-Disculpa.
De cuando un chico con una maleta enorme se acerca a BaekHyun con una sonrisa amigable en el rostro.
Automáticamente se dejó entrever una mueca de completo desagrado. ¿Por qué le hablaban cuando tenía ganas de matar a quien tuviera enfrente?
-¿sabes cómo puedo llegar a esta dirección?
El chico le acercó el papel y segundos de maldecir mentalmente se decidió por dar un vistazo, su corazón se detuvo por unos segundos al ver que se trataba de un vecindario cercano de ese consejero que debía sacar de su corazón y memoria.
BaekHyun no tardó en reaccionar y alzo la mirada con unos ojos despreciativos en su totalidad.
-¿Acaso me ves cara de mapa, puta?
La contorsión en el rostro del chico bien podría ser un poema de cinco páginas. BaekHyun se contuvo la risa solo porque era el rey del drama y por obviedad debía hacer de su vida un drama. El chico dio unos pasos atrás y se retiró a toda prisa en dirección contraria, cosa buena pues ese no era el camino para llegar al vecindario cercano de ChanYeol.
No era como si BaekHyun estuviera caminando a propósito para encontrarse “por casualidad” con la no intención de verlo correr hacia él diciéndole que no quería perderlo y que lo amaba o ese tipo de cosas cursis que sucedían en las películas románticas.
La vida real era aburrida.
Dejo escapar un suspiro, comenzaba a pensar cosas absurdas ¿así era como actuaba el amor? Que estupidez.
*
-Algún día, los matare a todos, algún día…
SeHun estuvo a punto de atragantarse con el jugo de manzana y en consecuencia JongIn comenzó a reír con estruendo, el mismo LuHan le dio de palmadas en la espalda con preocupación preguntándole en voz baja si estaba bien.
BaekHyun veía el vacío, quizá lo había dicho demasiado enserio, bueno, estuvo a punto de matar a SeHun ¿no?
Cuando estuvo harto de las conversaciones sin sentido en la mesa donde solo debían sentarse tres hijos de perra y no tres básicas pasivas adicionales seguidas por dos perros arrastrados. Que difícil era continuar viviendo.
Comenzó a pensar en qué pasaría si decidiera lanzar el extraño batido que le dieron en la bandeja de comida -que ni siquiera toco- a su muy querido y reciente amigo, KyungSoo, directo a la cara:
“¡Oh! Creo que ahora hasta te ves guapo, Kyungie”
Se dio de palmadas en el rostro, se sentía más perra de lo normal ¿a qué se debía?
-Escucha, no nos importa qué clase de rompimiento de mierda tengas con mi tío, déjanos fuera de tus problemas emocionales ¿sí?-musito KyungSoo con una sonrisa burlona en el rostro, al instante todos los ojos se posaron en él, SeHun con una mirada glacial lo amenazo sin palabras.
Nadie rompió ese silencio y KyungSoo esperaba un gruñido o insultos por parte de BaekHyun pero este solo se levantó y se fue. SeHun respiro pesado e hizo una mueca de enojo enteramente dirigida a KyungSoo.
Fue entonces cuando entendió que lo que pretendía que fuera una broma se terminó convirtiendo en su tormento y culpa, que se extendió por toda la tarde. JongIn y MinSeok se mantuvieron a su lado mencionándole que quizá solo debía ignorar el asunto y no hacer caso de SeHun y LuHan, pues hasta el mismo LuHan lo vio feo y lo evito el resto del día.
Quizá se había pasado un poquito.
-Digo no es como si BaekHyun no me molestara con peores cosas.
En la salida continuaba dándole vueltas al asunto y el mismo JongIn se había cansado de decirle que no tenía la culpa de nada, de que BaekHyun andaba hormonal, pero nada funcionaba, su pequeño amigo continuaba pensando en eso.
-No, KyungSoo, no se compara con lo que él te dice.
-Entonces dime algo, ¿Por qué siento que cometí un error muy grande?
*
-SeHun ¿Y BaekHyun?
El rubio se dio la vuelta y encontró a KyungSoo con dos grandes libros en el pecho y la cabeza gacha. Era verlo arrepentido y apenado por su mejor amigo, le pareció demasiado tormento, no hablarle todo el día desde ayer había sido difícil. Gritarle que BaekHyun estaba vulnerable y que debía controlar lo que decía había sido difícil también.
-Esta por ahí, estrellando nerds contra los casilleros, quitándoles el almuerzo o simplemente gritándoles lo lamentables que son. Debes disculparte, está pasando por un mal rato, no entiendo cómo es que sigues sin un rasgullo tiempo atrás serías apaleado en el primer segundo que saliera de tu boca.
KyungSoo trago duro. SeHun no le sonrió ni le dedico otra mirada despreciante.
Vio a la distancia salir a su tío de su oficina, no sonreía como era tan común viniéndole de él, es como si fuera una persona completamente distinta, pero luego vio como el rector Kim lo saludaba con una sonrisa y esa mirada que el consejero le dio le revelo todo.
Luego el rector le dio unas palmadas en la espalda.
KyungSoo sonrió.
-Tengo una idea.
*
-Profesor Kim ¿cree que estoy gordo?
JongDae estallo en risas. MinSeok soltó un gruñido ¿Se estaba burlando de él?
Era una tarde amena en apartamento del profesor Kim, el mismo profesor invito a MinSeok a quedarse a tomar una taza de café y a charlar intelectualmente sobre economía y política pero de un momento a otro terminaron comprando dos cajas de pizza, un bote enorme de helado mientras se burlaban de personajes de las series de televisión.
JongDae se sorprendió al ver como el rostro de MinSeok se contraía de tristeza. Se levantó y se fue. Minseok estuvo a punto de estallar en lágrimas pero él volvió con una guitarra y una sonrisa en el rostro.
-Mi vida es brillante, mi amor es puro, yo he visto un ángel, de eso estoy seguro. Eres hermoso, eso es verdad.
MinSeok reconocía esa canción y escuchar a JongDae cantarla sin despegar los ojos de él lo hacía sentir en las nubes. Lo que le hizo estallar en lágrimas y Chen abandono la canción pues estaba asustando al verlo llorar. Lo abrazo mientras acariciaba su cabello.
-¿Estas bien? Minseok, no llores, por favor.
Pero era inútil porque no dejaba de llorar y Xiumin se sentía tonto por hacer el ridículo frente al profesor Kim y más en un momento tan lindo como ese. Mil veces tonto.
-¿Es necesario que te mencione que eres hermoso así tal cual eres?
MinSeok alzo la cabeza, Chen le dedico una sonrisa e hizo lo que mejor sabía hacer. Comenzó a llorar con más fuerza. Chen termino riendo mientras le daba palmadas en la espalda.