Capítulo único. Si tuviera novio...
El día de San Valentín, uno de los días que más odia Mark en todo el mundo, no sólo por ser una fecha tan caótica en todo el mundo, sino porque no tiene con quien compartirla. A pesar de que hay una larga lista de personas, hombres y mujeres, que desean su corazón, él no puede decir que sí, porque no son quien él quiere de verdad.
A veces duda de la amistad de su amigo en esta fecha, porque cuando no está saliendo con el hijo del director, es con el de educación física, y esa vez no es la excepción. Por eso ha perdido ya las esperanzas de que Jackson sienta lástima por su solitaria existencia en cuanto a amistad se refiere.
-¿Hoy con quién vas a salir?-pregunta hastiado de todas las parejas a su alrededor. Hoy es el día internacional de ser un cursi. Sonríe más por obligación cuando una compañera le entrega un chocolate.-Gracias.
-BamBam.-Jackson contesta quitándole el chocolate de las manos y él gruñe por la acción.
-¿El tailandés?-Jackson asiente con la cabeza y se come lo que tiene en las manos, después abre los ojos sorprendido, Mark le mira desaprobatoriamente y sigue caminando por el pasillo infernal.
Todo le parece absurdo ese día tanto su existencia como la de los demás. Pero se reprocha y su consciencia le da un golpe mental, porque sabe de sobra que él estaría igual que los demás, al menos si tuviera novio con quien pasar ese día.
Suspira sonoro al darse cuenta de que está siendo infantil, mira cómo Jackson se termina el chocolate y al parecer es el último espectáculo que puede observar del chino antes de que éste se vaya de su lado y lo deje más solo de lo que ya se siente. Toma una bocanada de aire y la deja salir tranquilamente.
La hora de salida siempre fue la parte más difícil, sobre todo porque tiene que ir a su casillero a guardar todas las cartas que ha recibido en todo el día. Las parejitas se han retirado y queda solo en el pasillo tratando de reconfortarse.
Ese San Valentín ha hecho una carta a la persona que le gusta, pero sabe que él ya no se encuentra en las instalaciones, aparte de que ya es muy tarde como para ir con la hoja en la mano y el corazón en la otra. Así que pasa de ese hecho y tira la carta en el basurero más cercano.
Cuando está a punto de irse, un grito de frustración le detiene y mira detrás de sí. Un muchacho con los ojos más rasgados trata de guardar unos cuantos papeles en su mochila sin tener mucho éxito. Corre a ayudarle y recoge unos cuantos, cuando ambos terminan, Mark levanta la mirada al sentir la del otro.
-Gracias.-el extraño le sonríe y corresponde sin pensársela mucho. Ayuda a levantarle y le entrega la última carta.
-Parece que tienes muchos admiradores.-es lo único que se le ocurre decir ante el silencio incómodo. El otro le mira sorprendido y asiente.-Lo siento, no es de mi incumbencia.
-En realidad no es nada, si no es hoy, son los otros días.-Mark ve que el otro suspira muy pesado, sabe lo que se siente tener muchas cartas qué leer en ese día, y no es como si estuviera muy orgulloso de ser una de las personas que reciben más regalos en toda la escuela.-Muchas son de personas que ni conozco.-explica empezando a andar y Mark empieza a seguirle por un lado.
-Te entiendo.-sonríe para tratar de reconfortar al otro. Hasta ahora no pensaba que alguien estuviera en su misma situación.-Pero al menos tú sí tienes con quién salir.-suspira y siente la mirada del otro incrédula.
-¡Bueno fuera! Mi mejor amigo se ha ido a una cita dejándome solo toda la tarde.-Mark escucha la explicación y ríe por la actitud del otro.-Por cierto, soy Jinyoung.
-Me pasó lo mismo a mí, Jackson me ha dejado por BamBam.-explica algo enojado y arruga el ceño cuando recuerda porqué se encuentra en medio de los pasillos hablando con un extraño ya no tan extraño.-Soy Mark.
-Espera-Jinyoung se detiene y él lo hace también.- ¿Tú eres Mark Tuan?
Quiere negar en ese momento, pero no puede hacerlo.
-He escuchado hablar de ti todo el santo día. No me malinterpretes, pero acabo de llegar a la escuela hace unas semanas y lo único que he aprendido es sobre tu vida, además de que eres a quien toda chica y algunos chicos quieren.-Jinyoung explicó tan rápido que Mark entiende eso como un reproche, así que sigue caminando incómodo.-No, espera, no era de mala forma.-Jinyoung trata de seguir su paso y tropieza con él cuando se detiene enfrente suyo.
-No te preocupes, es sólo que…
-¿Quieres salir?-Mark se confunde ante esa pregunta y más cuando Jinyoung juguetea con su dedos sin despegarle la mirada. Definitivamente espera una respuesta afirmativa.-Bueno, si no tienes una cita a la que ir.
-Créeme que si tuviera alguna cita a la que ir, ya no estaría aquí.-ese comentario provoca que se le salga a Jinyoung una risa alegre, entonces asiente con la cabeza bajo la mirada atenta del otro.
Mientras siguen caminando por la calle, Mark mira a su alrededor y se encuentra con miles de tiendas que ofrecen diferentes productos por la fecha. Se sienta cansado y agobiado de tanto amor, de tanto amor que no puede dejar salir. Mira a su lado y se encuentra con un Jinyoung distraído.
-Hay que hacerlo más divertido.-escucha de Jinyoung y él no hace más que asentir con la cabeza, porque no quiere utilizar tantas palabras ahora que no hay mucho por qué decir, aunque sabe que Jinyoung acabará con ese silencio ensordecedor.-Si tuvieras novio, ¿qué harías en este preciso momento?
Mark se detiene a pensarlo un poco ignorando el hecho de que Jinyoung le mira con una sonrisa tierna.
-¿Ahora? ¿Ya? ¿Aquí?-pregunta algo confundido por la pregunta y sólo mira a su acompañante asentir con la cabeza mientras algunas personas pasan por su lado.-Bueno, creo que entraríamos a esa tienda.-señala con el dedo índice hacia el frente y se encuentra con un local con no más de 10 personas adentro buscando accesorios.
Jinyoung le asiente con la voz baja y empieza a caminar hacia allá. Él le sigue por instinto y cuando están enfrente de ahí, le mira cuestionándole con la mirada. Mark se siente aprisionado bajo los ojos inquisitorios de Jinyoung y no hace más que seguir hablando.
-Creo que ya sé para dónde va esto.-contesta con una sonrisa media y entra a la tienda tomando de la mano al otro. Sólo puede sentir los ojos clavados en su rostro pero no hace más que ignorarlos.
Empiezan a ver todo sin soltarse de las manos, al final se acostumbra al tacto que le ofrecen las manos suaves de Jinyoung y pueden estar así sin tensarse a diferencia del principio. Jinyoung le muestra una pulsera y él asiente.
-¿Te gusta?-Jinyoung asiente y le dedica una sonrisa alegre. Mark trata de no hacer que sus latidos se aceleren, pero después de rato ya lo siente tan normal al estar al lado de una de las personas más lindas con las que ha convivido.
Van a la caja y Mark compra la pulsera la cual viene en dos partes. Ambos quedan que Mark se quedará con una y Jinyoung con otra. Después empiezan a caminar a paso lento disfrutando del otro, se dedican una que otra mirada y las risas avergonzadas de Jinyoung le llenan de una manera casi inexplicable en ese momento.
-Si tuviera novio lo llevaría a comer.-escucha decir de la persona que va a su lado y es él quien asiente.
Cuando llegan a una cafetería, ambos piden una rebanada de pastel redvelvet y un par de tazas de café. Una vez que les traen la orden, empiezan a comer como si el otro no existiera. Por la parte de Mark sólo se le ocurren unas cuantas preguntas, pero decide no agobiar al pelinegro enfrente suyo, quien de a ratos le mira y sonríe cuando sus ojos se encuentran avergonzados.
-Si tuviera novio, le daría de comer.-se arma de valor para decir esa frase y observa las mejillas de Jinyoung teñirse de un rojo leve. Sabe que se pregunta si ahora, ya, o al menos eso cree porque él se preguntaría lo mismo dentro de lo que cabe el contexto.
Entonces, sin esperar la aprobación del otro, toma una pequeña porción y la lleva a la boca de Jinyoung quien la recibe con la boca entre abierta aún sintiéndose avergonzado. Ambos sonríen después de eso, pero no dejan la acción a un lado y ambos se ven alimentándose en medio de la cafetería sin importarles sí son o no algo.
Después de pasar por la cafetería, se dirigen sin un rumbo fijo esperando que San Valentín acabe de una buena vez. Mark suspira contra el viento y Jinyoung le clava los ojos, se remueve incómodo y separa su mano de la contraria rascándose la nuca un tanto nervioso.
-¿Es todo?-pregunta, por una parte quiere que termine el día, pero por la otra, lo cual lo hace más absurdo, desea que el sol no se vaya a descansar, no por ahora cuando Jinyoung le observa con las mejillas encendidas por la vergüenza que le causó la pregunta.-No es como si quisiera que acabara.-al fin dice sonrojándose al momento.
-Claro, lo entiendo, yo…-su acompañante se detiene y él tiene que hacer lo mismo quedando a unos cuantos metros de distancia.
-Si tuviera novio lo llevaría a ver una película.-contesta tomando la mano de Jinyoung y salir corriendo. Mira hacia atrás mientras una sonrisa se asoma por sus labios y el pelinegro se encuentra con una curva en sus labios pero cuestionándole con la mirada.
Hasta ahora, Mark no cree que haya habido un San Valentín tan más impresionante como ese, no sólo se ha arriesgado salir con la persona que notó desde que llegó hace varias semanas, sino que por fin toma el control de la situación. Si esa cita sale bien, tal vez la oportunidad de volver a tener una con Jinyoung sea segura.
Pero no puede decirle así como si nada que ha esperado mucho para tomar su mano y verle sonreír mientras corren a su departamento, no puede permitirse confesarle que se alegra de que no haya tenido con quien salir ese día, tampoco que entre sus cartas viene la suya con unas palabras que seguro describen lo que siempre ha sentido desde que lo captó en la entrada de la escuela.
Se da ánimos cuando llegan a su departamento, el sol aún no ha bajado por completo, el cielo es de un color rosa y mira a Jinyoung correr a la ventana para apreciar tal espectáculo.
-Lindo lugar.-Jinyoung voltea a verle con una sonrisa y Mark casi le toma del rostro para besarle. Reprime sus instintos y musita un leve gracias antes de traer unas cuantas películas.
-Podríamos ver ésta.-levanta una caja y se la enseña a Jinyoung, éste le niega con la cabeza y el ceño fruncido.- ¿Por qué no?
-Es obvio que no quiero morir de un infarto. Si tuviera novio le obligaría a ver la que yo quisiera, y esa sería…-Jinyoung toma una de las películas y Mark inmediatamente se cruza de brazos negando al reconocer la tapa.-ésta.
Después de negar miles de veces y que Jinyoung le haya reprochado por cuánta cosa se le cruzase, decide aceptar con un suspiro pesado y se concentra mejor en poner la película y traer unas cuantas mantas para disimular el frío que queda en su departamento.
Sin despegar la mirada del televisor, ambos se encuentran en un trance en la película. Mark hace una nota mental en su cabeza de tirar la película cuando el pelinegro se retire de su departamento. Entonces recuerda a quién tiene al lado, mueve un poco su cabeza y aprecia el perfil que se le hace perfecto tan sólo por ser Jinyoung quien lo posee.
Se acerca un poco más al cuerpo contrario y penosamente toma su mano esperando que éste no le reproche o, aún peor, la aleje de golpe. Cuando ve que Jinyoung no hace ni un amago de quitarla, la toma bien y entrelaza sus dedos y sigue viendo la película.
Sin embargo, por ahora no puede hacer caso a lo que pasa en la televisión, no cuando tiene a semejante persona a un lado suyo, en su departamento, a su lado, respirando el mismo aire de la misma ciudad. Su corazón se acelera cuando por la mejilla de Jinyoung resbala una lágrima, se le había olvidado que en la película uno de los amantes muere.
Levanta la mano con la que no toma la mano del pelinegro y limpia el rastro de es lágrima traviesa, Jinyoung se sobresalta y voltea a mirarle. Sus ojos se clavan en los contrarios y ya no sabe si está vivo, su corazón se acelera una vez más, intenta calmarlo pero no sucede eso con éxito, al contrario, solo hace que se intensifique más el latido, y el deseo de posar los labios en los contrarios se hacen presentes por primera vez en lo que va del día.
Toma una bocanada grande y despega la mira de la otra, ve a Jinyoung hacer lo mismo y se dedican a estar en un silencio incómodo. Cuando la película acaba después de dos horas, les es casi imposible decir algo y quedar peor de lo que ya estaban. Es el primero en levantarse del sillón seguido por el pelinegro.
-Fue lindo, ya sabes, pasarla con alguien.-escucha de Jinyoung y el sonríe con una mirada perdida. No desea que se acabe aún. Pero de improviso, las manos de Jinyoung se posan en su rostro haciendo que le mire y le sonríe.-Si tuviera novio, le besaría.-después de escuchar eso, cierra los ojos al sentir los labios del pelinegro posarse en los suyos. Ambos sonríen después del roce inocente.
-Si tuviera novio, estaría encantado de que fueras tú.-se le escapan esas palabras de la mente. Observa las mejillas de Jinyoung teñirse de rojo. Y aunque se avergüenza por lo dicho, no se arrepiente de decirlas en un momento tan indicado como ese.
Así que antes de verle partir, toma de la sudadera a Jinyoung y lo acerca para plantarle un beso paciente.
San Valentín es un día tan caótico para Mark, pero no se arrepiente de haber tomado de la mano al pelinegro y llevarlo a comer y ver una película. Porque al final del día Jinyoung le corresponde con una sonrisa tímida en la puerta de entrada, y él hace lo mismo, con el corazón en la mano y su carta entre otras tantas.