Subí al improvisado "ring", hice caso omiso al estruendoso público y observé sin ganas a mi oponente, me sacaba como dos cabezas pero no me importaba nunca había perdido una pelea y no pensaba perderla ahora.
- Vamos a ver lo que puedes hacerme, tatuajes - se burló, pero yo me mantuve calmado hasta que dieron la señal a penas la escuché me tire a matar a por él.
Ni si quiera le deje que levantara el puño, hasta que al fin lo derrumbe y empecé a asestarle fuertes patadas en el estómago provocando que se contrajera violentamente.
- ¡Y él ganador es Jude! - gritó el arbitro levantando mi puño manchado de sangre.
Bajé del cuadrilátero escuchando como todos gritaban y me alababan. Una vez llegué a la parte delantera del callejón junto al arbitro, me puse mi camisa - la cual me quite para no mancharla de sangre - y me puse frente a él.
- Aquí tienes Jude, como siempre lo has bordado - sonrío dándome un considerable fajo de billetes.
- Nos vemos, García - me despedí, encaminándome callé abajo hacia la discoteca más cercana.
Pagué la entrada, y me adentre, le pedí al camarero un vodka-naranja y después de terminármelo de ellos una chica se acercó hasta mi y comenzamos a besarnos. Estaba bastante buena y yo necesitaba follar, llevaba sin hacerlo con alguien ya más de un mes, desde que me acosté con Dirk. Aunque después del precio que había pagado por hacerlo... - me llevé la mano instintivamente hacia mi vientre - no estaba de humor.
- Vámonos al callejón de atrás, por allí no pasa nadie - susurró seductoramente contra mi oreja. Asentí y la seguí, mientras me guiaba entre la multitud hasta la salida.
Nada más salimos me detuve en seco al ver a Jackson y a otro frente a mi.
- Vaya, al parecer el plan a funcionado - reveló - prepárate Ross porque te vamos a hacer polvo -
Antes de que pudiera hacer algo otro apareció detrás de mi y me sujeto con fuerza las muñecas.
- ¿Qué ya no esta el jefe para protegerte, eh?, ¿se a cansado de follarte o... - hizo una pausa par acercarse hasta mi oído, me sobresalté cuando coloco la palma de su mano en mi vientre - es que no quiere hacerse cargo del bebé -
Abrí los ojos como platos, ¿cómo lo sabia? Más no me dio tiempo a pensar nada más, me asestó un fuerte puñetazo justamente donde había pisado su mano, sentí como se me iba él aire, intente forzajear pero no podía, y antes de que me diera tiempo a recomponerme volvió con otro. Al cabo de diez minutos yo estaba en el suelo sangrando y él pegándome fuertes patadas, las lágrimas caían por mis mejillas sin que lo pudiese evitar, pero no era por mi si no...porque ya no había nada que hacer. Y todo se volvió negro.
***
Sentí como estaba en una cálida cama y de repente un olor familiar inundo mi nariz.
Dirk.
Abrí los ojos con cansancio, pero no hay nada de lo que me arrepintiera más todos los recuerdos abordaron.
- Jude, ¿estas bien?, ¿cómo te sientes? - preguntó profundamente preocupado, levantándose de un salto de la silla, pude notar las oscuras ojeras que había debajo de eso preciosos ojos turquesa que una vez llegaron a enamorarme. Miré hacia abajo y me llevé la mano al vientre, volví a mirarlo, él bajo la mirada adolorido y negó.
- Lo siento, yo- intento explicarse.
Me tuve que tapar la boca para no soltar un sollozo, las lágrimas volvían a caer amargadamente por mis mejillas, vi por el rabillo del ojo como él estaba impotente, ya que no sabia que hacer, si acercarse hasta mi o mantenerse. Pero optó por la primera.
- Jude, yo-
- ¡No! Por favor..., no hables ni lo intentes, ni lo menciones, ¿fue un error no? - cuestioné destrozado - ...es mejor así - agregué con un hilo de voz, volviendo a romperme y estallar en un angustioso llanto.
- No..., no me hagas esto - negó varias veces, me dedico una amarga sonrisa y trató de llegar hasta mi mano, mas la aparte y le dediqué una dolida mirada - no llores, por...favor - imploró.
Sus ojos centelleaban dolor, pero no encontraba ni una razón del porqué.
- Ya me lo has hecho todo tu a mi, Dirk - dije llorando y dedicándole una sonrisa quebrada - lo has conseguido, has acabado conmigo -