Mordí su cuello para acallar un poco mis gemidos, mientras seguía embistiéndole con todas mis fuerzas. LuHan gemía despacio. Podía ver su cara a través del espejo del baño.
Definitivamente, lo estaba disfrutando como nunca.
Es mi culpa, por no haberle dado lo que me pedía. Me hizo hervir de celos con MinSeok nuevamente, y no pude evitar sacarlo a rastras de los ensayos para fundirme en él.
Nos encerramos en el baño. Y sin siquiera prepararlo un poco, le quité la ropa y comencé a follarlo.
Él quería esto desde un principio. Tiene la extraña manía de querer que se lo haga fuerte todo el tiempo.
Di una embestida más y me corrí en su interior, sintiendo cómo él se venía en mi mano.
Fue un orgasmo tan cegador, que tardamos en recuperarnos. Podía ver a través del espejo su sonrisa de satisfacción, la que siempre esbozaba al darse cuenta de que caía por completo a sus pies.
Amarré mis brazos a su cintura, para sostener su cuerpo. Él parecía realmente exhausto.
—Un nuevo record —murmuró sin aire—. Cinco días sin tener sexo.
—Cinco días tentándome —corregí—, cinco días provocándome. Zorreando en mis narices con MinSeok.
—Sabes que me gusta cuando me miras así —LuHan recargó su cabeza en mi cuello y cerró los ojos—. Me encanta que seas así de salvaje.
—Odio tratarte como si fueras una perra.
Él tenía un extraño fetiche o manía a la hora de hacerlo.
Le encantaba que fuera rudo con él. Que lo tratase mal o le susurrara cosas sucias mientras lo embestía.
No me gustaba ser así, y la mayoría de las veces me negaba. Pero él ha encontrado una manera verdaderamente eficaz para provocarme.
No me había dado cuenta de lo celoso que era hasta que le vi coqueteando con XiuMin.
Ojalá fuese sólo con él. También está JongIn, y a veces JongDae. No le importaba quién. A la hora de provocarme, cualquiera sirve.
Antes, tenía una imagen completamente distinta sobre él.
Estaba tan enamorado de LuHan, que solo me dejé engañar por su inocente rostro. Por cómo sonaba su voz cuando pronunciaba mi nombre o intentaba hacerme sonreír. Realmente lo amaba.
Quería ir lo más lento posible, para no asustarlo. Pero al parecer él no compartía el mismo pensamiento.
Esa noche, estaba realmente cansado. Los ensayos eran cada vez más agotadores.
Tomé una ducha y me fui directamente a la cama, SuHo hyung vendría en un rato más.
Me quedé profundamente dormido; sin embargo, en medio de la noche, comencé a sentir frío. Con una aparente molestia, abrí los ojos y vi a LuHan frente a mí. Por el susto, abrí mi boca dispuesto a gritar... Pero antes de poder hacerlo, LuHan lo evitó, colocando su mano sobre mis labios.
—Silencio —movió sus labios sin emitir sonido alguno—, SuHo duerme, no querrás despertarlo, ¿O si?
Desde entonces, jamás nos habíamos acercado de esa forma.
Él me gustaba, pero... Quizás era demasiado inocente en aquel tiempo. No pensaba así de LuHan, por lo menos aún no. ¡Me sonrojaba de solo pensar en él y yo besándonos!
Puedo sonar como un puberto idiota, pero es cierto. Yo me enamoré de él desde la primera vez que le vi cruzar la puerta.
—Luhan —mi voz salió inevitablemente como un gemido. No podía tranquilizarme.
—Aww, ¿Por qué eres tan adorable? —acarició mi rostro—. Dime, ¿Te gusto? No puedes negarlo. He notado cómo me miras…
—Hyung… Yo…
—Vamos Sehunnie —ronroneó—, necesito escucharlo de tus labios… Prometo que te haré sentir cosas que jamás creíste posibles.. Sólo dime que te gusto…
—Luhan Hyung… Yo —sentía mis mejillas arder. No podía creer que se lo diría de estar forma—… Estoy enamorado de ti.
Su expresión cambió por completo.
Era como si no esperara mis palabras. Pero fui sincero, yo realmente estaba enamorado de mi Hyung. Sonrió de esa manera tan hermosa, mientras su mano acariciaba mi rostro, mis mejillas, mis labios.
—Realmente eres lindo —se acerca con lentitud—, te lo has ganado.
Cuando sus labios rozaron los míos, creí perder la razón. No sabía qué hacer, hacer demasiado que no besaba a alguien, y mi hyung me ponía realmente nervioso. Mi boca se tensó, Luhan lo notó.
—¿Qué sucede? —preguntó amablemente—. ¿No quieres besarme?
—¡No es eso!
Luhan colocó su mano sobre mis labios de nuevo. Grité y había olvidado que SuHo hyung estaba en la habitación también.
Me miró con comprensión, y volvió a sonreír. Se acomodó sobre mis caderas, se movía lentamente… Por un momento pensé en que quizás quería acomodarse… Estaba equivocado. Estaba rozándose sobre mi hombría, si él seguía, ya no podría ocultar mi erección.
—Voy a besarte de nuevo —avisó—, quiero que me correspondas, ¿Si?
Lo único que pude hacer, fue asentir con la cabeza. Quería sentir sus labios de nuevo sobre mí.
Esta vez, tuve la seguridad suficiente como para corresponder a su beso, porque no quería que me considerara un niño. Yo podía ser un hombre, podía ser lo que él quería.
—Ah, eso estuvo muy bien —susurró al momento de separarnos, mientras acariciaba mi labio inferior—. Quizás ahora —murmuró, a la vez que jugaba con el cordón de mi pantalones… Los soltaba, abrí grandemente los ojos—… Ahora, debamos hacerlo…
—¿Hacer qué?
Fueron segundos en los que medite mi pregunta.
Mierda, soné como un jodido niño virginal.
—Eres tan tierno —sonrió contra mis labios—, te mostraré de lo que hablo.
No supe el significado de sus palabras hasta que le noté descendiendo. Sus manos tomaron mi pijama, y lo bajaron. Inconscientemente, levanté las caderas para que me los quitara, y él volvió a sonreír de esa manera tan brillante.
—¿Puedo serte sincero? —asentí—. Tu culo es enorme.
—¡Hyung!
—Es una verdadera lástima que yo no sea el activo —toma mi pene con su ágil mano, jadeé en silencio—, habría disfrutado tanto fundirme en ti…
Sentí mi rostro arder con eso.
Jamás imaginé que mi hyung pudiera decirme esas cosas… Tan tranquilamente, mientras me tocaba.
Su mano se movía lentamente, tuve que morderme el labio una vez más para aguantar mis gemidos. Si Suho-hyung nos encontraba de esta forma… Quizás le de un infarto.
Abrí los ojos grandemente cuando mi hyung se quitó la ropa. Jamás había visto el cuerpo de otro chico en una circunstancia parecida…
—Soy muy ruidoso en la cama —susurró—, pero esta será una excepción.
Tuve que morderme los labios para aguantar el gemido que quise dar en ese momento… Mi Hyung, se había penetrado a sí mismo con mi pene. Sin siquiera avisarme…
Estaba tan estrecho, tan caliente, me costaba mantener el ritmo de mi respiración. Él tenía una mueca de dolor en el rostro, la cual poco a poco fue cambiando. Creí que las cosas no podrían volverse más excitantes. Hasta que Luhan comenzó a moverse, y acabó con toda mi racionalidad. Sostuve su cintura con una mano, para ayudarle, y con la otra, comencé a recorrer la piel de su abdomen. Me detuve al llegar hasta su duro pene, comencé a masturbarle.
Nunca había hecho esto, él era mi primera vez ahora mismo.
Me corrí dentro, y él por otra parte, lo hizo sobre mi abdomen. Cayó sobre mi cuerpo una vez que terminamos, nuestras respiraciones estaban tan agitadas que nos tomó un buen tiempo reponernos de esto. Él levantó la cabeza y me mostró su bella sonrisa.
—Lo hemos hecho suave porque era tu primera vez —susurró—, la próxima, deseo que me partas hasta sangrar.
Y ese fue nuestro problema desde un comienzo.
A él le gustaba que fuera rudo, que le golpeara, que le insultara… Disfrutaba viéndome convertido en una bestia, pero a mí no me gustaba ser así.
Así que me negué, pero él sabía perfectamente cómo lograr lo que quería. Luego de nuestra primera vez, quiso que se lo hiciera en camarines, mientras los chicos no llegaban. Obviamente le dije que no. Fue mi error quizás.
En los ensayos, no dejó de coquetear con MinSeok hyung, en mi propia cara. Me provocó tanto que terminé perdiendo la calma. Una vez que los ensayos terminaron, le acorralé en las duchas.
Lo jodí tan duro, que le hice sangrar.
Me sentí un monstruo, un maldito animal y creí que él me dejaría. Pero solo mantenía la sonrisa en su rostro, mientras se recargaba sobre mí.
—Gracias Sehunnie —murmuró—, esto era lo que quería.
Y así ha sido el ritmo desde entonces. Él me pide que sea duro, y me niego. Él me provoca, coquetea con medio mundo y yo termino concediendo todos sus más pervertidos deseos.
Él solo tenía una apariencia inocente, nadie sabía lo que podía hacer realmente. Lo sabía, y aún así le amaba, porque era mi hyung, mi novio. El chico de la sonrisa radiante y voz angelical.
—Ya te lo dije KyungSoo —le responde a D.O hyung, hace tiempo que viene para que Luhan le de consejos—. Es como el dicho. Las mujeres pueden conquistar a los hombres con comida. Los chicos como nosotros, lo hacemos con sexo.
Abrí grandemente los ojos al escuchar eso.
—¿Estás seguro? —preguntó hyung una vez más—. Si hago el amor con JongIn, ¿Él va a quererme?
—No KyungSoo, nunca dije “Hacer el amor”. Yo dije “Sexo”.
No podía creer que él hablara así…
Comencé a tener muchas dudas, todas con respecto a nuestra relación. Él entró a mi cuarto esa noche, y prácticamente abusó de mí —bueno, quizás no a ese extremo… Pero yo estaba dispuesto a esperarle. El sexo no era importante—. Lo que significa, que él realmente no sentía nada en ese momento.
—¿Por qué tienes esa carita? —se sienta sobre mis piernas, noté que D.O ya no estaba.
—Luhan, te amo.
No pensé la magnitud de mis palabras, porque realmente ya estaba cansado de ocultarlo. Llevábamos dos años juntos, no podía seguir simplemente manteniéndome distraído con el sexo.
—Eso… está bien —sonríe de manera nerviosa—. Vamos, ¿Quieres hacerlo?
—No Luhan, sabes perfectamente qué es lo que quiero.
—SeHun no arruinemos esto, ¿Quieres? —se levanta rápidamente, pero no le dejaré huir.
—¿No vas a responderme? —levanté la voz—. ¿No sientes nada por mí hyung? ¡Soy acaso un simple pene para ti!
—No lo digas de esa forma, ambos disfrutamos de esto… Jamás dije que iba a amarte SeHun…
—Entonces no lo haces…
—No es eso —me toma del brazo—… Tú no entiendes…
—¿Qué es lo que no entiendo?
—¡No puedes amarme!
Su voz se rompió de repente. Fue lo que me dio a saber que las cosas no estaban bien.
—Explícame, por favor —me acerqué, le abracé con fuerza sin importar cuánta resistencia colocara—. No voy a dejar de amarte, lo que te suceda, también me sucede a mí.
—SeHun voy a irme.
Pero definitivamente no estaba preparado para escuchar eso.
¿Irse?
—No te entiendo…
—Estoy hablando con mis abogados, desde hace algún tiempo… Yo no puedo quedarme más en este grupo, en este país… Quiero volver a casa.
—Pero… ¿Y yo? ¿Cuándo pensabas decírmelo?
—No te lo iba a decir, SeHun.
Quizás fueron esas palabras las que más me dolieron. Porque en el fondo, creo que esperaba a que él quisiera mantener nuestra relación. Pero, ¿Existió alguna vez una relación entre nosotros?
—Solo quiero saber algo… Si es la respuesta que espero, te dejaré ir —bajé la mirada—. Luhan, ¿Me amas?
Fue un silencio desolador. Porque sabía que él estaba pensando muy bien su respuesta.
Levanté la vista, y ahí le vi. A mi amado Hyung, derramando lágrimas de aquellos ojos que tanto me enamoraron. Su mandíbula temblaba, parecía incapaz de decir algo.
—Por supuesto que te amo SeHun.
Y aquello, me liberó del nudo que tenía en la garganta.
Porque, no era la respuesta que esperaba. Yo creí que él no me amaba, y si me lo decía, yo iba a dejarle ir.
Pero ha dicho que me ama… Y no permitiré que esto acabe.
—Puedes irte, lo sabes, y no voy a suplicarte que te quedes —murmuré—, pero no voy a terminar con esto. No voy a dejar de amarte.
—SeHun, volveré a China. Quizás no nos volveremos a ver…
—Exo da muchos conciertos en China, te veré cada año, quizás más de una vez por mes. Y no será para siempre, también quiero hacer una vida luego de este grupo… Te amo Luhan. No quiero que esto acabe.
Quizás fue la mejor manera de decidirlo. Porque él me sonrió, y aunque sabía que lo nuestro sería difícil, la distancia no podría destruir absolutamente nada de lo que teníamos.
Para pruebas de amor, ese fue el motivo por el que se inventó la distancia física entre dos personas.
Aquella noche, hicimos el amor.
No fue como las demás veces, ya que LuHan ahora me miraba de manera diferente, y yo podía sentirlo. No era la última vez, y eso ambos los sabíamos.
Haríamos que resultara, por supuesto. Jamás me rendiría.
Él era el chico que amaba.
Meses después…
El viaje no había sido tan agotador, y es que ahora… Me agradaba mucho más ir a China. Los chicos se distrajeron por un momento y vi mi oportunidad perfecta para escapar.
Salí del Aeropuerto por el pasillo de emergencia, si alguna fan me viera, estaría en problemas.
Le vi recargado sobre un barandal, y supe de inmediato que era LuHan.
Me acerqué y aproveché que se encontraba de espaldas para abrazarle. Se asustó por un momento, pero al notar que era yo, le noté sonreír.
Todo estaba bien, hasta sentí que su trasero se pegaba demasiado a mi entrepierna.
—Ah, ¿Sabes cuánto te he extrañado? —ronroneó.
—Lo imagino —besé su mejilla.
—¿Conoces los baños del Aeropuerto? —preguntó, negué con la cabeza—. Es un sitio perfecto para dos personas…
Él no iba a cambiar, y sonreí al llegar a mi última conclusión.
Él era un pervertido. Un muy inocente pervertido.
Mi tierno pervertido.
Y nunca dejaría de amarle.