Pov’s Marshall.
Aunque le dije que se podía ir, y que yo ya estaba más calmado Gumball se quedó conmigo y no volvió a trabajar en todo el resto el dia. Puede ser empalagoso, cursi y trabaja todo el día, pero creo que me gusta. Si… me gusta Buba, de todos los príncipes con los que me pude haber acostado mientras estaba sin mis cinco sentidos (tengo más sentidos, pero ustedes entienden) supongo que él fue la mejor opción. Ahora estamos acostados en la cama y solo eso, acostados. Yo estoy viendo hacía la ventana mientras él me abraza por detrás, soba mi vientre con cariño y delicadeza, sigo sintiendo raro, no me acostumbro a esos movimientos tan extraños y pequeños, tal vez otra persona en mi situación hubiera visto esto como lo más adorable en la tierra, yo en cambio no sé qué pensar. Mmnn, otra persona, ¿Cómo hubiera reaccionado yo si hubiera embarazado a alguien? Posiblemente todo lo contrario a Gumball, si hubiera embarazado á Fi’ no habría hecho cargo y desaparecería por cuatrocientos años, aunque eso sería por que no la amo, y… ¿si hubiera sido Gumball? No lo sé, hace apenas descubrí que me gusta.
-Oye Marshall…-su voz me saco de mis pensamientos, hice un gesto indicándole que lo escuche y continuó hablando.-¿puedo tocarlo?-se refería a mi vientre.
-ya lo estás haciendo, tonto.-dije con un poco de risa.
-me referia a por debajo.-me sente de rodillas en la cama para verlo, y él hizo lo mismo.
-¿quieres decir… de la ropa? Osea… ¿la piel?-aparte la mirada y me sonroje un poco.
-claro, quiero sentir mejor a mis hijos.-apuesto a que esta sonriendo.-por favor…-lo dijo con un tono al que no podía negarme.
Alcé un mi camisa y Buba dirigió su mano hacía ese bulto, en el trayecto se veía emocionado, como si fuera a tocar algo sagrado o algo así, yo por mientras me iba poniendo más nervioso que él, nunca antes alguien me había tocado ahí y mucho menos así, cuando al fin su mano llego lo primero que percibí es que era cálida, y me agrado el contacto, al ellos también puesto que se empezaron a mover más cuando Gumball coloco su mano.
-wow, es suave pero a la vez firme, incluso cálido, es una increíble combinación.
-hey, no hables de mi cuerpo como si fuera un gran descubrimiento científico.-bromé, y él se rio un poco.
-para nada, no es un descubrimiento, son nuestros bebes.- a parto su mano un momento.-Y serán hermosos.-eso me sorprendió e hizo que bajara la mirada un poco triste. Me baje la camisa y me acosté de nuevo, Gumball puso cara de no entender.- ¿dije algo malo?
-estoy cansado, me voy a dormir.-lo admito, actué muy frio. Me cubrí con las sabanas y apague la lámpara de la mesa de noche, pero inmediatamente él la volvió a prender.
-haber, dime que hice.-interrogó.
-tú no hiciste nada.-sigo sin verlo.
-claro que sí, o si no el cansancio no te hubiera atacado tan rápido.
Me volví a sentar, pero ahora enojado.
-está bien, si tanto quieres saber; me enoja tu falta de preocupación, para ti todo es “¡oh, voy a tener bebes con Marshall! ¡Que lindo!” ¡Pero no piensas en las consecuencias que puede traer!- él se pone firme y veo que le contagie mi furia.
-¿crees que para mí es fácil? ¡Yo tenía una vida perfectamente tranquila, y luego tu vienes un día a golpearme porque te embarace!
-¡A! ¡Osea que me estas reclamando! Para tu información príncipe empalagoso, yo no sabía que esto podía pasarme.
-Entonces que tonto eres. Cualquier persona debería tener información y control sobre su cuerpo.
-¡Pues…!-maldita sea no tengo como responderle sin quedar en vergüenza. Nos quedamos en silencio un momento, en ese momento empezamos a pensar en lo que nos dijimos tanto el como yo nos arrepentimos de todo.-Lo siento.-me disculpe primero y ahora si lo voltee a ver.-sé que para ti también es complicado y tienes razón, tal vez necesito informarme más sobre mí.
-Yo lamento haberte llamado tonto.
-y yo llamarte príncipe empalagoso, aunque es cierto.-volvimos a reír.-y no fe por eso que me moleste.-de pronto me presto más atención.-es que… Gumball ten en cuenta que soy un hibrido entre vampiro y demonio, y por eso los bebes serán igual o peor que yo.-“malditas hormonas, no quiero llorar, no lagrimas no salgan.”-pensaba, pero no pude vencerlas y me desvanecí. Entonces Gumball me tomo entre sus brazos, tranquilizándome con su delicioso olor a fresa.
-eso no importa, yo me enamore de ti sabiendo lo que eres y acepte a nuestros hijos igual.-no respondí, sin embargo eso me relajo un poco y pude parar las lágrimas.-lamento haberte dejado solo estas últimas semanas, te lo compensare.-me separe un poco para poder verlo mejor.
-¿Cómo?-el me sonrió y ¡¿ME ROBO UN BESO?! Me puse rosado como él.
-eso no es todo.- ¿no?-mañana te acompañare al hospital—
-¡¿Por qué?! ¡Estoy bien! ¡no me duele nada! ¡Y tú ya me dijiste que estos movimientos son normales, así que no necesitamos ir! Jajaja.-lo admito, me siguen ando miedo los hospitales. Buba me robo otro beso que hizo que me tapara la boca pero me puso más nervioso.
-tranquilo colmillitos.- ¿me llamó cómo?- la cita no será para una ecografía.-al ver mi cara de no entender, suspiro.-una ecografía es para ver cómo están los bebes, no te espantes, no dolerá nada, y lo mejor, podremos conocer a los pequeños.-volvió a poner una mano sobre mí vientre, una vez más lo acaricio con ternura.