió, corriendo hacia donde el capitán y el entrenador lo esperaban, siendo el último de los jugadores en tener esa pequeña entrevista

Kageyama por su parte decidió tomar sus cosas, seguro de que si no se iba ahora llegaría tarde a su primera clase de la mañana. Se volteo una última vez para mirar a Hinata que estaba con la cabeza gacha, disculpándose como siempre, tomando sus cosas para salir.

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Hinata se sentó en el suelo de la sala del club y soltó un suspiro, intentando controlar sus nervios y su estómago. Toda la mañana había sido un suplicio no pensar más en la revista y en Kageyama y ya ninguno de los maestros estaba dejándolo salir de clases para ir al baño. Así que un poco antes de correr hacia los vestidores, luego de llevarse consigo apenas un pan de arroz, tuvo que hacer una parada forzosa en el baño sintiéndose apenas un poco mejor.

De todas formas no tuvo que esperar mucho para que Kageyama apareciera por fin en la sala. Llevaba el bolso de deportes y como si nada se sentó frente a él, mucho más serio que otras ocasiones. Hinata intento no sonrojarse cuando esos ojos se clavaron en él.

-Bu-Bueno... ya estamos aquí- Dijo, no muy seguro. Se golpeó luego mentalmente porque eso era obvio, pero alguien tenía que comenzar la conversación de alguna forma.- De que querías... hablarme?

-De nada en realidad- Mintió, ladeando el rostro. Esa mañana había sido lo suficientemente reveladora ya después de todo, al menos para el.- Vamos a dejar la revista donde la encontramos y nos olvidaremos de esto.

-Um... Ok -Hinata no quiso parecer tan desilusionado como sonó pero no agregó nada más.
De hecho se sintió un poco estúpido por haber pasado horas encima de su pupitre, imaginándose todo tipo de cosas que seguramente le diría Kageyama. Incluso en la práctica de esa mañana había soñado despierto con ese momento y en realidad el moreno no tenía nada que decirle.
De todas formas no estaba seguro de que era mejor ya que ni el mismo sabía porque su corazón se ponía como loco, ni que es lo que esperaba realmente de su compañero.

Así que con la desilusión dibujada en la cara hizo amago de levantarse cuando Kageyama lo detuvo, reteniéndolo en el piso.

-A menos de que tu... Quieras salir de dudas- Hinata ladeo el rostro sin entender, comprendiendo todo cuando el moreno saco la dichosa revista de su bolso y la dejo entre ellos dos.- ¿Quieres terminar de verla o no? - El numero 10 sintió sus mejillas calentarse, negando un par de veces. Luego se detuvo, mirando tímido el rostro de Kageyama.

-¿Tú quieres…?

-Eso no es lo que te estoy preguntando Hinata idiota- Respondió dándole un golpe en la cabeza, cruzándose de brazos. El rematador se quejó un poco, gimiendo bajito antes de inclinarse hacia la revista.

-Podría... verla solo un poco.- Admitió, abriéndola en una página al azar. Kageyama enarco una ceja y se descruzo de brazos, fijándose el también en la revista. En la página estaba la misma chica de la portada completamente desnuda y el hizo una mueca, poco interesado. Aun así se fijó en Hinata que avergonzado pareció arrepentirse de inmediato, adelantándose varias hojas más. El armador supo que no era una mejor idea cuando una chica rubia y un hombre pelirojo aparecieron abrazados en una cama matrimonial, ella con las piernas abiertas y dejándose penetrar. Hinata se puso de pie inmediatamente, sintiéndose mareado solo de la vergüenza que eso le provocaba.

-¡Oi Hinata!- Llamo el armador, sentándolo por segunda vez, pero ahora a su lado. Hinata se llevó las manos al rostro intentando no mirar al moreno.

-Qui-quizás no es buena idea- Se quejó. Kageyama suspiró, tomando la revista para ponerla en sus piernas. Se devolvió algunas páginas y encontró que las primeras fotografías no eran del todo fuertes. De hecho solo estaba la chica de siempre y un hombre besándose. Desnudos claro, pero al menos no era algo demasiado explícito.

-Solo parte por algo más suave- Aconsejo, sin saber de dónde había salido eso. ¿Por qué le interesaba tanto que Hinata viera la revista después de todo?

Hinata abrió los ojos otra vez, asomándose con algo de miedo. Al ver la fotografía se relajó un poco estudiándola con detenimiento. Si bien la chica estaba aún desnuda, Hinata no pudo evitar mirarla fijamente. Casi olvidándose de Kageyama delineo con la mirada su cuerpo, quedándose un momento más en sus senos y en la curvatura bonita que se dibujaba luego al bajar por su cintura. Sus muslos y su trasero se veían suaves y delicados y se quedó un momento más en ellos, apreciándolos... Pero pese a todo Hinata no demoro en perder la atención de aquella chica para fijarse en el hombre con porte dominante que la tomaba de las caderas, atrayéndola hacia él.

Hinata no se preguntó porque su espalda y los músculos definidos le generaban sensaciones mucho más placenteras visualmente que la chica. Ni porque se le secó la boca al verlo completamente desnudo, con una erección mal disimulada entre las piernas de la chica. Tampoco se cuestionó el porque era tan difícil dejar de mirarlo y porque se sentía mucho más avergonzado con el calor que se sentir entre sus piernas.
Decidió subir a su rostro entonces para disimular, fijándose en su quijada y en como su lengua jugaba con la otra.... No perdió detalles de sus ojos azules y de esa manera seria de mirar, casi demandante, como si te quemara con solo dirigirse a ti... Casi como...

-Cre-creo que es suficiente-

Casi como Kageyama.

Hinata cerró la revista, inspirando profundo y tratando de controlar el mismo su corazón. Evitó ver al moreno hasta que este tomo la revista y volvió a guardarla en su bolso de deportes. Hinata que ya se había olvidado del calor de sus mejillas se sorprendió cuando Kageyama habló.

-¿No sientes curiosidad? -Hinata se sintió pillado de inmediato, observando la mirada penetrante del moreno para luego bajar la suya. El calor que le había producido la imagen de ese hombre desnudo parecido a Kageyama no se había evaporado de su cuerpo del todo. De hecho no había disminuido ni un poco

Sin poder hablar asintió, preguntándose más que nada como se sentiría besar a alguien, desnudo o no. Fuera un chico o no. De reojo miró a Kageyama, notando al fin que el también parecía curioso sobre algo. De hecho sus ojos lo estaban quemando en ese momento, como si quisiera comérselo, Asarlo a fuego lento y luego devorarlo de la misma forma…

-¿Kageyama…?

-¿Quieres probar como se siente?- Hinata se fijó en cómo pese a parecer serio y seguro sus orejas estaban algo coloradas. No supo si fue eso o la confianza que tenía con el moreno que le hizo asentir sin pensarlo del todo. ¿Por qué que tenía de raro besarse con el chico al que le habías jurado venganza, que luego paso a ser tu mejor amigo y que además de todo era eso precisamente, un chico?

En realidad el pelinaranja no lo pensó hasta mucho tiempo después, pero eran los ojos de Kageyama los que le había hecho ceder del todo. O quizás su manera de mirarlo, única y especial.

No le dio importancia a sus mejillas extremadamente rojas y cerró los ojos sin saber muy bien que más hacer. Sus manos inquietas y nerviosas se aferraron a su propia chaqueta del uniforme y entonces se inclinó hacia delante, esperando.

Y esperando... hasta que los segundos se le hicieron eternos.

Tan eternos que decidió inclinarse más sin abrir los ojos chocando fuertemente con los dientes del armador.

-¡¡Gyaaaa!! -Se quejó abriendo los ojos, llevándose una de las manos hasta su boca.

-¡Hinata idiota! ¿Que se supone que estás haciendo?- Exigió saber, gruñendo por lo bajo. El otro chico bajo la cabeza, dolorido y avergonzado porque después de todo él se había precipitado y había terminado chocando con el moreno. Acaricio sus labios un momento más, sorprendiéndose cuando Kageyama tomo su mejilla y le levanto nuevamente el rostro. - Quédate quieto esta vez, ¿de acuerdo?- Hinata podría haber respondido cualquier cosa pero solo se dejó llevar por el moreno.

Cerró los ojos cuando el armador lo hizo y espero pacientemente. Esta vez los labios de Kageyama fueron más rápidos y no tuvo que esperar mucho por ellos. El aliento tibio choco contra su boca y un poco después fueron los labios de Kageyama los que se posaron suavemente sobre los suyos. Hinata suspiró suavemente y se aferró a los brazos del más alto con sus manos un poco humedecidas por los nervios. El moreno se movió sobre su boca inexpertamente pero a Hinata no pareció importarle. De hecho se dejó hacer con docilidad, relajándose cada vez más.
El movimiento entre sus bocas fue tímido pero duró lo suficiente como para comprender del todo lo que significaba un beso.

Solo un poco después Hinata abrió los ojos suavemente, con los últimos segundos de contacto, antes de que Kageyama se separara de él.

Cuando ambos tomaron una distancia prudente voltearon el rostro, sonrojados sin saber muy bien que decir pero con algo claro. Ahí había comenzado algo importante para ambos.


TBC

Notas finales:

Mas cosillas:

*Me gusta agregar los honoríficos japoneses y alguna que otra palabrilla en japonés. Intento no abusar pero se me hace raro decirle a mamá Suga “Superior Sugawara”. Not.
*Me demore un poco mas en subirlo porque no estaba segura de como se llamaban entre si Hinata, Sugawara y el resto del equipo. Sé que es una cosa mínima pero no me siento cómoda si no es como sale en el manga y/o anime. Me termine ambas cosas en tres días pero tengo tan mala memoria que debo volver a los capítulos para recordarlo orz.
*El titulo del fic era (mas)18, haciendo referencia a las publicaciones para adultos en Japón. Como ff.net no me permite los símbolos lo cambie por R18 es casi casi lo mismo.

¡Nos vemos en el siguiente capitulo!


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