Aiorios corría desesperadamente con la pequeña Atena en brazos, lo hacia tan rápido como su condición se lo permitía. Shura pronto le dio alcance y le reclamo su proceder con un nudo en la garganta, siempre había admirado al caballero de sagitario y se rehusaba a creer que este fuera capas de asesinar a esos seres indefensos que recién habían llegado al mundo pero las palabras de Arlés resonabannen su cabeza haciéndolo dudar: "SHURA MUCHO ME TEMO QUE AIOROS NOS HA TRAICIONADO. EL CABALLERO DE SAGITARIO, POR ORDENES DE SHION, SE HA ENCARGADO DE ASESINAR A CUANTO RECIEN NACIDO HA SIDO DADO A LUZ ANTES Y DESPUES DE NUESTRA AMADA DIOSA. SIN EMBARGO, TEMIENDO QUE SU HIJA SUFRIERA EL MISMO DESTINO QUE LOS DEMAS INFANTES, CIEGO DE ANGUSTIA Y MIEDO DECIDIO ASESINAR A NUESTRA DEIDAD Y REMPLAZARLA CON SU HIJA. CABALLERO DE CAPRICORNIO TE ORDENO TRAER A AIOROS ANTE MI PRESENCIA Y SI SE RESISTE TE AUTORIZO A USAR LA FUERZA, ES MOMENTO DE QUE EL PAGUE SUS CRIMENES, ESPECIALMENTE LA MUERTE DE TU HIJO". El pelinegro confronto al griego y suplicante le pregunto por el paradero de su hijo mas cuando el arquero negó saberlo desató la furia el español, quien de inmediato lo ataco sin tregua e incluso intento asesinar a la niña pero al creerlo muerto opto por alejarse, en verdad deseaba darle muerte al traidor pero por alguna razón una extraña sensación lo invadía cuando pensaba en ello. Gravemente herido, Aiorios, se arrastro hasta la niña y tomándola en brazos continuo su huida mas pronto un cálido liquido escurrió por entre sus piernas acompañado por un agudo y punzante dolor, miro al cielo rogando clemencia pero los dioses no parecían estar dispuestos a brindarsela ya que estaba apunto de dar a luz; pego un fuerte alarido, el cual fue escuchado por una amazona, Ariadna no tardo en llegar en su auxilio y haciendo un profundo corte extrajo al bebe que el mayor cargaba en su vientre, este no quiso verlo, así le seria menos dolorosa la separación, la joven mujer escucho atentamente las palabras de Aiorios, quien además de suplicarle poner a salvo a su hijo le contó todo lo sucedido. Con sus ultimas fuerzas y con la herida en su vientre aun abierta logro salir del santuario y llegar hasta las ruinas que eran frecuentadas por los turistas, una vez allí se desplomo y sintiendo que la vida le abandonaba decidió confiarle la niña asi como su armadura un hombre de cabello, el cual los llevo hasta el hospital mas cercano, donde lograron salvarle la vida al caballero de sagitario.
- NO TE PREOCUPES MUCHACHO, TE PROMETO QUE TODO ESTARA BIEN DE AHORA EN DELANTE. - Aquel hombre del Japón creyó todo cuanto el menor le contó sobre la orden y mas no así que la recién nacida no fuera la hija del joven puesto que estaba claro que había dado a luz recientemente. - TU Y LA NIÑA VENDRAN A JAPON CobservarYO CUIDARE DE USTEDES, NADA LES FALTARA. SUS IDENTIDADES PERMANECERAN OCULTAS Y ASI LOS HOMBRES DEL PATRIARCA NO PODRAN HACERLES DAÑO, NO LOS ENCUENTRARAN SIQUIERA. - El señor Kido llevo a ambos hasta su mansión en Tokio, registro a la bebe como hija suya y a Aiorios lo convirtió en su esposo, ante todos no eran mas que una familia común y corriente.
Los días pasaron rápidamente convirtiéndose en meses, Saori crecía sana y feliz al lado de Mitsumasa y Aiorios, este están muy agradecido con el anciano aun cuando no le parecían ciertas conductas y actitudes que estaba tomando últimamente. El empresario gustaba de beber, se había teñido sus canas, asistía a muchas fiestas y traía a la mansión diversas mujeres y donceles de toda clase de edades y condiciones sociales, el caballero Ateniense al principio no le decía nada y se limitaba a observar a los jóvenes que llegaban a altas horas de la noche y luego partían al medio día aun con la ropa en las manos pero la verdad le preocupaba este tipo de actitudes ya que su diosa estaba creciendo y al ver estas escenas sin duda seria catastrófico así una noche decidió confrontar al mayor, desafortunadamente no era el momento propicio para hacerlo y no tardo mucho en averiguarlo. Mitsumasa estaba mas que ebrio, tenia sentada en sus piernas a una hermosa jovencita de unos trece años de edad completamente desnuda, se deleitaba disfrutando del sabor de su cuello cuando Aiorios entro sin previo aviso a la habitación, el nipón se quedo pasmado al contemplarlo tan hermoso, luego mando a la rubia a la cocina para quedarse a solas con el castaño, a quien arrojó con violencia al lecho, se poso sobre el rasgando sus ropas, la voz del caballero no llegaba a sus oídos lo único que deseaba era estar entre sus piernas; acariciaba el miembro dormido del menor mientras succionaba y mordisquiaba los pezones de este, extrayendo de ellos el alimento que estaba destinado para su hijo mas la infanta Atena era a quien amamantaba, los gemidos forzados del castaño lo editaban sobremanera, tanto así que estaba a punto de explotar, se posiciono entre sus puertas sujetándolo fuertemente para impedir que este se moviera lo penetro de unansola estocada y comenzo a poseerlo con tal desesperación que no se percato de nada mas allá de su propio placer, pronto llego al climax y con un gran y glorioso orgasmo volcó su semilla dentro de las entrañas del griego. El menor pronto perdió el conocimiento a causa del intenso dolor, yacía en la inconsciencia cuando de nuevo su cuerpo fue tomado a la fuerza varias veces mas. Mitsumasa Kido desperto por la mañana con una gran resaca, al removerse un poco noto el pálido rostro de Aiorios con los ojos cerrados a la luz, sonrió amodorrado al verlo, no recordaba mucho de lo ocurrido la noche anterior pero estaba seguro que el menor se había entregado a el, cuando lo observo mejor pudo notar un gran charco de sangre entre las piernas de este, una gran parte de las sabanas y el colchón estaban impregnados del liquido temático, llevo sus manos a su boca como intentando acallar el grito de horror que nacía en su garganta para luego tomar al arquero por los hombros y sacurdirlo para intentar despertarlo pero nunca abrió los ojos, el caballero de sagitario había muerto de una forma humillante y por demás lamentable. Luego darle sepultura el nipón juro ante la lujosa tumba que mando hacer especialmente para el griego proteger a la niña y busca un noble guerrero que pudiera sucederlo y portar su armadura.