Pov’s Marshall
Despues de eso el doctor príncipe me dio nuevas instrucciones y luego nos fuimos, pero estoy algo confundido, el camino que seguimos al dulce reino no es por este sendero. No pregunto nada porque mi sentido de intuición me dice que no es nada malo, pero la curiosidad me está matando.
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Media hora despues.
-llegamos.-me dijo él.
Mire por la ventana y mis ojos estaban a punto de salirse de sus orbes, estábamos en un campo de fresas todo estaba listo para un día de campo, todo de manera muy sencilla: era un simple tapete en él pasta con una canasta en medio con varios bocadillos. Observe a los lados para ver si no había guardias o sirvientes, nadie a la vista. Buba bajó primero, abrió la sombrilla y me ofreció su mano para ayudarme a bajar, mi yo de hace unos meses hubiera apartado su mano y se bajaría solo, ahora estoy tan extraño que la tomo sin problema. Gumball me pasa la sombrilla y nos sentamos en el tapete.
-amm… ¿Gumball que…?
-quería un día solo para nosotros dos, no he podido estar mucho tiempo contigo últimamente.-que cursi, pero admito que es lindo.- ah, y recordé cuando dijiste que tu papá te traía a estos campos, sabía que si te traía aquí en temporada el rojo de las fresas te haría vomitar entonces preferí traerte ahora que están verdes, incluso traje comida verde.-empezó a hurgar en la canasta y a sacar comida: pepinos, lechuga, plátano aun verde, gomitas pero solo verdes, todo verde en distintas tonalidades. Esto es demasiado extraño, y lo más extraño es que quiero devorarlo todo, malditos antojos.
-Pero Gumball no puedo comer mientras sostengo está cosa.-ósea el paraguas.
-sí, es por eso que te daré esto.-del fondo de la canasta saca una caja algo grande y plana. La abre y en ella hay un cuarzo rojo con una cadena negra muy bonita.
-qué lindo collar.-digo sin dejar de verlo.
-este cuarzo tiene propiedades mágicas lo modifique para que cuando lo lleves te permita andar en el sol sin ningún problema, date la vuelta te lo pongo.-hice lo que me dijo y paso sus brazos por mi cuello, siento calor en las mejillas, que no se dé cuenta, que no se dé cuenta.
-listo.-uf, que bueno.-pruébalo.
-a… este… yo…
-tranquilo, estarás bien.-me ofreció su mano otra vez, la tomo ahora un poco dudoso, y lentamente el me ayuda a llevarla al rayo del sol, no puedo pensar en nada, estoy demasiado asustado para hacerlo, cierro los ojos, todavía siento como él me jala ligeramente hacía el sol.-¿ya ves? No te paso nada.-los abro despacio y era cierto, mi mano sigue intacta. Despacio me quito la sombrilla y la cierro.
No puedo creerlo, ¡estoy en el sol y no me convertí en polvo! ¡Genial! ¡esto es… es… (¡!) aguardan un segundo: picnic a solas, en un lugar que marca mi infancia y un regalo espectacular… ¿Qué esta tramando el chicle?
-¿ey Gumball hay algo que quieras decirme?
-¿eh? A… es que…demonios ya que había juntado el valor.-creo que se regaña a si mismo.
-puedes decirlo, habla, sea lo que sea no me enojare.
-seguro.-o rayos, esa cara de nuevo, la misma que puso cuando me pregunto “¿no estás enojado?” el día después de la fiesta. Esa cara tierna.
-muy seguro.-creo. Suspira, se pasa la mano por el pelo (o chicle, lo que sea) y abre la boca para hablar, únicamente pronunció cuatro palabras de forma interrogativa.
-¿quieres ser mi novio?
-¿disculpa?-fue lo único que pude decir.
-hay perdón, tienes razón es una idea muy tonta, no-no debí ni pensarlo…
-no, no, no, e-eso está bien pero… creí que nosotros ya…
-bueno como nunca te lo pregunte directamente yo pensé que no era tan oficial, además, tu no estás enamorado de mí y me costó mucho reunir valor suficiente.
-¿Gumball, de donde sacas que no te amo?
-pues nunca dices nada y yo intuí…
-Mira, tenemos una situación.-pongo la mano en mi estómago.- que nos juntó demasiado, pero paso por algo, quizá yo me… sen-sentía algo a-atraído por ti.-demonios otra vez hay calor en las mejillas.- pero ahora si siento algo más “solido” por llamarlo de alguna forma, no sé si es amor pero es algo que me gusta y que creo que puede llegar a serlo.-ahí va mi dignidad. Gumball me mira con una cara que nunca le había visto, ¿es de esperanza o de sorpresa?-lo que quiero decir es… si quiero ser tu novio.
-¡¿no mientes?! ¡oh Marshall esto es tan!-lo siguiente que sentí fue sus brazos estrujándome, aprieta demasiado fuerte, no respiro.
-G-Gumball, n-necesito respirar…
-¿ah? Oh si, perdón.-me soltó y tome una gran bocanada de aire, cuando al fin regrese al color gris me tomó por sorpresa con un beso.
-¿y eso porque?
-quería sellar nuestro noviazgo.-sonríe muy tierno.
-¿pero a la próxima podrías avisarme? No me gusta ser tomado por sorpresa con estas cosas.
-lo siento.
-¡deja de disculparte! Siempre lo haces.
-per…-le dirigí una mirada de furia.-ok, no lo hago. Pero no puedo evitarlo de verdad quiero besarte.
-está bien, solo uno pequeño.-juntamos nuestros labios por cuatro segundos, y luego nos separamos.
-tus labios son muy suaves.
-gracias, los tuyos se sienten bien.
-gracias.
-si…
-si…
-…
-…
-…
-¿quieres intentarlo otra vez?-pregunté
-seguro.
"Nos dimos unos más y luego otro y otro, luego creo que nos emocionamos demasiado…"