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El Burlador de Japón y el Tesoro de piedras por Sherry Yukina

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Notas del fanfic:

Esta idea surgió cuando estaba leyendo un libro y de inmediato me decidí a darle forma en el papel o mas bien en el word 
Espero que les guste y les pido que me dejen sus comentarios acerca de que les parece la idea .

Notas del capitulo:

Ojalá le den una oportunidad a este fic :)

Aclaración: El lemon es chicoxchico porque está dado desde la perspectiva del pensamiento de Akihiko, lo demás es anecdótico.

Que lo disfruten!!

_ ¿Dónde lo tienes?- la voz del escritor sonaba grave y profunda, apenas se distinguían rastros de inseguridad y preocupación.

_ Eso no se lo puedo decir, pero le aseguro que si usted coopera no le ocurrirá nada malo.

_Si le llega a pasar algo juro que me las pagarás- ahora su voz sonaba autoritaria aunque su semblante se iba tiñendo con una profunda desesperación y sus manos ya comenzaban a sudar. La situación se estaba volviendo más tensa.

_Por favor, ahorre sus energías y haga todo lo que yo le diga que así todo saldrá bien- frente a frente su expresión no cambiaba, podría decirse que hablaba sinceramente ¿pero acaso podría creerle?

_Necesito saber si él se encuentra bien

_ Ya le he dicho que por el momento está puesto a salvo pero si me sigue haciendo perder el tiempo, no me dejará más alternativa que enviarlo a dormir con los peces y estoy hablando en serio- dijo eso y su rostro se inundó con malicia, ya no había dudas de que lo haría.

_ ¡Basta! Ya no lo soporto, él es demasiado importante para mí, solo libéralo ¡por favor!- subió el tono de voz mientras se llevó sus manos a la cabeza y cerró fuertemente los ojos.

_No hay más tiempo que perder, esto se acaba en este mismo instante, dígale adiós para siempre

_ ¡NO, SUZUKI-SANNNNNNNNNNNN!- su grito se vio interrumpido cuando su editora le arrojó su cartera de mano dándole un golpe certero en la cabeza.

_ No puedo creer que me vea obligada a montar este tipo de escena para que cumpla con sus responsabilidades ¡Sensei usted es el peor!- le recriminaba la mujer mientras se agachaba a recoger su elegante accesorio de color negro.

_Eres una bruja, ¿cómo te atreves a jugar así conmigo? ¿Acaso no sabes que pude haber muerto?- su pulso se normalizaba y poco a poco tomaba su postura habitual de calma, mientras encendía un cigarrillo- no habrá una segunda vez, considérate advertida, Suzuki-san y yo tenemos memoria.

_ ¡Ya deje atrás los traumas de su niñez por favor!

_ No hables así de él que si algún día me falta ¿quién dormirá conmigo por las noches? ¿Quién será mi confidente que guarde todos mis oscuros secretos? ¿Quién tolerará mis días difíciles al llegar al hogar y sólo…

_ ¡Esto es el colmo! ¡No puedo seguir escuchando esto! ¡Estoy realmente furiosa!- la mujer ya no intentaba ocultar ni un poco su enfado, estaba al límite.

_Oye, ¿esa es mi línea no crees? ¿Será que acaso necesitas que te recuerde cómo me trajiste hasta aquí?- ahora la furia lentamente cambiaba de portador.

Hace una hora…

_De ninguna manera, me niego rotundamente- dijo cruzándose de brazos con firme decisión

_ Lo siento sensei, es por nuestro propio bien

Apenas se hicieron audibles esas últimas palabras para el joven caballero que rápidamente se desplomaba en su escritorio. Eri Aikawa era una mujer decidida que si debía llegar al punto de arrastrar a su escritor a cumplir con su deber, lo haría sin pensarlo dos veces. Pero frente a la irremediable diferencia de fuerzas, esta vez optó por drogarlo a sus espaldas para trasladarlo en su silla de oficina desde su pen house, bajando por el ascensor hasta su auto, donde lo colocó como pudo y se dispuso a iniciar el viaje hacia la fiesta.


De vuelta al estacionamiento del Hotel Teito envuelto por un aura aterradoramente escalofriante…

_ Por favor cambie esa expresión espeluznante de su rostro, le dije que tenía que asistir al evento desde hace un mes

_ No me interesa

_ ¡Sensei, no diga eso! La empresa Marukawa cumple su aniversario y usted no puede ausentarse a la fiesta bajo ninguna circunstancia

_ Solo lo diré una vez más, NO ME INTERESA

Su rostro se volvió más oscuro y aterrador y ella no pudo encontrar un ápice de indeterminación en sus palabras. Todo parecía indicar que la discusión llegaba a su fin para un somnoliento Akihiko que acababa de despertar en la parte trasera de su deportivo rojo, ahora conducido por una mujer, por esa mujer justamente que jamás se daba por vencida.

_ Se lo diré una última vez muy amablemente, ¡CUMPLA CON SU DEBER!

_ ¡No me grites! Además no recuerdo en qué parte de mi contrato se estipula que estoy obligado a perder el tiempo de esta manera

_ Está bien, negociemos, le extenderé el plazo de entrega un par de días más

_ Que sea una semana y es un trato. Ahora vayamos al susodicho evento

Después de ingresar al hotel, se dirigieron a la habitación que Aikawa había reservado con anterioridad en vista de su descabellado plan de drogar y secuestrar a su flamante escritor.

Ahora él se encontraba desvistiéndose en el cuarto de baño para darse una ducha ya que no había tiempo para usar el jacuzzi, se lamentó unos instantes por eso. Al finalizar se envolvió con un toallón por la cintura y se dispuso a cepillar sus dientes, además de peinar y acomodar su hermoso cabello. Finalmente se vistió con el traje que su editora había seleccionado para la ocasión y se aplicó su colonia. Estaba realmente kawai según la mujer que embelesada lo observaba llevar una mano al bolsillo de su pantalón mientras apoyaba su otra mano y el resto de su cuerpo en el marco de la puerta.

_ ¿Feliz?- su voz grave que ahora denotaba resignación la sacó de sus pensamientos

_ Lo estaré cuando me asegure de que haya cumplido con lo prometido, y recuerde que será una semana y ni un día más puesto que ya bastantes problemas tendré con eso- le dijo mirándolo directamente a los ojos.

_ ¿Estás segura que no podrás ser más flexible conmigo?- su voz profunda y envolvente sonaba tan cerca del oído de la mujer que hasta podía sentir como el calor de su aliento se extendía a otras partes de su frágil cuerpo.

_ Ya aléjese sensei y deje de jugar conmigo que estamos muy demorados- cambiando de tema logró salir airosa de la situación ¿pero por cuánto tiempo?

_ Por esta vez lo dejaré pasar, vayamos al gran salón

Apenas media hora en el lugar y ya sentía ganas de irse. El lugar era amplio y refinado, con una hermosa araña de color dorada, la decoración en telas de seda en color negro con detalles en color rojo que hacía juego con la hermosa alfombra dispuesta en medio del salón que iba desde la entrada hasta el comienzo del escenario. Las ventanas eran de un tamaño considerable y concedían una hermosa vista de la ciudad.

En medio del salón se encontraban circulando todo tipo de hombres apuestos sirviendo champagne a los invitados que se encontraban vestidos de gala para la ocasión, charlando amenamente sobre su pequeño enajenado mundo. Y ese era el punto de desagrado para nuestro apuesto caballero que después de haber entrado sintió como todas las miradas se posaban en él y enseguida sintió como el brazo de Aikawa-san lo jalaba a tratar con esas personas con las que no tendría ningún punto de acuerdo según él. Es más, solo se dedicaba a saludarlos educadamente, intercambiar algunas sonrisas y fingir que le importaba lo que pudieran llegar a decirle.

Para él que se consideraba una persona reservada y solitaria solo le quedaba colocarse una máscara y mostrarse condescendiente con aquellas personas influyentes que deseaban conocerlo y cuando no, elogiarlo por sus logros.

Un poco más y sentía que iba a vomitar si ella seguía empeñada en hacerlo dar vueltas por todo el salón, solo eran nombres y rostros vacíos para él, palabras sin sentido que se perdían en algún vacío de su mente que ahora divagaba en algún lugar muy lejos de allí.

En un último esfuerzo yendo de camino a saludar a un grupo de cuatro apuestos editores que sobresalían sobre los demás, vio cerca de ellos un rostro conocido ¿acaso se trataba de Isaka- san? Y por lo visto en su acalorado rostro y en el gesto desaprobatorio de su asistente quitándole la copa de su mano, no estaba en posición de aprobar un control de alcoholemia ¡por mucho!

_Yo me largo-dijo más para sí mismo que para ella, dando media vuelta dispuesto a marcharse

_ ¿Disculpe sensei, ha dicho algo?- preguntó confusa- ¡Cuidado!

_ Lo siento, estaba distraído y casi la atropello- se disculpó después frenar en seco, con una leve inclinación hacia adelante

_ Yo soy quien se disculpa Akihiko-sensei por no prestar atención. Soy su admiradora

_ Los presento, ella es la hija del ilustre Fujitaka Kurumada y su nombre es…- simplemente pasó de escuchar a Aikawa y solo se dedicó a mirar a la mujer que tenía enfrente. Estatura normal, piel blanca y delicada, cabello recogido con unos rulos que caían por su cuello y quedaban a la altura de sus hombros, ojos grandes y expresivos y bajando un poco más la mirada podía verse como ese largo vestido rojo estaba fruncido en el pecho y ajustado a su cintura.

_ Estoy encantado de conocerla- y al decir esto acompañado de su intensa mirada de ojos color lila, vio como el cincuenta por ciento del plan que ahora empezaba a poner en marcha, ya estaba cumplido.

Definitivamente esta noche una nueva víctima caería en sus redes. A decir verdad no sería tan difícil, primero se desharía de su editora con alguna artimaña, luego se las ingeniaría con hermosas palabras para llevar a la joven a hablar a un lugar apartado y luego…

_ Estaba en lo cierto, la vista es realmente hermosa, hasta se puede ver la Torre de Tokio desde aquí- la mujer miraba encantada el paisaje nocturno de la ciudad desde la oscuridad del balcón en el cual se encontraban ambos

_ Estoy seguro de que no se compara con tu belleza, tú sí eres realmente hermosa- le dijo acercándose más a ella y sujetándola de la cintura a lo que ella reaccionó con un escalofrío- No te pongas nerviosa, yo sólo digo lo que mis ojos ven

_ Por favor no siga o hará que me sonroje

_ Nada de eso, mis ojos no me engañan y ya que estamos en confianza tengo algo que darte- en su mano sostenía una servilleta de color rojo y la fue arrugando y moldeando hasta conseguir que tuviera la apariencia de una rosa- quiero que prestes mucha atención, así de ardiente es la pasión que has desatado en mi corazón.

Al decir eso inmediatamente sacó un encendedor de su bolsillo y prendió fuego la tela sacudiéndola rápidamente antes de que desapareciera por completo en un segundo, ante la expectante mirada de la joven que aún tenía grabada en la retina el color de las llamas ardiendo rápidamente. Al volver a mirar la mano del joven vio como éste sostenía una rosa roja auténtica de la cual pendía un objeto y se la entregaba diciéndole algo sensualmente en el oído.

_ Akihiko-san no puedo porque yo estoy comprometida, creo que fue mala idea venir hasta aquí

_ Ya te lo he dicho antes, no dejaré que escapes, solo disfruta del momento y olvídate de todo lo demás

_ Es que yo nunca he hecho algo así

_ Lo sé, no temas. Prometo que no te arrepentirás

Rápidamente se marchó a ese lugar para aguardar pacientemente. Según él nadie se resistía a ese viejo truco de captar su atención con el fuego para velozmente sacar una rosa de su manga derecha con el fin de hacerle una sugestiva proposición. Y esta vez no sería la excepción pensó.

Habían pasado veinte minutos y ella todavía se debatía en acudir a la cita o declinar la oferta. Sus palabras al memento de entregarle la rosa no paraban de dar vueltas en su cabeza “No dejaré que escapes porque mi corazón te reclama. Te estaré esperando”. Antes de caer en la cuenta sus pasos ya se dirigían al número de habitación que indicaba la llave unida a la rosa. Número ciento veintiséis. Entró.

El escritor estaba allí, agazapado en la oscuridad cerrando los ojos para poder verlo solo a él, sentirse seguro de que él estaba enfrente con sus relucientes cabellos claros y su arrogante sonrisa de lado escondiendo un beso lleno de nostalgia en sus labios. Entonces lo haló con su fuerte brazo hacia él mientras lo sujetaba con vehemencia para demostrarle quien mandaba ahora. No le dio tiempo de acostumbrarse a esa sensación que lo embargaba cuando pudo sentir la invasión del calor de los labios del ojilila, besándolo con ardiente pasión en un intento por someterlo a su placer de pagarle con la misma moneda.

Rápidamente lo fue guiando a la cama para empezar a desvestirlo y recorrer su muslo con avidez, quería tocarlo, lamerlo, marcarlo para que sintiera en carne propia lo que él había pasado. Pronto sintió como un fuego abrasador iba avanzando en su interior porque ya comenzaba a sentir la urgencia de estar dentro de él y se odió por eso. Sin embargo siguió con su labor y ahora se dirigió a una zona más sensible donde prepararía su entrada. Ahí reaccionó con fuertes gemidos el rubio que hasta entonces se mantenía expectante de lo que pudiera hacerle su hermoso niño de ojos color lila, quien una vez más se encontraba empeñado en destruirlo con cada oleada de placer que sus dedos provocaban en su interior además de prenderlo fuego con ese tibio candor que se encontraba encima suyo traspasando su cuerpo y su alma.

Sus besos apasionados recorrían su piel con deseos de saciar su sed mientras sus manos inquietas y salvajes masajeaban sus zonas sensibles dejando oír sublimes gemidos y jadeos por igual salidos de sus ardientes y deseosos labios. Cuando sintió como él se disponía a besar sus muslos, el rubio sintió como un golpe de electricidad que azotaba sus fibras nerviosas, sobre todo cuando fue directo a su entrada, tan deseada y perfecta que él sentía verdaderas ganas de devorarla hasta el último rastro de lujuria. Pronto lo sorprendió el escritor terminando de sacarse lo que le quedaba de ropa y preparando su impertinente miembro que rápidamente introdujo en su ser.

Esos fueron momentos de agónico placer, entre el límite de la pasión prohibida y el dolor ardiente que los inundaba por completo con cada certera estocada, entre gemidos y jadeos que retumbaban en la habitación, mientras el rubio se aferraba a su espalda con todas sus fuerzas antes de sentir como se iban en un último gemido junto con un placer agonizante que los llenaba por completo, puesto que su ardiente amante también acababa de dejarse ir atrayéndolo hacia sí para que pudiera sentirlo dentro suyo con más fuerza que nunca.

Unos instantes más tarde mientras se normalizaban sus respiraciones nadie dijo nada. Cuando el peliplateado abrió los ojos sintió nuevamente la horrible decepción de descubrir que esta vez tampoco había sido suficiente para lograr acabar con él, así que unos minutos más tarde después de ver que esa persona se había quedado dormida se dirigió a darse una ducha rápida para abandonar la habitación, dejando atrás a alguien que soñaba con un hermoso príncipe, quien había capturado su corazón y a quien le había entregado lo más preciado que tenía.

Ya en camino encendió su celular y al ver todas las llamadas pedidas que tenía de ella, antes de dejarla hablar le dijo:

_ Nos vamos, te espero en el coche

_ ¿Pero qué demonios?- la editora una vez más había sido engañada y se sintió furiosa al corroborarlo yendo a la habitación donde vio como la hermosa joven abandonada, dormía allí desnuda sin preocupación alguna.

Rápidamente fue a despedirse de sus superiores y algunos distinguidos invitados con los que tuvo que disculparse en nombre de su escritor, poniendo como excusa que éste se había estado sintiendo muy mal y por eso había abandonado el lugar de improvisto.

A continuación se dirigió al estacionamiento y al abrir la puerta del deportivo pudo verlo con esa expresión tan calmada y despreocupada de siempre mientras fumaba un cigarrillo.

_ ¡Usted rompió el trato!

_ Nada de eso, yo asistí al evento con mi mejor cara de contento, saludé y hablé amablemente con todos y luego me tomé un pequeño descanso ¿tienes alguna objeción?

_ ¡Eso es mentira! Usted se escapó otra vez detrás de una aventura, lo sé porque fui a la habitación

_ ¿Nos espiaste? No sabía que tuvieras esos vicios, traviesa- le dijo guiñándole un ojo

_ ¡Por supuesto que no! ¡Estoy hablando en serio!

_ Ya cálmate que envejecerás más pronto con ese ceño fruncido, además tampoco fue para tanto ¿o es que acaso estás celosa Eri?

_ ¿Yo celosa? Ni en sueños y acordamos que no me volvería a llamar así ¿recuerda? Prometimos guardar distancia

_ Yo no prometí nada y si fuera así no me importa, sabes que siempre te recordaré con cariño, tú siempre estarás entre las primeras de mi podio sexual

_ ¿De qué podio me habla? Está demente

_ Vamos, ¿aún lo recuerdas cierto? Porque yo nunca olvidaré como gritabas mi nombre mientras lo hacíamos empapados de sudor en esos lugares exóticos que tanto te excitaban

_ Eso fue hace mucho tiempo sensei, pero no olvido como terminó eso también, casi renuncio a la empresa por no poder soportarlo cuando usted jugó conmigo al igual que con todas. Pero como dije, eso fue hace mucho y ya quedó atrás, ahora solo deseo que no me dé tantos problemas y cumpla con sus obligaciones aunque la verdad es que usted no tiene remedio y nunca va a cambiar, después de todo siempre se ha negado a madurar

_ ¿Madurar? Ni que fuera una fruta

_ ¡Lo digo en serio! Debería cambiar su actitud de usar a las personas como si fueran sus juguetes o algún día en el futuro cuando se encuentre con la horma de su zapato le va a pesar y entonces sufrirá por todo lo que ha echo

_ ¿Tanto tiempo me das? Lo único que sé es que quiero regresar pronto a casa para verificar que Suzuki-san se encuentre a salvo de una secuestradora de osos que no quiero decir quién es, pero la estoy viendo junto ahora cómo se arruga con el ceño fruncido

_ ¡Que no tengo arrugas! A ver…

_ ¡BAKA, no muevas el espejo cuando estoy manejando!

Después de alcanzarla hasta su departamento, ya en la comodidad de su casa encendió otro cigarrillo. Estaba todo tan silencioso, oscuro, sin vida. De pronto se sintió intranquilo y no supo el porqué, entonces recordó las últimas palabras de su editora y rió con amargura. Desde luego pensó que alguien como él que ya había sufrido bastante no debería sentirse amenazado por aquello, ahora solo se dedicaría a satisfacer sus deseos por más burdos e infantiles que fueran.

Por eso fue en busca de su enorme oso de peluche que ahora se encontraba con un look algo particular. No necesitó mirarlo dos veces para casi morir cuando vio que tenía una peluca de color castaño en su cabeza, unos labios de juguete pegados a su hocico y un cartel colgado de su cuello que decía: Esta vez corrió con mucha suerte pero no olvide que sé dónde vive y tengo las llaves de su casa, así que la próxima vez no vacilaré. Firmado, su editora favorita.

Nota mental: extenderse aun más en la fecha de entrega y blindar la puerta para que sea a prueba de la locura de Aikawa.

Pero antes de irse a dormir con su oso ya “destravestido” sintió deseos de ver si había recibido algún mensaje mientras había estado ausente y para su grata sorpresa su amigo Takahiro le había llamado: ¡Hola Usagi! He estado tratando de comunicarme y no he obtenido respuesta así que he decidido dejarte un mensaje. Sé que es algo imprevisto y desde ya quisiera disculparme por las molestias pero no tengo a quien más recurrir. Amigo necesito pedirte un favor y sé que solo en ti puedo confiar…

Notas finales:

Espero sus reviews expresándome sus sensaciones, críticas y lo que se les pase por la cabeza :)

Besossss


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