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True Love por Yewooki

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Notas del fanfic:

:v 

Notas del capitulo:

Perdón si tiene horrores ortográficos y esas cosas(?)

La libertad de un pueblo esta dictaminada por aquellos quienes tengan el poder sobre los otros, así pues, el emperador tenia absoluto poder sobre su pueblo, el cual vivía en condiciones que cualquier gobierno actual desearía para su nación, si bien la esclavitud aun era parte esencial de su mundo comercial y fuerza de trabajo, había un tribunal para protegerlos de los abusos.

 

 

 

El poder estaba dividido en cuatro partes, el emperador, quien dictaminaba todo lo que se debía hacer, el consejero quien en ausencia del emperador dictaminaría las leyes y sanciones, el juez primero quien en ausencia del emperador y el consejero tomaría las decisiones y por último, el hermano del emperador.

 

 

 

El palacio se alzaba poderoso sobre la cima de la montaña donde se podía ver perfectamente la ciudad entera, y la entrada única a fin de prevenir ataques.

 

 

 

Un pequeño corre sin preocupaciones por uno de los jardines del palacio, disfrutando de la fresca brisa que mese sus cabellos oscuros como la noche y su risa pura inunda los pasillos.

 

 

 

Su madre lo observa cuidadoso, su pequeño es frágil y no desea que se haga daño.

 

 

 

-JongWoon- le llama con suavidad y el pequeño corre hasta sus piernas sin borrar su sonrisa alegre- es hora de volver-le menciona viéndolo asentir, levantando su mano en espera de que el joven hombre la tome y lo conduzca de nuevo al salón para que continúe con sus clases- el emperador espera que obtengas el mejor puntaje en la prueba de mañana- le avisa, viendo al pequeño asentir- ¿Estás preparado?- Le pregunta con curiosidad, viendo a su pequeño afirmar con tranquilidad.

 

 

 

Caminan a paso ligero por los pasillos de mármol, recibiendo reverencias de todos los súbditos y esclavos que trabajan para ellos, por fin entran en el enorme salón, que está repleto de libros, un par de enormes ventanales permiten la entrada de luz, en el centro se encuentra una mesa con un mapa de su nación, su siguiente clase es estrategia militar, la odia, pero su padre espera que sea un gran estratega y no lo será si no estudia, así que suelta la mano de su madre y avanza seguro hasta donde su profesor, un hombre anciano.

 

 

 

-Su majestad- le llama hacienda una venia hacia el pequeño- siempre tan puntual- le alaba haciéndolo sonreír- ¿Listo para comenzar?- Cuestiona viendo al niño asentir.

 

 

 

El resto de la tarde la pasa memorizando un antiguo libro con la historia de su pueblo, todo líder debe de conocer el pasado para no cometer los mismos errores en el futuro. Al caer la noche la cena se sirve en el comedor, camina a paso rápido por los pasillos silenciosos, con una sonrisa dibujada en sus labios delgados, entrando estrepitosamente en el salón donde su madre lo mira reprobatoriamente.

 

 

 

-JongWoon- le llama la atención frunciendo el ceño.

 

 

 

-Es solo un niño, querido- murmura su padre, que se levanta de su asiento mostrándose alto y poderoso, se inclina con suavidad estirando sus brazos y el pequeño corre, brincando hacia sus brazos, siendo rápidamente apresado por ellos- ¿te portaste bien?- Le pregunta dándole un cálido beso en el cabello.

 

 

 

-Si padre- dice sonriendo, solo ve a su padre en las noches, cuando cenan y después lo arropan para que duerma- Hoy aprendí el abecedario japonés- dijo con orgullo.

 

 

 

-¿En serio?- Dice impresionado- yo aun batallo para recitarlo- le confesó haciéndolo reír.

 

 

 

- Omma- murmura, viendo a su madre sonreírle con suavidad- ¿Cuándo veré de nuevo al príncipe KyuHyun?

 

 

 

Sus padres se observan con cuidado, su hijo había sido comprometido con el heredero al trono de las tierras altas de corea, con el fin de unificar ambos pueblos, y desde el día en que ambos pequeños se conocieron habían hecho una interesante amistad.

 

 

 

- El príncipe está enfermo querido- le dice su madre, viéndolo entristecer enormemente, partiéndole el corazón- pero cuando su salud mejore viajaremos a verlo.

 

 

 

- ¿No puede verlo mi doctor?- Preguntó inocente- el siempre me cura.

 

 

 

 -No es tan sencillo amor- le dice su madre acariciándole la mejilla, dejando el tema de lado cuando el consejero interrumpió en la sala, el emperador dejó sobre su silla a su primogénito antes de salir a paso veloz, dejándolos detrás, su madre se ve preocupado, lo toma en brazos y salen del comedor, no entiende que pasa, su madre corre por los pasillos, entrando en una habitación que no conoce, bajando unas estrechas escaleras apenas iluminadas, hasta llegar a un húmedo salón.

 

 

 

Su madre le pide silencio y él obedece, de pronto un estruendo poderoso resuena sobre sus cabezas,  se asusta y se abraza al pecho de su madre, quien lo rodea con sus brazos, esconde su rostro contra el pecho ajeno, sintiéndose más tranquilo aunque los estruendos continúan.

 

 

 

Las horas pasan y los estruendos suenan la noche entera, apenas y a podido dormir un poco, su madre se ve cansado y preocupado, su padre está afuera y no sabe qué pasa, mas horas pasaban y su pequeño estomago exige alimento y agua.

 

 

 

-Omma- murmuró con sus ojitos cansados y llenos de lágrimas- tengo hambre- dice llevando sus manitas a su estomago que ruge sin piedad.

 

 

 

Su madre observa el salón con desespero, hasta dar con una gaveta vieja, la abre sacando de dentro un tarro lleno de duraznos en conserva, toma uno y se lo da a su pequeño quien lo come con avidez, la puerta se abre con violencia, y su madre abre los ojos con miedo, lo toma en brazos, ocultándose ambos entre unos viejos troncos.

 

 

 

- ¿Su majestad?- Pregunta uno de los guardias viendo el salón vacio, su estómago se revuelve, cuando oye la madera crujir, voltea con la antorcha iluminando el rostro cansado del esposo del emperador y su pequeño heredero, suspira con alivio- Todo terminó- le avisa viéndolo suspirar un poco antes de levantar de nuevo la vista con preocupación- está bien- murmura viéndolo asentir, quiere tomar a su pequeño en brazos pero está exhausto y apenas se sostiene a sí mismo, así que se acerca tomando al pequeño ayudando a su majestad a subir las escaleras, en la puerta lo espera el médico quien lo lleva a su habitación y el pequeño es llevado al comedor.

 

 

 

Una vez en aquel lugar vio, a través de la ventana con horror como las llamas consumían parte de su pueblo, una de sus niñeras se encargó de limpiarle el rostro.

 

 

 

- ¿Qué ha pasado?- Cuestiona asustado.

 

 

 

- Han intentado derrocar a su majestad el emperador- le confiesa en tono bajo- pero los rebeldes han sido encarcelados y se les llevara a cabo un juicio- le consoló- ¿desea comer algo?- Le pregunta viéndolo asentir de inmediato.

 

 

 

Cuando su pequeño estómago estuvo lleno, fue llevado a su habitación, donde le bañaron y le colocaron ropa limpia, antes de conducirlo a la habitación de sus padres, en su cama reposa su madre, quien al verlo de inmediato estira sus brazos, su padre, quien tiene un brazo vendado, lo toma con cuidado subiéndolo a la cama, gatea hasta los brazos de su madre, los cuales se ciernan sobre su cuerpo protegiéndolo.

 

 

 

- Mi bebé- le susurra sobre los cabellos húmedos.

 

 

 

- Omma- murmura restregando con suavidad su pequeño y redondo rostro contra el pecho cálido de su madre- tengo miedo.

 

 

 

-No tienes que temer- le dice su padre sentándose sobre la cama al lado de su madre acariciándole el cabello- nunca permitiremos que alguien te dañe.

 

 

 

- ¿Nadie?-pregunta inseguro.

 

 

 

-Nadie- confirman sus padres.

 

 

 

Los meses pasaron y el pequeño JongWoon dejó de temer que alguien quisiera lastimarlo, entonces sus padres lo llamaron cuando se encontraba en su clase de tiro, extrañado entró en el salón de reuniones que su padre utilizaba, no solo estaban sus padres si no también el médico de la familia y su tío.

 

 

 

-JongWoonnie-le llamó su madre con una sonrisa en los labios estirando sus brazos llamándole, se acercó lentamente hasta él viendo como todos estaban emocionadnos y algo asustados también.

 

 

 

-Te hemos llamado para darte una gran noticia-le dijo su padre- tendrás un hermano menor.

 

 

 

Su ceño se frunció y detuvo sus pasos a solo un metro de su madre, miró con seriedad a sus padres, para después ver al médico quien asintió con lentitud, entonces corrió hacia la puerta mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, el no quería un hermano menor, corrió hasta que salió a uno de los patios del palacio y continuó corrió hasta que sus piernas no pudieron sostenerle más, cayendo al suelo, mientras de sus ojos oscuros descendían gruesas lágrimas.

 

 

 

Sintió unos brazos tomarlo, intentó luchar pero estaba cansado, se dejó hacer siendo cargado por su tío, quien lo sentó sobre sus piernas, consolándolo.

 

 

 

-No quiero un hermano menor- jadeó limpiándose el rostro.

 

 

 

-JongWoon, tu deber como futuro emperador es proteger y amar a todos en tu pueblo, sin importar su condición- le recordó- ¿quieres ser un gran emperador como tu padre?- Le preguntó secándole las lágrimas con sus largos dedos.

 

 

 

Vio al pequeño asentir después de pensar durante largos minutos, mientras calmaba su llanto hasta dejar de hipar, tallando su carita con suavidad.

 

 

 

- ¿Cómo es ser hermano menor?- Le cuestionó con curiosidad.

 

 

 

- Oh bueno- dijo pensativamente, volteando a ver al cielo perdiéndose en el claro azul que cubría todo- siempre tienes alguien en quien confiar, quien siempre pensara en ti y siempre te protegerá y hará hasta lo imposible por evitarte el dolor en cualquier ámbito.

 

 

 

- ¿Quieres a mi papá?- Preguntó viéndolo intrigado.

 

 

 

- Si lo quiero mucho, como te quiero a ti- le dijo acariciándole los rebeldes cabellos oscuros- ¿quieres volver al palacio?- Le preguntó con suavidad, viendo al pequeño negar con suavidad- ¿quieres ir conmigo al pueblo?- Dijo viéndolo asentir, así que se pusieron de pie, para salir del palacio subiendo al caballo de su tío cabalgando hacia el pueblo, donde caminaron por el mercado, viendo todo lo que allí vendían, el pequeño quedó encantado por el color rojo de las manzanas, así que le pidió dos a su tío.

 

 

 

Las horas pasaron y cuando el atardecer comenzó a caer sobre la ciudad, volvieron al palacio, fue directo  a su habitación colocándose por sí solo su pijama antes de meterse en las cobijas, cayendo rápidamente dormido.

 

 

 

La puerta de su habitación se abrió lentamente dejando pasar a sus padres, quienes estaban siendo acompañados por su tío.

 

 

 

-Estaba preocupado- murmuró JaeJoong acariciándole la cálida mejilla a su hijo.

 

 

 

- Solo necesitan hablar con él- mencionó ChangMin cruzándose de brazos- solo está algo nervioso por ser un mal hermano y claro, porque dejen de quererlo.

 

 

 

YunHo frunció un poco su ceño, acobijando bien a su hijo, ¿dejarlo de querer? Eso no pasaría ni en un millón de años, su hijo era una bendición para ellos, miró con cuidado el rostro pálido de su esposo y confidente, su pequeño hijo había heredado su curiosidad, y aquel brillo especial en sus ojos, sus labios y nariz en cambio se parecían más a los suyos. Lo amaba tanto que sin dudarlo daría su vida por su pequeño hijo.

 

 

 

Al día siguiente el emperador y su esposo hablaron seriamente con su hijo, aclarando todas y cada una de sus dudas.

 

 

 

-Entonces mi hermano nacerá en abril-dijo viendo el vientre de su madre con seriedad- ¿Cuándo podre ver a KyuHyun?- Cuestionó destanteando por un momento a sus padres.

 

 

 

-Mañana por la mañana saldremos hacia su palacio-le dijo su padre- así que alista tu equipaje y recuerda llevar algún regalo para el príncipe.

 

 

 

Cuando lo dejaron solo, comenzó a prepararse para el largo viaje, vio con una sonrisa su roja manzana, colocándola entre sus cosas, se la regalaría al príncipe, esperando que le gustara.

 

 

 

El viaje fue largo y tedioso sobre todo para el pequeño príncipe inquieto, quien trató de controlarse, para no incomodar a su madre, quien sonreía al verlo entusiasmado, recordando cuando él conoció por primera vez a su ahora esposo.

 

 

 

Cuando el carruaje se detuvo, el atardecer pintaba el cielo, fueron conducidos hasta la sala donde los emperadores de aquellas tierras esperaban, el emperador Choi se levantó saludando diplomáticamente al otro emperador, y cuando por fin quedaron solos sonrieron abrazándose dejando de lado todo protocolo.

 

 

 

-Haz adelgazado- recalcó SiWon cuando se separó de YunHo.

 

 

 

- Si, bueno, el trabajo-dijo riendo un poco viendo detrás del emperador a su amigo desde que eran solo unos niños HeeChul con su prominente vientre.

 

 

 

El pequeño príncipe KyuHyun apareció en el salón ya que había estado en su clase de música cuando llegaron, en cuanto sus ojitos captaron la figura de JongWoon corrió hasta él, fundiéndose en un abrazo que enterneció a los adultos.

 

 

 

-Te extrañé- confesó apretujándose contra el mayor.

 

 

 

-Yo también te extrañé- le contestó, soltándolo lentamente, sosteniendo con cuidado su manita, viendo como contaba con varios moretones producto de las punciones que recibió- ¿Te duelen?- Preguntó acariciando con delicadeza las marcas.

 

 

 

-Ya no- dijo sonrojándose violentamente, antes de abrazarse al mayor de nuevo.

 

 

 

Fueron llevados a sus habitaciones, el pequeño KyuHyun se negó a dejar a JongWoon, así que terminaron juntos en la habitación del mayor, mientras uno de los esclavos preparaba la bañera para el joven príncipe.

 

 

 

-JongWoon- murmuró KyuHyun viendo como JongWoon rebuscaba algo entre sus pertenencias, hasta que soltó un grito alegre, volteándose para ver al pálido y tierno castaño que descansaba sentado en su cama, ocultando detrás de su cuerpo la brillante y roja manzana, acercándose hasta quedar frente al menor.

 

 

 

-Tengo un regalo para ti- confesó viendo a KyuHyun emocionarse y sonrojarse de nuevo, haciendo que su joven corazón salte emocionado en su pecho, sonrió acercando su rostro al del menor- pero para dártelo- dijo sonriendo adorablemente, encantando un poquito más al corazón de KyuHyun- quiero un beso.

 

 

 

Los ojos del menor brillaron igual que sus mejillas sonrojadas, inconscientemente pasó su lengua sobre sus labios, antes de inclinarse posando sus suaves labios sobre los del mayor, logrando que su cuerpo entero vibrara asustándolo, separándose confundido del mayor, llevando sus manitas a su rostro ocultándolo.

 

 

 

- Me gustan tus besos- confiesa JongWoon sonrojado también, tomando con cuidado las lastimadas manos del menor alejándolas de su carita, mostrándole la manzana roja- espero que te guste, mi tío dijo que el rojo simboliza amor- dijo avergonzado, viendo como el esclavo salía del baño.

 

 

 

-Todo listo su majestad- le avisó inclinándose, a la espera de más ordenes.

 

 

 

-Puedes retirarte- le dijo con calma, viéndolo salir de la habitación, dejando a los dos pequeños solos- tengo que bañarme Kyu- le dijo viendo al menor sonrojarse violentamente.

 

 

 

- ¿Puedo bañarme contigo?- Preguntó viendo la manzana que descansaba en sus manitas.

 

 

 

JongWoon sonrió tomando la mano de KyuHyun jalándolo al baño, donde se despojaron de sus ropas viéndose con los rostros rojos, el mayor tomó con cuidado la mano de Kyu, ayudándolo a entrar en la tina llena de agua caliente y flores, para después entrar él. KyuHyun se abrazó con cuidado al pecho del mayor sintiendo como su corazón latía dolorosamente contra sus costillas.

 

 

 

- Cuando seamos grandes y nos casemos… ¿me harás el amor?- Preguntó con curiosidad, en uno de los libros que aun no se le permitía leer, pero que había robado de la biblioteca de su palacio, mencionaba que cuando las personas se amaban, se entregaban mutuamente y a eso se le llamaba hacer el amor.

 

 

 

-Todos los días- le prometió dándole un corto y casto besito en los labios.

 

 

 

Después de aquel encuentro volvieron  a su palacio y la guerra dio inicio, durante los siguientes meses un grupo de rebeldes se enfrentaron a las tropas del emperador, fueron épocas de miedo y hambruna donde casi quedaron incomunicados con el exterior, cuando por fin el emperador pudo restablecer la paz en su tierra, solo faltaban unos pocos días para el nacimiento del nuevo miembro de la familia real.

 

 

 

El pequeño JongWoon veía con curiosidad como el médico y varias parteras entraban a la habitación de sus padres, a su lado estaba su padre con el rostro pálido, y a pesar de su apariencia estoica podía ver el miedo danzando en sus ojos oscuros.

 

 

 

-Estarán bien- murmuró con mucha seguridad, logrando que su padre sonriera un poquito abrazándolo con fuerza.

 

 

 

A los pocos segundos salió de la habitación el médico con una enorme sonrisa en sus labios.

 

 

 

-Fue un varón y ambos están en perfecto estado- le dijo al emperador, el cual tomó a JongWoon adentrándose en la habitación, donde JaeJoong tenía entre sus brazos un pequeño bultito cubierto con una sábana azul, se acercaron viendo al pequeño bebito quien tenía sus ojitos bien abiertos y sus redondas mejillas estaban rojas.

 

 

 

-LuHan- murmuró JaeJoong, viendo a su esposo asentir mientras su hijo mayor lo veía interrogante- ¿Pasa algo bebé?- Preguntó su madre.

 

 

 

- ¿Yo también fui así de pequeño?- Cuestionó estirando su manita, tocando la delicada y suave mejilla de su hermanito menor.

 

 

 

-De hecho eras aun más pequeño, temíamos perderte cuando eras un bebé- confesaron ambos padres- eras muy delicado.

 

 

 

Los meses pasaron y rápidamente se convirtieron en años, a pesar de siempre comunicarse con KyuHyun con cartas, no volvieron a verse durante un largo periodo, hasta que llegó el cumpleaños 16 del futuro emperador Jung, se realizaría una gran fiesta a la cual obviamente estaban invitados el emperador de las montañas y su familia, la cual llegó un par de días antes de la fiesta.

 

 

 

Los ojos curiosos de KyuHyun buscaban por todos lados a su prometido sin poder verlo.

 

 

 

- JongWoon se encuentra en una misión de reconocimiento justo ahora- le dijo su majestad el consorte JaeJoong, sonriéndole algo apenado, al notar la tristeza que cruzó por los ojos del pálido chico.

 

 

 

- ¿Dónde está el pequeño LuHan?- Preguntó HeeChul al no ver a nadie más que al emperador y a su esposo recibiéndolos en el palacio.

 

 

 

-Tiene viruela- dijo su padre suspirando con pesadez- y ahora mismo duerme, fue un verdadero milagro que se durmiera justo antes de que JongWoon tuviera que salir.

 

 

 

- ¿Muy unidos?- Preguntó el emperador SiWon, viendo como su pequeño MinSeok despertaba de su siesta.

 

 

 

-LuHan adora a su hermano mayor- dijo Jae sonriendo orgulloso de sus dos pequeños, viendo al pequeño MinSeok viéndolo curioso- Hola MinSeok- le saludó con una suave sonrisa adornando su rostro delicado.

 

 

 

-Hola- murmuró antes de ocultar su catira redonda contra el pecho de su madre, aferrándose a su ropa.

 

 

 

- Es algo tímido- dijo HeeChul acomodándole el cabello revuelto.

 

 

 

Fueron conducidos a sus habitaciones para que descansaran antes de la cena, KyuHyun estaba ansioso y nervioso, mirando por novena vez su atuendo, a sus doce años ya había dejado de considerarse un niño, aunque aun no era un adolecente era ese algo en el medio y temía que su actual imagen no fuera del agrado de JongWoon, sobre todo porque el mayor ya estaba por cumplir la edad para comenzar a tomar responsabilidades en su reino y la última vez que se habían visto el mayor tenía 10 años.

 

 

 

Suspiró sentándose en la enorme cama, jugando con sus manos hasta que tocaron su puerta, levantó la mirada, viendo aquel pedazo de madera finamente pulida.

 

 

 

-Adelante- dijo sentándose de forma correcta, viendo entrar al mayor, dejándolo sin aliento, había crecido bastante en esos seis años sin verse, su cabello seguía igual a como lo recordaba, sus ojos brillaban de forma diferente, colocándolo nervioso, su cuerpo ya dejaba ver algo de la musculatura que día a día ejercitaba.

 

 

 

-KyuHyunnie- le saludó con una sonrisa suave, adentrándose en la habitación, caminando hasta el menor, quien lo veía con los ojos bien abiertos, como si quisiera decir algo pero simplemente no pudiera hacerlo, se inclinó con ligereza quedando frente a  frente- ¿Me extrañaste?

 

 

 

¡Oh Dios!, su voz, su voz ahora era grave y rasposa, y sentía cada milímetro de su piel erizarse y la adrenalina correr por sus venas, dilatándole las pupilas y asustándolo un poco. Tragó duro, sintiendo sus manos sudar y su rostro calentarse de forma violenta.

 

 

 

-M-M-Mucho- terminó casi gimiendo, avergonzándose enormemente, viendo al mayor sonreír de forma que nunca antes había visto y que le dejó en un shock emocional, antes de sentir sus labios calientes sobre los propios, haciéndolo temblar como una gelatina, sus manos se aferraron a los ropajes militares del mayor, abriendo suavemente sus labios, dejando pasar la lengua traviesa y caliente del mayor, perdiéndose casi de inmediato en un torbellino que lo arrasó todo dentro suyo.

 

 

 

Aquel beso, solo logró prender la llama de algo que nunca se podría apagar, JongWoon se inclinó un poco más, dejando al menor debajo de su cuerpo sobre la cama, las piernas del menor se abrieron dejándolo acomodarse en el medio, sus labios se separaron solo un poco para tomar aire y volver a unirse, y sin ser muy conscientes de lo que pasaba con sus cuerpos llenos de hormonas, sus caderas comenzaron a moverse rozándose dejando que sus mentes se llenaran de fuegos artificiales, hasta que un par de golpes en la puerta los hicieron separarse agitados y algo asustados.

 

 

 

- Hora de la cena su majestad- avisó uno de los esclavos, ambos se quedaron en silencio unos momentos, viendo fijamente la puerta- ¿Su majestad?- Preguntó el esclavo preocupado- ¿se encuentra usted bien?

 

 

 

-Si- por fin pudo hablar, sonriendo bobamente- en un momento salgo- dijo oyendo un suspiro aliviado del esclavo, antes de oírlo alejarse, para sentir los labios húmedos y calientes del mayor posarse sobre su cuello, haciéndolo temblar y gemir quedamente- para hyung- pidió débilmente, mientras sus manos se aferraban con fuerza a las cobijas debajo de su cuerpo-l-la cena- jadeó logrando que el mayor le dejara.

 

 

 

- Vamos-le dijo parándose acomodando su ropa, notando un pronunciado y enorme bulto en los pantalones algo holgados del mayor haciéndolo sonrojar y enorgullecerse, por ser el causante de aquello.

 

 

 

Asintió algo perdido, bajándose de la cama, tomando la mano del mayor, antes de caminar por el pasillo hasta llegar al comedor, las puertas se abrieron y vieron sentados a sus padres y a sus hermanos menores, en cuanto el pequeño LuHan notó la mano de su hermano siendo apresada por aquel chico que nunca había visto su ceño se frunció enormemente, solo él y su Omma podían tomar de aquella manera la mano de JongWoon.

 

 

 

- ¡Suelta a mi hyung!- Exigió con voz rota por su enfermedad apenas superada.

 

 

 

-Tranquilo Lulu- le dijo su hermano mayor conduciendo a KyuHyun a la mesa, sentándose a su lado quedando junto al pequeño y caprichoso LuHan- es mi prometido.

 

 

 

-No puede serlo- dijo con seriedad atrayendo la atención de todos en la mesa- porque tú te vas a casar conmigo cuando sea grande- dijo con toda seguridad, haciendo reír a todos en la mesa, menos a MinSeok quien no comprendía lo gracioso de todo aquello.

 

 

 

-Bebé- le dijo su madre sonriéndole- eso no puede ser, los hermanos no se pueden casar, además tu ya tienes un prometido- le dijo haciendo sonreír a los mayores en aquella mesa.

 

 

 

- ¡No es cierto!- Dijo cruzándose de brazos.

 

 

 

- Es verdad- le contestó su hermano agachándose hasta quedar a la altura de su oído- ese lindo chico frente a ti, él es tu prometido.

 

 

 

LuHan vio de forma fija al pequeño MinSeok poniéndolo nervioso, haciéndolo sonrojarse de forma violenta, muy a pesar de ser algunos días mayor, que el lindo niño con cara de muñeca de porcelana.

 

 

 

Sus pequeños y rojizos labios se abultaron.

 

 

 

-Está bien- dijo no muy convencido, mientras colocaban frente a ellos la comida.

 

 

 

Cuando la cena terminó, JongWoon secuestró a KyuHyun llevándolo al balcón de su habitación, donde se podían ver las estrellas que llenaban de forma completa el cielo oscuro, sus ojos se enfocaban en ver aquellas bolas de gas, cuando sintió los labios del mayor rozar su oreja, haciéndolo gemir suavemente.

 

 

 

-No puedo esperar a nuestra boda- le dijo mientras sus brazos se cernían alrededor de la delgada cintura del menor.

 

 

 

-T-Tendrás que esperar- le dijo colocando sus manos sobre el pecho del mayor alejándolo, mientras su rostro era de color rojo y su respiración estaba algo acelerada- no quiero que mi padre termine matándote por aprovecharte de su hijito- dijo riendo.

 

 

 

JongWoon sonrió divertido ante las palabras del menor, asintiendo con lentitud, tomando las manos del menor entrelazando sus dedos.

 

 

 

-Ya quiero que llegue el día en que te conviertas en mi esposo- dijo emocionado, acercándose para posar sus labios sobre los del menor, antes de que un ensordecedor sonido los alertara de una amenaza inminente, las paredes retumbaron y de pronto todo se vio envuelto en una nube de polvo, sus manos se soltaron, a los pocos segundos sus manos buscaron con desesperación las de JongWoon pero jamás las encontró cuando por fin pudo ver, se vio solo en aquel balcón lleno de polvo, sus ojos se llenaron de lágrimas que se negó a derramar.

 

 

 

- ¡JongWoon!- Gritó con todo el poder de su garganta, las llamas consumían parte del jardín principal, los gritos resonaban en la noche, un guardia llegó hasta él obligándolo a refugiarse en la habitación secreta de la familia real.

 

 

 

- ¿Dónde está JongWoon?- Preguntó de inmediato JaeJoong quien intentaba consolar al pequeño LuHan.

 

 

 

-Después de la explosión desapareció- murmuró KyuHyun apretando sus puños.

 

 

 

Los ojos de JaeJoong se llenaron de terror y lágrimas, parpadeó despacio  intentando controlar el pesado latir de su corazón, el pequeño LuHan no dejaba de llorar, estaba asustado y su hermano no estaba con él para consolarlo.

 

 

 

La puerta se abrió dejando ver el rostro descompuesto del emperador Jung, entonces JaeJoong soltó un grito desgarrador, sin poder sostenerse a sí mismo cayó de rodillas al suelo, con el pequeño LuHan entre brazos, apretujándolo contra su pecho.

 

 

 

-Lo han secuestrado los rebeldes- susurró y KyuHyun se cubrió la boca con las manos, mientras sus ojos dejaban correr libres las lágrimas.

 

 

 

Los días que siguieron al ataque del castillo y el secuestro del príncipe, fueron terribles, el emperador casi enloquecía en la búsqueda de su primogénito, su esposo se sumió en una terrible depresión y el pequeño LuHan quedó solo.

 

 

 

La familia Choi fue enviada de vuelta a su reino, el secuestro de uno de los príncipes era terrible como para dejar en bandeja de plata a cualquiera de los otros tres.

 

 

 

Los meses comenzaron a pasar y JongWoon permanecía desaparecido, meses en los cuales KyuHyun se culpaba del secuestro de JongWoon, si hubiesen estado dentro de la habitación en vez del balcón, si él hubiese sabido algo sobre defensa personal.

 

 

 

Los meses se convirtieron en años y los emperadores perdían la esperanza de poder encontrar a su hijo, entonces llegó la coronación del príncipe KyuHyun, ya habían pasado seis largos años, llenos de culpa, tristeza y rabia.

 

 

 

El pueblo entero estaba de fiesta, el emperador SiWon había hecho hasta lo imposible por hacer la estadía de sus amigos cómoda, ya que desde la desaparición de su hijo, habían sumido en una constante tristeza.

 

 

 

- ¿Lo extrañas mucho?- Preguntó su hermano menor viéndolo fijamente.

 

 

 

-Demasiado- susurró con una sonrisa triste y la mirada perdida- pero él siempre dijo que tenía que ser un excelente gobernante para que al unir a nuestras naciones pudiésemos sobre llevar cualquier conflicto- dijo y su voz se rompió.

 

 

 

MinSeok observó con tristeza a su hermano mayor, la pérdida de su primer y único amor lo había marcado, ya no era tan cariñoso como antes, ya no confiaba en nadie, se había cerrado al mundo.

 

 

 

La ceremonia fue hermosa, el príncipe KyuHyun oficialmente era el emperador de las tierras altas, la fiesta fue un éxito total, cientos de pretendientes pero el corazón del joven emperador solo tenía un dueño.

 

 

 

Después de la fiesta, llegó la hora de la cena de la familia real, y cuando estaban a punto de comer a puerta se abrió dejando ver a uno de los guardias con el rostro lleno de lodo, era de los guardianes del jardín real.

 

 

 

-Encontramos al príncipe JongWoon-dijo y todos en la mesa se pararon con los rostros llenos de emociones.

 

 

 

- ¿Cómo están tan seguros de que es él?-preguntó LuHan sin poder creer que su hermano pudiera volver con ellos después de tanto tiempo.

 

 

 

-Porque en su vientre tiene una marca como la isla sur-dijo el guardia- lo encontramos cerca del rio norte, está exhausto, delgado y demacrado.

 

 

 

JaeJoong no podía creerlo, sus ojos se llenaron de lágrimas, su esposo lo tomó de la cintura temiendo que en cualquier momento se desmayaría, por su parte KyuHyun tuvo que sostenerse de la mesa, JongWoon estaba vivo, estaba tan cerca de ellos.

 

 

 

-Tráiganlo al castillo-dijo MinSeok viendo que nadie podía hablar y el guardia asintió saliendo del comedor.

 

 

 

El comedor se llenó de silenció, nadie se atrevía a hablar, fue cuando KyuHyun se movió corriendo hacia la entrada sur del castillo, por donde vio como tres guardias cargaban el cuerpo escuálido de JongWoon, sus ojos se llenaron de lágrimas y su cuerpo comenzó a temblar con suavidad, cuando estuvieron lo suficientemente cerca pudo observar el rostro demacrado de su prometido, estaba lleno de lodo, su mano acarició su mejilla con miedo a que desvaneciera de pronto, viendo como JongWoon abría apenas los ojos, regalándole la más hermosa sonrisa que había visto desde el día de su secuestro.

 

 

 

JongWoon fue llevado a una habitación donde los esclavos lo lavaron y colocaron ropas limpias, dejándolo sobre la cama, sus ojos se abrieron lentamente encontrándose con sus padres cerca de él, entonces vio como ambos hombres se rompían en llanto.

 

 

 

-N-No…- susurró apenas con voz rota y cansada, no quería verlos llorar después de tanto tiempo.

 

 

 

-Mi bebé- jadeó JaeJoong aferrándose al cuerpo casi anoréxico de su hijo sintiendo como se esforzaba por corresponder el abrazo- no te esfuerces bebé-le dijo soltándolo para darle un beso tembloroso en la frente mientras acomodaba su largo cabello oscuro detrás de su oreja.

 

 

 

YunHo se había recostado a su lado comenzando a darle cortos cariños en la cabeza, mientras contenía torpemente las lágrimas, más allá estaba LuHan observando toda la escena, sintiendo que él solo estorbaba ahí.

 

 

 

- ¿Y…LuHan?-preguntó JongWoon al no ver a su hermanito por ningún lado, viendo como se acercaba a la cama sonriéndole brillantemente antes de estirar sus brazos con algo de dificultad, tenía cerca de seis días sin probar alimento alguno.

 

 

 

En cuanto sintió los brazos de su hermano mayor rodearle, las lágrimas comenzaron a correr y los sollozos empezaron a escapar, mientras se aferraba con fuerza a su hermano, lo había extrañado muchísimo.

 

 

 

Esa noche después de que JongWoon llenara su estomago, la familia entera durmió en la misma cama, no querían alejarse temiendo que algo malo pasara de nuevo.

 

 

 

Cuando la mañana llegó JongWoon logró después de largos minutos de discusión, convencer a sus padres y hermano menor que estaba mejor, así que con las fuerzas recuperadas por una buena noche de descanso y comida en su estomago, se dirigió al baño, cuando estaba a punto de entrar en la tina, la puerta se abrió dejando ver a un despeinado y somnoliento KyuHyun.

 

 

 

Parpadeó un par de veces abriendo sus brazos, antes de sentir como el menor se aferraba a él con fuerza sintiendo las cálidas lágrimas mojar su hombro.

 

 

 

-Tranquilo Kyu-le susurró sobre los cabellos acariciándole suavemente la espalda- ya estoy aquí.

 

 

 

Cuando Kyu logró controlar su llanto, notó que la espalda del mayor estaba llena de cicatrices de diferentes tamaños, se alejó con los ojos rojos y la nariz igual, observando que JongWoon solamente le sonreía suavemente.

 

 

 

-Lo siento-murmuró, sintiendo los labios del mayor sobre los suyos cerró sus ojos y se aferró a ese calor que lo embriagaba.

 

 

 

-No fue tu culpa Kyu-le dijo cuando se separaron- eras solo un niño.

 

 

 

KyuHyun asintió apenas, antes de abrazarse de nuevo al mayor, siendo por fin consciente de que JongWoon estaba completamente desnudo, haciéndolo sonrojar violentamente, así que soltó al mayor alejándose un par de pasos con la mirada gacha.

 

 

 

La risa clara de JongWoon lo hizo incomodarse más.

 

 

 

-Oh vamos Kyu, no tengo nada que no tengas tu-dijo con sinceridad- ¿te gustaría bañarte conmigo?

 

 

 

-N-No puedo-murmuró acalorado, tratando de formular alguna escusa creíble, sentía que si se metía a esa tina con el mayor terminaría perdiendo su virginidad y no es como si eso le incomodara mucho, pero JongWoon aun estaba débil.

 

 

 

-Vamos Kyu- dijo tomando su camisón de la pijama jalándolo hacia arriba dejándolo desnudo, para después tomar su mano guiándolo con algo de reticencia a la tina donde se metieron quedando uno frente al otro.

 

 

 

KyuHyun no sabía donde fijar su vista, frente a él estaba un desnudo JongWoon quien no paraba de verlo incomodándolo hasta el punto de que cuando bajó su vista notó que estaba terriblemente duro.

 

 

 

-Si no me volteas a ver Kyu, voy a salirme-amenazó JongWoon colocando sus manos a los lados de la tina de cobre, atrayendo de inmediato la atención y la mirada del menor, quien se sonrojó viendo su pecho que a pesar de notarse que no había estado comiendo adecuadamente durante todo ese tiempo, podía ver perfectamente los músculos marcados- No era tan difícil ¿cierto?-le dijo sonriéndole con suavidad.

 

 

 

- Te extrañé mucho-murmuró apenas sintiendo como sus ojos nuevamente se llenaban de lágrimas, había llorado más en esos quince minutos al lado del mayor, que en los últimos seis años.

 

 

 

-Yo también te extrañé-confesó acercándose al menor para quedar frente a su rostro el cual estaba rojo haciéndolo sonreír- te ves como una manzana-susurró antes de apoderarse de los labios del menor introduciendo su lengua, deleitándose con el dulce sabor del menor, quien aferró sus manos temblorosas a los hombros del mayor, sintiendo como si el mundo a su alrededor de pronto desapareciera y solo estuvieron ellos dos, no sabe si fueron segundos o minutos, pero no dejaron de besarse hasta que el agua pasó de caliente a fría, entonces terminaron de bañarse en medio de miradas cómplices y sonrojos tiernos y fugaces por parte del nuevo emperador del norte.

 

 

 

Cuando salieron hacia el comedor, ya vestidos KyuHyun notó que JongWoon cojeaba un poco de su pierna derecha, preocupándolo.

 

 

 

-Me lastime cuando caí hacia el rio-dijo tranquilizando al menor, tomándolo de la mano- con un poco de descanso estaré recuperado por completo.

 

 

 

-No prefieres desayunar en la habitación, así no tendrías que caminar-le dijo deteniendo su paso.

 

 

 

-Estoy bien Kyu- le aseguró jalándolo con suavidad hacia el comedor- además hace mucho que no veo a tus padres y a tu hermanito, debe estar enorme igual que LuHan-dijo sonriente, estaba feliz de estar de vuelta con su familia después de las torturas que los rebeldes le hicieron pasar.

 

 

 

Cuando entraron todos se pararon viendo con alegría que KyuHyun y JongWoon estaban bien, HeeChul sonrió notando que su hijo estaba suavemente sonrojado, hacia tanto que su pequeño no dejaba ver sus emociones que estaba preocupado por estar criando algún tirano sin corazón.

 

 

 

- ¿Te sientes bien?- preguntó de inmediato JaeJoong acercándose a su hijo, acariciándole las mejillas.

 

 

 

-Estoy bien, ahora lo estoy-dijo regalándole una brillante sonrisa que tranquilizó a su padre y a su madre- solo me molesta el cabello tan largo.

 

 

 

-Yo puedo cortártelo- murmuró MinSeok, atrayendo la atención de JongWoon.

 

 

 

-Eso me encantaría- dijo sonriéndole, viéndolo sonrojarse un poco, desviando al mirada, notando que LuHan lo veía con el ceño fruncido.

 

 

 

Tomaron asiento uno enseguida del otro, Kyu no se apartaría de JongWoon por ningún motivo, no ahora que lo tenía seguro dentro de su castillo.

 

 

 

La comida trascurrió en tranquilidad, cuando hubieron terminado, MinSeok se llevó con él a JongWoon, fueron hasta uno de los salones del castillo, donde lo sentó y sacó sus tijeras para comenzar a cortar aquel cabello negro.

 

 

 

- Puedo hacerte una pregunta- murmuró de pronto MinSeok.

 

 

 

-Todas que gustes-dijo JongWoon cerrando sus ojos un momento, disfrutando de la libertad que le estaba dando dejar de tener el cabello tan largo.

 

 

 

- ¿Amas a mi hermano?

 

 

 

- Creo que esa fue la principal razón para no dejarme morir cuando estuve en cautiverio con esos dementes, la imagen de Kyu era la que me daba fuerza para continuar y la que me daba la esperanza de que cuando saliera de ese lugar haríamos una vida juntos.

 

 

 

-Eso es muy cursi- dijo de pronto LuHan atrayendo la atención de su prometido y su hermano.

 

 

 

-Lo sé- dijo riendo un poco, viendo como Lulu se acercaba sentándose frente a él.

 

 

 

-Nuestros padres están planeando volver mañana por la tarde al castillo.

 

 

 

-Extraño estar en casa- dijo con sinceridad- quiero dormir de nuevo en mi cama.

 

 

 

-Cuando regresemos y te recuperes se realizará tu ceremonia de coronación-dijo con seriedad.

 

 

 

-Y… ¿para cuándo su boda?- dijo moviendo sus cejas, haciendo sonrojar a ambos menores.

 

 

 

-Primero debes casarte tú-murmuró LuHan desviando la vista- y debe venir en camino un heredero.

 

 

 

-Deberíamos cambiar esa ley-dijo con seriedad- sobre todo  porque, que ustedes dos pasen las noches teniendo sexo no es muy “de la realeza”- dijo moviendo sus dedos cuando murmuró lo último.

 

 

 

Ambos menores se pusieron completamente rojos y dejaron de respirar, ¿tan notorio era que pasaban las noches amándose bajo las sábanas?

 

 

 

-Tranquilos, nadie lo ha notado-dijo riendo abiertamente- solo tengan cuidado, por que como SiWon averigüe que le has robado la inocencia a su bebé te castra-le dijo a su hermanito quien no sabía hacia donde ver.

 

 

 

Cuando MinSeok terminó de cortarle el cabello salió al jardín donde sus padres conversaban sobre su próximo viaje de vuelta a su palacio.

 

 

 

- No creo que sea conveniente anunciar que JongWoon está de vuelta-murmuró temerosamente JaeJoong a su esposo- no quiero que intenten algo en contra de él.

 

 

 

YunHo asintió con lentitud, apenas podían creer que después de tanto tiempo su primogénito estaba de nuevo con ellos, y por nada iban a ponerlo de nuevo en riesgo, su esposo estaba preocupado por su seguridad y lo comprendía perfectamente.

 

 

 

- ¿Ya saben que harán con los rebeldes?-preguntó atrayendo la atención de sus padres, quienes se tensaron ante la mención de esos desgraciados.

 

 

 

-Quisiera decapitarlos a todos-soltó su padre con furia- pero como hombre justo que siempre he sido, les daré la oportunidad de tener un juicio justo.

 

 

 

JongWoon le sonrió un poco a su padre, siempre había admirado la forma tan correcta en que llevaba los asuntos judiciales.

 

 

 

-Me gusta tu corte-le dijo su madre sonriéndole mientras estiraba sus manos hacia su bebé, quien algo sonrojado se acercó para ser abrazado con fuerza- necesitamos regresarte a tu peso amor, estas esquelético-le dijo en tono preocupado, dándole un corto beso en la frente- mi bebé.

 

 

 

-Ese soy yo-se quejó juguetonamente LuHan acercándose a sus padres, quienes le sonrieron, su hijo no se había mostrado verdaderamente alegre desde la desaparición de su hermano.

 

 

 

Cuando la noche cayó, y después de una relajada cena todos se retiraron a sus habitaciones, siendo que JongWoon tardó casi quince minutos en convencer  sus padres de que estaría perfectamente bien solo, cuando ya se había colocado su pijama, alguien tocó su puerta y extrañado la abrió viendo frente a él a un sonrojado KyuHyun.

 

 

 

- ¿Puedo dormir contigo?-pidió quedito.

 

 

 

Le sonrió suavemente, dejando que sus ojos le transmitieran todo su amor al menor, quien se sonrojó aun más, mientras le sonreía nerviosamente, JongWoon se movió de la puerta dejándolo pasar, viendo como KyuHyun rápidamente se escondía bajo las suaves sábanas de su cama. Se movió con lentitud apagando las velas que iluminaban la habitación, para después deslizarse con cuidado en la cama, notando como KyuHyun temblaba con suavidad.

 

 

 

- ¿Tienes frío?-peguntó preocupado- ¿Quieres otra cobija?

 

 

 

-N-no solo abrázame-pidió tímidamente y es que, bueno después de tanto tiempo era como volver a empezar y ahora ya era un adulto, uno que sabía perfectamente que su cuerpo lo podía traicionar en cualquier momento.

 

 

 

JongWoon sonrió enternecido y se acercó rodeando con suavidad el cuerpo delgado de KyuHyun, acomodándolo para que su cabeza quedara sobre su pecho.

 

 

 

- ¿Mejor ahora?-le preguntó en tono bajo, logrando que el frágil corazón de KyuHyun explotara en su pecho haciéndolo asentir con ligereza contra el pecho ajeno- lamento no haber estado durante todo este tiempo-le dijo con sinceridad.

 

 

 

-No fue tu culpa JongWoon-le dijo abrazándose un poco más al cuerpo ajeno- ahora solo prométeme que no dejaras que nadie ni nada nos aleje de nuevo-pidió con la voz algo quebrada, porque estaba luchando contra las lágrimas que se formaban con violencia en sus ojos, amaba demasiado a JongWoon como para perderlo de nuevo, no lo soportaría.

 

 

 

JongWoon asintió de inmediato, antes de darle un suave beso en los labios.

 

 

 

-Nunca nadie volverá a separarnos-le dijo con seguridad, antes de tararear una suave canción para que el menor se durmiera, cayendo en brazos de Morfeo segundos después.

 

 

 

Cuando sus ojos se abrieron se encontró completamente solo en la enorme cama, se levantó y caminó a paso tranquilo hasta el baño donde KyuHyun estaba terminando de llenar la enorme tina, se acercó al menor de forma sigilosa hasta poder abrazarlo por la espalda asustándolo en el proceso.

 

 

 

- ¡JongWoon!-gritó KyuHyun con las mejillas encendidas y el corazón latiéndole demasiado rápido para ser normal.

 

 

 

- ¿Por qué me dejaste solo?-se quejó suavemente el mayor, enterrando su rostro en el cuello del menor, aspirando el ligero aroma del menor, haciéndolo temblar.

 

 

 

-L-Lo siento, pero quería darme un baño temprano, tengo que atender a los nobles en la corte y tú te irás por la tarde y yo quería poder hacer todo rápido para poder despedirnos-dijo rápido ya que la vergüenza estaba llenando su cuerpo, y entonces JongWoon se acercó un poco más, dejando su erección matutina pegada al redondo trasero ajeno.

 

 

 

-Podemos despedirnos apropiadamente ahora mismo-le dijo en tono sugerente antes de darle una mordidita a la oreja del menor oyéndolo gemir quedamente- no puedo esperar hasta nuestra boda-confesó volteando al menor, para tomar su rostro entre sus manos acariciando sus mejillas teñidas de rojo, antes de unir sus labios en un beso suave y amoroso, que lentamente fue subiendo hasta volverse en un beso exigente y caliente, donde sus lenguas se enredaban y sus pechos se apretujaban emocionados.

 

 

 

-J-JongWoon-jadeó KyuHyun cuando rompieron el beso, viendo como el mayor le sonreía con coquetería, antes de sacarle con rapidez el enorme camisón que utilizaba para dormir dejándolo desnudo ante su hambrienta mirada-N-No-trató de ocultar su cuerpo, pero sus manos fueron rápidamente detenidas por las del mayor, quien lo besó de nueva cuenta mientras sus manos pequeñas y callosas recorrían su piel suave y tibia.

 

 

 

Cortos suspiros excitados escapan de los labios ahora enrojecidos e hinchados del menor, JongWoon se alejó solo unos segundos para desnudarse, para después tomar la cadera del menor y pegarlo a su cuerpo dejando que sus erecciones chocaran haciéndolos gemir alto.

 

 

 

- ¿Deseas continuar?-le preguntó a KyuHyun, porque a pesar de sentir la abrumadora necesidad de marcar al menor, no haría nada sin su consentimiento.

 

 

 

La única respuesta que recibió por parte del menor fue un beso húmedo y exigente, descuidadamente entraron en la tina, dejando que el agua se saliera por su poca delicadeza, mientras sus manos exploraban sin timidez el cuerpo ajeno, grabando en sus mentes cada centímetro recorrido.

 

 

 

Los dedos de JongWoon recorrieron toda la espalda de KyuHyun hasta llegar a su trasero, el cual apretujó entre sus manos haciendo gemir al menor, quien se aferró a sus hombros, sintiendo como los dedos traviesos del mayor rozaban sin pena alguna su entrada haciéndolo estremecerse.

 

 

 

-D-Deja de jugar-se quejó empujando sus caderas contra los dedos ajenos, sintió los labios de JongWoon contra su cuello mordiéndolo, justo antes de sentir al primer dedo entrar, jadeó incomodo, pero rápidamente se acostumbró a la intromisión sintiendo poco después a un segundo dedo, los cuales comenzaron a moverse en tijera expandiéndolo-Ahhng-gimió adolorido, mientras llevaba una de sus manos a su propia erección, siendo rápidamente detenido por el mayor.

 

 

 

-No Kyu-le dijo sacando sus dedos, recibiendo a cambio una mirada molesta por parte de su prometido, le sonrió levantándolo un poco en el agua, para dejarlo sobre su cadera, con pene entre sus nalgas.

 

 

 

-J-JongWoon-se quejó KyuHyun restregándose lentamente contra el mayor, enredando sus brazos alrededor de su cuello- te quiero dentro ya-exigió.

 

 

 

¿Y cómo iba JongWoon a negarse a una orden del emperador?, con una de sus manos tomó las caderas de KyuHyun y lo levantó un poco, mientras que con la otra perfilaba su miembro contra la palpitante entrada ajena, entrando lentamente, soltando un gruñido grave al sentir las apretadas y húmedas paredes cerniéndose a su pene.

 

 

 

Los gemidos rápidamente comenzaron a llenar aquella habitación mientras el agua se movía con furia dentro de la enorme tina de bronce dejando que largos chorros escurrieran fuera, mientras las caderas de ambos hombres chocaban causándole deliciosos escalofríos, sus labios se encontraban con fuerza, dando mordidas sutiles y dedicándose cursis promesas de amor.

 

 

 

El tiempo dejó de existir para ambos, se dedicaron a amarse hasta que sus cuerpos no pudieron más, dejando entonces que la poca agua que había dentro de la tina se aplacara.

 

 

 

-Tengo que cambiarme-se quejó con suavidad KyuHyun quien estaba abrazado al pecho de JongWoon- no quiero hacer nada, solo quiero estar abrazado a ti.

 

 

 

-Kyu, tienes que ser un emperador responsable y enorgullecer a tu pueblo-le dijo acariciándole la espalda baja con suaves caricias- además de que aun tengo que prepararme para el viaje de regreso.

 

 

 

-No quiero que te vayas- renegó con suavidad el menor- no te veré por lo menos durante seis meses y eso es mucho tiempo.

 

 

 

-Te escribiré todos los días-aseguró besándole la frente- ahora salgamos, antes de que terminemos enfermando por habernos quedado tanto tiempo en el agua fría.

 

 

 

Así en medio de besos y caricias furtivas ambos jóvenes de cambiaron para salir encontrándose con la comitiva que llevaría al emperador con los nobles y comerciantes que lo esperaban en la salón de reuniones.

 

 

 

-Te voy a extrañar-susurró KyuHyun dándole un último beso a JongWoon antes de marcharse con su comitiva, dejando que su prometido vagara un momento por el castillo, mientras caminaba por los largos y luminosos pasillos logró ver algo que le heló la sangre y le tensó el cuerpo, cerca de uno de los jardines podía ver a los rebeldes que lo habían tenido secuestrado todo ese tiempo, estaban camuflados como guardias reales.

 

 

 

Sus piernas se movieron inconscientemente y cuando se dio cuenta estaba corriendo directo a la que recordaba de forma vaga era la sala de juntas, abrió las puertas con fuerza logrando que todo el mundo guardara silencio, para segundos después oír toda clase de exclamaciones, el príncipe vio con alivio que su prometido estaba bien, pero temía por la vida de todos en aquel lugar.

 

 

 

- ¿Qué pasa?-preguntó KyuHyun con seriedad viendo el rostro afligido del mayor.

 

 

 

-Ellos están aquí- susurró asustando a los nobles y comerciantes presentes- están rodeando el castillo.

 

 

 

KyuHyun apretó su mandíbula, no permitiría que nadie le arrebatara al amor de su vida de nueva cuenta, se levantó de su lugar y caminó apresurado a su prometido siendo detenido únicamente por el sonido de una explosión.

 

 

 

-Todos a la cámara oculta-gritó y sus guardias rápidamente guiaron a todos al lugar indicado, mientras tomaba la mano de JongWoon y corrían a la sala este donde estaban sus hermanos y padres, cuando estaban por llegar un grupo de ocho hombres los detuvieron.

 

 

 

-Vaya, vaya-dijo uno de ellos con sorna- veo que lograste regresar JongWoon-se burló, mientras desenvainaba su espada, apuntándola a ambos hombres- lástima que tenga que matarlos a ambos.

 

 

 

JongWoon sacó de entre sus ropajes una vieja y algo oxidada arma, apuntándola directo al corazón de aquel despiadado hombre.

 

 

 

-Un paso y te mato-advirtió con frialdad, cosa que asustó un poco a KyuHyun, siendo rápidamente dejado detrás del cuerpo del mayor.

 

 

 

El hombre frente a ellos sonrió con sorna antes de moverse con destreza hasta ellos, pero JongWoon fue más ágil y le disparó deteniéndolo a unos pocos pasos de llegar a ellos, haciéndolo caer al suelo, bañándolo con su sangre, tomó con rapidez la espada y comenzó a atacar a los otros hombres siempre protegiendo al menor, quien estaba paralizado por el miedo, cuando JongWoon logró acabar con los otros hombres, corrieron hasta la habitación donde sus familias estaban, dentro un hombre estaba amenazando a sus familias con un arma de fuego.

 

 

 

-Lo siento mucho sus majestades- soltó el hombre antes de disparar, pero antes de impactar contra el cuerpo del emperador Jung, JongWoon corrió logrando que la bala impactara contra su estomago, KyuHyun observó aquello con los ojos llenos de lágrimas, tomó la espada que el mayor había dejado caer al correr para proteger a su padre y con ella atravesó por completo al rebelde quien escupió sangre cayendo de rodillas sobre el suelo.

 

 

 

-Mi bebé-gritó JaeJoong corriendo hasta su hijo sosteniéndolo entre sus brazos, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, con torpeza intentaba inútilmente detener la hemorragia que estaba matando a su pequeño.

 

 

 

-L-Lo s-siento-murmuró mientras la sangre escurría por sus labios.

 

 

 

-No hables amor-le pidió KyuHyun arrodillándose a su lado, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas- vas a estar bien, el médico ya viene- le dijo acariciándole el cabello- te vas a salvar y todo va a estar bien.

 

 

 

-K-Kyu-dijo en tono bajo, levantando su mano ensangrentada hasta acariciar el rostro lloroso del menor- lo s-siento a-amor, n-no pude c-cumplir m-mi promesa-susurró tristemente- r-recuerda que te a-amo más que a nada-dijo sintiendo como el frío se apoderaba de su cuerpo, notó apenas como su hermano apretaba sus puños sin poder hacer nada para salvarle, a su lado, su padre trataba de apurar al médico mientras las lágrimas llenaban sus ojos-l-lo siento Omma, Appa, Lulu- dijo con sus últimas fuerzas antes de cerrar sus ojos.

 

 

 

-No, no, no, no-jadeó JaeJoong con desesperación- Woonie, JongWoonnie, bebé abre los ojos-suplicó antes de comenzar a sollozar mientras se abrazaba al cuerpo inerte de su hijo.

 

 

 

Los años pasaron con rapidez y está historia se perdió en el tiempo…

 

 

 

KyuHyun despertó con lágrimas en los ojos, en las últimas semanas no había parado de soñar aquello, se levantó y decidió salir a caminar un rato, necesitaba tranquilizarse, cuando salió notó el cielo gris y se entristeció un poco más, sus pies comenzaron a moverse hasta que llegó a una vieja cafetería.

 

 

 

Suspiró y cuando se disponía a volver a su departamento lo vio, estaba parado en la esquina y su corazón se detuvo, era igual al JongWoon de sus sueños, sus ojos se llenaron de lágrimas y su garganta se secó por completo.

 

 

 

El chico volteó y también se quedó hecho piedra en la esquina.

 

 

 

-KyuHyun-su nombre salió de aquellos labios pequeños y lo regresó a la vida.

 

 

 

Los pies de ambos comenzaron a moverse en la dirección del contrario, hasta el punto de correr hasta quedar frente al otro, sus manos se levantaron hasta tocar el rostro ajeno, sonriéndose.

 

 

 

-JongWoon-susurró KyuHyun viendo como el otro chico le sonreía.

 

 

 

- ¿Nos conocemos?-preguntó curioso, perdiéndose en los ojos castaños del otro sintiéndose completo al verse reflejado en aquellos ojos brillosos.

 

 

 

-Podemos hacerlo-dijo KyuHyun sonriendo mientras sus mejillas se enrojecían suavemente.

 

 

 

- ¿Te gusta el café?-preguntó JongWoon tomando la mano del otro jalándolo hacia la pequeña cafetería.

 

 

 

Aquella tarde, dos almas se reencontraron y comenzaron a escribir una nueva historia de amor.

Notas finales:

Gracias por leer~!


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