Esa noche me sentí más tranquilo pude dormir plácidamente, a un sigue siendo raro la sensación de la cama debajo de mí, y a un más los movimientos de estos niños. Para mí todavía es una confusión si los quiero o no, es algo así como un afecto pero no un amor de madre, es como si estuviera llevando a los hijos de Buba pero no a los míos. Aunque estén dentro de mí no los siento algo de mí. Probablemente se deba a la extraña relación entre Buba y yo. Claro vivimos juntos, nos conocemos desde hace tiempo, tratamos y casi siempre logramos llevarnos bien y… tendremos hijos. Somos todo, y a la vez nada... él cuando se enteró me dijo que se haría responsable, que viviríamos juntos, que me ayudaría a cuidarlo, pero hay algo que nunca me dijo e incluso ahora no sabría cómo contestarle. Gumball jamás me pregunto si quería ser su novio, su amante, su amigo con derechos ¡nada!
Oh perfecto ahora se me espanto el sueño, da igual, de todas maneras ya amaneció. Mmm… un momento, Buba me dijo que iremos al doctor, aja, ¿y cómo demonios se supone que voy a salir si no puedo estar a la luz del sol? Me voltee a preguntarle, y me sorprendí, normalmente cuando despierto el ya no está, y hoy si, está a mi lado, dormido… abrazándonos a mí a mi vientre. Buba es tierno, hay que admitirlo, con su color empalagosamente rosado, su cabello tan suave, me dan ganas de acariciarlo y ahora lo hago, es más suave de lo que pensé, podría jurar que es cabello de verdad y no chicle.
-mmn…-empieza a despertarse con pequeños quejidos deja de abrazarme y se frota los ojos, quito mi mano de su cabello lentamente y con cuidado me siento.
-perdón, ¿te desperté?-pregunte muy relajado, yo también sigo un poco dormido, él bosteza y también se sienta, obvio que él sin tanto cuidado.
-no, fueron estos traviesos que pateaban mi brazo.-dio una pequeña media sonrisa.
-¿estaban pateando? Debí estar pensando en tantas cosas que no lo percibí.-me sobo el vientre.
-¿qué hora es?-miro a la mesa de noche que tiene a su lado (si, tenemos una mesa de noche en cada lado de la cama)tomó el reloj vio la hora y lo volvió a dejar.-todavía faltan tres horas para ir.-se vuelve a acostar.
-vamos a desayunar.-me senté en la orilla de la cama.-llamare a mentita y.-cuando me iba a parar Buba tomó mi camisa para impedírmelo.
-quedémonos un rato más aquí.-no pude ver su cara porque la hundió en la almohada, pero su tono me hizo reir internamente, la verdad tampoco tenía muchas ganas de salir del cuarto así que me volví a acostar.
Nos quedamos ahí mucho tiempo, sin hacer nada, tampoco dormir, únicamente nos relajamos abrazados.
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Una hora despues ya por fin nos levantamos, luego de unos cuantos regaños de mentita desayunamos, nos bañamos, vestimos, etc. Buba se pusouna chaqueta celeste y unos pantalones fucsia. Yo, una camisa negra de la que ya perdi la cuenta de cuantas tallas más grande de las que usaba, incluso esta me queda grande… apropósito, a pesar de que según lo que dicen este embarazo es “normal” en los demonios no me gusta que todos me estén mirando tanto, esta camisa me ayuda a disimular, lo mejor que puede, este vientre de embarazo de trillizos de quince semanas. Todo eso para estar listos para mi consulta, sigo sin entender la razón por la que la cita es a esta hora y en ese hospital, ¿no era más sencillo ir a la enfermería del reino?
-¿listo?-me preguntó con las sombrillas en la mano.
-s-si.-no tanto, ya ni modo ya dije que si.
Cada uno abrió su sombrilla, al salir había un carruaje hecho de dulce, rosa igual que la mayoría del reino, era halado por dos caballos tontos. Me parecía demasiado para una salida, pero como Buba organizo todo esto hice mi mejor esfuerzo por parecer contento aunque no lo estuviera.
El paseo fue tranquilo, intentamos hablar de algo, aunque siempre que lo intentábamos la conversación se acababa a los cinco minutos. Pense que era mi culpa por no intentar meterme más en las cosas de ciencia y eso, si supiera un poco más sería mejor la comunicación. Note que Gumball no para ba de menear la pierna, también note que le sudaban las manos.
-¿¿te encuentras bien?-pregunte.
-¡¿Eh?! ¡a, si, por supuesto! ¡esto es emocionante!-respondió completamente apurado.
-oye, si tenías algo que hacer hubieras ido, yo podría haber esperado. Para mi mientras más lejos este de un hospital mejor.-me rei.
-¡¿Qué?! ¡claro que no! ¡no tenía nada que hacer! ¡por eso vine!-con el mismo tono.
-entonces calmate y dime la razón de ¡ay!-malditos mocosos, desde que empeze a sentirlos no paran, empeze a pasar mi mano por esta redondes para que se calmaran.-oigan trato de hablar con su padre y me interrumpen, niños traviesos.-Gumaball se acerco un poco, su brazo no era suficientemente largo por lo que solo la punta de sus dedos apenas alcanzaban a tocarme.
-Es por ellos que estoy nervioso.-dijo más tranquilo.-Me muero por conocerlos.-sonrei, este tipo es muy tierno. Abrí la boca para decir algo pero fui interrumpido por el grito del conductor que nos anunció que habíamos llegado. Ahora soy yo el que esta nervioso.