Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Lo que sea? Si fuese necesario. por marceKawaii

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a Yana Toboso. 

 

Notas del capitulo:

Si aún no lees la actualización de “Un Shinigami y un Demonio… ¿jamás podrán estar juntos?” no se que haces aquí. Mentí, si lo se, estas aquí por qué quieres lemon, lo se, lo veo en tus ojos…

Alguna vez comente que casi no hay fanfics de Grell seme, así que yo hago mi aporte para el fandom en español, ya que el resto están en ingles T-T

Admitámoslo hace falta mas Grell seme ¿Por qué? Porque a mi me gusta y no hay fanfics D:

Bueno, mejor ya dejo de molestar, disfruten del lemon. 

¿Lo que sea? Si fuese necesario.

"Sebastian, es una orden, no importa como lo logres, conseguirás la ayuda de Grell, sin importar el precio"

Y esa orden lo decidió todo. Para este caso en especial, las habilidades de un shinigami eran necesarias, y quien mejor para ayudarlos que Grell Sutcliff, en verdad no era la mejor opción, pero, ningún otro shinigami pasaría por su mente si quiera cooperar con un demonio y su amo, así que ahora el apuesto mayordomo se disponía a convencer al afeminado dios de la muerte, costase lo que costase.

-No se lo preguntare dos veces, Grell-san ¿qué es lo que pide a cambio?

-¡Yo no soy una mujer que se vende por dinero, Sebas-chan!-declaro-¡además si me descubren quien sabe cuándo podre recoger almas otra vez!- dijo dramático mientras internamente devoraba al mayordomo con la vista sin prestar mucha atención a lo que le decía- no lo hare, el mocoso tendrá que entenderlo.

-Hay métodos que no me gustaría utilizar-suspiro- pero veo que no me dejas opción. Se lo ruego.

-¡No lo hare Sebas! ¡Si Will me regaña por no terminar a tiempo te echare toda la culpa!

-Creo que eso le perjudicaría mas a usted que a mi.

-¡Que no!

-Lamentablemente no puedo irme hasta que usted coopere, y estoy dispuesto a lo que sea para lograrlo- dijo decidido.

-¿Lo que sea?-repitió- acaso tu...- lo pensó por un momento-¡¿me besarías?!- grito emocionado, tal vez podría arriesgarse por eso y algo más.

-Si fuese necesario- dijo ya maldiciendo a Ciel por ello.

-Pues, si Sebas-chan es la recompensa...-sonrió-debo pensarlo- respondió feliz, aún era demasiado arriesgado para solo un beso, pero sin duda ahora, sabía lo que quería.

Había seguido al shinigami a una casa algo alejada de la ciudad, tenía la orden de no regresar hasta cumplir su misión, por lo que se paso todo el día siguiéndolo en busca de una respuesta, lo que no fue del todo aburrido. Estaban en la habitación de Grell, eso era fácil de saber por el color de las paredes y las cosas en general, y no era como si el resto del lugar fuera distinto, había una cama con doseles y muy pocos muebles.

-¿Te gusta? ¿Nuestro nidito de amor?-pregunto melosamente.

-Tenía entendido que a los shinigamis no se les permitía tener residencia en el mundo humano- comento mientras seguía inspeccionando el lugar visualmente.

-Tengo este lugar para "distraerme" un poco del trabajo, es obvio que nadie lo sabe, y espero que tu mantengas el secreto también- suspiro tirándose pesadamente en la cama, cerró los ojos un momento, a pesar de todo, era tan irreal estar con el allí- Si me seguiste hasta aquí al menos ponte cómodo Sebas-chan, por ahora la respuesta sigue siendo no.

-Entiendo- dijo con un tono desinteresado, probablemente la única razón por la que no se había rendido ya era porque el contrato no se lo permitía, y como Ciel no lo había llamado no había de que preocuparse, no es como si el mayordomo de la casa Phantomhive no hubiera dejado listo todo lo que su amo pudiera necesitar.

-Es un poco extraño tenerte aquí a mi lado Sebas-chan-rio-no tienes idea cuanto una dama puede llegar a fantasear con su príncipe; en especial si ese  príncipe eres tu- comento risueño y a la vez aflojaba aquella cinta que llevaba en el cuello.

No dijo nada, de todas formas no podía seguir derrochando así el tiempo, la luz del día ya estaba desapareciendo, y ya estaba retrasado.

-Lo preguntare por última vez, Grell-san ¿qué es lo que quieres?

Sin duda esta vez era definitivo, había planeado detalladamente la estrategia perfecta todo el día, estaba algo nervioso pero a la vez sabía que no iba a fallar, esta vez, el demonio seria quien suplicaría por él. 

-Está bien Sebby-chan, pero primero déjame mostrarte- sonrió mientras se dirigía a uno de los pocos muebles del lugar.

-¿Y? ¿Qué es lo que tienes en mente?- pregunto arqueando una ceja.

-¡Un juego!- sonrió victorioso mientras internamente se felicitaba de antemano, si todo salía como lo planeado, sería una noche muy divertida.

De un cajón saco dos cuerdas, con las cuales amarro animadamente al demonio a la cama.

Sebastian solo rio ante la ocurrencia, Grell podía hacerse el difícil, pero eso no cambiaba para nada su deficiente forma de pensar.

-¿Qué es tan gracioso Sebas-chan?- dijo inocentemente, sabía que su plan era perfecto, y solo necesitaba esas cuerdas.

-Es imposible que eso logre detenerme, por lo que no veo la forma de divertirse con este juego- comento relajadamente, no era como si no pudiera tomar el control cuando quisiera.

-Eso ya lo veremos-sonrió maquiavélicamente- esto funciona así Sebby, yo haré lo que quiera contigo mientras estés amarrado, si rompes las cuerdas, yo no les ayudare en nada y tu podrás ir a decirle a tu amo que fallaste- noto como el mayordomo fruncía el ceño- si tu obedeces y haces todo lo que yo diga hasta que te desate, entonces cooperare ¿te parece bien Sebastian?-su voz era desafiante y la sonrisa en su rostro iba en  aumento, dejando ver los filosos dientes, podía ver como al mayordomo no le agradaba para nada la idea, pero a la vez no podía decir que no.

-¿Y si me niego?-  un escalofrió recorrió su columna, tenía un mal presentimiento sobre esto.

-¿Eso es posible?

-Tal parece que no- dijo sonriéndole de mala gana, mientras tragaba nervioso.

-¡No seas aguafiestas! Si te lo pasaras muy bien…- se quejó- es una promesa- se quitó los guantes y el rojo abrigo, estaba muy ansioso, a pesar de querer demostrar lo contrario, respiro hondo y se acercó.

Ahora el reto era no romper las cuerdas, no creía que le hiciera algo desagradable de todos modos, pero aun así no se confiaba.

Sebastian contuvo la respiración, el shinigami agarro su entrepierna de repente y comenzó a frotar sorpresivamente por encima de su aun puesta ropa, Sebastian su estremeció y atino a girar su rostro, ya que desgraciadamente, no podía alejarlo.

-¡Mira, mira Sebby! Pareces asustado, solo te estoy tocando-

Era bastante humillante, pero creía poder resistir; mordió su labio hasta hacerlo sangrar, no pretendía dejar que se burlara de el de esa manera, pero por el hecho de estar ya un poco duro, sentía un odio tremendo hacia si mismo.

Se acercó a Sebastian, jugaba con las despeinadas hebras de cabello negro y sedoso, que a decir verdad le produjeron bastante envidia, miro interesadamente el rostro del mayordomo, se veía molesto, pero por sobre todo, confundido. El tono rojizo en sus mejillas le sentaba de maravilla, hasta el punto de parecerle lindo.

-¿Tengo algo en la cara?- tal vez su nerviosismo era evidente, pero no pensaba soportar esos atractivos ojos verdes sobre su persona tanto tiempo.

-Si.

-¿Eh?

-Una expresión que jamás podre olvidar- rio sinceramente, no mentía, al contrario, esa era la verdad.

Sebastian simplemente le devolvió una mirada de completo odio, que para su desgracia, no sentía.

-No deberíamos perder el tiempo con cosas innecesarias.

-No es así Sebas-chan, y ya que lo dices, creo que esta noche podre hacer muchas mas cosas innecesarias más.

Desvió la mirada frustrado, solo para notar que su camisa acababa de ser despojada de innumerables botones al ser destrozada y abierta a la fuerza.

Era incomodo al sentir la mirada contraria pegada en su piel, ya extrañaba su espacio personal, pero debía estar lo más quieto posible, no quería romper esas frágiles cuerdas y que todo su esfuerzo de fuera a la mierda.

Se detuvo para admirar aquel perfecto cuerpo descubierto de Sebastian que sin duda era una verdadera delicia, de un tono blanco lechoso sin ninguna imperfección, su pecho se movía agitado y el rojo pintaba su rostro, esa piel lucia deliciosa y suave. Y no solo lucia, lo era, Grell poso su mano la apetecible piel y lo pudo comprobar, deslizo su mano acariciando y palpando lo que más podía, contorneando con los dedos los marcados músculos, Sebastian se movía intentando evitarlo y a la vez buscaba más contacto, como si aún no se convenciera del todo que le agradaban sus caricias.  

-¿Sabes? Te vez aún más guapo sin esa molesta ropa- susurro a su oído con fingida inocencia.

Grell paso su lengua por el pálido cuello, lo chupo hasta dejar una marca en esa perfecta piel, recibiendo a cambio algunos suspiros bastantes satisfactorios, ya que bajo él Sebastian se removía con fuerza y podía sentir su respiración agitada.

No le gustaba para nada como el shinigami lo miraba, como si planeara hacer alguna travesura.

El pelirrojo se acerco lentamente observando detenidamente, esos rosados pezones, se le antojaba probarlos. Su andrógino rostro le regalo una sonrisa burlona y sin previo aviso, lo apretó entre sus dedos.

-Ahh…

En ese momento, no se esperaba una reacción tan sincera por parte de Sebastian, a diferencia de otras veces, su voz en ese momento era muy lasciva y caliente. Como siempre quiso escucharlo.

La curiosidad se apodero de él, lo apretó otra vez, escuchando con satisfacción los gemidos a pesar de que Sebastian hacia todo lo posible para evitarlos.

Se inclinó hacia adelante y lo lamio lentamente, lamio ese pezón como si de un caramelo se tratara. Grell rozo sus dientes suavemente, para luego morderlo bruscamente, provocando una pequeña herida sangrante, y un pequeño quejido de dolor y placer.

-Sin duda la sangre te queda genial Sebby.

Ya bastante emocionado por la cercanía, comenzó a explorar el cuerpo del mayordomo, encontrando muchos puntos que hacían que este perdiera el poco control que tenía. Su lengua se detuvo en el hombro, mordiéndolo fuertemente, hipnotizado por la sangre y la voz del demonio.

Se maldijo a si mismo por ser tan sensible, no se lo esperaba para nada, era primera vez que no se sentía en total control de si mismo, su cuerpo actuaba extraño, y por mas que odiara decirlo, era su primera vez con un hombre, y no le gustaba para nada la idea.

Sebastian apoyo su pie en la entrepierna contraria, notando evidentemente un bulto, movió un poco su pie, logrando por fin que el pelirrojo se alejara de él.

-¡Eres un pervertido Sebas-chan! Si quieres “esto” solo dilo- comento con un puchero algo forzado, la verdad es que estaba aguantando tanto, que hasta el pie de Sebastian le parecía bien.

-Solo lo hice para que te detuvieras…- su corazón aceleraba a velocidades inhumanas mientras continuaba moviendo su pie y sentía que su rostro ardía, se sentía un completo pervertido por hacerlo, pero al menos logro detenerlo.

-Sabes que es tu culpa ¿verdad?- dijo acercándose de nuevo sin importarle lo bien que se sentía aquella atención en su entrepierna, podía esperar un poco mas para obtener su ansiado premio.

-¿No te parece que ya es suficiente?- chisto mientras retrocedía hasta llegar al fin de la cama.

-No me parece Sebby ¿No tendrás miedo?

Sebastian trago al notar que ya no podía seguir escapando.

El shinigami apretó sorpresivamente los labios del demonio y lo beso apasionadamente. A lo que Sebastian perdió el aliento por la sorpresa, abriendo la boca ligeramente, permitiendo así que la lengua de Grell entrara y explorara libremente.

Sin mucha intención y casi automáticamente respondió al beso  ¿De verdad estaba permitiendo todo eso?

No tenía mucha idea si lo estaba consintiendo o era contra su voluntad, lo que no le importaba mucho ahora. Grell nunca le había parecido una amenaza, pero ahora, ahora a pesar de la humillación, esos ojos penetrantes ojos verdes, y aquel cuerpo sobre él, no le eran para nada repulsivos como pensaba antes.

En un movimiento rápido, quito del mayordomo lo que quedaba de ropa, y al notar que ya estaba medio duro, simplemente le sonrió victorioso.

-Acaso no prometí que te lo pasarías muy bien- rio mostrando sus afilados dientes- un mayordomo con clase no sucumbiría por unos simples toques Sebas-chan.

Sin duda fue un gran golpe en su orgullo, como mayordomo de la familia Phantomhive ¿Debería permitir que esto pasara? ¿Debería estar sirviéndose en bandeja de plata a un lobo hambriento? La realidad cayó sobre él en ese momento, estaba siendo violado y abusado -con su consentimiento- por la persona de quien menos se lo esperaba. Era una vergüenza, no podía permitirlo.

-Ya es suficiente- lo miro decidido- ganaste.

-¡Pero si gane merezco un premio Sebby!- chisto- No querrás fallarle al mocoso ese…

Si continuamos le fallare de otra manera, pensó.

-Desátame, o lo hare yo mismo-

-No, es más, creo que reclamare mi premio ahora-

Tomo en sus manos el semi-erecto miembro del mayordomo, quien al mismo tiempo jadeo ahogadamente.

-Te d-dije que ya basta… ahh- no podía confiar en su voz por ahora, salía por si sola.

Forcejeo un poco para romper las cuerdas que hace unos minutos tanto cuido de no romper, cayendo en cuenta, para su sorpresa, que estas no cedían.

-¿Sorprendido Bassy? Era el plan de emergencia, pero pensé que si tu lo hacías voluntariamente sería mejor-

Aquel dulce tono de voz, al contrario de tranquilizarlo, simplemente lo enfurecía mas y mas, era claramente evidente que fue una trampa desde el comienzo, y ahora no tenia escapatoria.

-¡Detent-te…!

Los dedos del shinigami jugaban con la punta, esparciendo el líquido pre seminal para luego pasar a mover su mano hábilmente desde arriba abajo despertando totalmente el miembro de Sebastian, quien simplemente trataba de callar inútilmente sus gemidos si ningún resultado.

Inconscientemente su cuerpo rogaba por mas contacto, fruncía el ceño y en vano trataba aun de romper las cuerdas en sus muñecas, que al parecer solo le lastimaban.

-N-no me importa si… no a-ayudas o no…- jadeo- y-ya basta…

Podía jurar que Sebastian ya no podía pensar claramente, nunca lo había visto tan contrariado e ido, sus cobrizos ojos estaban totalmente nublados por la lujuria, y a la vez se veía totalmente indefenso, lo que le producía orgasmos mentales que ni el mismo creía posibles. Grell deshizo de su camisa rápido y palpo su erección algo necesitado, por desgracia aún tenía que esperar.

Arqueo su espalda al sentir la cálida boca del pelirrojo rodear su polla, a pesar de ser un demonio, ese era el mismísimo cielo, apretó sus labios para no quedar en vergüenza, a pesar de saber que no era para nada efectivo. Grell observo esa reacción momentáneamente para luego continuar su trabajo, paso la lengua de la base hasta la punta y luego nuevamente lo introdujo en su boca.

Pasaron unos minutos hasta que el pelirrojo se detuvo, levanto la cabeza y observo su obra, Sebastian se había callado hace poco, respiraba agitado y se veía claramente una herida en su labio de tanto morderlo y sus ojos húmedos a punto de llorar por tal humillación. A pesar de todo eso, su miembro seguía totalmente erguido y palpitante, después de todo Grell no pretendía que el demonio se corriera en su boca.

-Tu cuerpo es mucho mas sincero que tu Sebas-chan-rio- si te sigues portando así de bien tal vez piense en desatarte luego.

Metió sus dedos a la boca del mayordomo.

-Lámelos. 

Fue mordido en respuesta.

-¡Auch! Que malo Sebby, si son para…

-¡Se para que son! No quiero que lo hagas…- empezó a forcejear algo desesperado, e incluso logro atinarle una parada al pelirrojo, que para su sorpresa, no surtió efecto. 

-No sé si lo notaste, pero desde que te amarre con esas cuerdas, estas redujeron tu poder al de un humano común, no puedes escaparte Sebastian- estaba molesto, no logro llegar tan lejos para que ahora Sebastian se hiciera el difícil, aun así la idea de metérselo sin mas tampoco era factible, no haría algo así, no quería lastimarlo después de todo.

Introdujo sus dedos a la boca de Sebastian nuevamente, reunido toda la saliva posible.

Aquella intromisión fue hasta tal punto de producirle arcadas, su barbilla goteaba  y sus ojos estaban húmedos otra vez. No se había recuperado de aquello cuando sin previo aviso, sintió como un dedo comenzaba a entrar.

-¡Ahh… me duele!

No podía evitar compadecerse de él, estaba llorando y gimiendo entre sollozos; dedujo que Sebastian ya se había resignado a lo que ocurriría, por lo que le regalo una sonrisa tranquilizadora y lo beso lentamente mientras ocupaba su mano libre para acaríciale el cabello.

Cuando ya parecía que el mayordomo se había acostumbrado y relajado un poco, empezó a presionar el dedo dentro y fuera de su apretado agujero. Luego de unos segundos, introdujo el segundo, separándolos y abriendo aún mas ese lugar, mientras sus dedos buscaban la próstata, lo que no fue muy difícil.

-¡Aahh…!- gimió audiblemente cuando los dedos tocaron aquel punto, que al oírlo, el pelirrojo volvió a tocar repetidas veces.

El dolor en su entrepierna aprisionada era algo que no pretendía seguir sintiendo por mas tiempo, por lo que decidió que ya era suficiente de jueguitos, retiro  sus dedos del interior de Sebastian, quien casi imperceptiblemente se quejo por haberlos sacado.

Sintiendo un gran alivio por fin libero su erección y deslizo su mano en ella para calmarse un poco.

Se acerco, mientras su mirada rebelaba todas sus intenciones.

-¡No quiero!- dijo mientras cerraba automáticamente las piernas-¡¿No estas satisfecho con todo esto ya?!

-¿Piensas que después de todo esto me detendré? Tu también quieres esto Sebas-chan- sin mucha delicadeza abrió las piernas del mayordomo y se posiciono entre ellas, acercando su polla a la entrada de Sebastian.

-¡Espera! ¡No lo metas…- no era como si le tuviera miedo- no quiero… por favor- bueno, tal vez un poco,  sabía que ni rogar no le serviría, estaba tenso y podía jurar que temblaba un poco.

-Sabes que eso no pasara Sebby- susurro a su oído- puede que te duela, pero ambos disfrutaremos de esto ¿de acuerdo?

Sin darle mas vueltas, empujo su miembro hacia el interior de Sebastian, era cálido y jodidamente apretado, a lo que no pudo evitar jadear excitado mientras entraba mas profundo, hasta lograr que toda su polla entrara.

-N-no puedo ¡Ahh!… Grell-san…- sentía que lo partían en dos, a pesar de obtener placer por aquello, el dolor le hacía olvidarlo por completo.

-Relájate y el dolor pasara Bassy…- comento distraído, ya que toda su atención se había esfumado por la estreches del mayordomo, y aquella vista exquisita que este le proporcionaba. 

Haciendo lujo de su autocontrol había esperado hasta ahora para no lastimarlo, pero el cuerpo bajo suyo no daba señales de acostumbrarse, y no creía poder resistirlo por mas tiempo.

-Te desatare ¿está bien?-

Sebastian solo asintió.

Luego de ser liberado y sin procesar muy bien la situación, enredo sus brazos en la espalda del shinigami y se movió en señal de que podía continuar.

Comenzó con un ritmo lento, que con el pasar del tiempo se volvió totalmente salvaje. La voz caliente del mayordomo llenaba sus oídos, y nublaba totalmente su juicio.

-¡Aahh!-  las envestidas golpeaban directamente a su próstata, aplacando todo el dolor que sintió antes. Sentía que su cuerpo iba a estallar de tanto placer, y al contrario de lo que pensó algunos minutos atrás, ahora rogaba porque no se detuviese.

-Eres el mejor Sebas-chan…- dijo entre suspiros y respiraciones. Su mano se dispuso a darle atención a su demonio, masturbando al mayordomo mientras lo envestía, susurrando obscenidades en su oído.

-Te vas a romper Sebas ¿debería darte mas fuerte?

-Mas… d-dame mas…- su voz salía por si sola, dejándose llevar por el dolor y el placer del momento.

El rostro de Sebastian en esos momentos no tenía precio, estaba locamente sonrojado, con saliva escurriendo por su barbilla, sus ojos cerrados y nublados por la lujuria y el deseo.

Sin notarlo, su cuerpo se movía al compás de las embestidas, mientras el sonido de carne golpeándose llenaba la habitación.

Grell tomo a Sebastian por las caderas empujándolo aun más contra él, mientras golpeaba descaradamente ese punto que hacia al demonio retorcerse de placer.

-¡Grell… me c-corro!- gimió antes caer rendido sobre el pelirrojo, manchando su estómago y a la vez apretando placenteramente el miembro del shinigami, logrando que este se corriera llenando su interior, cayendo hacia atrás con el demonio encima.

Unos minutos después salió de Sebastian, y procedió a acomodarse en la cama.

-Entonces pueden contar conmigo para su investigación- le sonrió- podemos repetirlo cuando quieras Sebby-

-Vas a pagar por esto…-

-Al contrario Sebas-chan, este fue tu pago ¿recuerdas?-

Estaba demasiado cansado como para responderle, por lo que solo suspiro fastidiado, y antes de que se diera cuenta, y a pesar de jamás hacerlo, se quedó dormido.

-No debes dejar a una dama hablando sola Sebastian-se quejo-  bueno, no importa…

A pesar de esa acalorada noche de pasión, hacia un poco de frio, puso un cobertor limpio sobre los dos y luego miro al mayordomo.

Pero al final, los demonios solo son ángeles que perdieron sus alas…pensó.

Lo beso tiernamente, para luego dormirse, no podía pedirle mas a la vida; en ese momento, tenía a su lado a la persona que amaba.

FIN.

Notas finales:

El lemon no es mi fuerte, pero ahí lo tienen ¡Son 9 paginas de Word! Al menos es decente.

Dejen review por favor, y si les gusto agradecería que hubieran mas fics de esta pareja ¡escribir Grell x Sebas no es pecado!

Hay demasiado SebasCiel en Amor Yaoi, y en Fanfiction y en todos lados D:

-se deprime-

Espero que con esto se motiven un poco plzz

Bye bye.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).