Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"ENCONTRARNOS...AÚN DESPUÉS" por cr0wley r3a15

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola..!! Como bien lo han leido, este capitulo esta divido en dos partes (pero unicamente subire esta ahora muahahaha ^O^), asi que espero que les guste. Bueno se que este Naruto es un poco serio y, algo diferente a como estan acostumbradas a verlo, pero a mi me gusta mucho xD...Gomenne. Despues de este capitulo, habra cambios.


Gracias a las personas que me apoyan con este fic, en verdad me siento demasiado contenta con ello. Y, si han sentido que me demoro, es por que tengo el timpo totalmente reducido y, tan solo me dedico a unas pocas horas a escribir (trabajo 12 horas ¡¡Por dios!! xD).


Espero que estos capitulos vayan a ser de su agrado y, que no me lanzen tomatazos por como lo desarrolle...Gomenne. En fin, ya esta y, no se le puede hacer nada jajaja...!!! Nos vemos para el siguiente capitulo y, no crean que  lo abandono, solo me demoro ^^. 


 


Nos leemos abajo.♥.

 


-XI-


 


“Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarme de ti”


 


 


      Siento la brisa de la noche darme de lleno en mi rostro, rozándome con delicadeza. Esta misma noche se sentía igual de fría como aquella vez, cuando me encontré con él; Naruto. Había pasado demasiado tiempo desde que lo había visto en el hospital y, después de más de dos meses me lo encontré por casualidad cuando venía de verme con aquel sujeto que me proporciona las cajas de cigarrillos, las cuales le compro cada mes.


      Y, justamente ese día tenía que haber llevado a ese estúpido amigo suyo, que casualmente era compañero de ella; Karin. Lo conocía de vista y, también porque en una ocasión me lo tope cuando discutía con ella, para ser sincero, la actitud de ese sujeto simplemente me parecía una mierda y, a lo que pude visualizar en esa ocasión, él se moría por los huesos de ella.


“Karin” pensé.


        ¿Hacia cuanto que no la veía? ¿Hacia cuanto tiempo que no hablaba con ella? Demasiado, justamente el mismo tiempo que llevaba sin verlo a él. Y, desde que me entere por mí mismo de lo que estaba ocurriendo, entre ellos y yo, no le había vuelto a dirigir la palabra, ni una sola vez. Jamás. No quería verla, se me hacía demasiado imposible hacerlo, aun cuando Naruto me había dicho que ella estuvo en desacuerdo de que me mintiera. Sin embargo, no hizo absolutamente nada para evitarlo, más bien le ayudo a seguir la farsa mientras les duro el gusto.


      Entre a mi habitación.


Él frio comenzaba a colarse bajo mi piel, depositándose entre mis huesos y, contrayendo mis músculos, solo quería meterme en la cama y, dormir. Quería hundirme rápidamente en las profundidades que me ofrecieran mis sueños, pero se me hizo imposible lograr a hacerlo ¿Por qué? Sabía perfectamente la respuesta. Mi subconsciente sabía que en cuanto cerrara mis ojos la visión de su silueta y, su sonrisa, me invadirían mientras me dejaba abrazar por los brazos de Morfeo, cayendo en las sombras de sus tormentosos “dulces sueños”.


      Gire unas cuantas veces en mi cama, sin lograr conciliar el sueño, simplemente no podía hacerlo. Hasta que quede boca arriba, viendo hacía el techo blanco de mi habitación, como si este fuera lo más importante ahora, pero no. Mi mente estaba perdida y, sabía perfectamente quien la tenía en esos momentos; él.


       En mi cabeza no había espacio suficiente para otra cosa que no fuera Naruto, lo sabía y, era consciente de que por más que lo intentara no dejaba de pensar en él; hasta sofocarme. ¿Qué era lo que tenía que hacer? ¿Hice lo suficiente, lo demostré? Creo que no. Sí, hice lo que tenía que hacer para darme cuenta si era verdad lo que me decían, pero solo eso. ¿Luche por hallar una solución? ¿Le dije lo que sentía? ¿Sentir? ¿Qué era lo que sentía por él? ¿Odio, repulsión, cariño o amor? ¿Sentía algo de eso? Él me había confesado que me quería, pero ¿Era eso suficiente como para perdonarlo? Supongo que no, porque no lo hice.


       ¿Pensara él en mí, tanto como lo hago yo? Sí, me había obsesionado con su persona, como antes. ¡¡Maldición!! ¡Por dios! Había regresado, por qué demonios no me hablo de frente, explicarme, darme una patética excusa, lo que fuera. Así de esa manera simplemente me habría bastado, lo golpearía, le reprocharía durante unos días y, después hubiéramos estado bien.


      Hubiera preferido eso, todo, menos lo que hizo; prefirió ignorar que nos habíamos conocido algún día. Fue como si lo que vivimos cuando éramos niños, nunca hubiera existido ni siquiera en un mundo paralelo, nada y, eso me daba coraje. ¿Por qué dolía tanto? Se iría otra vez y, me abandonaría, me dejaría solo nuevamente como todo lo que me rodeaba.


      ¿Por qué todos me abandonaban? No soy tan fuerte como parezco, si no fuera por esta muralla que había creado a mi alrededor como fortaleza, sería como un cascaron vació; tan miserablemente débil. Itachi ya no estaba aquí, ni mis padres lo estaban ¿Quién podría consolarme después de saber que se marcharía de nuevo? ¿Quién? No tengo a nadie.  


      ¿Cómo se supone que debo continuar así? Estoy harto de estar solo. Cuando apareció frente a mí, en aquella ocasión al iniciar el semestre, pensé que todo sería diferente, pensé que ya no estaría más solo, pero me equivoque. ¿Me ilusione sin querer ilusionarme? Pero mi fortaleza fue cuarteada por su culpa y, ahora hasta la mínima brisa podría tumbar las paredes que me rodaban.


      ¿Tener miedo, está bien? ¿Tener pavor, también? Incluso podía sentir como mi pecho me dolía demasiado con tan solo pensar en todo eso ¿Mi corazón también se encontraba así, destrozado? Al parecer sí, lo estaba. Quería gritar. Gritar hasta que mis cuerdas vocales sangraran por hacerlo, pero, no podía, ningún sonido salía de mi boca para poder transmitir lo impotente que me sentía en esos momentos.


      Me gire hacía mi lado derecho, quedando mi cara nuevamente en otra pared. ¿Qué tenía en contra de estas, para merecer la mirada fría que les otorgaba? Estúpido. Sentía tanta ira acumulada dentro que golpee la bendita pared con fuerza, escuche como mis nudillos, crujían. Me mordí el labio inferior, para alivianar el dolor en mi mano.


     ¿Por qué tenía que pasar por esto otra vez? No estaba listo todavía. Levante un poco mi mano para poder tomar con mis dedos el delgado collar que recorría mi cuello, sujetando únicamente después la joya de cristal que sobresalía de esté. La sostuve en el aire, mirándola con nostalgia. Me recordaba a él y, siempre había sido así. Nunca me lo quitaba, porque se había vuelto una parte de mí y, también era una parte de él, una parte que me pertenecía.


     Sí, le amaba demasiado pero aun así…dolía. Me estaba debatiendo entre el odio y el amor que sentía por él, tanto que hasta pensar con claridad me costaba hacerlo. Ya no podía seguir ocultando mis sentimientos una vez más, era demasiado dolor y, tenía que hacer algo al respecto. No encontraba las palabras correctas para describir por lo que mí corazón estaba atravesando, pero estaba seguro de una cosa y, esa era: Que preferiría morir a verme alejado nuevamente de él.


     Me levante con toda esa determinación en mi mente, busque el teléfono celular (uno que había adquirido después de que hubiera dejado inservible el otro) rápidamente entre mis cosas. Teclee los números que me había aprendido de memoria y, sagazmente escribí un mensaje, enviándolo después:


«Sé que esto es repentino y, tal vez no te lo esperabas pero…necesito hablar contigo urgentemente. Te estaré esperando mañana al medio día, en aquel restaurante que frecuentábamos antes. Atte. Sasuke.»


 


       Me volvía a tirar sobre mi cama pero en esta ocasión con la cabeza mucho más despejada que anteriormente. Por fin me encontraba con los pensamientos donde debían de estar y, aunque seguía estando molesto, era algo con lo que tenía que lidiar rápidamente. Me acomode un poco mejor, cerrando los ojos al instante, tal vez todas esas preguntas que me formule, fueron tan cansadas como sonaban así que en un santiamén, me dormí.  


 


 


 


      Esa mañana me levante temprano y, aunque no suele hacerlo cuando no hay escuela, lo hice. Revise mi bandeja de entrada, pero en ningún momento recibí alguna respuesta que me afirmara que iría a la hora que le había inquirido. Sin embargo, yo estaría allí esperándole por si llegaba a ir, ya que tal vez se hubiese sorprendido por la repentina llamada de urgencia que le envié. Baje a la cocina para prepararme algo con lo que pudiera hacerme un buen desayuno.


      Abrí el refrigerador. Tome las cosas que estaban ahí y, me prepare un emparedado, me serví un poco de jugo en un vaso de cristal. Vi al fondo un par de latas de cervezas, probablemente de aquel sujeto; tome una. La observe durante unos segundos ¿Estaba bien tomarme una tan temprano? Me importaba poco. La bebí tan rápido que me dio mucha más sed, así que tome otra.


- Kakashi se enojara si te las terminas – Escuche atrás de mí.


      Me volví para verlo mejor y, era justamente aquella persona que tan solo de verle la cara me daba miedo (sus expresiones más bien). Le di una rápida mirada furtiva. Llevaba únicamente puesta una camiseta blanca y un short color negro, su cabello desaliñado me indicaba que también se acaba de despertar.


 - No me interesa si se enoja o no, así como no te debería importar a ti lo que yo haga – Le dije con hastío.


- Creo que no te agrado mucho – Me dijo, mientras se rascaba la mejilla derecha. Le lance una mirada únicamente.


- Como todo el mundo – Finalice.


         Salí con mi desayuno en mano para dirigirme a la sala y, ver algo para variar en la televisión, dejando a aquel tipo solo. Me senté en medio del sofá y me dispuse a buscar entre todos los canales sin éxito aparente, hasta que di con un documental de asesinos. Si eso era lo mío, ver a tipos tan desquiciados de la mente, tanto como yo. Continué bebiendo la cerveza, el sabor amargo de ese líquido se me fue haciendo tolerante con el tiempo, después de todo lo único que quería era sentirme relajado. Hasta que me termine por completo el paquete de seis y, además era domingo.


     Después de un rato ya ni sabía que era lo que veía en la televisión, realmente no estaban pasando algo interesante pero simplemente me limite a escuchar lo que decían. Mire el reloj de pared; cuarto para las diez ¡Vaya! Pensé que era más tarde pero para mi suerte no fue así. Apague el televisor, para dirigirme hasta las escaleras y marcharme rumbo a mi habitación.


      Quería dormir un rato más antes de ir al restaurante, además de que también quería que se me bajara lo mareado que me sentía. Cuando llegue me tire en la cama y, tan solo estuve algunos minutos ahí, caí rendido ante el sueño.


 


 


 


      Entre sueños escuchaba un sonido constante. ¡¡Maldición!! Quería dormir únicamente. ¿Dormir? ¿Justamente hoy? No. Me levante rápido, tanto que casi caigo de la cama como un total estúpido. Sacudí mi cabeza, limpiándome los ojos después. Aún continuaba escuchando aquel sonido que oía a lo lejos en mis sueños, cuando me percaté de que era, me dirigí sagaz hasta tomarlo.  


¡¡Mierda!! 12:20.


      Aquel sonido era de las constantes llamadas que me hacía y, después de ver la hora que era, sabía que no llegaría a tiempo, me había quedado dormido. La cabeza comenzó a palpitarme, no sabía exactamente si era por lo rápido que me levante de la cama o por la frustración que sentía en esos momentos, sea cual sea, le mande un mensaje pidiendo que me esperara.


« Espera. Me he quedado dormido, no te vayas, voy en camino. Solo espera.»


¡¡Patético!!


       Me metí en la ducha para darme una rápida bañada, saliendo después de tan solo 5 minutos de haber entrado. Salí casi corriendo a mi armario. Tome una camisa azul marino a cuadros (manga larga), unos Jeans color negro; rectos. Me enfunde mis botas café obscuro y, me pase mi abrigo color negro por los brazos para colocármelo, me puse una bufanda del mismo color que el de mis botas y, salí huyendo.


      Pare de inmediato un taxi para poder llegar más rápido que en metro. Me maldecía por dentro por haberme quedado sumamente dormido y, tal vez también si no me hubiese tomado todas aquellas cervezas, ya estuviera allí. Apreté mis puños de tan solo recordarlo. De pronto las calles se me empezaron a hacer conocidas, lo cual era un gran alivio porque estaba a punto de llegar al restaurante.


     Se estaciono del otro lado de la calle. Baje rápido, mientras le pagaba la cuota. Cuando levante mi mirada, me quede estático cuando le vi marchándose, así que sin pensarlo mucho me atravesé la calle como pude para detener sus pasos. Le sujete del antebrazo cuando le alcance.


- Dije que vendría – Le dije, levemente frunciendo el entrecejo.


Me dirigió una mirada.


- Lo se…pero ya es casi la una – Contesto prudente.


- Volvamos a entrar – Le dije, dirigiendo mi mirada hacía el restaurante.


- Bien – Me dijo cortante.


       Nos adentramos al lugar, sentándonos en el sitio de siempre. Me sentía un poco agitado por intentar detenerle y, el dolor en mi cabeza también se comenzaba a hacer presente. Me sobe las sienes, intentando aminorar el dolor con ello, pero simplemente persistía aún más.


- ¿Sigues teniendo jaquecas? – Me pregunto.


Le mire por el rabillo de los ojos.


- Algo así – Dije en un tono serio. Aun a pesar de que me sentía enojado con su persona, debía de hacerlo y, confrontar todo.


- Tomate dos – Me indico, mientras me acercaba unas pastillas.- Son analgésicos, te ayudaran a desaparecer el dolor.


      Las tome, torciendo una sonrisa. Le hable a la camarera que se encontraba más cercana y, le pedí que me trajera una botella con agua, ella me sonrió mientras se marchaba por lo que le pedía. Entonces le volví a mirar. Suspire cansadamente, abriendo mí boca para hablar.


- Antes de que digas algo – Me interrumpió.- Quiero hacerte una pregunta ¿La responderás?


- Depende – Le informe, obteniendo una mueca en desagrado de su parte.


       Un silencio nos invadió a ambos. Entonces prosiguió para acabarlo y, yo calle para escucharla:


- Llevaba más o menos un año investigando sobre ti, antes de conocerte. Primero investigue tu domicilio, el que me había dado Naruto. Pero lo único que encontré fue una casa abandonada y, algo maltratada, él me había pedido que lo hiciera porque quería saber de ti, ya que no tuvo oportunidad de pedirte nada antes de marcharte y, hasta el número de tus padres se les había olvidado.


« Como no te localice ni a nadie de tu familia, pare por completo el buscar más información. Para mi suerte todo cambio cuando entre al instituto y, casualmente te hallara. Quería conocerte al principio y estar completamente segura que eras tú a quien buscaba, pero en una ocasión escuche algunos rumores acerca de tu pasado, por lo cual investigue más a fondo. Y, aunque fingí no saber nada ante ti, no te juzgo por no contarlo, entiendo que es difícil para ti eso.


Pero en cuanto halle la información, de inmediato me comunique con él para contarle lo que te pasaba. Se horrorizo, ya que tan pronto lo vio, me marco. Y, desde entonces estuvimos arreglando algunas cosas para que él volviera a Japón. En reiteradas ocasiones estuvimos hablando sobre cómo sería cuando se encontraran, pero tenía miedo. El tan solo imaginarse que tú lo hubieras olvidado por completo por todos esos años que pasaron le aterraba y, también le agobiaba pensar que si tú le recordabas, le reprocharías por no haber mandado ninguna señal de vida, ni siquiera por esa amistad que tuvieron. Se encontraba en una total encrucijada por lo mismo, no sabía cómo postrarse ante ti después de todo y, para su estúpida cabeza tomo el camino incorrecto aun sobre lo que yo pensara.


No me estoy justificando por haberle seguido la corriente en todo momento y, tampoco por haber indagado a tus espaldas. Me arrepiento mucho por eso. Sin embargo, lo único que quería era que él se encontrara contigo de una u otra manera, pero creo que nada resulto como deseaba. Tienes que creer que no lo hicimos con mala intención, mucho menos él, si, suele ser muy estúpido en ocasiones pero, él tiene buenas intenciones contigo, solo quería volver a verte, pero se equivocó ¿No todo el mundo lo hace?


¿Sabes? A pasado mucho tiempo desde que no veo aquella mirada iluminada en sus ojos, realmente la extraño, pero…solo tú la iluminas. La intensidad de su mirada la ha perdido y, todo eso es por cómo están las cosas contigo, está confundido y, no quiere hacerte más daño por que en verdad cree que es su culpa, por eso se marchara con sus padres de vuelta a Inglaterra. Solo quiere que tú encuentres el camino correcto y, no te hundas a causa de tu pasado, él quería ayudarte a sobrellevarlo, pero creo que tampoco tuvo la suficiente fuerza como para afrontar lo que tú habías elegido.


Yo creo que tú eres su punto débil, porque no sabe cómo reaccionar contigo. Y, aun a pesar de que esté totalmente perdido, sabe que muy dentro de su corazón…te ama, de eso no hay duda, pero están idiota como para demostrarlo claramente y, también lo confunde pensar que tú jamás podrás verle como él te ve a ti ¿Es tan difícil decir lo que uno siente? Incluso podría yo decirte ahora que me había enamorado de ti, pero ese no es el caso aquí sino ustedes. Digo, simplemente deberían decirse lo que sus corazones sienten ¿Es eso tan complicado de hacer? Creo que no y, ya sea tú o él, definitivamente alguien tiene que hacer algo, sí es que quieren estar juntos. Así que esta es mi pregunta ¿Qué harás después de esto? »


        Su mirada determinada a cierto punto me extrañaba, antes jamás la vi tan apegada a alguien ni siquiera a ningún compañero y conmigo solo se mostraba neutra ¿En serio quería demasiado a su primo? Toda la información que me soltó, no sabía dónde archivarla en mi cabeza ¿Cabría tanto, aparte de lo que tengo ya acumulado? Pero en verdad tenía razón y, alguien debería dar su brazo a torcer en esta situación.


      Después de tomarme las pastillas que me había dado, tome un poco más de agua y, así esclarecer un poco mi garganta, para poder hablar sin tener que rasgármela por tenerla seca. ¿A este punto que debía de hacer? Ella también se lo preguntaba y, yo…simplemente no encontraba la respuesta.


Hasta que lo dijo:


- En estos momentos él está reuniéndose con el médico para su última consulta – Menciono, dando un sorbo a su bebida.- Después de eso…se ira.


- ¿Irse, ahora? – Pregunte sorprendido totalmente.


      Ella asintió únicamente con la cabeza, afirmando lo que acababa de preguntarle. Agache mi cabeza, sintiendo una fuerte punzada en el pecho ¿¡¡Ahora!!? Era tan mi sorpresa que no supe si quedarme callado fuera lo mejor, así que por primera vez…explote.


- ¿¡¡Ahora!!? ¿¡¡En serio!!? – Exclame a todo pulmón, valiéndome madres las personas que se encontraban a nuestro alrededor ¿Acaso era una broma? ¿Precisamente hoy?


- Su médico lleva cuatro días cancelándole la cita que tenía hace una semana – Me comento.- Ha estado teniendo algunos problemas de salud, pero ayer le marco a mi abuelo y, dijo que ya podría verlo.


      Engrandecí notoriamente mis ojos, dejando de lado mi semblante pacífico y, sin expresión alguna. La noticia me había sacado de mi estado neutro y, dándome un fuerte ultimátum. Ella me observaba detenidamente, como si quisiera ayudarme a decir lo que tendría que hacer y, rápido. ¿Hacer? ¿Qué era exactamente lo tenía que hacer? ¿Buscarle? ¿Decirle que no se marchara? ¿Qué le amaba? Sí, era ahora o nunca.


- ¿En dónde está ahora? – Le pregunte, levantándome rápidamente de mi asiento.


- Su cita era a la una y, el avión saldrá a las cuatro – Contesto con cierta preocupación en su tono de voz.- ¿Qué vas a hacer?


- Ir.


 


 


 


3:35 pm.


 


       Llegamos al aeropuerto. En todo el trayecto ella estuvo intentando localizar a su abuelo y a él, pero nadie le respondía las llamadas, inclusive los mensajes…nada. La maldita cabeza comenzaba a anunciarme que en cualquier momento me explotaría. ¿Sería demasiado tarde? ¿Subiría al avión? Quería saberlo. Ella me venía diciendo durante el camino que la razón por la cual no le contestaba, tal vez sería porque se le hacía difícil despedirse de ella y, que solo había salido conmigo para poder ayudar a arreglar nuestros asuntos.


       “cobardía” pensé. En esos momentos le entendía, pero no le justificaba las estúpidas actitudes que tomaba sin siquiera tomar en cuenta a las personas con quien convivía. Cuando nos adentramos hasta el interior del aeropuerto, fijamos nuestras miradas al tablero de salidas y llegadas de los avienes que se encontraba justamente frente a nosotros. Solo había dos aviones que saldría rumbo a Inglaterra y, el de las cuatro ya estaba a punto de salir.


- Ese es el vuelo – Me indico con la mirada perdida, llena de nostalgia.


       Corrí hasta un módulo de atención, pedí información sobre el vuelo que ella me indicaba y, sí, era precisamente ese que veníamos por los enormes ventanales; se marchaba. Me quede estático durante algunos minutos, prácticamente en estado de shock, hasta que sentí como removían mi cuerpo, zarandeándolo.


- Supongo que es…todo – Su voz se cuarteaba bruscamente.


      La vi removerse algunas lágrimas que caían por sus mejillas. ¿Llora? Esa era una expresión nueva en su semblante para mí. Pero no podía negar que en el fondo de mi corazón, este se empezaba a desboronar internamente. Había fallado en mi determinación de poder hacer algo, había dejado atrás mi estúpido orgullo que para bien o para mal, también me lastimaba demasiado.


     Y, justamente cuando miraba el panorama de diferente manera, esto era el resultado. Sentirme devastado era poco para el verdadero sentimiento que tenía, el que no sabía cómo describir. ¿Eso era todo? Que idiota. Salimos de lugar, en silencio. Ni ella ni yo, menciono nada durante el camino de regreso, no tenía ningún sentido ahora.


       Después de 40 minutos de haber estado en el taxi, llegamos al centro de la ciudad. Estaba totalmente desconcertado, que ni siquiera me inmute cuando ella me dio un beso en la mejilla, anunciándome que se marcharía en tren. Asentí, mientras torcía una sonrisa con suma dificultad, pero tan solo quería demostrar empatía con ella por lo recién. Me despedí.


      Ahora lo único que quería llegar a hacer cuando estuviera en el departamento, era terminarme las estúpidas bebidas de aquel sujeto. Quería entumecerme y, olvidarme de esto hasta que cayera en la inconciencia, nuevamente. Cogí un taxi, indicándole la dirección de mi residencia. Tenía un sinfín de cosas en la cabeza, que lo único que deseaba también, era que me explotara de una buena vez y, así dejar de existir.


      Para mi mala suerte, justamente dos cuadras antes de llegar a mi casa ocurrió un accidente automovilístico y, el tráfico se hizo presente rápido. Me baje del taxi, pague lo debido y, me marche caminando, estaba cerca después de todo. La claridad del día se estaba esfumando poco a poco frente a mis ojos y, eso únicamente me daba nostalgia, me sentía realmente patético, molesto, encolerizado e idiota.


     Mantuve mi mirada en el sueño, al igual que mis ánimos. Una lata de refresco estaba a unos centímetros de mí; la patee con fuerza, dando contra la pared.


- Por poco – Escuche.


        ¿Qué? Me quede inerte en mi lugar cuando escuche eso. ¿¡¡Que!!? No, mi estúpida cabeza me estaba jugando una pasada horrible. No era cierto.


- Es muy interesante a veces – Dijo.- Me refiero al suelo, claro.


      Levante la mirada de a poco, tras volver a escuchar su voz. No era cierto ¿O sí? ¿Cómo era posible eso? Rogué por que fuera tan solo un producto de mi imaginación y, que cuando tuviera la cabeza erguida se desvanecería. Pero nada de eso ocurrió. Le mire incrédulo.


     Ahí estaba. Sentado sobre las maletas color negro que llevaba y, mirándome con aquellos ojos azules que se gastaba. En ese momento mi corazón comenzó a lanzarme una ráfaga de palpitaciones, una tras otra, consecutivamente. Sentía claramente como si se me fuese a salir del lugar donde se encontraba.


- Te he estado esperando, Sasuke – Hablo, mientras se levantaba.


        No podía creer lo que la visión de mis ojos me brindaba ¿De verdad era él o solo era una ilusión creada por mi imaginación? De pronto me di cuenta de que respirar se había vuelto un problema serio y, que dolía. La humedad de mis manos se hacía presente y, un frio desconocido me erizo la piel, invadiéndome por completo.


       Mis ojos aun no caían en la cuenta y, parecía que estos también se me saldrían de sus cuencas, estallándome. Entonces le vi acercarse a mí con ese caminar torcido que tenía. Sigilosamente se postro enfrente de mí, quedando a una distancia reservada. ¿En verdad esto estaba pasando? Mi estúpido corazón no me dejaba escuchar a mi racionamiento y, era lo que temía.


- Sasuke… - Pronuncio mi nombre, con esa voz que lo único que hacía era descolocarme y, hacer que perdiera los sentidos.


        Así que mande al carajo todo. Incluyendo mí enfado, mi irritación y mi orgullo. Mi corazón había ganado y, yo había perdido contra las emociones de él. Esta vez no espere a que él se acercara a mí, para desvanecer la estúpida distancia que nos había alejado desde hacía tiempo.


- Idiota – Le dije suavemente, sorprendiéndole.


        Y, lo bese. Mordiendo con fuerza sus carnosos labios que tanto me provocan y, que antes me impedía a sentir.


 

Notas finales:

Hola de nuevo..!! como les ha parecido?? De verdad espero que si les haya gustado aunque sea un poquito xD...


Hoy ando un poco cansada y con sueño y, en pocas horas entrare al trabajo. Espero poder subir el capitulo que sigue antes de que me apaleen ^O^ Bien, hoy no tengo tantas cosas que decir, tan solo que disfruten mucho.


¿Merece un review de tu parte?


o


¿Merece un tomate Sasuke de su parte?


jajaja xD


¡¡Gracias!!


 


Sayonara..!! Saludos de su amiga Crowley♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).