Su cabello era tan amarillo como su piel. Siempre me había preguntado si se lo pintaba, como también me cuestionaba: ¿qué rayos sucedía realmente con la piel de ese chico?... Me había planteado dos motivos por el cual su piel pareciera de ese color: o tenía descendencia europea (o algo parecido), o sufría alguna clase de mutación para que su piel adquiriera esa pigmentación, pero sinceramente las dos me parecían muy improbables (y verdaderamente absurdas); conociendo todo sobre él, sería irracional que se me pasaran detalles tan importantes…
Trabaja como cocinero en un pequeño restaurante de comida rápida, con su edad, me pareció tan ridículo que se dicara a eso.
Realmente me daba mucho de qué pensar, probablemente, sea por eso que no puedo sacármelo de la cabeza y siempre me cuelo en el KK con la esperanza de verlo aunque sea un momento. Aunque eso muy pocas veces pasa, mencionando que mi visita en el restaurante fue restringida, mi relación con el dueño del local no es agradable pues al parecer me he ganado un poco la mala fama.
***
Me encontraba en un parque, ya era tarde, aún me debatía qué hacer esa noche; era sábado así que probablemente Bob seguiría trabajando hasta altas horas de la madrugada... Aunque bueno, todos los días trabajaba hasta altas horas de la madrugada.
Mis labios se curvaron ligeramente hacía arriba. La salud del chico me preocupaba y a simple vista no parecía realmente buena…
Un suspiro me sacó de mis cavilaciones, el rubio de piel amarilla estaba ahí, con una sonrisa tonta bailándole en los labios y la mirada fija en la nada. Lo mire sorprendido, era muy temprano para estar fuera del trabajo.
Un penetrante olor a grasa adornaba el ambiente mientras el silencio carcomía mis entrañas, tenía que hablarle, era ahora o nunca...
-Me gusta el color de tu cabello
Me maldije internamente por la estupidez que acababa de decir.
Soltó una risa tonta y me volteo a ver.
-Gracias
-¿Te lo pintas?
Volvió a reír.
-No. Cuando me conocen, todos me preguntan eso. ¿Y tú, te lo pintas?
Ahora me tocó a mí reír. Acaricie mis cabellos verdes y los acomode un poco.
-Me gusta como se ve
Me sorprendí un poco con su alago y le agradecí.
-Eso es lo que más me gusta de ti...
Su comentario me sorprendió, logró que mis mejillas se tiñeran de un vergonzoso rojo.
-¿Disculpa?
-sé que siempre llegas a verme, o por lo menos lo intentas- rio- don Eugenio me lo dijo, al principio me pareció extraño y me dijo que ya no te dejaría entrar, pero a pesar de eso tu seguías viniendo, me pareció muy lindo y, estos días que desapareciste, realmente ya no podía concentrarme...
Rio de una manera nerviosa; con decepción. Yo lo miraba sorprendido, no daba crédito a lo que decía ¿desde cuándo me había vuelto tan descarado? No sabía que decir.
-Yo…
- Sé que me miras, Sheldon.
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Nota: Dejaré las aclaraciones finales en esta parte para a completar las 500 palabras que #amor-yaoi te pide.
Realmente no recuerdo cómo fue que surgió ésta idea pero fue interesante escribirlo xD No soy muy fan a este tipo de “géneros” o “fandom” (por así llamarlo) pero espero sea del agrado de alguien xD
Saludos, nos leemos luego :3