La vida real pt.1
ChanYeol apretó el cuerpo de BaekHyun contra el suyo, un pequeño gemido salió de la boca del menor, sin meditarlo ChanYeol cerró la puerta y aún besando a BaekHyun se lo llevó a su habitación. Lo deposito con cuidado en la cama sin detenerse en su trabajo explorando la boca de BaekHyun, cuando el más pequeño sintió que el aire se le acababa se separó y ChanYeol aprovecho para sacarle lentamente la camisa, admiro su pecho.
Lo admiro como se admira un ocaso. Sus ojos brillaban, quizá era el deseo manifestándose en ellos o era la tristeza de saber que eso que hacían era prohibido.
Era inalcanzable e inmoral. BaekHyun suspiro y ChanYeol entonces reacciono, le dio un pequeño beso húmedo en la barbilla, fue bajando con lentitud dejando un camino. BaekHyun soltaba gemidos bajitos, por un instante esos gemidos se tornaron más ahogados que ChanYeol podría jurar que sonaban diferentes.
Se detuvo, cuando escucho la respiración entrecortada y un sollozo largo e incontenido. Cuando levanto la vista, sus ojos capturaron a BaekHyun soltando lágrimas y negando con la cabeza.
-No quiero que esto sea una despedida. -musito BaekHyun mientras trataba de deshacerse de las lágrimas con las manos, su voz era temblorosa y tan llena de dolor que ChanYeol casi no fue capaz de contenerse a llorar junto a su pequeño.
¿Qué le diría? ¿Qué de hecho se trataba de una despedida?
Con un nudo en la garganta ChanYeol besó a Baekhyun y lo abrazó con fuerza.
-Yo… debería escapar contigo, irnos lejos y olvidarnos de lo que está bien y mal, solo ser nosotros.
BaekHyun suspiro y enredo sus bracitos en la cintura de ChanYeol. Trato de contener las lágrimas que venían en mayor cantidad, se centró en escuchar su corazón.
-Tus latidos dicen que no importa si está bien o mal, porque esto es algo verdadero. -susurro BaekHyun.-Tun tun tun. -musito BaekHyun imitando los latidos de su corazón, ChanYeol moría de la ternura, esos simples soniditos hacían que quisiera robárselo y abrazarlo así, por siempre.
ChanYeol suspiro, acaricio el cabello de BaekHyun, la luz de la luna era el único medio por el que podía estar seguro de que no era un sueño y BaekHyun aún seguía estando a su lado, abrazándolo.
-¿Escuchas el mío?
ChanYeol cerró los ojos con fuerza conteniendo las lágrimas.
-Lo hago, Baekkie, lo hago.
La cita de SeHun y LuHan
-¿Cuándo dijiste que era tu cita con SeHun? -pregunto MinSeok mientras se desparramaba en la cama del cuarto de LuHan. La habitación de su amigo era tan pulcra que al inicio cuando empezaron su amistad tenía miedo de sentarse en la cama para no desordenar el perfecto orden en ella. Ahora se azorrajaba como si de una piscina se tratara.
LuHan se sentó en la silla giratoria.
-Es hoy, vendrá a recogerme a las 12.
Minseok con tranquilidad asintió con la cabeza mientras jugaba en su teléfono. LuHan con despreocupación dio un largo vistazo a su cutis. Quince segundos pasaron, al mismo tiempo levantaron sus cabezas, con los ojos casi saliendo, casi nerviosos.
-¡¿Qué te pondrás?! -pregunto/grito Minseok.
-No lo sé- lloriqueo LuHan.
- ¡Ya deberías saberlo! -se cruzó de brazos.
- ¡No me grites Xiumin! -se formó un gesto de desaprobación e indignación en el menor.
- ¡No te estoy gritando Lú! -respondió con los brazos cruzados.
- ¡Lo estás haciendo, hámster del infierno! -y de un momento a otro creyeron que serían capaces de entrar en una profunda pelea con arañazos. LuHan dio un par de vueltas en su sitio centrándose en su problema. -Debemos pensar claro, explotar como gatas en plena pelea no nos ayudara.
Xiumin asintió aun si la referencia era ofensiva.
Luego de minutos incesables midiéndose ropa y tirándola a la cama, con muecas de desagrado y unos cuantos “es bueno pero no queremos que piense que te tomaste demasiado tiempo arreglándote cuando es claro que sí”.
LuHan casi se desmaya en cuanto escucha que tocan a la puerta, con el cuerpo temblando va a recibir pero a quien encuentra es a JongIn.
-¿Esta KyungSoo?
LuHan que hasta entonces había soltado todo el aire que había contenido pensando que era SeHun, se permitió sonreír con simpatía. Minseok estaba detrás mientras saludaba con la mano al moreno.
-No ¿habría de estarlo?
JongIn se froto la cabeza con una leve decepción, negó con la cabeza lentamente.
-No está en su casa y pensé que estaría con ustedes. -respondió JongIn. LuHan asintió con la cabeza.
- ¿Intentaste en la biblioteca cerca del vecindario de Kyung? -JongIn sonrió automáticamente y negó con la cabeza. Exacto. Debía comenzar por ahí ¿Cómo no lo había pensado antes?
-Cierto, debo irme, perdón por molestarlos chicos.
Cuando el moreno estuvo a punto de irse, LuHan lo detuvo del brazo. Dudo muchos segundos antes de decidirse por preguntarle lo que tenía en mente. ¿Sería correcto?
-Kai ¿sabes si SeHun…? Hum, yo…
El moreno sonrío amistoso.
-Llegara pronto, estaba tan emocionado y nervioso que hasta podría tener un accidente automovilístico. -bromeo JongIn con una sonrisa.
A LuHan se le fue el aliento, el chico de cabello rosa abrió los ojos preocupado, pero el moreno se apresuró a aclarar que era un decir. Cuando SeHun llegó unos minutos después de que Kai se fuera para entonces LuHan ya estaba seguro de su autocontrol para que no se le notara el temblor en sus manos o el sudor frio de su frente.
“LuHan, ángel precioso, te ves tan radiante y lindo que no creo que deba concederles a los demás la oportunidad de admirarte.”
El pelirosa más avergonzado que halagado le dio un golpe en la cabeza al menor.
“No digas esas cosas.”
SeHun lo llevó a tomar el almuerzo. Charlaron un rato, rieron y se fueron del sitio con los estómagos llenos y contentos. SeHun entonces lo llevó a un parque, en ese parque al fondo cuando cruzaban muchos árboles se encontraba un lago medio escondido.
SeHun le indico que caminarían mucho para llegar al destino que LuHan no sabía, y LuHan casi gruñe de enojo por tener que caminar.
Cuando llegan se da cuenta de que toda la caminata había valido en su totalidad.
Era un escenario perfecto para una confesión.
Cuando se sentaron en el banco, LuHan fingió sumo interés en los patos a la distancia, esperaba en realidad, unas palabras cargadas de romanticismo y de esa manera podría concluir su cita de manera perfecta.
Pero el tiempo pasaba y SeHun no mencionaba más que un estúpido videojuego que BaekHyun le había prestado hace tiempo y que lo traía emocionado, LuHan dejo de prestarle atención luego de contarle gran parte del argumento.
¿A quién carajo le importaba ese Enzio Torre y esa secta de matones a la que pertenecía?
Llegó un momento en que con un profundo disgusto y desagrado se cruzó de piernas y gruñía e insultaba internamente. Pensaba en lo bien que iba la cita hasta que lo aburriera con su plática de juegos de video.
Pero fue entonces que luego de un largo encuentro con sí mismo, de pensar una y otra vez cual era la razón por la que no iba como lo planeado, sonrió mientras veía al rubio.
-Eres un completo desastre, Oh SeHun. -interrumpió LuHan, el bailarin dejo de hablar y lo vio confundido.
LuHan sonrió mientras negaba con la cabeza y luego continúo.
-Algo me dice que no has tenido citas en un largo tiempo ¿cierto?
Sehun se quedó de piedra y luego de unos segundos, se echó a reír de manera incomoda, mientras repetía que en su pasado tenía citas muy buenas de que era el rey de las citas. LuHan juguetonamente acaricio el cabello de SeHun.
-Sehunnie, Sehunnie. -musito el mayor, con voz baja y maternal.
El bailarín suspiro.
LuHan tomo la mano de SeHun cruzo sus dedos y lo vio con detenimiento. Los ojos de LuHan brillaban como los de un ciervo bebé que veía con anhelo alguien querido. El reflejo del agua cristalina chocaba con los orbes oscuros y resplandecientes de LuHan que SeHun quedo embelesado con todo su ser, con su esplendor, con su existencia en su totalidad radiante.
Compuesto de una belleza propia y natural, una belleza que se complementaba en su propia belleza, una que era imposible de describir con exactitud.
Pero SeHun se limitó a ver con detenimiento esos pequeños detalles en LuHan, como las mejillas de carmín claro, como los labios delgados y rosados que formaban una curvidad interrumpida por la amabilidad de una sonrisa ofrecida con sinceridad y otra llena de eso, de ese sentir difícil de comprender.
Luego se concentró en su mano pequeña, suave y cariñosa, que se entrelazaba contra la suya, que le hacía correr el corazón con rapidez que lo distraía de esa mirada intensa y llena de resplandor.
SeHun llegó a la conclusión de que LuHan era el más bello resultado de la naturaleza.
-Me gustas.
SeHun se paralizo. De un momento a otro su corazón se detuvo y su respiración fue interrumpida, sin poder creerlo se quedó viéndole. ¿Era producto de su imaginación?
Una ilusión bien elaborada y anhelada que lo hacía reaccionar de manera instantánea y drástica. O era un hecho, una realidad.
-Me gustas y quisiera saber si hay alguna posibilidad entre nosotros.
Fue entonces que logró entender que era real.
Sin esperar se acercó y acortó poco a poco el espacio, cuando logró juntar todo el valor besó a LuHan. Un beso con promesas, con una lista de posibilidades y sentimientos correspondidos.
Con un sabor a un futuro lleno de sorpresas y más que nada de eso, ese sentir tan difícil de comprender:
Amor.