-IV-
“Hasta que no se llevan a cabo, los planes no son más que sueños”
Había pasado alrededor de una semana desde que ingrese a la preparatoria, y desde que tuve contacto cercano con Sasuke. Y todo fue por mi prima Karin, quien con sus artimañas, pudo lograr que yo pasara inadvertido frente a él. Al principio fue confuso, ya que no estaba totalmente seguro de lo que ella trataba de hacer, pero después lo deduje rápido.
La verdad aun no teníamos en claro cómo íbamos a empezar a realizar nuestro plan, para que él no se diera cuenta de que ella me conocía, pero resulto bastante bien el primer día. Pero en toda esta semana, me la he pasado más ocupado con intentar aprender sobre las asignaturas, que sobre su vida. Todo lo que se trataba de la escuela me descontrolaba.
Ya que en todas las materias no tenía ni idea de lo que hablaban mis profesores y eso, era demasiado frustrante. En mi antigua ciudad tenía solamente algunos tutores, pero realmente no me enseñaban mucho y yo no prestaba demasiada atención. La verdad no necesitaba saber acerca de algo que no estuviera relacionado con la empresa, mi abuelo solo se limitaba a enseñarme lo primordial y como conllevar un negocio.
Por las tardes le pedía a Karin que me ayudara a estudiar y aprender lo básico y, para ella no era tan difícil enseñarme, porque aprendía con mucha facilidad, aunque en ciertas materias se me dificultaba. Tuvimos mucho cuidado de no hacer un movimiento que pudiera acarrearnos malentendidos y por supuesto, que no manchara nuestra posición con él. Esta tarde no era diferente y siempre el punto de reunión era mi casa, ya que Sasuke podría ir a la casa de Karin en cualquier momento y ponernos en una situación nada posible de explicar, pero en esta ocasión en vez de estudiar, lo dedicamos a realizar una inquisición.
- Cómo van las cosas con ustedes ¿Algún cambio? – Dijo ella, mirándome con curiosidad. Mientras que a mí de solo verla en la posición que estaba; me dolía el cuello.
Ella se encontraba recostada en la cama de mi habitación, boca arriba. Su cabeza estaba colgando del borde de ésta y, de esa manera podía mirarme, yo me hallaba sentado en la silla del escritorio, ocupando mi vista en la computadora, con intenciones de acelerar el trabajo de Lectura, que la verdad me estaba costando bastante.
- ¡Arg! – Refunfuñe histérico.- ¿Por qué demonios no estás en el mismo grupo conmigo?
- Lo lamento – Dijo, soltando risas en mi cara, la muy astuta estaba tramando algo que ni siquiera yo sabía que era.- No fue mi intención.
- ¡Maldita! Sabes muy bien que eso no es cierto – Le recrimine, dejando de lado el trabajo, además tenía dos días más para entregarlo.
- Ya, cálmate – Dijo intentando tranquilizar mi endemoniada cabeza, giro su cuerpo quedando en posición ventral, para recostar su rostro en sus manos, observándome.- ¿Y bien?
Me hundí en la silla, exasperado totalmente por culpa del trabajo y claro, de ella, pero exactamente no sabía a donde quería llegar con esa pequeña pregunta, así que deje de lado su estúpida curiosidad, y me propuse a volver a realizar lo que había dejado. Mi prima simplemente no dijo nada por solo unos cuantos minutos, la verdad era peor que yo cuando hablaba.
- ¿Cómo harás para acercarte? – Me pregunto directo al asunto. En cuanto escuche dichas palabras formularse, deje de escribir.
- La verdad, no tengo idea – Le dije honestamente, cosa que era cierta. Aun no me llegaba algo a la cabeza para poder idearlo. Me encontraba en ceros.
- Te das alguna idea del porque no estoy en su clase – Menciono dejándome enganchado con lo dicho, me volví para verla a los ojos, pero estos no mostraban ninguna expresión.
- No – Dije cortante, si ella había sacado el tema, no había caso preguntarle, porque lo diría sin necesidad de eso.
- Lo hice, porque quiero que lo conozcas bien – Yo le mire intrigado, en algo tenía razón, y eso era que ya no lo conocía, pero a mis ojos seguía siendo el mismo chico malhumorado de siempre.- Y también, porque realmente no necesitas mi ayuda.
- ¿Cómo? No entiendo, explícate – Dije, sintiendo aún más curiosidad sobre lo que me decía.
- Sasuke ya no es más el niño que conociste en la primaria – Afirmo, me empezaba a sentir molesto, si quería decir algo que lo dijera rápido, sin necesidad de darle vueltas al asunto.
- Eso ya lo sé – Dije.
- No debería decirte, tal vez lo mejor sería que lo descubrieras por ti mismo – Termino diciendo, cabreándome por completo.
- ¡Demonios Karin! Lo que tengas que decir, dilo – Le grite enfurecido.- Y si no deseas ayudarme, también dilo claramente.
- Espera, no te adelantes a las cosas – Menciono sin exaltarse ante mí.- Lo que quiero decir, es que Sasuke, está hundido en sus “vicios” que cogió con el tiempo.
¿Vicios? ¿Qué clase de vicios? A decir verdad no entendía nada de lo que ella me dijera. En estos días nunca vi algo “similar” a lo que ella mencionaba, pero talvez también estaba equivocado, tenía que admitir que solo un par de veces lo vi hablando con pocas personas a su alrededor, pero pensé que eso era por su actitud, pero ésta también se había tornado más diferente; más oscura.
Con la única que hablaba de manera muy fluida era con ella: Karin. Pero ella pudo forjar una amistad a mis costas, porque así se lo había pedido, aunque también cayera en la cuenta de que en tan solo unos meses ella pudiera haberlo conocido afondo, ya que tenía ese don. El cual yo había perdido hace tiempo, de casi no tener mucho contacto con las personas. Pero aun así no comprendía que era eso de sus vicios.
- Mira primo, cuando me informe del “accidente” ocurrido con su familia – Comenzó.- Me entere que nuestro primo Nagato iba en el mismo curso que el hermano de Sasuke.
- ¿Nagato iba con Itachi? – Pregunte incrédulo, interrumpiéndola por completo.- ¿Por qué no me lo habías dicho?
- Lo iba a hacer, pero – Detuvo toda palabra por unos segundos, después prosiguió.- Entre más preguntaba, más preguntas salían de eso. Y no estaba segura de querer continuar investigando, pero si de algo estoy segura, es que hubo algún suceso que cambio por completo su vida y la de su familia y eso es lo que no se aun.
A estas alturas, no me sentía seguro si querer indagar en el pasado de Sasuke y comprobar lo que ella deducía, pero también Karin tenía razón, debía valerme de mi mismo para conocer a la persona que se había convertido, aunque no estuviera listo de hacerlo. Mis ansias por saber más sobre el tema, me carcomía la existencia.
- ¿Crees que este bien saber? – Le pregunte dudoso, como si el saber la verdad me fuera a matar, por eso estaba inseguro.
- Si él no quiere cambiar, dudo mucho que tú lo hagas cambiar – Dijo resignada.- Pero si eso no responde tu pregunta, yo creo que la verdad puede ser cruel.
- Entonces ¿Qué debería de hacer? – Le volví a preguntar, quería que ella me aconsejara y que me ayudara a hallar una respuesta.
- Ya sabes lo que pienso – Dijo, mirándome con nostalgia.- Desde un comienzo te dije que debías haber sido directo, pero tú te negaste, por eso es tan difícil.
- Ese no era el plan, Karin – Me limite a decir.- Además no sabes que él se acuerda de mí.
Ella se quedó sin habla, sorprendiéndose ante lo que había dicho, me pareció que por unos momento titubeo, acto que me hizo extrañar de ella, ya que siempre es tan firme con todo, y para mi sorpresa, no menciono algo a lo que dije de último minuto. Pero siguió con el tema anterior.
- Entonces dime ¿Cuál es? Porque no tengo idea de cuál sea – Dijo sobresaltándose, yo sentía que ella también se había encariñado con él, y nuestra posición la estaba poniendo molesta.
- ¿Crees que esto es fácil para mí? Tu sabes mucho y yo no – Le dije mostrando mi furia, el no saber absolutamente nada, me estaba irritando.
- ¡No es mi culpa, tú me lo ordenaste! – Grito, mostrando también lo molesta que estaba.- Es tu culpa, tú me obligaste a hacerlo.
Todas sus palabras se me clavaban como estacas penetrantes en mí ser, ella desde un inicio no quería meterse en mis líos, pero yo como siempre fui demasiado terco para todo lo que me proponía y en este caso, logre persuadirla. Ella solo me ayudaba, pero lo que sabía era demasiada información sobre Sasuke, y eso me ponía de mal humor, ni siquiera sabía porque actuaba así, tan posesivo con dicha información.
Y si, estaba realmente molesto con ella. Pensé que me lo había contado todo, pero ahora veo que no lo hizo, tal vez para protegerme o tal vez por él, no lo sé, tenía que averiguarlo, saber qué es lo que ella realmente pensaba sobre todo esto. Y si lo que me ocultaba era demasiado como para asimilarlo. Pero sin embargo, ambos nos quedamos mirando fijamente el uno al otro, cuestionándonos, se suponía que estábamos juntos en esto, que era nuestro “plan”, pero algo se encontraba en falla.
- Si no quieres continuar ayudándome, lo entenderé – Dije sereno, tratando de tranquilizarme y, también por ella.
Karin, simplemente me observaba intranquila aun, como si quisiera deducir lo que yo pensaba, pero no había nada que pudiese adivinar, no me gustaba pelear con ella, y ahora no sería nada correcto hacerlo.
- Esta bien, comprendo tu silencio – Mencione al ver que ella aun no articulaba ni una sola palabra, su semblante estaba totalmente irracional.- Así que ya no tienes por qué sentirte de esa manera.
- No te creas tanto, idiota – Formulo al fin.- No durarías ni un mes solo.
- ¿Ya estas mejor? – Dije tanteando su ánimo, para poder proseguir con lo que teníamos que hacer.
- No, pero aun así seguiré hasta donde lo quieras llevar – Sonrió, acomodando sus gafas con el dedo índice.
Después de esa pequeña discusión, se aseguró de ayudarme a terminar el estúpido trabajo de lectura, si yo era rápido por las enseñanzas de mi abuelo, ella era lo triple que yo. Finalizado dicho asunto, baje a la cocina por algunas frituras y bebidas para llevar a la habitación. Cuando regrese, los deje en la mesilla que tenía en medio de mi alcoba. Ella aun persistía en la computadora, viendo un artículo.
- Naruto, mira – Me indico con su dedo la pantalla, haciendo que ésta captara toda mi atención.
Desperté con un fuerte dolor de cabeza esa mañana, tanta que no deseaba levantarme para ir a la escuela, ya que eso de madrugar me estaba molestando cada día, y mi martirio apenas comenzaba. Di una rápida mirada al reloj de la mesa, avisando lo inevitable. Para mi mala suerte la semana se me estaba yendo demasiado lenta, y ya deseaba que fuera fin de semana para no tener que ir.
Me pare casi arrastrando mi cuerpo, tome mi toalla y me dispuse a ducharme tan rápido para no sentir el frio del agua, que caía sobre mi piel. Me despabile al solo roce de las primeras gotas de agua y en menos de 10 minutos ya me encontraba afuera del baño. Seque cada parte de mi cuerpo, para poder ponerme mi uniforme escolar. Baje tan aprisa como podía a la cocina para tomar algo de ahí, para poder marcharme sin el estómago vacío.
Me topé con la sorpresa que Ero-sennin se hallaba ahí, tomando café a primeras horas, como solía hacer de costumbre, al igual me dirigí directamente hacia la cafetera, llenando una taza con el mismo líquido que mi abuelo, aun no me acostumbraba a beberlo, pero me encantaba que me despertara por completo. Por igual tome una pieza de pan, para acompañar. Mi abuelo seguía invertido leyendo su periódico, manía que había tomado con el tiempo. Me senté a su lado, sin prestarle demasiada atención a lo que me decía, mientras me acomodaba a su lado. Las imágenes del artículo que me había mostrado Karin, seguían rondándome en la cabeza. De repente un sonido me saco de mis pensamientos.
« Ya estoy lista ¿A qué hora pasaras por mí? »
El mensaje me avisaba que ella, ya me estaba esperando. ¡Maldición! Desde que acepte el llevarla a la escuela, tenía que madrugar más de lo normal, además su casa quedaba un poco lejos de la institución y claro, de mi residencia. Pero aun así, tenía que ir por ella, y como tenía que recorrer un largo trayecto, debía de irme con antelación y, aunque la motocicleta me ayudaba bastante, no debía menospreciar el tiempo. Y también para cuidar que él no nos viera juntos. A lo que me dijo mi prima, él odiaba tanto como yo el despertar temprano, y eso estaba de nuestro lado. Pero aun así, tomamos medidas necesarias, como: estacionar del lado trasero de la escuela. Allí nadie frecuentaba a tan tempranas horas, solo algunos maestros, pero ningún alumno.
- Ya voy, en diez minutos llego – Le mande a decir, avisando mi llegada, para que estuviera totalmente lista, ya que siempre se le olvidaba algo.
Me apresure a tomar mi desayuno, cosa que mi abuelo noto, pero él se dio una idea de la razón, y eso era porque sabía que iba en la misma escuela que mi prima. Y como ahora nos la pasábamos mucho tiempo juntos, era de esperarse. Me despedí de él, saliendo a toda prisa de mi hogar. Baje las escaleras, casi corriendo. Abrí el garaje, sacando la motocicleta: color negra, con líneas rojas. Esta tenía un cierto parecido a la que había comprado en Inglaterra, pero casi todas las pertenencias que teníamos aquí, las obtuvimos gracias a Iruka, no fue necesario traer con nosotros algo. Y la moto no era diferente. Me subí en ella, decido a partir rumbo a la residencia de mis tíos.
Las salidas que a veces daba con Karin, me vinieron de mucha ayuda, ya que no conocía muy bien el área, pero después de cinco días, aprendí. Llegue a las 7:10 am, a su hogar. Ella ya me esperaba en el portón, algo desesperada.
- ¿Por qué tardaste tanto? – Me recrimino enseguida, sin siquiera saludar.
- No me tarde mucho, sabes – Le dije tranquilo, lo último que quería era volver a sufrir de cefalea, por eso me limite a decir alguna otra cosa más.- ¿Nos vamos?
- Pues claro, sabes que no me gusta llegar tarde – Se subió rápidamente, emprendiendo el viaje a la escuela.
A decir verdad ella estaba exagerando con respecto a mi llegada, pero aun así dejamos de lado el tema. Al vislumbrar la escuela, tome la dirección que llegaba al estacionamiento trasero. Parquee la moto al fondo del lugar, donde se hallaba un árbol frondoso, ahí era donde siempre la estacionaba ya que en el día le daba la sombra del árbol.
Salimos del sitio, para dirigirnos hacia la estructura de la escuela, habíamos llegado a tiempo, y eso era algo bueno para nosotros, ya que no queríamos ser descubiertos por nadie que conociera a cierto chico.
Caminábamos a paso normal, sin apresurarnos ya que al fin y al cabo, nos encontrábamos ya en la institución. Pero de repente fuimos interceptados por un sujeto algo extraño. Yo no tenía idea de quien era, pero al escuchar referirse a ella, deduje que se conocían.
- ¡Karin! – Escuchamos el grito a nuestras espaldas, y en reflejo, regresamos la mirada para averiguar quién era.
- Ah, hola Suigetsu – Le respondió ella con desgano, hasta parecía que no le interesaba del todo su presencia.- Llegas temprano.
- Si, me eh caído de la cama – Dijo sonriendo ante su comentario, yo simplemente me limite a observarle.- Ah, ¿Tu novio?
¿Novio? Se refirió a mí, tomándome por sorpresa. Jamás había pensado que dábamos esa impresión, y era lo menos que queríamos ahora; rumores. Así que sin pensarlo, iba a negar lo que el malentendió, pero Karin me gano la palabra.
- Con quien yo este, te tiene sin cuidado – Dijo dejando atónito. “¿Era estúpida o qué?” habíamos quedado de alejarnos de los rumores, y eso para nada fue negarlo. Era como si lo hubiese afirmado.
- Discúlpala, no es lo que tú piensas – Mencione, sintiendo correr una gota de sudor por mi frente ante lo dicho por mi prima.- Solo somos compañeros.
- Cállate – repico ella con un tono irritable en la voz, y a simple vista pareciera que esa persona la molestaba de solo verlo.- Solo piérdete por donde viniste.
- Si hago eso me echaran del instituto – Dijo sarcástico, pero divertido. Para mí era un chico normal, y su presencia en si no me desagradaba.
- Oigan, tranquilícense los dos – Me interpuse entre los antes de que a mi prima le salieran chispas por la cabeza.- ¿Quién dejarlo para después?
- Por mí no hay problema, después de todo, nos vemos en clase Karin – Le dijo, mientras avanzaba rumbo a la puerta principal.
Ella se quede por unos instantes viendo hacia el pavimento, perdida en sus pensamientos. Para ser honestos no comprendía por qué se había comportado así con aquel supuesto compañero, pero en estos momentos no iba a molestarla con ese tipo de conversación, conociéndola me haría pagar por hablar.
Mire mi reloj que siempre llevaba conmigo alrededor de mi muñeca, y ya casi se nos estaba haciendo tarde, así que la sujete del brazo, zarandeándola un poco para que regresa en sí. Ella detuvo mi agarre con fuerza, y boto mi mano bruscamente. Pude notar su molestia en su semblante y después de hablar, también lo note en su voz.
- Si no haces algo pronto – Soltó de repente.- No quiero que me culpes por lo que pueda pasar.
Había pasado algo en el momento en que ellos dos se juntaron, que yo no percibí, ya que ella estaba hablando cosas sin sentido; pero solo para mí. Así que solo atine a deducir lo que había comentado, minutos más tarde nos aproximamos a la entrada. Y desde ahí, cada quien tomo destino a su lugar de estudio sin mencionar nada.
Cuando entre al salón, para mi buena suerte aun no llegaba él, respire aliviado. Tome lugar en mi respectivo pupitre, en la semana que llevaba aquí, había comenzado a conversar con las personas que se encontraban en los asientos de al lado. Había una chica delante de mí, de cabello azulado llamada: Hinata, se notaba que era una buena persona y de noble corazón pero algo rara, aunque a mí ese tipo de persona me agradaban. Y el sujeto de mi izquierda no se quedaba atrás en lo que se refiere a extrañeza, pero con él fue el primero con quien entable conversación; Sai. Atrás de mí se encontraba un sujeto que al parecer todo le causaba pesadez, incluso el mismo se hacía llamar vago; Shikamaru. A mi lado derecho estaba una chica de tez blanca y de iris color azules, un poco similar a mí, pero el color de su cabello era más opaco y al igual que la chica de enfrente, tenían cuerpo proporcionales, esta última se llamaba Ino.
Platicar con alguien externo, me hacía recordar a como era antes en mi infancia, ya que en Inglaterra, no tenía a nadie con quien conversar. Y ahora ya tenía unos cuantos “amigos” por llamarlos así. Faltaban solo unos diez minutos para que comenzaran las clases y, las chicas que se sentaban cerca de mí, hicieron su aparición, llegando junto a Shikamaru. Después de unos instantes llego Sai, quien venía acompañado de Sasuke.
Se me hizo completamente extraño que ellos dos llegaran siempre juntos, a decir verdad parecía que ellos eran amigos, pero lo raro era que solo los veía hablar al ingresar al aula, después de eso, parecía que no se conocieran. Ambos tomaron asiento, Sasuke se acomodaba sus auriculares, volteando completamente su mirada a la ventana, gesto que hacia cada que llegaba, tal vez para ignorar a la chica que se sentaba a su derecha; la de cabellos rosas.
Sonó la campanilla anunciando el comienzo de las clases, las primeras dos horas nos tocaba aritmética, quien la impartía el profesor Asuma. Mi cerebro quedaba fulminado con solo la primera, así que sobrellevar la segunda era un fastidio. Pero la dicha de tener a mi prima era casi milagrosa, ella era muy aplicada, y cada que podía me explicaba sobre todo un poco. La aritmética se había vuelto más comprensible, aun para mí.
- Chicos, voy a ser grupos de tres para la exposición de la semana entrante – Dijo el profesor, dejando en la pizarra una lista de los temas.
Dentro de mí, deseaba que me colocara con personas más inteligentes que yo, a pesar de ya saber un poco, no quería tener que quebrarme la cabeza. Así que rogué al cielo, porque me dejaran en un buen equipo. El profesor comenzó a nombrar los equipos, para mi mala o desafortunada suerte Shikamaru ya había sido ocupado en otro equipo.
- Naruto Namikaze – Escuche mi nombre, sintiendo punzadas en el pecho.- Tu iras con, Sakura Haruno y…
Hizo una enorme pausa y, eso me ponía de los nervios, y más después de haber dicho el nombre de esa chica, que cuando me miraba sentía que me quería matar con su expresión.
- Sasuke Uchiha, ustedes serán el equipo número 7 – Finalizo por fin. Yo estaba que no lo podía asimilar, estar en ese equipo me había dejado en estado de shock, una vez más.
Regrese a mirar a la dirección en que se hallaban mis compañeros y el solo ver la reacción de la chica, me paralice. Aun no comprendía porque ella me miraba de esa manera, si ni siquiera había tenido la oportunidad de entablar conversación con ella, no la conocía y ni ella, como para que pusiera esa cara, tan llena de desprecio. La verdad no lo entendía. El profesor continúo nombrando a los demás equipos, después de eso, nos indicó que el número que nos había tocado, era el mismo que estaba en la pizarra, y el tema que nos toco fue: Sistema métrico decimal.
También dijo que nos acomodáramos conforme estábamos en el grupo, todos nos levantamos para posicionarnos en nuestros respectivos equipos. Fue una tremenda agonía estar con la chica que me odiaba sin saber yo cual era la razón o motivo y, luego para mi desgracia estaba el, que aún no sabía cómo tratar con su persona.
- Bien, el tema que nos tocó tiene ocho subtemas – Inicio ella, sobrellevando la situación e indicando como deberíamos conllevar el trabajo.- Estaría bien si habláramos de todos, ¿No les parece?
Ella en ningún momento se refirió a mí con la mirada, tan solo hablaba para todos pero sin prestarme atención, lo cual a mí no me afectaba. Pero también el rostro de Sasuke permanecía más interesado en el tema, que en otra cosa, lo cual era obvio. Desde la ocasión en que lo lleve a su casa en mi moto, ya no mantuvimos una plática ni siquiera una palabra. No es que la hayamos tenido durante la salida con mi prima, pero imagine que talvez eso sería el detonante para comenzar a acercarme a él; pero me equivoque.
- Para mí no hay problema – Dije, tratando de comenzar a quedar de acuerdo.- Si desean yo comienzo los tres primeros.
- Pero para eso debemos estar de acuerdo los tres ¿No crees Sasuke? – Le dirigió el habla, mientras que el continuaba en lo suyo. Era como si nos estuviera evadiendo por completo. Al igual que ella hacia conmigo.
- Aún falta mucho para eso – Mencionó en tono cansino, pero sin demostrar ni una pizca de expresión, pero tenía razón, y yo tampoco no tenía ganas de hacerlo de inmediato.- ¿Por qué no lo hacemos otro día, Sakura?
- Por mi está bien – Me limite a decir más, esperando la respuesta de la chica.- Tal vez la biblioteca sea más adecuada.
- Bueno, si lo vez así está bien Sasuke – Dijo algo decepcionada. La manera en que le hablaba a él, parecía tener algún sentimiento en ellas.
Después de media hora ahí, sin haber interactuado en lo más mínimo, me volví a mi asiento, ya que faltaba poco para que la clase terminara. Al sentarme, regrese a mirar a la chica llamada Sakura, y dando en el clavo mi anterior suposición, ella sentía algo por él. Podía notar como ella hacia cualquier cosa para que Sasuke le prestara atención, pero nada funcionaba y eso, en cierta manera me deprimía. Sí que era un completo insensible.
De nuevo las clases se pasaron demasiado rápido, lo cual era excelente para mi estado de aburrimiento, que en estos momentos era altísimo. De repente la imagen de la comida que habíamos ido comido la vez anterior se pasó por mi cabeza, y estuve deseando que la hora de escuela terminara, para poder ir. La ultima clase era la de anatomía, quien la impartía la profesora Shizune, y esta era la más tediosa de todas.
Cada que podía, volteaba a mirar de reojo a Sasuke, y cada vez que nos daban esta clase, él ponía su total atención en ella. Aun cuando faltaban un par de minutos para lograr escapar de la escuela, me llego un mensaje a mi teléfono móvil.
« Primo, hoy saldré un poco tarde, pero los veo en el lugar acordado, coméntale a Sasuke »
Espera un momento, como voy a poder hacer eso si el tipo ni siquiera puede verme ni que decir de hablarme, no veía por donde comenzar a hacer eso. Y tal vez luego de que se lo dijera, lo más probable que haga es irse. Pero la campanilla sonó, olvidándome por completo de responderle, si debía hacerlo, lo haría, porque de seguro él la esperaría como siempre en su pupitre, después de la colisión.
Me quede sentado esperando a que todos salieran del aula, para mi sorpresa, esa chica de nombre Sakura, aun permanecía en su asiento, recogiendo sus pertenencias. Espere por unos minutos más, para ver si se marchaba, pero no lo hacía. Ya me estaba hartando de esperar a que saliera, y como no lo hacía, comencé a caminar a lo que era su asiento. Pero de pronto las palabras del mensaje vinieron a mi mente, “coméntale a Sasuke” se había vuelto loca mi prima.
Era imposible para mi decirle lo que ella quería, en primera porque se vería extraño que yo le dijera algo que ella simplemente pudo hacer por su cuenta y, segundo, se suponía que éramos lejanos aún era demasiado arriesgado y pronto para hacer contacto cercano. Eso había quedado descartado. No le diría nada, mejor que se exasperara el mismo con su tardanza. Entonces se me ocurrió una idea.
- Uchiha – Le dije, acercándome con cuidado a su lugar. El momentáneamente regreso a verme, tan sereno como podía ejecutar.- Vamos a comer algún sitio.
- ¿Qué me ves cara de dama de compañía? – Dijo sarcástico, observándome detenidamente, al igual que la chica, quien me miro con expresión discriminatoria.
- No, si te viera de esa manera fuera algo extraño – Contrataque a su comentario, esperando que dijera que si.- Anda vamos, sirve que le hablas a tu amiga de la otra clase.
- ¿De quién hablas? – Se acercó Sakura quien aún seguía en el aula. Muy sorprendida.- Hablan de Karin ¿Verdad?
- Si – Dije en seco, sintiendo algo extraño en mi pecho por la tono de su voz que ella utilizo.- ¿Se conocen?
- Claro que conozco a esa arpía – Dijo agraviante. Sabía que mi prima tenía un mal temperamento, algo similar al de mi madre, pero no era motivo para que ella se expresara así de ella, después de todo era de mi familia de quien hablaban.- ¿Qué, también te engatuso a ti?
- ¿Cómo? No comprendo – Le pregunte, asomando más mi curiosidad.
- Porque no le preguntas a Sasuke, ella la conoce bien ¿No es así? – Ella le lanzo una mirada intimidante a él. Sin embargo, él no se vio afectado por el comentario, cosa que ya me estaba molestando. Parecía que aquí todas las personas preferían darle vueltas al asunto, en lugar de decir las cosas de frente.
- ¿Por qué no me lo dices tú, si tanto lo deseas? – Le dije en tono serio. Logrando captar la atención de Sasuke.
- Cállate, las personas como tu son una molestia – Le fulmino con la mirada a la chica de cabellos rosas, hiriéndola.
A donde quería llegar ella con su repentina acusación y, lo que más difícil era de comprender, es que hablaban de mi prima, hizo algo ella para que la chica que tenía enfrente se expresara así de esa manera tan recriminatoria.
- Olvídalo – Finalizo, yéndose rápidamente del salón, dejándonos ahí.
Yo quería saber cuál era el problema con mi prima, pero eso no hizo que la detuviera, ya que no iba a obtener nada de su parte. Así que lo sabría por él, pero de una manera sutil lo conseguiría.
- ¿Qué sucede con ella? – Le pregunte.- ¿Tienen algún problema ustedes tres?
- Eso no es asunto tuyo – Dijo cortante. Pretendiendo que de esa manera dejaría a un lado mi curiosidad.
- ¿A qué se refería ella? – Volví a insistirle, sosteniéndole del brazo, cuando este intentaba escapar de mis preguntas.
- ¡Qué diablos te importa! – Exclamo, molesto.- ¿Acaso tienes algún interés en ella?
¡Maldición! Esto no debería de estar sucediendo, pero no puedo dejar de lado que hayan insultado a mi prima en frente de mis narices. Eso era algo totalmente distinto, ya que ella era mi familia. No podía quedarme de brazos cruzados. Pero era verdad que también me estaba comportando como un celoso o algo por el estilo.
- No – Musite cabizbajo.- Pero quiero saber, ella ha sido amable conmigo.
Con algo tenía que impedir un malentendido, y eso en si era cierto, hasta el lo había notado, que ella era amable con el “chico nuevo” en ese caso yo.
- Eso es algo que tú no debes saber – Finalizo, saliendo del aula, dejándome ahí; perplejo.
Hasta este momento no entendía nada de lo que pasaba, ella hizo algo que estaba fuera de nuestro plan. Todo esto me estaba descontrolando los pensamientos, ya que si esta declaración resultaba ser cierta, sería otra mentira por parte de ella. Se suponía que ella me tendría que haber dicho todo lo que estaba realizando a mis costas.
Se suponía que estábamos juntos en esta situación. ¿O acaso lo había olvidado? No, debía de dejar de pensar en esas cosas, ya que la única que podría sacarme de mis dudas, era ella. No imaginaria nada que no estuviera ahí, sino hasta que ella me aclarara los pensamientos.
- Que intentas Karin -