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Amor Yaoi
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"ENCONTRARNOS...AÚN DESPUÉS" por cr0wley r3a15

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Notas del capitulo:

Hola..! Si, son casi las dos de la madruga de un domingo y, yo aqui trayendoles la continuacion de la segunda parte. Para ser sincera, no he tenido los animos suficientes para subir la continuacion de los fics, de ninguno. Tengo las continuaciones y, de este ya he avanzado un poco pero...


Mis animos son lo peor en estos momentos y, claramente no se porque. Me he sentido deprimida, triste y, con ganas de meterme chochos para domir o algo así y, creo que estoy cayendo en una depresion extenuante y agobiante. 


Incluso llevo dias queriendo borrar todos los fic de Amor Yaoi, pero... mi amiga interna me dice que no lo haga, pero a veces siento que esto no sirve (estoy en depresion, ahora es más que claro) para mucho, pero en fin.


Les dejo el capitulo y, me evito mi estupida Charla depresiva, gracias a los que leen mi terrible historia, pero aun así la amo. Gracias por darle un espacio en su lectura y, estoy intentando sobrellevar mi depresion, pero a veces no puedo...comprendanme.


Nos leemos.

-XII-

 

“Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarme de ti”

 

 

        Ya había transcurrido más de un mes desde que el Dr. Kimimaro retiró la férula de mi brazo y, desde hace una semana ha estado posponiendo la cita de revisión que prácticamente me obligó a que la tomara. Durante ese tiempo estuve yendo a rehabilitación con el fisioterapeuta que me recomendó, de nombre extrovertido pero nada parecido a éste; No Sabaku Gaara.

        Es ocho años mayor que yo pero aun así congeniamos rápidamente a pesar de su carácter serio. Tal y como había mencionado mi doctor, la terapia únicamente perduro dos semanas de ligeros esfuerzos que me ayudaron bastante para recuperar mejor la movilidad de mi brazo izquierdo. Un tremendo alivio.

        En el tiempo que transcurrió la terapia, me hice buen amigo de chico de cabellera rojiza, me agradaba bastante y, por lo cual le tome demasiada confianza, hasta como para poder contarle sobre mi patética situación amorosa y, la que había pasado a ser un término distinto. Le platique acerca de todo lo que tuve que hacer para poder regresar a Japón y, de cómo en un parpadeo había resultado todo ser un completo fracaso rotundo.

       Esta mañana me aviso mi abuelo que el Dr. Kimimaro volvería a dar consultas, ya que se excusó de que había estado muy enfermo durante ese tiempo. Me pase casi toda la tarde y una pequeña parte de la noche arreglando mi equipaje, era demasiado desordenado y, cuando pensaba que había terminado, siempre hubo algo que olvidaba.

      Incluso mi prima tuvo que ayudarme y, para ser sincero, mis pensamientos no estaban del todo ordenados. Y, sabía perfectamente el porqué de mi desorden.

- ¿Mañana a qué hora es tu vuelo? – Me pregunto.

       Di un gran suspiro, mientras me tiraba en la cama; exhausto.

- A las cuatro, creo – Le dije sin muchos ánimos. Ella se acomodó junto a mí en la cama. Y empezó a alborotar mis cabellos en más de una ocasión. Le sonreí.

- Tengo un asunto justamente mañana ¿Perfecto no? – Me dijo, encogí los hombros.

- ¿Vas a ver a alguien? – Le pregunte, pero claramente era lo que más quería. La verdad no deseaba despedirme de ella y, lo que me decía era exactamente perfecto.

- Si… creo que no llegare a despedirte – Menciono en un tono deprimido aunque no lo demostró ante mí.

- No te preocupes – Musite, regalándole una amplia sonrisa. Ella por igual me sonrió y, se acercó a mí para darme un abrazo lleno de nostalgia.

- Te veré  luego.

     Me dijo en un susurro. Se incorporó para poder levantarse de la cama, emprendiendo sus pasos en dirección a la puerta de la habitación. Se volvió para mirarme una vez más y, me dio otra rápida sonrisa, yéndose. Escuche el crujir de la puerta cuando le medio azoto mientras partía, dejando un eco silencioso.

      Mi habitación se sentía vacía, justo como me encontraba yo; tan vacío. Mis recuerdos regresaban a cuando éramos niños y, a cuando me enamore de él. Dolía demasiado su recuerdo y, precisamente en este momento cuando me encontraba solo, recordé la pequeña conversación que sostuve con mi terapeuta: Gaara.

- ¿Lo amas demasiado como para alejarte de él? – Me pregunto en el descanso, me sorprendió su pregunta repentina, haciendo a la vez que dudara de mi decisión anterior.

- Lo amo, no tengo la menor duda de ello. Es solo que… - Hice una larga pauta, sin retomar las palabras y, ocasionando un eco abrumador.

- No quieres herirlo ¿Verdad? – Volvió a preguntarme.

- Es lo último que quisiera hacer.

      Él me miro iracundo, como si mi respuesta hubiese ido la menos acertada en este preciso momento. Puso los ojos en blanco.

- ¿Estás seguro de eso? O ¿Es que simplemente no quieres ser tú el que salga lastimado? – Volvió a quebrantar mi credibilidad con sus preguntas inquietantes.

      Sentí como si me hubiese lanzado una piedra en la cabeza con sus palabras, pero sin hacerlo. Me volví a quedar callado ¿Qué debería responder? Claro que tenía miedo de salir herido. Sin embargo, me lo merecía y, hasta más, eso era lo que pensaba.

- Es complicado… sabes… - Titubee en un tono deplorable.

- ¿Por qué los chicos de tú edad son tan complicados? – Me pregunto. Yo no entendía por qué sacaba eso ahora, supongo que por su edad ya se encontraba en otro nivel de pensamientos; pero no fue así.

      Dio un largo suspiro, como si le cansara el tener que pensar por mí.

- Mira… te lo voy a poner de este modo. Hay cosas en esta vida que simplemente no podemos evitar, como el amor.

       Hizo una pausa y volvió a retomar la frase.

- Uno no elige de quien se enamora, ya sea hombre o mujer es exactamente lo mismo. Pero ¿Por qué si puedes elegir cuando desistir de alguien? ¿Por miedo? ¿Por cobardía? O ¿Por el que dirán los demás? La verdad no lo comprendo. Y, únicamente tienes dos opciones: Luchar o declinar. Entonces ¿Qué tipo de persona serás? ¿Serás del grupo de los que luchan por sus ideales o serás de los que declinan ante el primer obstáculo?

        Agache la cabeza un tanto, como si lo que dijera me sonara como a reclamo. Él siguió continuo hablando.

- ¿Cuál será? Y, a decir verdad eso no importa mucho ¿Sabes porque? Porque al final, siempre escogemos la manera más fácil y, créeme cuando te digo que esa, es la peor decisión que uno podría elegir.

       En ese momento no supe cómo reaccionar ante las palabras que me inquiría. Entonces yo me iba a convertir en uno más de los que hacen todo por nada ¿Estaba bien eso para mí? ¿En verdad estaba haciendo lo correcto? ¿Habría luchado por Sasuke lo suficiente? ¿Era mi amor tan grande como suponía que era como para dejarlo ir tan fácil? ¿Mi sueño de estar con él se iba a ver reducido por mi incompetencia? Todas y, cada una de esas preguntas me estaban carcomiendo los pensamientos, taladrándome continuamente y, aun sin hallar la respuesta, le dirigí una mirada furtiva a Gaara, como si le pidiera auxilio con tan solo verle.

    Él revoleo nuevamente los ojos.

- Déjame contarte una anécdota mía:

« Hace un año más o menos conocí a un chico de cabellos obscuro, similares a los de sus ojos. Tenía una pálida piel, casi como me lo describiste tú. Él era muy buen amigo del novio de mi hermana menor y, por ellos fue que le conocí una tarde que nos juntamos. Era un tanto cómico o eso creía él, cosa que era totalmente distinto porque sus bromas eran muy malas.

Con forme iba pasando el tiempo, más nos fuimos conociendo y, aunque ya no nos juntábamos con ellos, nosotros sí manteníamos contacto. A mí me llego a gustar y, también presentía que él sentía lo mismo hacia mí pero…yo tenía miedo. Él probablemente tenga la misma edad que tú y, eso era lo que me atemorizaba demasiado, yo sabía que había algo más entre nosotros que la pura amistad que creíamos. Y, así fue. Cuando llevábamos un tiempo de entablar conversaciones constantes, él se me adelanto y, se confesó ante mí.

No te imaginas lo sorprendido que estaba en ese momento. Estaba feliz pero…en mis pensamientos y, en mi subconsciente me encontraba lleno de incontables dudas ¿Te preguntaras por qué? Bueno era simple, me ganaron más las cosas negativas y todos los pensamientos incorrectos llenaron mi cabeza de veneno. Así que después de un tiempo intentándolo, lo deje. No deseaba hacerle daño y, lastimarlo era lo último que quería, no tienes idea de cuánto me arrepentí después de lo que hice, más sin embargo el daño que le ocasione, ya estaba hecho y, no había vuelta atrás.

Ahora cuando lo veo con esa chica de grandes proporciones, siento una enorme frustración interna, pero era algo lógico que él buscara la manera de seguir adelante y, creo que la hallo con ella. Se ve feliz y, aunque quisiera con todo mí ser regresar el tiempo para poder reparar mis palabras, no puedo. Así que ¿En qué grupo crees que estoy yo ahora? No estoy ni en el de los que luchan ni en el de los que declinan, simplemente estoy en el peor de todos: El de los olvidados. Él me olvido y, logro lo que tanto quería; estabilidad. Algo que yo no podía darle y, que ni siquiera intente en hacerlo, entonces te pregunto ¿Estarás satisfecho con ser del grupo de los olvidados? ¿Cómo yo?»

      Contemple el suelo durante varios segundos, que a decir verdad, fueron eternos. Tanto para mí como para él, que lo único que deseaba era que le diera una respuesta correcta ante todo lo que me había dicho y, contando sobre él. Entonces me levante del lugar de donde nos encontrábamos desde hace un par de horas y, le mire:

- Lamento decepcionarte pero creo que… - Dije en un tono decadente.- Seré la cuarta opción.

     Él me miro sin comprender lo que acababa de decir. Hable:

- Puede que tú te hayas convertido en su olvido – Musite firme.- Pero yo simplemente seré el recuerdo de su pasado, un recuerdo que llevara consigo hasta que él decida dejarme atrás. Seré un estúpido recuerdo, el cual nunca debió de haber existido.

      Gaara se levantó de su lugar y, se posiciono a un lado de mi; hombro con hombro. Me pasó una mano sobre éste y, torció una ligera sonrisa.

- Haz lo que creas conveniente para ti.

     

 

 

      Me levante justamente a las once de la mañana y, aún conservaba algo de sueño. Todavía no recuerdo en que momento me quede completamente dormido, ya que pensaba que aún me encontraba recordando la conversación con Gaara. Pase una de mis manos sobre mis cabellos hasta llegar al límite de la nuca y, me rasque un poco en esa zona. Di un gran bostezo para después adentrarme a la ducha del baño y, es que también ya era algo tarde.

      Perdure lo necesario en el baño, me cambie rápidamente una vez afuera y, salí de la habitación. Me dirigí hasta la cocina para desayunar algo o almorzar, lo que viniera primero. Llegue hasta la cocina sintiendo una gran pesadez en mis piernas, como si caminara entre la gravedad. Únicamente se encontraba ahí mi abuelo quien estaba leyendo un libro.

- ¿Ya tienes todo listo? – Me pregunto, mientras levantaba la vista hacía mí.

      Me encogí de hombros.

- Supongo… no lo sé – Dije, abrí la nevera y, saque el zumo de naranja que había ahí.- ¿Y Karin?

- Dijo algo sobre ir a dar un paseo… no lo entendí al principio, pero creo que no quiere despedirse de ti – Menciono, dando la vuelta a una de las páginas del libro.

      Di un largo suspiro. Me senté a su lado con mi vaso en mano.

- Ah sí, creo que le escuche decir algo así ayer – Confirme.

- ¿Te encuentras bien, Naruto? – Me pregunto mi abuelo, observándome con suma preocupación en su semblante.

- Si – Finalice.

       Quería comer un poco de Ramen antes de tener que ir con el médico y, también antes de partir rumbo a Inglaterra. La verdad sería un trayecto largo ya que tendría que volver a viajar después de llegar hasta allí e ir hasta Londres, donde mis padres vivían. Me sentía lleno de sentimientos en este momento y, eso era porque además de no poder despedirme de Karin, mi abuelo decidió que se daría una oportunidad con la directora del instituto; Tsunade.

     Noticia que me bajo los ánimos de golpe. Termine el poco almuerzo que pude deglutir, porque a decir verdad no tenía mucho apetito y, eso no era muy normal en mí. En mi cabeza tenía un sinfín de pensamientos acumulados y, pensaba que harían que ésta estallara. Aun sintiendo todas esas cosas en mi cabeza, subí con mucho esfuerzo las únicas dos maletas que logre armar ayer y, todo gracias a Karin quien me ayudo.

     Con el abuelo nos dirigimos hacía el hospital. El Dr. Kimimaro me extendió una cita para la una de la tarde y, no deseaba llegar tarde. Por supuesto, también ya tenía listo mi boleto para abordar el avión de las cuatro de la tarde y, solo esperaba que nada se entrometiera en mi camino. Cuando visualizamos la estructura del hospital, sentí una punzada en mi corazón la cual se alojó ahí durante un buen rato.

    Mi abuelo parqueo el automóvil en el estacionamiento del nosocomio y, después nos bajamos. Creo que mi abuelo se sentía peor que yo en estos momentos, ya que no me soltó ni una palabra en todo el camino hacía el hospital. Incluso la mirada que me brindaba era totalmente diferente y, la mía también.

   Llegamos al consultorio del médico y, nos atendió rápidamente su secretaria. Le dijo algo a Ero-sennin, pero yo no le tome mucha importancia. Y, simplemente me senté en las sillas de la sala de espera, él se unió a mí después de que termino de hablar con ella. Entonces recibí un mensaje de ella:

          Lamento esto. Ojala todo hubiese sido distinto y, que ustedes acabaran juntos.

    Quería contestarle, pero tan solo me limite a dejarlo pasar por el momento. Ero-sennin me indicó que iría a la cafetería del lugar para comprar algún Té o café y, yo me quede esperando a que mi turno de ver al doctor llegara.

- Joven Naruto, puede pasar – Me indico. Mire en la dirección en que se había ido mi abuelo para ver si venía, pero no.

    Suspire y, decidí entrar solo.

- Gracias.

      Toque la puerta, mientras pedía permiso para entrar al consultorio. El Dr. Kimimaro se encontraba sentado atrás de su escritorio y, cuando me acerque hasta él, me extendió la mano en forma de saludo. Para ser honesto, ahora si le creía que estuviese enfermo. Su rostro lucia pálido, mucho más de lo habitual.

- ¿Cómo te has sentido, Naruto? – Me pregunto con una media sonrisa en sus labios. La verdad, estaba harto de que me preguntaran lo mismo, era obvio que no me sentía bien.

- Bien – Mentí, era eso o tener que dar una extenuante explicación sobre porque no me sentía bien y eso era lo último que quería.

- Te pido disculpas por haber demorado tanto con la cita – Dijo, yo solo atine con la cabeza a lo que decía.- Pasa.

     Él me señalo con el dedo índice donde debía sentarme para la revisión y, como dijo me senté en la silla de trasfondo. Me coloque en ella y, pocos minutos después él se acercó a mí. Cuando llego le extendí el brazo izquierdo y, él comenzó a tocarme el antebrazo, checando que todo estuviera bien. Después de eso, me ordeno que hiciera unos pequeños movimientos con el brazo y, ver cómo había funcionado la terapia, diez minutos después; término.

     Se volvió para dirigirse de nueva cuenta hasta su escritorio y, comenzó a escribir algo en su ordenador portátil. Me baje de la silla sin problemas y, me senté después frente a las sillas de su escritorio. Él me sonrió.

- Entonces ¿Hoy es tu último día aquí verdad? – Me pregunto, sacándome una sorpresa.

     Le mire confundido.

- Tú abuelo me conto que te irías hoy mismo, después de la cita – Comento.

- Sí, supongo que ya quiero regresar – Dije y, fingí una sonrisa.

- Ya veo – Mascullo por lo bajo.- Tienes muchas ansias por irte, algo así como si estuvieras huyendo.

     ¿Huyendo? ¿Qué carajo sabía él de mí?

- No quiero ser grosero pero… ese no es asunto de usted – Le dije con un cambio en el tilde de mi voz. Él se encogió de hombros.

- Platique con Gaara acerca de ti – Me dijo, ocasionándome que abriera más los ojos en señal de sorpresa.

- Supongo que fue interesante, entonces – Musite. Era evidente que estaba más que molesto por la chivatería de aquel ser.

- Solo me dijo que estabas cometiendo un enorme error – Dijo.

- ¿Lo estoy? – Le inquirí.

- Yo solamente podría decirte una cosa y, esa es: En esta vida se trata de luchar, sin declinar jamás por lo que uno desea, porque olvidar sus sueños es como veneno en los recuerdos.

      ¿Veneno? ¿Eso era lo que yo era? ¿¡Veneno!? Agache mi cabeza, sin escuchar más nada salir de sus labios. ¿Qué tenían todos contra mí? No lo entendía. Estaba totalmente confundido y, ahora mi visión se nublaba ante todo. ¿Qué debería de hacer? ¿¡Que!? Necesitaba la respuesta ¡Ya! Porque era más que evidente que en ningún momento la llegue a tener.

      Escuche el ruido de la impresora y, después de unos segundos, me extendió una hoja de papel. La tome con dificultad.

- Te recetare algunos analgésicos más durante otras dos semanas – Mencionó.

- De acuerdo ¿Es todo? – Pregunte.

- Sí, es todo de mi parte. Espero que te vaya bien – Me dijo.

     Le di una rápida mirada furtiva y, me marche del consultorio. Sentía el aire denso en esa habitación y, que me era difícil respirar, como pez fuera del agua. Cuando salí mi abuelo ya se encontraba ahí afuera, esperándome. Mire la hora en mi teléfono; 2:30 pm. Mi abuelo me pregunto que si quería hacer una parada antes de irnos rumbo al aeropuerto, pero negué con la cabeza.

     Entonces nos metimos en el tráfico y, para nuestra mala suerte estuvimos ahí cerca de 40 minutos, tan extenuantes. Durante todo el camino no podía evitar que mi mente se llenara de todas las conversaciones que tuve acerca de Sasuke o algo similar. Me cuestionaba una y otra vez, si lo que hacía era lo correcto y, las dudas se fueron incrementando rápidamente en todo mi ser.

      Mientras más sentía la cercanía del aeropuerto, la ansiedad que comenzaba a emerger dentro de mí, me superaba. Los nervios se apoderaron de cada célula de mi cuerpo y, un temblor se coló por mis huesos, acrecentando la impaciencia que me embargaba. De pronto, no me di cuenta de que mi abuelo había hallado un espacio entre la fila de espera.

- Tienes que tomar tus cosas – Me informo.- No puedo quedarme mucho tiempo parqueado aquí, adelántate mientras busco un lugar.

      Le mire con una enorme carga en mis ojos, los sentía pesados y sabía cuál era exactamente el porqué. Voltee mis ojos hacía donde estaba mi maleta (en el asiento de atrás) y, la tome rápidamente, al intentar abrir la puerta sentía que mi mano me temblaba. Saque mi pierna derecha, apoyándome de la puerta y, volví a mirar a mi abuelo.

     En ese momento parecía que mi respiración se terminaba de a poco. Él me miro confuso.

- ¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien? – Me pregunto con preocupación en su semblante.

- S-si – Titubee por un segundo y, un segundo después salí por completo del coche, azote la puerta y, me marche rumbo a la entrada.

 

 

 

03:20 pm.

 

      Pase por el detector de metales que se encontraba antes de entrar, coloque mis pertenencias y, pase sin ninguna dificultad. Fui directamente a la fila para mostrar mi documentación y, me indico la señorita que me atendió, que debía de apresurarme a tomar la siguiente fila para abordar el avión.

       Unas enormes pulsaciones se estaban apoderando de mí y, dolía demasiado, casi hasta sentirme realmente mareado. Mi abuelo me alcanzo aprisa y, en cuento llego, llamaron a los pasajeros del vuelo y, mi ansiedad se fue a pique. Las manos me sudaban y, los malditos pensamientos llenos de dudas se apoderaban nuevamente de mí, estaba harto. Todos comenzaron a entregar su boleto a la azafata que se encontraba en la entrada de acceso al avión.

       Mi abuelo me dio un rápido abrazo, el cual, no respondí. Estaba totalmente en shock y, sin saber qué hacer. Él me soltó y me empujo para que me encaminara hasta donde se hallaba la mujer. Camine con una gran pesadez en mis piernas y, un sudor frio bajo por mi sien. Me mordí el labio inferior y, fue entonces cuando en mi cabeza se hizo un enorme: ¡Track!

       Me quede helado frente a la chica que recibía los boletos, ella me miro extrañada y, me sonrió ligeramente.

- Su boleto por favor – Me pidió amablemente. Mi corazón parecía colapsar en esos segundos.

       Pero no pude dar una respuesta, me quede literalmente congelado ahí mismo, observándola a ella y a mi boleto, respectivamente. Y, fue ahí cuando mis pensamientos se coordinaron con mis sentimientos, saliendo a flote mis emociones. Entonces salí corriendo y, tan solo le escuche a lo lejos gritarme.

- ¡¡Naruto!!

       Lo deje allí. Y, mi cuerpo parecía flotar.

 

 

 

 

       El tiempo parecía pasar lentamente a través de mis ojos y, mientras el taxi se alejaba, mis dudas se esfumaban por completo. En lo único que podía pensar era en él, en Sasuke y, que lo deseaba ver de inmediato. Era ahora o nunca.

       Gaara tenía razón, sabía dentro de mí que no sería suficiente con ser recordado, quería más, deseaba más de Sasuke. Quería tenerlo a mi lado, poder tocar su pálida piel y, poder besar sus labios era lo que más me mataba y, era evidente que no iba a dejarlo escapar nuevamente por mis estupideces. Lucharía por su amor y, era ahora que debía demostrarlo con más fuerzas.

      Agradecía enormemente a Gaara por haberme incrustado esos pensamientos y, que gracias a él pude ver lo que antes no había visto. Todas sus palabras me hicieron recapacitar sobre mis conclusiones baratas y, por fin pude hallar la respuesta que deseaba encontrar con toda mi alma. Quería hallar el coraje para luchar por todo el amor que sentía por él.

     Ahora mis ansias por llegar a su casa se iban incrementado rápidamente y, mi cuerpo sucumbía por la emoción que se almacenaba dentro de mí.

- Llegamos joven – Me indico el chofer. Baje del carro con mi maleta en mano y, pague.

- Gracias – Dije.

        

 

      

        Observe durante unos segundos la estructura de su casa, para después dirigirme hasta la barda y, comencé a tocar el timbre que se encontraba al lado de la puerta. No tuve respuesta alguna a mis constantes repeticiones, por lo cual imagine que nadie se hallaba dentro. Sin embargo, no iba a irme de ahí, así que me tumbe encima de mi maleta a esperar a que alguien llegara.

        Los minutos se me hicieron una terrible eternidad y, mientras más esperaba más nervioso comenzaba a ponerme. Incluso quería jalarme los cabellos por lo impaciente que me estaba poniendo allí, esperándolo y la luz iba desapareciendo poco a poco, lo cual no ayudaba mucho. Hasta que le vi.

        Venía caminando sobre la acera y, su mirada siempre se mantuvo sobre el suelo. Se veía decaído y, en ese momento deseaba abalanzarme sobre él… pero era algo pronto como para hacerlo. Así que espere a que se acercara más. Entonces pateo una lata de refresco con fuerza y, está casi me llego. Decidí hablar:

- Por poco – Le dije.

      Él se quedó estático en su lugar, sin siquiera levantar la cabeza.

- Es muy interesante a veces – Dije.- Me refiero al suelo, claro.

       Fue entonces cuando poco a poco fue levantando la vista y, cuando su mirada se encontró con la mía, parecía que no lo podía creer, ya que su rostro me observaba incrédulo. Sus ojos ónix se veían sumamente hermosos y, lo único que deseaba era sumergirme en su oscuridad.

- Te he estado esperando Sasuke – Mencione, levantándome despacio.

       Me fui acercando a él con sigilo, precaviendo cada movimiento que él pudiese tener en mi contra, pero únicamente se observaba confuso, como si nunca se hubiese esperado esto de mí. Y, claramente tenía razón. Me postre enfrente de su vista, a una distancia moderada de su alcance.

- Sasuke…

       Pronuncie su nombre. Le mire a los ojos y, note un ligero titubeo en ellos. De pronto se fue acercando hasta mí.

- Idiota – Me dijo suavemente.

      Y, me beso; sorprendiéndome con la guardia baja. Me beso con desesperación, mientras mordía mis labios, olvidándose por completo de todo. Sujete su cintura con mi mano derecha, aprisionándolo junto a mi cuerpo. Enrede mi mano libre entre sus cabellos, saboreando su cavidad con mi lengua e impidiendo que se alejara de mí.

       Este beso era totalmente diferente al de aquella ocasión en el hospital, aquel que sabía a tristeza y, resentimiento. Pero que ahora sabía exactamente a gloria y, lleno de sentimientos ¿Habíamos alcanzado nuestro sueño? ¿Por fin podríamos estar juntos después de todo? ¿Nos encontraríamos aun después?

       Él se aferró de mi camisa, apretándola. Nos separamos para retomar aire y, su mirada cayó sobre mi hombro, evitando la mía. Podía sentir su fragancia en mis fosas nasales y, su olor me contagiaba las ganas de querer tenerlo más. Poco a poco acaricie sus cabellos y, cuando él se hundía más sobre mi cuello, las ansias por poseerlo se iban en aumento.

- ¿Quieres entrar? – Le escuche decir, a manera de susurro.

- Si…

        Fue entonces cuando él me jalo con fuerza, dirigiéndome hasta donde había dejado mis maletas. Abrió la puerta, dejándome entrar. Se fue acercando a la puerta de acceso de su hogar, metió la llave al cerrojo y, la abrió totalmente. Él volvió a dejarme entrar y, escuche cerrar la puerta detrás de mí, deje caer mis maletas en el suelo de su departamento y, camine tres pasos hacia adelante.

       Me volví para poder hablar con él, pero cuando intente decir algo; me callo. Sasuke volvió a besarme con desenfreno y, me acorralo entre la pared, posicionándose enfrente de mí. Saboree nuevamente sus labios y, con ligeros movimientos acaricie su lengua juguetona, le tome por los cabellos de su nuca y, penetre repetidas veces su boca. Escuche un ligero gemido que se escapó de su garganta, mientras le mordía el labio.

- Sa…suke – Balbucee.

        Él me sujeto de mi camisa y, me volvió a jalar sobre sí. Me encamino hasta el sofá que se hallaba en el centro de la sala y, me tumbo sobre el sofá, caí acostado. Él me dio una rápida mirada y, comenzó a quitarse la bufanda que llevaba, la cual dejo caer al piso de madera. Sus ojos comenzaron a tornarse llenos de lujuria sobre mí y, mientras tanto yo, deseaba más. Lo quería hacer mío.

        Rápidamente su abrigo cayó, dejando únicamente al descubierto su camisa azul. Me mordí el labio inferior, por puro acto de contención. Poco a poco Sasuke se fue subiendo sobre mí, dejándome abajo. Me miro durante unos segundos y, abrió sus labios como si quisiera decirme algo, pero me adelante:

- Te amo – Le susurre. Tomándolo por sorpresa.

       Él me sonrió.

- Yo… - Dijo y, prosiguió.- Yo también te amo…

        Fue como si mi corazón muriera y reviviera, todo al mismo tiempo. Lo bese.   

 

 

Notas finales:

Hola.! como les parecio? Ojala no les haya aburrido y, espero que halla sido de su agrado el capitulo...


SPOILER: El siguiente capitulo contendra lemon xD... Solo espero que lo traiga pronto, pero tambien ojala sea pacientes conmigo. Se que merezco que me fucilen o algo similar..


Bien, Se que deberia disculparme por tardar mucho, pero simplemente las palabras no me salen en esbribirlas. Unicamente, les doy las gracias por leerlo. Gracias en verdad y, a los que dejan un comentario... 


 


Nos vemos. 


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