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"ENCONTRARNOS...AÚN DESPUÉS" por cr0wley r3a15

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Notas del capitulo:

Hola..! ya es algo tarde para subir la continuacion, pero me pase todo el dia, terminandolo, y lo curioso es que hoy lo empece, la verdad esta semana fue muy dificil por culpa de mi trabajo, pero aqui se los dejo, intentando cumplir con lo acordado de subir cada 5 dias, espero que este capitulo sea de su agrado.

-III-


 


“La mentira es lo que prolonga el tiempo de una relación en crisis”


 


- Oye – Le dije cuando me había acercado lo suficiente a él.


       Me pare frente a su mirada azulina, seguro de mí mismo y sin titubear ante su presencia, la cual me crispaba los nervios, de solo verle. Era obvio que no iba a hablarle sobre el pasado y, ni mucho menos de que como le había ido en donde quiera que se haya marchado, claro que no. Fingiría demencia para poder ocultar mis recuerdos ante la persona que ahora era un total desconocido.


- ¿Qué? – Respondió certero y sereno, como si mi persona no le molestara ni un poco, ¿Me recordaba? No, para nada, ahora lo demostraba.


- ¿Tienes algún asunto conmigo? – Mencione agraviante. Desde que se acomodó en el pupitre, no dejaba de sentir su mirada ¿De verdad no me recordaba? Hasta la estúpida de Sakura se había dado cuenta de ello y, no deseaba darle más motivos para que ella me dirigiera la palabra.


- ¿Asunto, dices? – El seguía sentado en su sitio, mirándome entre extraño y confundido, lo cual era lógico por mi repentina acusación.- No, no lo tengo.


- ¡Entonces deja de observarme como estúpido! – Le grite irritado, de verdad seguía siendo el mismo de antes.


       El dibujo una sonrisa en sus labios ¿Acaso le causaba gracia? Fue entonces cuando escuche la puerta abrirse de golpe, voltee rápidamente a ver quién rayos se interponía en mi intento de querer ahorcar a este tipo. El de igual manera volteo a ver a la persona que había entrado, dejando escapar una cara de sorpresa, algo raro.


- ¡Sasuke! – Me saludo mi antigua compañera y, también mi amiga, a pesar de ser una completa obsesiva, compulsiva, era divertida.


- Ah, Karin – La salude sin muchos ánimos, ya que el aún se encontraba mirándome y, esa mirada que el solía hacer me desequilibraba.- ¿Qué pasa? No te dije que nos veríamos en la puerta.


- Si, ya lo sé, pero como te tardaste, vine – Ella se acercó un poco más a nosotros, intrigada un tanto, se postro frente al chico, sonriendo.- Oh, un chico nuevo.


       Ella observaba demasiado a aquel tipo y, eso era algo incómodo aun para mí, no me imaginaba como se sentiría el al verse que le observaban tan detenidamente, como si ella le quisiera dar un mensaje con la mirada, algo de verdad extraño, pero no me importaba que interés tenía en él, tal vez solo le daba curiosidad por el simple hecho de ser “nuevo” en la escuela.


- Soy Karin Uzumaki, un gusto – Se presentó ante él, con esa típica sonrisa en sus labios.- ¿Y tú eres?


       El no reaccionó de inmediato, se quedó perplejo viendo a la nada; pensante. La verdad, esa situación me estaba empezando a dar dolor de cabeza, y si eso continuaba, iba a tener que recurrir a los analgésicos, los cuales los he tomado durante casi dos años, por las constantes punzadas que llegaba a sufrir en toda mi cabeza. De repente, él se paró del asiento, firme.


- Naruto Namikaze, un gusto – Dijo amistosamente, acercándole la mano para entrelazarlas en un cordial saludo.


- Oye Sasuke, ¿Vas para tu casa? – Pregunto algo curiosa, ¿Qué rayos se traía? Yo que recuerde, esa faceta de ella, solo era para conseguir algo y, precisamente lo lograba, la muy astuta.


- No – Dije seco, y nuevamente comenzando a molestarme el hecho que él seguía postrando su mirada en mi ¿Qué? ¿Acaso tenía algo en la cara? – Oye.


- Me hablas – Respondió, pensando que le hablaba a ella, cosa que se confundía un poco ya que estaba otra persona ahí junto a nosotros.


- No, a el – Dirigí una mirada fría, hacia el.- Si no dejas de tener esa estúpida expresión en tu rostro, te juro que la aplastare hasta que no quede rastro de ella.


       Avance, dirigiéndome hasta la puerta, esperando a esa mujer tan tardía precisamente en estos momentos ¿Desde cuándo se había vuelto tan lenta? Abrí de inmediato la puerta corrediza del salón, ocasionando un chirrido por parte de esta.


- ¿No vienes? – Le pregunte, postrando mi vista en los ojos de ella, quien en segundos capto. Pero solo unos segundos más regreso a mirarlo, dejando salir una pequeña risita. Diablos, ahora que se le había ocurrido.


- Sasuke ¿Qué tal si llevamos a este chico a ver la ciudad? – Si, estaba en lo cierto y, era de esperarse de ella.


- ¿Pueden? – Soltó aquel ser, sonriendo de oreja a oreja. Y ahora que recordaba, esa sonrisa siempre fue la que vi, durante los dos años que estuvimos juntos en la infancia. El ultimo día que lo vi, me mostro solamente una imitación patética de mí, que solo funciono para dejarme molesto.


- No- Dije rápidamente, en cuanto escuche su voz.


- Si, vamos Sasuke, de hecho teníamos pensado ir comer ¿Quieres venir? – Maldita Karin, ¿Qué no había oído mi antiguo comentario de querer golpearlo?


- Si piensas traerlo, ten por seguro que no iré – Termine diciendo, la sola idea de ir y estar cerca de él, no, incluso no lo podía ni imaginar si quiera.- ¿Qué te traes?


        La mire dudoso, desde cuando ella era tan amistosa con alguien. De verdad, todo este asunto se me estaba yendo de las manos y, mi cabeza pronto haría explosión, si no es que ahora, por el profundo dolor que empezaba a recorrer cada profundidad de él.


- No es necesario, Gracias – Dijo en tono serio, dándome otra punzada, pero no precisamente en la cabeza, sino más bien en el corazón. Levanto su mochila, colocándola en su hombro. Emprendiendo su camino, en dirección contraria de mí, donde se hallaba la segunda puerta del aula.


       Algo dentro de mí me supero en fuerzas y, dejo escapar algo que antes no había pasado, aun no sé si fue porque era alguien a quien antes había considerado mi “mi mejor amigo” o simplemente por el hecho de dejarme ser por una sola vez “amable” con alguien externo. Si bien ya estaba completamente seguro que él no me recordaba, entonces mentiría que yo lo conocía de antes, así es, dejaría a mi cuerpo y mente, mentirle. Mientras que mi alma supiera la verdad.


      Me lo permitiría, no solo por el hecho de ser el, sino también porque aunque me duela admitirlo, quería sentir nuevamente como era estar una vez más con él. Dejaría a un lado mi idea de querer hacerlo sufrir con mi indiferencia, pero si él no me “conocía” eso no iba a ayudar en nada. Así que junte todas mis fuerzas para no vomitar encima, ante lo que iba a decir.


- Oye – Comencé. Eso de menospreciarlo al llamarlo, aun sabiendo ya su nombre se me estaba haciendo manía con solo hablarle un par de veces. Pero aún no estaba listo para referirme a él por su nombre.- Puedes venir, claro si aún quieres.


- Pensé que tú no querías – Me dijo, mientras detenía todo avance para irse. Realmente me estaba costando la cordura.


- Anda, será divertido – Dijo Karin, sacándome de mis ideas de ir y, de verdad golpearlo por esa tonta mirada vacía. ¿Qué tanto había cambiado?


       Que pasaría el en todo este tiempo que estuvo fuera, saber más acerca de su pasado, me estaba volviendo loco, deseaba saber, quería saber y debía saber. Pero eso solamente acabaría con mi intento de mentira. Y, por lo pronto no veía el apego de malgastar saliva por ese asunto que por ahora iba a enterrar. Haría de cuenta que lo acababa de conocer.


- Si puedes – Mencione sereno.- Solo deja esa mirada.


       Karin pareció llenarse de gozo ante mi “acto de bondad” pero no era eso, era todo lo contrario. Salimos los tres del aula, en dirección a la salida de la escuela. Desde que me hice amigo de ella, he estado más tiempo en la calle, que en mi propia casa. Cosa que no sucedía en un largo tiempo, para ser exactos, desde que mi familia fue asesinada.


      No, no tenía que haberlo recordado ahora, no estaba permitido. Y yo lo sabía muy bien, porque yo mismo me había creado esa regla: no hablar, ni recordar nada de ese asunto, que intentaba dejar a un lado cuando acudía a la escuela y, dejar que me consumiera por las noches. Me había adentrado en mis pensamientos, que no me di cuenta de que ya habíamos llegado al lugar.


- Karin, este sitio no lo habíamos acordado – Le dije amenazante, como era posible que se habían aprovechado de mi inerte cuerpo y decido por si solos a donde debíamos ir.


- Pero si tu dijiste que si –


       ¿Qué? En qué momento dije algo como eso, ni que a mí me gustara comer esa porquería, la cual nos estaban sirviendo en este instante. Jamás hubiera pedido algo como eso. Definitivamente no lo comería, prefería morirme de hambre antes de deglutirlo.


- Pensé que sería divertido, comer en un lugar diferente – Se excusó ella, de todos los lugares al que podíamos ir a comer, tuvieron que arrastrarme a este lugar.


- Perdón – Esa voz me saco de mis ideas, una vez más.- Fue mi culpa, hace mucho que no pruebo el Ramen y ella dijo que conocía un lugar. Así que no la culpes a ella, sé que no es tu comida favorita.


       Espera un momento, ¿Sabes que no es mi comida favorita? Entonces me recuerda y solo está fingiendo como yo, ¿Verdad? Ya basta, estas suposiciones en mi cabeza me están volviendo demente.


- ¿Qué dijiste? – Musite bajo, esperando su respuesta, pero esta fue interrumpida por mi amiga Karin, tan prudente como siempre.


- Naruto, Vienes de Inglaterra ¿Cierto? – Menciono, siempre me asombre por lo rápido que ella descubría las cosas, es una suerte que aún no supiera nada de mi pasado, sino la tendría encima de mi todo el tiempo.


- Si y no – Dijo atacando con ansias el Ramen que por segunda vez le había traído la mesera, era evidente que su apetito no había cambiado en nada, y a decir verdad, en sí, él tampoco había cambiado mucho su apariencia. Tan solo el hecho de que su estatura había cambiado, algo obvio.- Nací en Hokkaido, pero me mude a los nueve con mi familia a Inglaterra, por la empresa de mi abuelo.


       ¿Su familia tenía una empresa? Como diablos nunca lo menciono de niños, no me tendría la suficiente confianza como para hacerlo. Entonces eso aclara completamente lo que el soñaba con ansias: ser reconocido y respetado. Ahora entiendo que nuestros sueños eran completamente diferentes, yo solo soñaba con parecerme a mi hermano: ser bueno en todo lo que me propusiera; como él.


------ S ------


- Hermano, cuando me vas a enseñar anatomía – Dije impaciente ante Itachi (mi hermano mayor), quien se encontraba sumergido en sus libros.


- Ahora no puedo Sasuke, será en otra ocasión – Suavemente me dio un golpecito, con sus dedos en mi frente, gesto que siempre optaba para alejarme, muy sutilmente.


       Eso solo lo hacía para apartarse de mí y, que lo dejara estudiar, ya que tenía que prepararse para su examen de admisión a la universidad de Tokio, me encantaba de alguna u otra manera estar a su lado, quería parecerme a él en todo. Quería de igual manera tener la aflicción por la Medicina tal y como la tenía el.


      Cada que podía al llegar de la escuela media, me dirigía al cuarto de mi hermano a leer cuanto libro de anatomía se pudiera, y que él tuviera en su dominio. Itachi era amado por todos, tenía buenos amigos y mis padres lo amaban. Hasta en ocasiones sentía celos de él, porque mi padre tenía más atención sobre el que en mí, pero eso no me importaba, aun así el me demostraba que también me quería.


      Pero sin importa que, mi hermano era muy amable con las personas a las que conocía y, claro también con las que no, por esa razón, imagino que eligió estudiar Medicina en esa escuela de Tokio, lo que él me contaba de ella, era que era la mejor de todas y, por eso quería ingresar en ella. Pero era muy difícil, por eso se la pasaba estudiando y ahora, casi no tenía tiempo para mí.


- Sasuke, despierta –


      Escuchaba una voz entre sueño que me llamaba, pero ese día no había escuela, así que no quería despertar aun, me aferre a las sabanas, para no salir, siendo persistente en mi actual sueño. Pero de un tirón, sentí caer de la cama, dándome contra el piso de madera. 


- ¿Qué demonios? – Dije malhumorado, si algo detestaba era que me despertaran así, más cuando no había razón alguna para hacerlo.- ¡Hermano!


- ¿Qué pasa, Sasuke? No quieres aprender algo nuevo – Me pregunto, lanzándome una camisa, esperando a que me pusiera de pie.- Vamos, te llevare al observatorio Astronómico.


- ¿De verdad? – Me levante rápidamente, metiéndome directo a la ducha y, tan rápido como pude me dirigí hasta donde me esperaba mi hermano.- Ya estoy listo.


- Ah Sasuke, lo siento será en otra ocasión, te tardaste mucho – Casi me muero en ese preciso momento, no podía ser cierto, solo me levantó para eso, no.


- Ya no iremos – Dije casi a cuestas, tratando de disimular mi tristeza, pero era demasiada, esta era la primera vez desde hacía ya dos meses, que no me la pasaba en un día libre con Itachi.


       Había estado esperando la oportunidad para estar con mi hermano, y ahora ya la había desperdiciado tan vagamente, sin embargo al alzar mi rostro, vi como mi mamá le dio un golpe en la cabeza a Itachi y, pidiéndole que se disculpara conmigo.


 - Lo siento Sasuke – Dijo, soltando un quejido silencioso por el anterior golpe dado por nuestra madre.- No pude evitarlo, era solo una broma, perdón.


- ¿Entonces si podremos ir? – Le pregunte ansioso, dejando de lado el hecho de que me había jugado una mala pasada.- Aun podemos.


- Claro que si – Itachi me sonrió, haciéndome olvidar lo acontecido por el mismo, odiaba a veces el cómo se comportaba, pero aun a pesar de cargar con una gran responsabilidad, siempre hallaba el momento para pasar algún tiempo conmigo.- Perdón por no decirte con anticipación, pero quería darte una sorpresa.


      Recuerdo perfectamente ese día, fue el mejor de todos. Antes también había tenido muchas salidas con mi hermano, pero esa era especial, ya que me encontraba en vacaciones. Y ahora que Itachi había terminado de estudiar para su examen, que casualmente era al día siguiente. Dentro de mi pensaba que este día se la pasaría en su habitación, absorto de todo a su alrededor. Pero me había equivocado.


       Llegamos al observatorio y, el no paraba de hablar, expresando todo lo que sabía sobre ese lugar, yo me mantenía entretenido con todo lo que venía ahí y, que él me estuviera guiando en el recorrido era lo mejor de todo. Realmente quería ser como él. Nos paseamos por todo el lugar, incluso llegue a tomar algún recuerdo con mi cámara digital.


       Alrededor de tres horas anduvimos dando vueltas por cada rincón del observatorio, claro que era porque no quería perderme de nada, pero también era porque no quería que se terminara ese momento con mi hermano, después de terminado el paseo, Itachi sugirió ir a una cafetería que se encontraba cerca de ahí, por supuesto que yo no lo sabía, pero de cualquier manera acepte su invitación. Si él quería seguir, yo no tendría por qué decirle que no. Entramos al sitio, tomamos asiento en una de las mesas que se encontraban al fondo, cerca de la ventana. Solo transcurrió unos minutos para que la mesera del lugar viniera y, tomara nuestras órdenes.


- ¿Qué les gustaría ordenar? – Dijo amablemente, en un tono muy afable. Era una chica linda, de cabello largo, color negro. Su piel era de tez blanca, pero lo más extraño eran sus ojos que eran de un color rojo carmesí, eran bonitos pero algo extraños.


- Para mí lo mismo de siempre – Itachi se refirió a ella con una actitud que antes no había visto en él, hasta su mirada había cambiado al ver a esa persona frente a nosotros.- Y para ti ¿Qué te gustaría Sasuke? 


- ¿Sasuke? – Pregunto ella, acercando su rostro a mí, observándome.- ¿Él es tu hermano? Lo es, verdad Itachi.


       Me sorprendió mucho el que ella conociera a mi hermano, pero lo que realmente me dejo impactado, es que ella sabía de mí. La verdad no tenía idea del porque sabía de mi existencia, mi hermano no suele hablar de mí, o eso era lo que yo creía.


- Si, lo es – Afirmo sonriente.- Sasuke, te quiero presentar a Natsuki Yamada es una compañera de estudios.


       Ella comenzó a sonreírme, estirando su mano para que la saludara, no parecía ser una mala persona así que acepte el gesto, devolviéndole el saludo. Después de eso y, de pedirle lo que tomaría, se fue en dirección a la cocina a dejar nuestros pedidos.


- Itachi – Susurre discreto, para que la chica no me escuchar, mi hermano solo hizo un gesto de haberme escuchado.- ¿Ella es tu novia?


       Al parecer mi pregunta sobresalto su sorpresa, como si no lo hubiera esperado de mí, o no tan rápidamente, pero solo soltó una ligera sonrisa, que ni negó ni afirmo mi pregunto formulada. Pasaron algunos minutos, 10 para ser exactos y, la chica regreso con nuestro pedido en mano.


- Tomen, Sasuke espero que te guste – Ella acerco nuestros platillo, unos Omosubis los que eran de tomate y atún eran míos y, el de algas de mi hermano.- Oye Sasuke, ¿Ya te lavaste las manos?


- No, iré enseguida – Mencione rápido, levantándome de mi sitio, para aproximarme hasta donde se encontraba el baño.


        Trate de no demorarme mucho, pero tal vez ella quería estar un rato a solas con mi hermano, y a como el la miraba, era obvio que se gustaban, era algo curioso ver ese lado de Itachi, incluso me causaba nostalgia. Me hacía recordar a Naruto, y la verdad no sabía el porque me venía él a la mente. Saque de mi camisa lo que era el collar que él me había dejado antes de irse, lo contemple durante unos segundos, pero el recordarlo simplemente me enojaba, así que lo volví a colocar en su sitio: alrededor de mi cuello. Salí del baño, acercándome a la mesa. Pude divisar a Itachi y a la chica llamada Natsuki parados frente a la que era nuestra mesa.


- Oigan, ¿Qué hacen parados ahí? – Pregunte intrigado, pero sin recibir ninguna respuesta por parte de ellos y, como me estaba muriendo de hambre, todo por salir a prisa de la casa.- Muevans…


      Me quede perplejo al ver lo que había en la mesa donde se suponía íbamos a comer, ahí se encontraba un pequeño pastel con mi nombre incrustado en él. ¿Qué fecha era? ¿Acaso ya era mi cumpleaños? ¿Ya era 23 de julio? Ya estábamos en esa fecha y yo ni siquiera lo recordaba.


- ¡Felicidades Sasuke! – Me felicito la chica que nos acompañaba, yo aun permanecía como en estado de shock, sin creer lo que venían mis ojos.- Vamos, apágalas.


- Feliz día, estúpido hermano menor – Él revolvió mis cabellos, sonriéndome con ternura.


        Por esa razón, siempre llevare ese recuerdo dentro de mí, ya que sin darme cuenta, mi hermano me dio el mejor regalo de todos: estar juntos ese día especial. Pero también lo hacía porque si era aceptado en la universidad de Tokio él se tendría que ir a vivir haya, y efectivamente, nos dejaría para ir a estudiar lejos. Era algo que yo no quería pero era inevitable. Sabia en mis adentros que él sería admitido, lo tenía muy presente.


      Y justo como lo había predicho, lo que tenía que suceder; sucedió. La carta de aceptación llego dos semanas después de que el acudiera a realizar el examen de ingreso. Mis padres estaban felices y orgullos de mi hermano, por otro lado yo también lo estaba, pero me sentía lleno de dudas al respecto, y todo era porque no me quería quedarme solo una vez más, como la última vez. Fue realmente doloroso tener que sobrellevar la partida de Naruto, y ahora después de cuatro años, ocurre lo mismo.


      Pero no podía hacer nada, era el sueño de mi hermano, él quería estudiar algo que ayudara a salvar a muchas personas, y por fin lo iba a lograr, así que de nada serviría dar suplicas por que se mantuviera conmigo. Jamás me perdonaría por impedirle cumplir su sueño, el cual, también ahora se volvería el mío. Seguiría a mi hermano por el mismo camino que el recorrería, a partir de ese momento tendría que ser mejor en todo, para así algún día poder superarlo.


--------- S ---------


- ¡Sasuke! – La voz de Karin, comenzó a llegarme a los oídos, desequilibrando mis pensamientos y trayéndome de vuelta con ellos.- ¡Hey! Sasuke.


- Ya te escuche, dios, eres demasiado ruidosa – Mencione molesto, ya que me había puesto a indagar en mi pasado, recordando aquella tarde con mi hermano y, sin pensarlo, el tiempo se me vino encima, olvidándome de todo a mi entorno. Inclusive lo que habíamos hecho, no tenía idea de que había sido.- ¿Qué quieres?


- Dije que ya estamos en la central de trenes – Dijo, mientras señalaba con su mano la entrada de dicha estación.- Yo me quedo aquí, ya sabes que mi casa está lejos.


- Bien – Hice un gesto en señal de despedida, pero fui atajado por ella, quien sujetaba mi hombro, al intentar irme.- ¿Ahora qué?


- Quedamos en que acompañarías a Naruto – Algún día ella me pagaría todas las que me debía y, esta se la haría pagar triple.- ¿Disculpa? En qué momento dije eso.


- Te dije que no nos estaba prestando atención – Menciono aquel tipo ¿Desde cuándo tanta familiaridad con ella? Era como si ya se conocieran. Tal vez congeniaron de inmediato por sus parecidas personalidades, ya que eso en Karin fue lo que me hizo poder llevarme bien con ella.- Ella dice que vives a unas cuantas cuadras después de la escuela.


- ¿Y? ¿Qué hay con eso? – Arremetí contra él, sintiendo que la vena de mi frente iba a estañar.- No me digas que tú también vives cerca de ahí.


- No – Chasqueo la mandíbula, al percibir mi antiguo sarcasmo.- Pero deje mi motocicleta en el campus, así que iré por ella.


- Si, Sasuke – Tomo la palabra Karin.- De eso veníamos hablándote, que como yo ya me tengo que ir y, pues tú quedas de paso por la escuela, puedes acompañarlo.


- Ni loco – La única razón por la que accedí a que se nos uniera, fue para saber que había sido de él, pero de repente abandone mi cuerpo, y me hundí en mis recuerdos, los cuales me llevaron hasta el momento en que me encontraba con Itachi, así que el saber de él, había pasado a ser trivial para mí.


- Ya, será mejor que ya no insistas – Se dirigió a ella, volteándola para que bajara las escaleras, y se marchara a casa.- Veré si recuerdo bien el camino, despreocúpate no soy tan tonto.


       Ella le hizo caso de inmediato, curioso, yo nunca lo lograba. Se despidió de mí a lo lejos, corriendo después cuesta abajo. Y, así, nos quedamos los dos solos, nuevamente como en el salón. Sentía una fuerte opresión en el pecho, como si algo me quemara por dentro. Pero no sabía que era, el estúpido sonido de mi corazón se estaba volviendo molesto. El me miro, como si quisiera preguntarme algo, y antes de que brotara alguna palabra suya, le di la espalda, yéndome en dirección hacia la escuela.


       Para mi suerte no menciono nada y, sin darme cuenta de lo que hacía, mis pies comenzaron a guiarlo sin mi consentimiento, pero ellos se movían por si solos. El atardecer ya había pasado y, la oscuridad se estaba haciendo inminente. Hasta podía escuchar sus pasos atrás de los míos, ya que la calle se encontraba deshabitada. Como deseaba tener a Karin frente a mí para darle un buen golpe en la cabeza, la maldita sabía muy bien cómo manejarme.


      Pero no todo era culpa de ella, yo mismo había accedido inconscientemente hasta llevarlo de nuevo a la escuela, maldito el también. Cuando pude divisar mejor la estructura de la escuela e incluso ver a unos cuantos pasos el estacionamiento de ella. Un brazo me detuvo en instantes.


- Queda muy lejos tu casa – Por la sorpresa que me había propinado, no supe si era pregunta o afirmación, pero solamente quería que dejara de tocarme y que mi estúpido corazón dejara de sentirse así ¿Qué rayos pasaba conmigo?


- ¿Quieres dejar de hacer eso? – Le mire intimidante, advirtiéndole con mi mirada asesina que si volvía a tocarme sin mi autorización, iba a pagar una multa que no tenía precio. Y como era de esperarse, esos detalles aún permanecían en él. A decir verdad no había cambiado en nada, siempre tan descuidado.


- Oh, perdón – Me soltó con rapidez, captando mi amenaza, pero tornándose terco, por volver a preguntar.- Dime ¿Queda lejos tu casa?


- ¿Qué te importa dónde demonios vivo? ¿Piensas que preguntando te iba a decir? – Le cuestione ahora yo, me estaba irritando tan fácilmente, tal vez mis recuerdos sobre el querían desquitar de inmediato mi coraje, pero debía recobrar la cordura o la mentira que se supone que tendría que fingir: se acabaría.


- No, solo lo digo, para llevarte y no camines solo hasta haya – Le mire incrédulo, de verdad haría algo como eso, bueno proviniendo de él, tal vez si lo haría.- Espérame aquí, mientras la saco.


      Vi como él se adentró en el estacionamiento de la escuela, perdiéndolo de mi vista, era el momento preciso para irme y dejarlo ahí, solo. Pero de nueva cuenta mis pies no me respondían, era como si mi cuerpo no reaccionara cuando se trataba de él. Les pedí en incontables veces que se movieran, pero sin respuesta, era como si de verdad no quisiera separarme de él nuevamente. De pronto escuche el motor de una motocicleta acercarse a mí.


- Sigues aquí – Dijo, estacionando la dichosa moto aun lado de mí, que esperaba que hiciera ¿Qué me fuera? Bueno era algo que tenía pensado hacer, pero estas malditas piernas no me querían obedecer.- ¿Entonces, te llevo?


      Él se sacó el casco protector, estirándomelo en mi dirección, para que lo tomara. Por unos momentos quise marcharme, intentar caminar, pero no lo logre. Regrese a verlo a los ojos, su mirada era única, no podía negarlo. Y creo que mirarle fue lo peor que pude hacer, ya que después de hacerlo, tome el estúpido casco y me monte arriba junto a él.  


- Sujétate bien – Le escuche decir muy bajo, ya que me perdí en esa sonrisa que antes tanto me gustaba.


- Ni creas que te voy a abrazar – Le dije, mientras emprendíamos la marcha, rumbo a mi lugar de residencia. Acelero de golpe, haciendo que por poco me cayera, el solo dejo escapar una risa ahogada.- ¡Oye cuidado!


- Dije: sujétate bien – Volvió a repetirme pero en esta ocasión, alcanzo mi mano, haciendo que lo rodeara con ella. El simple hecho de no querer tener contacto con él, no iba a hacer que muriera en el intento por evitarlo. Así que simplemente opte por hacerle caso.


- Idiota – Susurre, ¿Por qué demonios tuve que subirme?

Notas finales:

Gracias de verdad a los que leen mi historia, y a las que dejan un comentario, que aunque lo crean o no, hace que se alegre mi kokoro de inmediato, creanme que hago lo mejor que puedo, ya que no soy muy buena como quisiera.


Bien espero si les haya gustado y nos vemos dentro de lo acordado, espero dejen algun comentario diciendo que les ha parecido hasta ahora, de verdad se los agradesco mucho. 


Bye.. besos.


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