ÿþAcurrucado en la esquina de un callejón de encontraba un niño de 6 años, piel blanca como la porcelana estaba manchada de mugre y de moretones recién hechos, cabellera azul y ojos del mismo color. Temblaba de frio, escondía su cabeza entre sus brazos y piernas.
Sintió como alguien le tocaba el hombro, al levantar la mirada vio a un niño no más de 8 años que vestía de un traje elegante pero lo que más le llamo la atención fueron sus ojos heterocomatricos: uno amarillo y el otro rojo.
-Ven conmigo-no era una sugerencia, menos una invitación, era una orden.
No respondió.
Con la ayuda de aquel niño se pudo levantar y caminaron juntos-agarrados de las manos-hacia la limosina.
En el camino ninguno de los dos hablo, hasta que el peli azul harto del silencio decidió presentarse:
-Me llamo Tetsuya Kuroko.
El heterocoatrico volteo a verlo.
-Y yo me llamo Akashi Seijuro.
-Gracias por rescatarme.
-No es nada-. Se sentó más cercas de él y con su mano aparto un mechón azul-.a partir de ahora te llamaras Tetsuya Akashi. Le perteneces al emperador Akashi Seijuro-dijo con superioridad y una sonrisa arrogante.
Kuroko lo miraba serio pero con un toque de admiración. Agarro la mano que sostenía su mechón y le dio un beso.
-Yo solo vivo para Akashi-kun.
Los meses pasaron en la mansión Akashi. Kuroko recibía educación por parte de los empleados de Seijuro, su tutor Yukina era el encargado del todo con respecto del niño que llego a tener cierto apareció hacia él.
En la biblioteca, estaba Kuroko anotando los apuntes del pizarrón, Yukina no dejaba de mirarlo, la forma en la que escribía, su rostro angelical a la hora de concentrarse, todo era perfecto en él. Lentamente comenzó a acercarse (Akashi se encontraba en una reunión de negocios).
-Kuroko-san.
-Diga, Yukina-sen...-sintió como era callado por los labios de su maestro. No podía alejarse ya que Yukina lo tenía sujetado de su cintura, acercándolo más a él.
Sentía asco, miedo pero sobre todo tristeza al saber que estaba traicionando al emperador Akashi.
Los besos comenzaron hacer caricias en todo el cuerpo del niño que no podía gritar o pedir ayuda por la mordaza que le puso Yukina en su boca, y así, poco a poco las caricias se volvieron violación.
Cuando Akashi llego-ya en la noche-, fue directamente al cuarto que compartía con Kuroko.
-Tetsuta ya llegue.
Silencio total en la habitación.
Unos quejidos extraños venias del baño, la puerta se encontraba entre abierta permitiéndole ver, al saber de quien se trataba entro rápido al baño: Kuroko se encontraba en la tina con agua rojiza, marcas de mordidas, de dedos se encontraban en su cuerpo. Con la esponja tallaba frenéticamente su brazo rojizo, la rabia y la tristeza reflejados en esos ojos llorosos.
-Lo siento Akashi-sama, lo siento mucho. Yo... Ya no soy digno de que me vea menos de que me toque, por favor permítame irme de esta casa-dijo llorando. Al borde de la histeria.
Sin importar si se mojaba, entro a la bañera para abrazar aquel cuerpo maltratado. Sobaba con delicadeza su cabellera mientras susurraba que todo estaba bien, ya cuando vio que Kuroko estaba un poco tranquilo pregunto qué le paso. Rabia, dolor, enojo, traición y celos sintió al saber el motivo:
-Yukina-sensei me... Me violo.
Cito al maestro en su oficina.
-Dígame, Yukina ¿Qué se siente traicionar la confianza del emperador Seijuro?-su mirada detonaba rabia pero su voz fría y tranquila.
-Yo no sería capaz, señor-respondió nervioso.
El niño se a cerco al joven con tijeras en mano escondidas en su espalda, en un rápido movimiento encajo las tijeras en la pierna derecha del maestro que no tardo en gritar. Repetidas veces encajo las tijeras: piernas, en la zona genital, en los hombros, en las manos.
-Vamos grita más fuerte pide ayuda, de seguro así estaba Tetsuya ¡Cuando lo violaste!-dio el golpe final en el pecho. Vio como los ojos perdían brillo.
-Tsk me manchaste con tu sangre, pedófilo-miraba con asco el cadáver.
Unos leves golpes se escucharon atrás de la puerta.
-Puedes pasar, Tetsuya-sentado en su sillón limpiaba sus tijeras con una servilleta de seda.
-¿Ya terminaste, Akashi-sama?-asomo su cabeza por la puerta.
-Claro. Ven-extendió su brazo.
Tratando de evitar ver a cadáver de su maestro, corrió hacia Akashi y se sentó arriba de él con sus piernas abiertas. El heterocomatrico le acariciaba la cabellera mientras que con su otra mano movía las tijeras.
-...Y esto es lo que pasa Tetsuya cuando alguien hace enfadar al gran emperador Akashi Seijuro y también cuando...
-... se meten con la propiedad de Akashi Seijuro, Tetsuya Akashi-termino la frase. Se abrazó más a su emperador.
-Exacto-lo beso en los labios.
Fin
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