Inesperado
Hay un estruendo tamborileante en mis oídos
que empieza, cuando estás cerca mío.
Juro que lo puedes escuchar;
suena de forma muy poderosa.
Más alto que las sirenas, más alto que las campanas.
Más dulce que el cielo, más ardiente que el infierno.
No había nada más que cenizas ahí; cenizas y polvo y el casi imperceptible olor del humo que aún persistía en el aire, como un recuerdo aferrado en sus raíces. El edificio se había quemado casi por completo, dejando solamente una cáscara de cimientos y algunos troncos y tablones que hacían que el lugar luciera similar a un camposanto; los ennegrecidos tablones hacían de los huesos sobresalidos grotescamente de los ataúdes similares a algo sacado de una película de terror.
Y ahí, en medio de las cenizas y el polvo, iluminado por la tenue luz de las estrellas del cielo nocturno arriba de él, estaba parado Baekhyun, con el ceño fruncido. Él sabía que estos incendios no eran una mera casualidad. Todos parecían aceptar que era debido a las fugas de gas y lo dejaron ahí, pero este era el sexto edificio abandonado que se había quemado por completo en casi dos meses y Baekhyun, sencillamente, no creía en coincidencias.
Pero ahora que estaba ahí, no estaba seguro de que era lo que buscaba.
Ansioso de continuar su recorrido–ya que sentía que no era el único ahí- sacó su linterna del bolsillo interior de su abrigo, poniéndola en la mínima potencia posible, antes de proyectar su iluminación alrededor de los restos carbonizados del recientemente incendiado edificio. A primera vista, no resaltaba nada de interés, pero su curiosidad lo empujó a ver más de cerca. Se movió entre la piscina de cenizas mezcladas con suciedad, ansioso y algo emocionado a la vez, mientras observaba a su alrededor a lo que sea que no hubiera sido destruido por el fuego, buscando algo –lo que sea.
Y lo encontró.
Ahí, en la tierra y escondido en medio de las cenizas, algo había sido esculpido en los escombros con un objeto punzante y pequeño; casi estaba seguro de que con una navaja de bolsillo. Estaba apenas visible, pero difícil de descifrar. Sin embargo, Baekhyun lo reconoció al instante, ya que lo había visto varias, muchas veces antes.
El Fénix.
Baekhyun sonrió, triunfante. ¡Estaba en lo cierto!, pensó. ¡Sabía que esto tenía que ser obra suya!
Incluso más extasiado que antes, Baekhyun rápidamente tomó una foto a la marca con su teléfono y apagó su linterna, guiándose luego a la salida de los restos de aquel viejo edificio y resistiendo la urgencia de brincar de alegría mientras se dirigía a su auto. Sentía frio, estaba cubierto de cenizas y exhausto pero tenía que manejar una hora completa de vuelta a su apartamento, pero honestamente, eso no le importaba.
El Fénix aun estaba por ahí, libre, y ahora Baekhyun estaba un paso más cerca de encontrarlo.
Al llegar a casa rápidamente se quitó la ropa y la arrojó a la lavadora, metiéndose a la ducha poco después. Quería que todo rastro de él en la escena del crimen se fuera, la última cosa que quería ahora era que sus compañeros de trabajo descubrieran sus planes, porque – a diferencia de él- ellos no entendían a El Fénix. Pensaban que era malvado; un asesino, habían dicho. Pero Baekhyun sabía la verdad.
Es un héroe.
Revisando la foto en su celular una última vez antes de irse a dormir, Baekhyun sonrió y alzó la mirada hacia la pared encima de su escritorio. Estaba atestada de papeles; noticias sujetadas con clips de El Fénix, avistamientos reportados, posibles coartadas y – producto del propio trabajo de Baekhyun- posibles paraderos. Eso era lo que esperaba encontrar a las finales: una dirección o quizás incluso un nombre. Solo algo mejor que el bosquejo de un asustado (y posiblemente poco confiable) testigo para seguir y unas pequeñas marcas chamuscadas grabadas en madera y piedra.
Necesitaba más.
Mucho más.
Pero no era el momento indicado para eso. Ahora necesitaba dormir, porque al día siguiente iba a usar su último recurso. El día siguiente, con suerte, encontraría finalmente a El Fénix.
Se quedo dormido con facilidad y soñó con fuego.
“¿Hola?”
No hubo respuesta.
“¿Hay alguien ahí?”
De pronto, Baekhyun sintió brazos que se envolvían alrededor de su cintura, y luego, él sonreía, inclinándose al contacto con facilidad. Las manos agarraron las suyas, entrelazando sus dedos y Baekhyun sintió su sonrisa crecer mientras se daba cuenta de cuan pequeñas eran sus propias manos en comparación.
“¿Escuché que me has estado buscando?”, una voz profunda, dulce le susurró en el oído, enviando electricidad arriba y debajo de su espina dorsal.
Baekhyun suspiró. “Lo he estado haciendo, sí, pero con muy pocos resultados. ¿Puedes darme una pista?”
“¿Qué tipo de pista?”
“Tu nombre.”
“Eso lo haría muy fácil.”
Baekhyun resopló. “Creí que querías que yo te encuentre.”
“Lo quiero”, el aliento cálido recorrió su cuello y él suspiró feliz, cerrando sus ojos y deseando que ese momento durara por siempre. Aún así, a la misma vez, quería despertar, desesperadamente. Quería despertar y descubrir que su sueño era realidad. Deseo con todo su corazón que así fuera, pero sabía que era imposible.
Tan terriblemente imposible.
“Solo deseo que esto no sea un sueño”, murmuró suavemente.
El hombre abruptamente empezó a reír, su entretenida carcajada resonó desbordante en la oscuridad de la habitación. “¿Piensas que estás soñando, Baekhyun?
Baekhyun se sacudió y despertó. Sus ojos estaban muy abiertos y su corazón palpitaba desbocado en su pecho, mientras lanzaba una mirada a lo largo de su habitación, tenso. Pero no había nada ahí. Estaba solo.
Estaba solo.
“Hay ojeras bajo tus ojos”, dijo Tao lentamente, luciendo preocupado. “¿No has estado durmiendo bien?”
Baekhyun resistió la urgencia de lanzarle una mirada asesina al menor y en vez, se dispuso a echar un paquete extra de endulzante a su café. Usualmente, solo se echaba dos endulzantes, pero hoy optaba por tres. Necesitaba un estímulo extra. “Hay ojeras bajo tus ojos, también.”
“Sí, pero yo soy un insomne crónico. Tú, en cambio, disfrutas de tu sueño. Y lo sé muy bien, ya que te quedaste conmigo por casi un mes durante el caso de El Fénix y dormiste en mi cama cada noche, ¿recuerdas?”
Claro que recordaba. ¿Era acaso una pregunta retórica? Pero en voz alta, dijo, “Estoy bien, Tao. Solo me quedé despierto hasta un poco tarde.”
“Oh”, soltó Tao. “Si tú lo dices”, suspiró y metió sus manos a los bolsillos de sus jeans apretados negros, luciendo de pronto nervioso. “Por cierto, Kris quiere verte.”
“¿Oh?”
“Sí. Dice que es urgente.” Cuando Baekhyun le dirigió ‘la mirada’, Tao tuvo el descaro de lucir ofendido, incluso yendo tan lejos como para sacar las manos de los bolsillos y alzarlas como si se rindiera. “Oye no lo sé, ¿bien? Solo sé que se veía muy nervioso.”
Lanzando un suspiro, Baekhyun tomó un sorbo rápido de su café, decidió que estaba horrible –realmente necesitaban comprar una nueva máquina de café- porque esta ya dejaba que muchos granos se colaron a través del filtro – y lo arrojó al tacho de basura antes de arrastrar los pies a la oficina de su jefe. Kris últimamente siempre se veía muy nervioso y Baekhyun se preguntaba vagamente si tendría que ver con el archivamiento del caso de El Fénix. Jungsu seguro lo había regañado demasiado y Baekhyun se sentía un poco mal por él. Pero a la misma vez, estaba satisfecho, porque si Kris tenía que sufrir un poco para que El Fénix pudiera seguir con vida, entonces estaba bien.
Quizás eso lo hacía mala persona.
Contemplaba esto mientras tocaba la puerta de Kris, entrando después de que escuchó un amortiguado ‘Adelante’ desde adentro. La puerta se cerró automáticamente detrás de él y Baekhyun pausó en frente del escritorio, confundido y un poco preocupado, mientras Kris alzaba la mirada para verlo con ojos oscuros que se veían llenos de noches en vela.
“¿Kris?”, frunció el ceño. Claro, Kris se había visto al borde de un ataque de nervios últimamente, pero ahora mismo se veía realmente deprimido. ¿Estás bien?”
“No”, Kris le tendió un delgado folder, sus hombros caídos como si todo el peso del mundo recayera en ellos. “Otro edificio abandonado se quemó esta mañana y esto fue lo que encontraron.”
Con el corazón en la garganta, Baekhyun tomó el folder y lo abrió, el pavor apoderándose de su estómago cuando vio la única cosa que había adentro: una foto del símbolo de El Fénix, rodeado de polvo y cenizas. “Esto es…”
“Tenías razón”, dijo Kris lentamente. “Esos fuegos eran producto de El Fénix. Aún no ha terminado, Baekhyun. Aún sigue allí afuera, libre.”
“Entonces ¿qué significa?” pregunto Baekhyun, casi temeroso de la respuesta.
Kris sacudió la cabeza, suspirando fuertemente. “Re abriremos el caso. Tenemos que hacerlo.”
Las manos de Baekhyun se sintieron sudorosas y todo lo que podía escuchar era los desbocados latidos de su corazón en sus oídos. Externamente mantuvo una expresión inalterable, porque no podía permitir que Kris viera su ansiedad. No podía permitir que Kris lo interpretara como miedo por sí mismo y sus amigos, cuando por quien realmente temía era por El Fénix, porque eso lo haría sentir incluso más culpable de lo que antes se había sentido.
Fue entonces cuando de pronto se dio cuenta de que esto no prometía nada bueno; no para sí mismo, no para sus amigos y tampoco para El Fénix. Y cuando bajo la mirada al folder en sus manos y la maldita evidencia que El Fénix había dejado tras de sí, sintió una enfermiza sensación de nausea que revolvía en sus intestinos, mientras la terrible premonición de pronto llegaba a él.
No iban a sobrevivir a esto.
No todos, al menos.
“Me voy a casa” anunció Baekhyun, agarrando su abrigo y su estuche de laptop. No podía quedarse ahí por más tiempo, no cuando había trabajo más importante que hacer.
“¿Ya?” se puso en pie Tao. “¿Estás seguro de que es una buena idea?”
“¡Estaré bien, Tao!” soltó Baekhyun. “He estado bien por todo el mes pasado, así que estaré bien ahora.”
Tao retrocedió, luciendo herido, pero Baekhyun no tenía tiempo para que le importe. Tenía otras cosas que hacer.
Tomó un taxi de regreso a casa porque no quería ser molestado por el ruido y la multitud en el subterráneo. Ni siquiera se molestó en esperar el cambio después de que pagara al conductor. Tenía demasiada prisa, así que prácticamente se aventó del auto y subió como el rayo las escaleras hacia su apartamento. Hurgó apresuradamente en busca de las llaves, se le cayeron unas cuantas veces antes de que finalmente lograra abrir la puerta y entrara apresuradamente a su departamento vacío con solo una idea en mente.
No se molestó en cambiarse, antes de sentarse en frente de su laptop y ponerse a trabajar.
Una hora después, se recostó en la silla, satisfecho. Su último recurso, su última carta bajo la manga era el bosquejo de El Fénix que Joonmyun les había provisto. Usándolo, Baekhyun había colgado una foto en unos cuantos websites con un nombre falso, clamando que la persona en la foto era un familiar que había huido de casa. Y dejo su e-mail (uno nuevo que había creado específicamente para eso) bajo el anuncio con las palabras ‘Contacte inmediatamente si tiene alguna información que podría ser de utilidad’.
Ahora, todo lo que tenía que hacer era esperar.
Claramente no esperaba obtener ningún resultado al instante, así que apagó su laptop y se preparó para descansar. Pero sus pensamientos aun estaban demasiado ocupados cuando finalmente subió a la cama y apago la luz de su mesa de noche, quedo con nada más que una sensación de preocupación latente.
Abruptamente, se dio cuenta de que estaba más preocupado por El Fénix que por sus amigos, y nuevamente se preguntó, si eso lo hacía mala persona.
Se quedó dormido no mucho después de eso y soñó con la muerte.
Tienes un mensaje.
Baekhyun se sacudió para despertarse violentamente, aferrando las sábanas de su cama en las manos solo para darse cuenta de que lo que lo había despertado era meramente su teléfono. Había programado aquel fastidioso timbre que le decía verbalmente cuando había recibido un e-mail y vagamente se había estado preguntando por qué no lo había cambiado, mientras recogía su teléfono de su lugar en la mesa de noche y clickeaba en el buzón de entrada.
Dentro estaba el e-mail de un destinatario anónimo y Baekhyun frunció el ceño, de pronto sospechoso. Tenía de título nada más que “información” y por un momento Baekhyun considero las repercusiones de abrir el mensaje, porque ¿qué tal si era un virus o algo así? Pero a las finales, lo abrió de todos modos, porque así es como él era, curioso hasta el punto de que era casi suicida.
Sin embargo, el e-mail no contenía nada más que una dirección.
Por unos momentos, Baekhyun lo observó con la mirada vacía, luego recordó lo que había hecho la noche anterior: cómo había publicado el bosquejo de El Fénix en la red, haciéndose pasar por un preocupado familiar. ¿Sería esto una respuesta a aquello? No se atrevía a desearlo.
¿Pero qué más podría ser?
Emocionado, Baekhyun saltó de la cama y se alistó lo más rápido que pudo, queriendo llegar a la oficina lo más pronto posible para que así pudiera adelantar el trabajo, y quizás salir antes de lo usual y seguir esta pista inesperada. Como había dicho antes, no había esperado resultados inmediatos, así que esto representaba mucho más de lo que habría podido pedir.
Voy hacia ti, pensó, agarrando su estuche de laptop y billetera mientras salía de su apartamento. Voy a cumplir mi promesa.