Pov’s Narrador.
Era de mañana, el dulce príncipe se había quedado a dormir en casa de Marshall (quién no quiso al principio pero al final acepto) se quedó en la sala pero como el sofá era muy incómodo prefirió dormir en el suelo. Por otro lado Marshall iba abriendo los oos de a poco en poco por un momento se extraño al ver que no estaba flotando, luego recordó lo de que no iba a poder flotar en mucho tiempo.
Se sentía muy mal, y no era exactamente por las nauseas matutinas, era el tipo de “mal” de cuando no puedes hacer lo que más te gusta, como cuando tienes un resfrió y no te dejan comer helado pero 9000 veces peor, a parte del hecho de que todo cambiaria, no… ya todo había cambiado, ahora iba a ser madre(?), Buba se le declaro e iban a vivir juntos , pronto todo sería peor. Si, peor, Marshall lo veía por todos lados pero lo único que encontraba en todo esto era lo que ya no podría hacer, adiós a molestar a la gente, adiós a su “carrera” de músico, a coquetearle a las demás mujeres, pero lo peor de todo eran todas las responsabilidades que tendría ahora: cambiar pañales, levantarse a media noche solo para calmarles el llanto, desvelarse horas para vigilar que no les suba la fiebre en las noches porque ya se enfermaron, aguantar sus estúpidas peleas de hermanos, uff… todo sería un lio.
Se levanto con esos pensamientos negativos y se fue directo al baño para darse una ducha, se quito sus jeans, su camisa roja a cuadros y sus converse (por todo lo sucedido en la noche anterior termino ten agotado que se durmió con la ropa puesta), habrío el agua caliente y empezó con el baño.
¿A ustedes no les a pasado que por alguna razón cuando estas en el baño reflexionas? Pues a Marshall si, aun seguía pensando de forma negativa pero luego se empezó a preguntar ¿Por qué pensaba de esa forma? Tenía tres hipótesis:
1) Realmente la situación lo estaba alterando demasiado y por eso se sentía así.
2) Culpa de las hormonas.
3) Estaba incomodo por la situación y buscaba excusas para dejar de sentirse de tal forma.
Todo esto solo lo enredaba más, prefirió seguir bañándose, se froto fuerte los brazos despues las piernas y el pecho, de ahí bajo al vientre donde froto un poco más ligera y cuidadosamente, estaba más o menos conciente de lo que hacía, no le importaba tanto el bienestar de esos tres que crecían en el o tal vez si pero no lo sentía tanto como otras madres, lo hacía más por el chicle, lo vio en sus ojos el dia enterior, tenía que cuidar su embarazo porque Gumball quería a los bebes, y lo quería a él pero Marshall no quería a los cuatro, no del todo, no como Gumball quería que los quisiera. Hace tres o cuatro años veía al chicle como su rival en el amor, su nemesis por el amor de Fi’
-es cierto, también esta Fiona.-dijo recordando que la rubia a un no estaba enterada de nadan.-debería decirle a Buba que vayamos a casa de Fiona hoy, mientras más rápido se lo digamos más rápido le caera el 20.-Se enjuago su cabello, se puso una toalla, fue a su armario a buscar una camisa y un pantalón, se los puso, luego los mismos converse y bajo con Gumball pero al ir el no se encontraba, vio en el sofá la almohada y las sabanas bien dobladas y apiladas con una nota arriba.
- Marshall:
Fui a arreglar unos asuntos al Dulce Reino, volveré tarde, cuídense y por favor no vayas con Fiona sin mi, será mejor si estamos los dos cuando se entere. Adiós.
Pd: LOS AMO
Gumball.
Por raro que parezca, el vampiro no se sonrojo ni se avergonzó. La nota se le hizo muy inocente(?) no había otra palabra para describirla, Gumball pudo haber subido y avisarle que se iba pero no, prefirió una nota, que era una de las formas más antiguas y cursis para iniciar una relación de novios que acaban de mudarse juntos, y eso de las mayúsculas en LOS AMO solo era una de las muchas causas por las cuales sentirse culpable de la lista del grisaseo.
-bueno, ya que no esta voy a desayunar.-fue a la cocina y ya que todo en su refri estaba aun en rojo solo lo abrió rápido para sacar dos huevos de los que solo se comio las yemas pues era el único color cercano al verde que encontró, lavo os platos fue a grabar unas cuantas cnciones con su hacha-guitarra, hasta que al final termino sin pendientes y comenzo a aburrirse, y fue cuando recordó que la nota decía “no vayas con Fiona” más no dijo que no podría salir a otros lugares, así decidio tomar su sombrilla y hacerle una visita a su amiga que no había a ver en los últimos días.
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En una pequeña casita cerca de un bosque había una pareja de casados, una mujer castaña con anteojos pequeños de lectura y un hombre peli-naranja con unos anteojos con otro tipo de reflexión. Estaban den poco de fruta mientras revisaban unos pepeles de una investigación que se les quedo sin resolver hace varios siglos.
-oye Simone…
-¿Dime mi Principe?-dijo sin apartar la vista de los documentos.
-se que este no es el momento para decirlo, pero ya llevamos técnicamente 1000 años de novios y 1 de casados y he pensado que… ya sabes… tu y yo podríamos…-la castaña dejo sus papeles a un lado y le presto más atención a su esposo Beth.
-¿siii?-pregunto ella con una leve sospecha.
-podriamos… bueno claro que si tu quieres…-pero justo en ese momento tocan el timbre.
-yo abro.-dijo levantándose, mientras Beth se volvia a maldecir por alfin haber juntado el valor pero aun así no poder preguntar.
Cuando Simone abrió la puerta vio a Marshall con una sombrilla, aparentemente sonriendo pero ella veía en sus ojos la tristesa.
-h-hola Simone.-dijo timido el muchacho.
-¡Marshall cariño! ¿Cómo estas? No te había visto desde mi boda, ¡pasa!-dijo haciéndose a un lado y ayudando a Marshall a guardar la sombrilla cuidando de que no se quemara.
-hola Beth.-saludo
-hola Marshall.-dijo sonriente, si hubiera sido otra persona seguiría enojado pero era el mejor amigo de Simone así que estaba bien.-supongo que tu y mi reina tienen muchas cosas que hablar así que yo ire a dar un pase por ahí, adiós.
-que te vaya bien.-dijeron los dos.
-ahora dime.-lo tomo del brazo y lo llevo a un sillón color café que la castaña instalo en la sala de estar.-¿Qué te sucede?
-¿he? ¿Q-qué me sucede de que?-dijo con obvio nerviosismo.
-mira Marcy, te conozco mejor que cualquiera, y aun más cuando deje de ser la reina helada y volvi a ser yo, así que se que traes algo y tienes que decirme que es.-Marshall trago saliva, Simone era una de las personas que más quería (incluso más que a su propia madre) por mismo temía despcionarla.
-es que… siento que si te lo digo ya no veras como antes.-Simone se sento junto a él y le empezó a hablar en un tono más maternal.
-Cielo, yo siempre te voy a querer no importa que hagas ¿bien?-lo pensó un tiempesin, si de alguien quería recibir un consejo era de ella, o tal vez un abrazo. Recordo que cuando fue la guerra de los champiñones todos corrian ignorando a un pequeño niño, puede ser que una de las razones de que no le ayudaran, era por su piel grisasea o su orejas puntiagudas pero en medio de todos ese caos solo esa extraña se preocupo por él, tal vez fue porque los dos eran igual de raros o a lo mejor solo vio a un pequeño niño que necesitaba ayuda, y ese mismo niño necesitaba ayuda otra vez.
-Simone… estoy embarazado.-aunque trato de reprimirlo empezaron a salir lagrimas de sus ojos negros.-y no se que hacer.-Simone lo vio incrédula al principio luego recordó lo que aprendio en la biblioteca sobre la anatomía de las criaturas de la nocheosfera, entonces fue cuando lo abrazo como una madre a su pequeño.
-cariño... todo va a estar bien, vas a estar bien.
-Simone no los quiero, ¡no quiero ser padre! ¡eso jamas estuvo en mis planes!.se aferraba el vampiro a los brazos de la mayor.
-Marcy no hables así, esos pequeños no tienen la culpa.-dijo “esos” por que Marshall ya dijo que son más de uno.-pero haber calmate, respira y dime, ¿Cómo paso esto?-ya más calmado Marshall coopero.
-hace unas semanas, en el duce reino, Buba y yo nos calentamos y solo paso.
-entonces el dulce príncipe es el padre.
-si.-confirmo.
-¿y él sabe de esto?
-si, dijo que se haría responsable y que me quería, pero yo no a él. Incluso se vino a vivir conmigo.
-¿Cuándo?
-ayer.
-espera, ¿te enteraste ayer?
-si, fue un dia muy raro.-intento hacer una broma pero ni a él le parecio graciosa.-Simone tengo miedo.-la castaña abrió los ojos de impresión ante lo que admitió el azabache, pero luego reacciono y lo abrazo con más fuerza.-no quiero mentirte, lo que vas a vivir no será fácil, tu vida cambiara por completo, aunque Marshall… no creas que cambiara para mal, al contrario, esos bebes van a venir a ayudarte con tus problemas, no a causarte nuevos.-el vampiro hundio más su cara en el pecho de su amiga como esperando que así desaparecería, eso no pasaría aunque si que ayudaba a sentirse mejor.-y sobre Gumball, él es un buen muchacho y se nota que te quiere, por algo se quedo contigo y no es solo porque vas a tener a sus hijos.
-ya lo se, él mismo lo dijo, y yo no lo quiero como el quiere, esa noche… para mi no iba a ser más que sexo de una noche.
-jah, cariño, ya eres lo bastante grande para saber que algo como “sexo de una noche” no siempre es… pues eso, sexo de una noche. Ten en cuenta que tus actos te llevaron a esto, esos bebes no pidieron venir a este mudo, tú los trajiste.
-yo no…
-ya se.-lo interrumpio.- es posible que no supieras de tu grado de fertilidad pero aun así, ya están aquí y no hay nada que puedas hacer. Como dije, cada quién es responsable de sus actos. Pero date una oportunidad, tienes solo un dia sabiendo de tu condicione, en las próximas semanas date tiempo para meditar bien tu situación.-recalco el bien.-veras que los terminaras amando.
-pero ¿y buba?-dijo sacando la cara del pecho de Simone.-no se si pueda pensar algo con el cerca.
-por algo dije DATE, esto es algo que debes pensar solo, puede ser que al aceptar esto.-dijo poniendo una mano en el vientre del vampiro.-puedas intentar abrir esto.-ahora puso su mano en el pecho de Marshall.-tranquilo, que todo saldrá bien.-dijo la castaña acariciando la mejilla del menor.
-Gracias Simone.-dijo tomando su sombrilla, dándole un beso a Simone y saliendo de la casa.
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El vampiro daba vueltas alrededor de la casa ensayando las palabras que le diría al pelirrosa.
-solo espero no herirlo mucho, ¿Cómo lo tomara?-en ese momento se oyo el timbre, Marshall sabia que llego el momento tomo una bocanada de aire y la solto, camino hacía la puerta en parte nervioso por lo que le diría.
-hola, ¿Cómo estuviste?
-Tenemos que hablar.-(N/A: esa palabras siempre dan miedo *m*)
-si claro.
-pasa, dijo haciéndose a un lado, ya en la sala Lee prosiguió sin rodeos.-Bu… no, Gumball, mira necesito tiempo para pensar, tantos cambios de la noche a la mañana no son fáciles de procesar para mi, no estoy seguro de si quiero ser padre o… madre, y lo siento pero con todo esto tampoco estoy seguro de lo que siento por ti, y eso no te lo mereces, eres un buen chico pero de verdad tengo que procesar todo esto. Por favor no te enojes.
-¿es lo que de verdad quieres?
-si, y te lo agradecería mucho.
-entonces esta bien por mi, si tiempo es lo que necesitas, entonces tiempo te dare.-se acerco a Marshall y le dio un pequeño y suave beso en la mejilla.-solo no olvides que te amó.-sin más se fue y cerro la puerta.
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Marshall se puso su pijama y se fue caminando agotado a su cama, se cubrió y cerro los ojos, inesperadamente no para dormir, si no para llorar, había liberado un poco de estrés con Simone pero ahora dejaba que todo fluyera, lo único que deseaba era dejar de sentirse así, tan culpable, por no poder querer a sus bebes, ni a Gumball, ni a él mismo.
Ahí el problema, ¿Cómo puedes amar a otros cuando no te amas a ti mismo?