Me desperté en una lujosa habitación al escuchar como alguien tocaba una melancólica y bonita canción en el piano. Me levanté de la cama de sábanas de satén doradas para buscar la fuente de esa bonita melodía, pero al percatarme de mi desnudez me até una de las sábanas a la cadera. Salí de la enorme habitación de puertas dobles y me encontré ante un largo pasillo repleto de cuadros antiguos y con el suelo forrado con una alfombra roja, pasé el largo pasillo y me paré donde terminaban las puertas y los cuadros ante el enorme ventanal, observe la preciosa luna llena en el oscuro firmamento nocturno y suspiré, al parecer estaba en una mansión que le daba un aire a la de la bella y la bestia y no tenía ni idea de como había llegado. Bajé las enormes escaleras de caracol, y lo que me encontré me dejo con la boca abierta.
¿Dirk? - nada más percatarse de mi presencia se detuvo, se levanto del taburete y fue ahí que me di cuenta que estaba en calzoncillos.
Lamento haberte despertado - se disculpó sin mirarme a los ojos.
Lo haces muy bien - ante mi comentario arqueó una ceja - tocar.., el piano - agregué rápidamente.
Ya, te he entendido a la primera - me sonrió - pero también sé hacer muy bien muchas otras cosas - bromeó con picardía a lo que yo me avergoncé.
Y no, no ha sido tu culpa, es que tengo el sueño muy ligero - carraspeé incomodo al recordar todo lo que ocurrió hace unas horas - ¿por qué me trajiste aquí? - le pregunté.
Porque aparte de que te desmayaste en mis brazos, no pensaba dejarte ir hasta que no se te curara lo de la espalda, y menos sabiendo que tu padre es el shérif, aunque dudo que me pasara algo, ya que yo a partir de ser el gánster del país y el tercer hombre más poderoso del mundo entre los "humanos" tu tienes una reputación demasiado fea como para creerte o tenértelo mucho en cuenta. Puedes decir que es pura precaución de mi parte - alegó con crueldad, a lo que yo fruncí el ceño.
Que te follen -
Me di media vuelta, pero unos posesivos y fuertes brazos me retuvieron.
¿Te gustaría que te follara? - me susurro en el oído. Me zafé con fuerza de su agarré.
No te aguanto - expresé con el ceño fruncido.
Sí claro, vamos a dormir - señalo, siguiéndome mientras subía las escaleras.
Cuando llegué junto a él a la puerta de la habitación en la que había dormido, me di cuenta de un pequeño detalle y era que ÉL me acompañaba.
¿Qué pasa, piensas arroparme? - ironicé a lo que él negó.
Es mi habitación - arqueé una ceja ante su respuesta.
¿Me estas diciendo que has estado durmiendo conmigo? -
Sí. No me digas que te afecta compartir la cama con otro hombre, ¿no somos dos chicos heteros?¿Que tiene de incomodo entonces dormir conmigo? Yo he dormido contigo y estas desnudo. - declaró como si nada.
Claro dormir con él tio que te dio una paliza y te obligo a comérsela no tiene nada de incomodo, ¿en qué estaría pensando? - comenté sarcástico y molesto.
Eso era un castigo, tienes que aprender donde esta tu lugar. Entiéndelo - finalizó y se metió en la cama, cosa que yo también hice. - ¿quieres que te deje algo de ropa interior o un pijama? - me preguntó mientras pegaba su cuerpo más al mío en un acto reflejo, hice caso omiso de su acercamiento y lo mire.
¿Lo dices ahora? - suspiré - no hace falta, de todas maneras no soy vergonzoso y me gusta mi cuerpo. Además no tengo nada que tu no tengas. - declaré.
Ya, bueno era por si te sentías incomodo... -
No te preocupes ahora por mi, si no lo has hecho antes - lo interrumpí cortante.
No soy un hombre que se arrepienta de sus acciones - repuso.
Que bien, porque yo tampoco así que trátame como el alfa que eres, ahora no te vayas a amedrentar - gruñí molesto y me tumbe boca abajo y gire la cabeza para no mirarlo.
Se que te gusto.., me di cuenta la primera vez que te vi por tus latidos. No te tenía que haber obligado a chupármela... - dijo con un tono de culpabilidad, y yo me tense ante sus palabras - tienes razón respecto a que soy homófogo, pero no es por eso por lo que te hice lo que te hice si no porque soy un controlador, un sádico y..-
No me jodas, no me había dado cuenta - inferí sarcástico en su monólogo, pero no me volví a mirarlo.
Pero eso no lo sabe nadie, ni si quiera María. Y quiero que siga así - prosiguió serio ignorando mi intervención.
Me da igual tu vida o tus excéntricos gustos solo quiero que me respondas a esto; ¿por qué yo?, ¿eh? - lo interrogué esta vez girándome hacia él y mirándolo con ansia.
No es la primera vez que le he gustado a otro hombre, pero no se.., tu arrogancia, la confianza en ti mismo, tu mirada siempre retándome para ver hasta donde puedo llegar - hizo una pausa con su mirada perdida en algún punto de la habitación como si estuviese buscando las palabras para proseguir. Cuando pareció encontrarlas me miro con ese indescifrable brillo extraño en sus ojos - Jude, eres la única persona que me ha dado juego en toda mi vida, la única que ha tenido los putos huevos de retarme, ¿lo entiendes? Y como ya te he dicho antes te tenía que hacer pagar de una u otra manera, a mi NADIE me desafía y sale impune demasiado que sigues vivo chico. - lo mire fijamente intentando encontrar algo en esa brillante mirada.
Solo soy un chico normal, camorrista y que después de pasarse la mitad de su vida follando con unas y con otras, llega a este pueblucho y a primera vista le gusta un puto gilipollas homófogo que tiene más jodidas sombras y secretos que el puto Christian Grey - desvíe la mirada - y ese gilipollas controlador y sádico, después de darle una paliza con su puta correa le obliga a chuparle la polla a pesar de saber que me gustas, ¿sabes lo jodidamente jodido que estaba tan solo de saber que estabas pensando en cualquier zorra mientras te la chupaba? Seguramente no, y a pesar de que debería estar acordándome de tu puta madre mientras te la chupaba por haberme apaleado y haberme humillado a chupártela en lo único que pensaba era en eso, cómico ¿no? - revelé con tristeza.
¿Con que eso te preocupaba? Pues sabes que te digo que cuando seas lo suficiente bueno como para complacerme, no pensare en nadie más, pero solo fallas en una cosa - se acercó hasta mi oído - me dan asco los maricones como tú - sentí como las lágrimas se aglomeraban en mis ojos, levante la mirada hacia él y me encontré con que sonreía con malicia.
Me dispuse a levantarme de la cama, mas antes de que pudiera dar un paso me agarro de la muñeca y me devolvió a la cama, me pego de espaldas a su bronceado cuerpo y me rodeo con sus fuertes brazos nuevamente estremeciéndome y evitando que me escapara.
No me hagas esto...,solo déjame - rogué con la voz rota.
Has cometido un gran fallo contándome eso porque te voy hacer pasarlo realmente mal, lo siento mucho pero soy una persona terrible - rió - aunque nadie lo sabe por eso a ti te voy a mostrar todos y cada uno de mis peores demonios - me susurro con malicia acariciando mi mentón con su nariz. - ahora duérmete, me lo pienso pasar de lo grande contigo Jude Ross, voy a domar la fierecilla que eres - tras esto me pegó aún más a su cálido y torneado cuerpo.
Joder acababa de firmar mi sentencia de muerte...