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Stiil Dreaming por yane

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaa

 

^^ creo que no demore verdad

 

gracias por sus rw

y espero q este capi les guste

 

a leer

 

 

 

 

—Es allí, señor —susurró con la garganta seca Taemin—. Algo nervioso, había notado como Choi Minho lo miraba cada segundo.

—Pequeña y bonita casa —respondió Minho bajando del auto junto a él, mientras disfrutaba de los pequeños roces.

—Vivimos con nuestros abuelos y en compañía de nuestro Dong.

—¿Quién es Sir Dong? —preguntó, curioso y receloso Minho.

—No quisiera ser descortés, pero ¿a usted qué le importa, señor?

 La valentía y el descaro de aquel muchachito  le hicieron gracia.

—Llámame Minho —le susurró al oído poniéndole el vello de punta.

—Disculpe, señor Choi—contestó mirándolo a los ojos, cosa de la que se arrepintió. La dura y sensual boca de él se curvo brevemente—. Pero no creo que sea buena idea que lo llame de esa manera. No debemos olvidar quién es. Prefiero llamarlo señor Choi.

 —Minho. Me gustaría y preferiría que me llamaras así.

—¡No! —indicó dejando latente su testarudez y, bajando la voz para que nadie les escuchara, le susurró—: He dicho que no, señor Choi, no insista.

 —Minho —insistió él.

«¡Ja! De eso nada», pensó Taemin.

 —No.

 —¡Eres testarudo! —se quejó frunciendo el ceño; no estaba acostumbrado a repetir las órdenes más de una vez.

—¡Pero bueno! —bufó retirándose el flequillo de los ojos—. ¿Cuántas veces tengo que decirle que no, señor?

—Hasta que digas sí —respondió disfrutando de aquella conversación. Pero él era terco, tan terco.

—No lo diré. Además, permítame decirle que estoy seguro de que si lo llamo Minho, luego querrá algo más de mí y yo no estoy dispuesto a darle nada —espetó enojado—. Porque, que le quede claro, soy pobre, pero decente. No caliento la cama de nadie y tenga por seguro que aunque sea el poderoso Choi Minho a mí no me impresiona. Por lo tanto, le agradecería que no vuelva a insistir, señor Choi.

Cuando Taemin cerró la boca fue consciente de lo que había dicho. Por ello blasfemó para sí y cerró los ojos arrepentido de su rápida lengua, mientras Minho sonreía entre asombrado, incrédulo y divertido.

—¡Abuelo! —gritó Lim mientras corría.

El anciano que los recibió con una sonrisa y  desconcierto en la cara. Era raro que sus nietos volvieran acompañados.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó al ver que estaban acompañados.

—Hola, abuelo —saludó Luhan.

—Abuela... —Taemin abrazo a la anciana que salía de la casa—. Ellos son Choi Minho, su hermano Jonghyun y Kai, y nos han traído porque tuvimos un percance, pero no te preocupes, no ha pasado nada.

—¿Percance? ¿Qué ha ocurrido? —preguntó la  anciana de pelo canoso tocándose la barbilla.

 —Pues mira... —comenzó a decir Luhan.

—Fue algo muy tonto, señor —sonrió con complicidad Jonghyun.

Mientras ellos hablaban con sus abuelos Minho, observo a Taemin en  poco tiempo, y sin el ser consciente, había disfrutado de su sonrisa, su carácter  y su belleza. Incluso su extraño acento al hablar lo cautivó.

—Soy Choi Minho —se presentó acercándose a los ancianos para tenderles la mano.

—Encantado, señor Choi —saludó MinJei la anciana cogiendo con fuerza su mano.

—Soy KangJun— saludo el anciano invitándolos  a la casa,  mientras sus nietos se cambiaban y lavaban.

—¿Dónde están los padres de sus nietos? —preguntó Kai  al recordar que la niña les había dicho que no tenían padres.

 —Murieron hace años —respondió tristemente la anciana. No quería dar más explicaciones —. Ahora nosotros somos su única familia.

 Instantes después, Lim tras lavarse, se unió a ellos. Poco tiempo después, Minho vio  a Taemin cargado con ropa y luego volver a lo que suponía era su habitación, aunque antes sus ojos volvieron a cruzarse con los de él.

—¡Es guapo! —rio Luhan mirando disimuladamente por puerta—. ¿Has visto qué ojos tan bonitos tiene?

—¿Quién? —preguntó Taemin, inquieto.

 —Kai. Oh, Dios. ¡Cómo me ha gustado! Me miraba de una manera que... que...

 —Un consejo, hermanito —dijo señalándola con el dedo—. No sueñes con cosas que no podrán ser. Él es Kim JongIn, alguien muy importante. Luhan, seguro de sus encantos, miró a su hermano y con gesto despectivo dijo:

—¿Y? «Éste es tonto», pensó Taemin antes de responder.

 —Recuerda quiénes somos para ellos. Solo somos unos empleados, olvídate que hubo un tiempo en que también teníamos dinero, eso acabo. Además, ¿no has oído la fama que tienen esos hombres? Sin querer escuchar más tiempo a su hermano, Luhan abrió la puerta y se unió al grupo.

Desconcertado y escondido en su cuarto, Taemin pudo ver a través de la puerta media abierta cómo Minho  miraba con curiosidad hacia la puerta. ¿Esperaría verlo a el?

Más tarde, Luhan entró en la cocina. Minho, extrañado por que Taemin no volviera a salir, lo acompañó, pero se sorprendió de ver a Taemin cocinando.

—Hemos venido por chocolate caliente—indicó Luhan con alegría.

 —Muy bien —dijo Taemin.

 Notaba cómo todo su cuerpo temblaba de emoción por tener a aquel fornido hombre tras él. Presentía cómo él lo miraba y aquello lo estaba matando.

—Esas frutas —dijo Luhan al ver una canasta en la mesa— ¿son del pesado de Shin?

 —Eso dijo el abuelo —asintió Taemin torciendo el gesto al oír aquel nombre.

—¡Qué pesado, por Dios! —sonrió Luhan mirando a Minho—. ¿Cuándo se dará cuenta de que no quieres nada con él?

Tras llenar las tazas y alarmado por los absurdos nervios que le provocaba la cercanía de aquel muchacho, Minho salió de la cocina, pero se quedó anclado en la puerta cuando escuchó de pronto a Luhan dejar de hablar en coreano para hacerlo en un perfecto inglés. 

—¿Qué haces? —preguntó Luhan acercándose a su hermano.

 —Estoy cociendo hierbas —respondió sonriendo enseñándole las hierbas secas.

— ¡¿Dónde iras —pregunto Luhan al saber para qué solían utilizar esas hierbas—. ¿A quién se las vas a echar? —A  la zorrita de Gain. Estoy harto de sus insultos.

Esta noche me acercaré a su casa Chen me llevara el té que suele tomar todas las noche y echaré un poquito de esto en la taza. Mañana y pasado mañana no saldrá del baño. Ambos rieron divertidos hasta que Luhan dijo:

 —¡Eres tremendo, hermanito! ¿Me dejarás acompañarte?

—No. Te quedarás con Lim. Los abuelos tienen que descansar. —Sonrió al imaginarse a Gain con el culo escocido de tanto evacuar—. Será algo rápido.

Además, iré acompañada por  Sir Dong. Después de escuchar aquella conversación, Minho se dirigió hacia los demás, y mientras los oía reír, ajeno a su conversación, pensó: «¿Por qué los muchachos hablaban tan bien inglés?». Y en especial: «¿Quién es ese tal  Sir Dong?».

Un rato después, los ancianos, encantados por la conversación de aquellos jóvenes, los invitaron a cenar, pero éstos declinaron la oferta: sabían que en la casa los esperaban. Por ello, con más pereza que otra cosa, montaron al auto de regreso.

—¡Kai! —increpó Minho—. Percibo que tu corazón se ablanda cuando ve un muchachito. El hombre, al escucharlo, lo miró con el ceño fruncido.

—¡Por Dios, Kai! Ha sido vergonzoso. ¡Qué manera de babear! —se rio Jonghyun.

 —¡Joder! —sonrió Kai al pensar lo dulce que era Luhan mientras entraban por las puertas de la mansion—. Pero ¿quién puede resistirse a esa dulce sonrisa?

—Tienes razón, amigo —asintió Minho con una sonrisa—. Tiene una bonita sonrisa.

Al entrar en el salón principal, Jonghyun y Kai se dirigieron hacia sus habitaciones a cambiarse. Tras salir se  dirigieron al salón donde Siwon y Minho,  estaban enfrascados en una conversación con Heechul y Key.

—Buenas noches. Key te vez bien —dijo Kai sonriendo.

—Gracias —sonrió Key.

Jonghyun estuvo a punto de atragantarse al mirarlo. Key estaba precioso.

Heechul sonrió al ver la reacción de Jonghyun—. ¿Qué tal llegaron Tae y Lu?

 —Bien..., bien —respondió Jonghyun al ver que su hermano y Kai callaban como muertos, y mirando a Siwon preguntó—: ¿Todos por aquí  tienen el  mismo carácter? —Jonghyun—advirtió Minho al ver la mirada de Key. Aquel juego que habían comenzado aquellos dos podía costarles caro.

—¿Ocurre algo con las personas por aquí? —siseó Key con los ojos entrecerrados.

—Oh..., tú tranquilo —respondió Jonghyun al ver su cara de pocos amigos—. Tú aún eres un niño: —Sonriendo a Heechul, añadió—: Preguntaba por la mujer que conocí en el parque.

—¿Alguien te ha dicho alguna vez que tienes menos delicadeza que un perro? — murmuró Key, ofendido y rojo de rabia.

Heechul, al escucharlo, se llevó la mano a la boca para evitar reír y fue Siwon quien habló.

—Key, son nuestros invitados —le recordó—. Compórtate.

—Tranquilo, Siwon—recalcó alejándose al ver entrar en el salón a sus primas Jin y Sohee junto a su abuela Boa—. Educación no me falta, pero ciertos animales y sus modales me sacan de quicio.

 —Te acompaño —dijo Heechul mientras tiraba de el para tranquilizarlo.

 —¿A qué animal se refiere? —preguntó Jonghyun mientras sonreía. Siwon resopló y lo miró.

—Así no llegarás a ninguna parte, Jonghyun —le susurró Kai , divertido, mientras Boa caminaba hacia ellos.

—Eso pretendo —declaró bajito Jonghyun, pero no lo suficiente para no ser oído.

—¡Muchachos! —saludó la anciana al acercarse a ellos—. Me dijeron que habían  llegado. ¡Qué alegría verlos! ¿Cómo está mi buen amigo HyuSon?

—Quedó algo triste por no poder venir —informó Minho tras un cordial saludo—. Pero su delicado estado no le permite hacer un viaje tan largo.

—Salúdalo de mi parte y dile que pronto iré a visitarlo.

—¡Le harás feliz! —sonrió Jonghyun. Las risotadas de dos mujeres los hicieron mirar.

—¿Quiénes son? —preguntó Kai sonriendo con encanto.

—Las nietas de mi hermana Eun —respondió Boa.

—Primas de Hee y Key—dijo Siwon y, mirando a Jonghyun, preguntó—: ¿Se puede saber qué te pasa con Key?

 —No me pasa nada, aunque me hacen gracia sus reacciones.

—Jonghyun —dijo Siwon—, aléjate de Key.

 Minho miró a su amigo y a su hermano, pero no dijo nada.

 —Eso hago —respondió Jonghyun dejando de sonreír—. ¿No lo ves?

—¡Muchachos! —los regañó Boa—. Hagan el favor de comportarse. Jonghyun y Minho se midieron con la mirada hasta que Kai se interpuso entre ellos para acabar con aquella tontería. Se conocían de siempre. Sus padres habían sido buenos amigos en vida. Pero Siwon conocía a Key y sabía por Heechul que él siempre había estado enamorado de Jonghyun.

—Boa, Siwon —interrumpió Minho empujando a su hermano—. Quisiera hablar con ustedes.

 —Esperaremos fuera —dijo Kai cogiendo del brazo a Jonghyun.

 —No —señaló Minho. No sabía por qué, pero lo que iba a preguntar sentía que a ellos también les interesaría.

—Tú niño —dijo Boa sentándose.

 —Quería preguntar por Taemin y sus hermanos —solicitó atrayendo la atención de Kai y Jonghyun—. ¿Qué les ocurrió a sus padres?

—¿Has conocido a esos dos maravillosos jovencitos? —aplaudió Boa al pensar en ellos.

 Los quería tanto como a su propio nieto Key.

—Boa, ellos y tu querido nieto estaban de pelea con Gain — aclaró Siwon haciéndola sonreír. Cualquier cosa que hiciera Key, o aquellos hermanos, a Boa siempre le hacía sonreír. Los adoraba.

—¡Qué carácter tienen! ¿Verdad? —Observando a Minho, la anciana añadió—: Muchacho, esos hermanos son muy especiales.

 Minho, creo que corresponde a Boa responder a tu pregunta. Todos miraron a la anciana que tras remolonear finalmente dijo:

—Murieron hace años, lejos de aquí —aclaró cambiando su humor. Aquella respuesta no calmó la curiosidad de Minho, que volvió al ataque.

—Eso no me dice mucho, Boa. —Mirando a su amigo prosiguió—: Quizá me puedas decir más. 

—¿Qué pretendes saber? —dijo sonriendo Boa cruzando los brazos ante su pecho. Minho la miró.

—Pretendo saber por qué hablan entre ellos un excelente inglés y un coreano algo esforzado.

—¿Qué dices? —preguntó extrañado Jonghyun mientras Kai no entendía nada.

—Escúchame bien y mide tus palabras tras lo que les voy a contar —pidió Boa mirando a Siwon.

Tras un largo silencio, comenzó—: La madre de los muchachos era de San francisco Jung YeonHee, ella nació y creció allá. ¿Contento? —preguntó mirando a Minho, que no se inmutó—. Su padre era Lee MinSu, un encantador muchacho que un día se enamoró de ella, cuando vino de vacaciones a Seúl.  Él era portero en el edificio donde ella se alojaba.

Recuerdo que cuando MinSu se marchó con ella, MinJei y Kang sufrieron muchísimo. Su único hijo se marchó con ella. Lo siguiente que sé es que el padre de los muchachos murió en un accidente de auto, y YeonHee murió tras el parto de la pequeña Lim.

Taemin me contó que fue un amigo de sus padres, quien, arriesgándose, los ayudó a huir de San francisco de  la tiranía de su tío, trayéndolos de nuevo a su casa, con sus abuelos.

 —¿Son nacionalizados americanos? —preguntó Jonghyun.

 —No. Ellos son coreanos —afirmó Siwon.

 —Una noche, hace seis o siete años, apareció Kang con los dos muchachos y el bebé en brazos.

—Vaya —dijo incrédulo Kai.

 —Sí —asintió Siwon.

Ellos han pasado por mucho, y han renunciado a todo, solo por ser felices y vivir tranquilos.  ¿Tienes algo más que preguntar?

En ese momento, las primas de Hee se dirigían hacia ellos. Minho, al ver los tristes ojos de Boa, decidió terminar la conversación e ir a cenar.

 

**

 

Aquella noche Taemin salió de su casa a cumplir su objetivo. La primera vez que llego a Seúl,  se maravilló de lo parecido era a San francisco. Esa primera noche que se despidió de su buen amigo Joon para nunca más saber de él.

«¿Qué habrá sido de su vida?», pensó mientras caminaba junto a Dong, su gentil y cansado perro, que Joon, aquel fatídico día, se acordó de rescatar. Sir Dong era un perro pastor, de color oscuro y ojos cansados que revelaban sus veinte años de edad. Pero Taemin lo adoraba. Nunca olvidaría el día que sus padres se lo regalaron. Tenía seis años, poco menos que ahora Lim, por lo que ambos crecieron juntos, y juntos habían vivido muchos momentos buenos y malos.

 Aquella noche, tras salir sigilosamente de su casa, Taemin llegó hasta la parte trasera de la casa de Gain, allí espero hasta que Chen saliera y no se percató de que unos ojos divertidos e incrédulos observaban todos y cada uno de sus movimientos. Con sigilo, Taemin se acercó a la puerta  donde Chen ya estaba con la taza en manos. Con rapidez, echó algo que llevaba en las manos dentro de la taza. Tras aquella acción, se despidió de Chen y con la misma tranquilidad y sigilo con que llegó, se marchó.

Minho, que había estado esperando su aparición durante un buen rato, se quedó maravillado al verlo. El joven había irrumpido ante él sin su uniforme de empleado. Ahora, aquel joven llevaba unos pantalones de cuero marrón, una camisa de lino, una chaqueta  oscura y unas botas, mientras que su pelo estaba recogido en una coleta.

Minho, con la boca seca, observó desde las sombras sus controlados movimientos y no pudo dejar de reír cuando vio que el derramaba algo dentro de la taza que aquel muchacho sostenía. Al verlo desaparecer, se puso en marcha. Tenía que alcanzarlo.

 —¿Qué hace un muchacho andando solo a estas horas?

Al escuchar aquellas palabras, Taemin se paró en seco. «Maldita sea. ¿Qué hace éste aquí?», pensó Taemin volviéndose hacia él. Su aspecto era inquietante.

Incluso se le veía más guapo. Su bonito pelo negro se mecía por la brisa, mientras sus penetrantes ojos lo escrutaban. A punto de soltar un suspiro, sin saber por qué, llevó su mirada hacia su sensual boca, la cual, según había oído, era una boca cálida y suave para besar. Realmente, aquel hombre era una auténtica provocación.

Pero ¿qué hacía allí mirándolo con aquellos grandes ojos inquisidores? —Estaba dando un paseo con mi perro, señor —aclaró tomando con fuerza las riendas de Dong.

 —¿Vestido así? ¿Y echando quien sabe que, en el agua de los demás?

—Pero ¡bueno! ¡Qué desfachatez! —se enfadó Taemin cambiando de postura—. ¿Me has estado espiando, miserable gusano? Sus ojos se agrandaron como platos al darse cuenta de cómo había hablado a Choi Minho y  comenzó a preocuparse por las consecuencias que aquello acarrearía a su familia. Levantando las manos a modo de disculpa, habló:

—Oh... Dios disculpe mis palabras, señor. Tengo el horrible defecto de hablar antes de pensar.

—¿Por qué no me sorprende? —Levantó una ceja divertido Minho—. Tranquilo, no te preocupes.

Pero por experiencia te diré que las cosas se tienen que pensar antes de decirlas. Al escucharlo, Taemin suspiró.

—Tiene razón, señor —asintió provocándole una sonrisa al mostrar una expresión de estupor y bochorno.

—Yo no diré nada, si tú prometes no hacerlo también. No quisiera que la gente perdiera el miedo que me tiene —respondió acercándose más a él, dejando latente su increíble estatura y su porte.

—Se lo prometo, señor —asintió dándose la vuelta. Agarrando con fuerza las riendas de Dong, comenzó a andar—. Buenas noches, señor Choi.

 —Minho —solicitó cogiéndolo  del brazo—. Mi nombre es Minho y no sé por qué extraño juicio has decidido seguir llamándome de otra manera.

—¿Otra vez con lo mismo? —protestó mirando al cielo de modo cómico—. Creo, señor, que le expresé lo que pensaba sobre ello.

—No pienso como tú, muchacho —aclaró maravillado por el desparpajo y gracia de el—. Y si me permites, te acompañaré hasta tu casa.

—No necesito protección, señor. Y no se lo tome a mal, pero también soy hombre igual que usted, se defenderme —rechazó su oferta mordiéndose el labio inferior. Minho sonrió clavando su inquietante mirada sobre él.

 —¿Piensas rebatir todas mis órdenes? —insinuó apretándole el brazo.

—Por supuesto. No soy su empelado—respondió dando un tirón para soltarse.

«Ay, Dios. Otra vez», pensó Taemin tras decir aquello. Minho, al ver de nuevo aquel gesto preocupado, dijo:

 —¿Sabes? No tengo ganas de discutir. Te acompañaré —insistió, resuelto, caminando junto a él.

 Tras rumiar por lo bajo, cosa que hizo gracia a Minho, ambos pasearon en silencio hasta que lo oyó susurrar.

—¿Has dicho algo? —Hablaba a Sir Dong —respondió sin mirarlo.

 —¿Dong es tu perro? —preguntó extrañado por el nombre.

—Sí —asintió cerrando los ojos—. Fue el nombre que elegimos mi padre y yo.

—Curioso nombre Sir Dong —reflexionó observando los gestos avergonzados de el —. Nunca había conocido un Sir de esta especie.

—Señor Choi, es usted alguien impresionante —dijo para desviar el tema, mientras le entraban ganas de reír por la absurda situación que estaba pasando.

—Minho —corrigió señalándola con el dedo—. Y antes de que desates esa lengua viva que tienes, déjame decirte que me quedó muy claro que eres pobre y decente, pero también quiero que te quede muy claro que no te obligaré a que calientes mi cama, ni nada por el estilo. Sólo quiero que me llames por mi nombre, como yo a ti te llamo por el tuyo. ¿Tan difícil es decir Minho?

 «¡Qué bonito es!», pensó el Minho.

 —De acuerdo —sonrió dejándole sin aliento—. Minho, es usted alguien muy importante.

—Bueno, todo con esfuerzo — Sabes dijo Minho mostrándole una foto de su celular. Hoy me he dado cuenta de que mi caballo y tú tienen el mismo color de pelo.

—¡Por Dios! —. Me han dicho muchas cosas, pero nunca que mi pelo era como el de un caballo.

—No he dicho eso —se defendió divertido al escucharlo—. Sólo que tu color de pelo y el de mi caballo es el mismo.

—Pues ¿sabes? —replicó Taemin cogiendo su coleta—. ¡Tienes razón! —Tras sonreír preguntó—: ¿Llevas muchos años con tu caballo?

—Tantos que nos entendemos a la perfección.

—Entiendo —asintió más relajado—. A mí me pasa lo mismo con Dong: a veces con mirarnos nos comprendemos. Incluso me ayuda con otros perros.

—¿Cómo?

—Mi se ocupa del jardín y de los perros de Key y Hee —explicó mirando las estrellas—.  Veces se ponen rebelde y me los deja a mí.

—Retirándose con la mano un mechón de pelo continuó—: mi abuela y el abuelo dicen que yo hablo con los animales, y en cierto modo tienen razón. Los miro a los ojos, les hablo con cariño, y al final hacen lo que yo quiero con la ayuda de Sir Dong.

 —¿Lo dices en serio? —preguntó con una leve sonrisa.

—Totalmente en serio —asintió mirando aquella sonrisa que él se empeñaba en ocultar —. Sir Dong y yo somos un buen equipo.

 —Eso me indica que llevan mucho tiempo junto.

—Sí —asintió cambiando el gesto—. Mis padres me lo regalaron cuando cumplí seis años y...

—¿Y? —Minho enarcó la ceja al ver que el cortaba la frase.

 —Nada..., nada. —Negó con la cabeza. Recordar era doloroso.

—Tus abuelos y Lim comentaron que tus padres habían muerto. Recordar a sus padres aún le dolía.

 —Sí. Hace años. Por eso vinimos a vivir con el abuelo.

—¿Dónde vivías antes? —preguntó intentando ver hasta dónde era capaz el de contar. Pero la reacción a esa pregunta fue desmesurada. Se revolvió contra él y, con la cara contraída por el enfado, le dio tal empujón que lo desconcertó. Sin ningún miedo se le encaró como pocos rivales en el estrado habían osado hacerlo.

—¿Qué quiere saber exactamente? O mejor dicho: ¡ya lo sabes! ¿Verdad? — gritó mirándolo con rabia.

—No sé de qué estás hablando —mintió al ver el dolor en su mirada—. Sólo intentaba ser amable contigo.

—¡Oh, sí que lo sabe, señor Choi! —dijo haciendo que la sangre de Minho se espesara—. Yo vivía en una casa muy bonita, pero asfixiante, lejos de aquí, donde los lujos eran parte de mi vida, como no lo son ahora. Pero le diré, señor —prosiguió señalándole con el dedo—, que por muy humilde que sea este hogar, ¡mi hogar!, con los ojos cerrados lo prefiero por muchas razones que nunca nadie llegará a comprender.

Minho no pudo resistir. Tenerlo tan cerca era una tentación. Estaba acostumbrado a que se le echaran encima, aunque las compañías con las que él estaba acostumbrado a tratar no tenían ni la suavidad, ni la mirada retadora, ni el aroma de él. Sin saber por qué, lo atrajo hacia él y tomó sus labios vorazmente.

Taemin, al sentirse rodeado por aquellos poderosos brazos y ver cómo Minho tomaba su boca, intentó apartarse. Pero el desconocido deseo que sintió por él hizo que se dejara besar. Los labios de Minho eran exigentes y calientes. Su lengua hizo que Taemin abriera la boca, donde él entró y exploró sin miedo, percibiendo un sinfín de sensaciones que hasta el momento nunca había experimentado.

 ¡Era delicioso! Tras un intenso beso, el hocico de Dong dio en la pierna del joven, trayéndolo de nuevo a la realidad. Y dándole un empujón con todas sus fuerzas, consiguió desprenderse de su abrazo con la respiración entrecortada y los labios hinchados por aquel apasionado beso.

 —Lo siento —se disculpó Minho con voz ronca, atontado por lo que su cuerpo había  sentido al tomar entre sus brazos a aquel muchacho.

 Al abrazarla había notado que Taemin se refugiaba en él y eso le había provocado una ternura hasta ahora desconocida—. Te pido disculpas, Taemin; no pretendía hacerlo. Pero no sé qué me ha pasado.

—No se preocupe, señor Choi —respondió más confundido que él, mientras sus chispeantes ojos lo acuchillaban—. ¡Nunca debería haber confiado en usted, ni de su palabra!

Usted está acostumbrado a conseguir lo que quiere—gritó haciendo que se sintiera mal—. El idiota he sido yo al pensar que no reclamaría  nada más que una simple charla. Por lo tanto, olvidemos el tema y buenas noches, ¡señor!

Una vez dicho aquello, comenzó a bajar por la calle  que llevaba hasta su hogar, tembloroso por el beso y por la extraña atracción y seguridad que había sentido con él.

Mientras él se alejaba, Minho lo observó con su mirada penetrante. Tras verlo desaparecer, su boca esbozó una pequeña sonrisa, volvió el camino a la mansión.

Notas finales:

Bueno 

 

Ya hubo beso .. OMG que creen que pase despues ...

 

Jonghyuny Key ... esos dos  pasaran sus momentos..

 

Les gusto el capi

 

si--- nooo--- 

 

bueno dejen rw y actu

 

bye bye


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