Faltaban solo cinco minutos para que sonara la campana indicando el inicio de clases. Desde el balcón del tercer piso se podía ver como algunos alumnos corrían por la entrada principal del colegio para llegar a tiempo y no ganarse una sanción. Un piso más abajo, se encontraba los salones de los de penúltimo año de secundaria. Y la clase 2 – 1, que se encontraba al lado de las escaleras, estaba casi completa.
Los estudiantes que se encontraban en el salón estaban sentados cada uno en su pupitre, unos conversando con sus compañeros vecinos y otros, ocupados con su celular. Pero, solo uno aún permanecía de pie.
Zhang Yi Xing.
El chico estaba mirando fijamente hacia el suelo, por la esquina izquierda de su pupitre. Había dos bolsas de papel de varios colores –llamativos-, y encima de cada una se encontraba un sobre mediano, que a diferencia de las bolsas, eran de color oscuro. Él ya se encontraba en esa posición hace un par de minutos, así que sin más, se agachó y tomó con su mano derecha, lento y con cuidado, lo que se encontraba en el suelo.
Antes de que Yi Xing, aun de pie, pudiera siquiera leer la carta, que él supuso estaba dentro del pequeño sobre, su mejor amigo y vecino de pupitre lo interrumpió.
-¿Ibas a ver los regalos sin mí?
-Oh, buenos días~. No. Solo iba a leer la carta, es la primera vez que dejan algo así –respondió Yi Xing dejando el sobre, sin abrir, sobre su pupitre y dedicándole una amplia sonrisa al recién llegado.
Su mejor amigo le devolvió la sonrisa y le entregó una pequeña caja llena de varios dulces, ese era prácticamente su saludo diario. Y entonces, ambos chicos se sentaron al mismo tiempo, cada uno en su lugar.
Ya faltaba solo dos o un minuto para que iniciaran las clases.
-Hola, casi no llegó –rió bajo. –Oye, pero, si ya sabes de quien es cada regalo.
-Lo sé, Kyung Soo. Es solo que… me sorprendió.
El más bajo de ambos chicos asintió y acomodó las cosas que serían necesarias para su primera clase sobre su mesa.
-Será mejor que guardes eso. Más tarde podremos ver lo que han decidido enviarte esta vez –dijo Kyung Soo sonriendo de manera brillante. –Llamaré a Jong In, tal vez nos pueda decir algo.
-Oh, sí –Yi Xing de manera rápida contestó, y sujetó las dos bolsas, cada una con su respectivo sobre, metiéndolas en su mochila. –Uhm, estoy seguro de que Jong In irá al lugar por si solo~.
El de ojos grandes sonrió y se recostó sobre su mesa aun con su sonrisa. Estuvo así, por lo menos cinco segundos, hasta que se levantó de golpe y sacudió suavemente su cabeza. Miró de forma seria a su vecino de asiento y con su dedo índice alcanzó el rostro del contrario, dándole unos leves toques, exactamente en el hoyuelo.
-Yah, aunque… tienes razón.
Justo después de las palabras del más bajo sonó la campana e interrumpió lo que Yi Xing iba a decir. Ambos jóvenes vieron al profesor ingresar, tan puntual como la campana, y luego mantuvieron una conexión visual, como si sus ojos pudieran comunicar lo que querían decir con palabras.
Sonrieron.
Yi Xing giró su rostro y miró unos segundos por la ventana que se encontraba a su lado izquierdo. Soltó un suspiro y volvió su concentración a la clase que estaba por comenzar. Además, sabía que al sonar la campana, anunciando el receso, podría saber el contenido de esas dos bolsas, ya que, aunque no quería, estaba siendo consumido por la curiosidad.
*
Kyung Soo caminaba unos pasos por delante de Yi Xing, ambos se dirigían al lugar donde siempre se reunían con Jong In. El más alto llevaba consigo las dos bolsas, y para que no llamaran la atención por sus respectivos colores las colocó en una bolsa negra que tenía guardada en su mochila.
-Yi Xing, ¿qué hiciste con los regalos anteriores?
-Están en mi casa. Quiero devolvérselos.
-Si lo haces… estarías delatando a Jong In.
-Es por eso que no lo hago.
Los dos ya habían llegado a su destino.
Yi Xing le dedicó una sonrisa a su compañero y luego se sentó en una banca cercana a él, colocando la bolsa negra de plástico sobre sus piernas. El más bajo ya se había sentado, ahora ambos solo les quedaba esperar por el menor.
-Gracias –dijo, casi como un susurro, Kyung Soo apoyando las palmas de sus manos sobre sus piernas, sobándolas un poco.
-No, no agradezcas. Además todo se terminará el 14.
-Falta como un mes. Tres semanas para ser exactos –rió bajo el de ojos grandes y negó levemente con su cabeza.
Ambos chicos suspiraron. Hace poco habían terminado las presentaciones de navidad y año nuevo, y ahora se encontraban estudiando para los exámenes finales. En abril iba a comenzar su último año y eso, los tenía emocionados pero también algo preocupados por el rumbo que iban a tomar las cosas.
-Hyungs, lo siento, no quise llegar tarde –interrumpió Jong In los pensamientos de los dos mayores sobre lo que iba a ser de su futuro.
-Jong In-ah~ también acabamos de llegar –dijo Yi Xing restándole importancia a la disculpa, ya que para él no tenía por qué haberla pronunciado.
-Sí, no tienes que disculparte –Kyung Soo sonrió y palmeó la banca a su lado izquierdo, indicando que el menor se sentara a su lado.
Una vez los tres se encontraron sentados miraron a ambos lados, como cerciorándose que nadie los estuviera mirando. Estaban lo más lejos posible de sus salones, que era el extremo del colegio por lo cual los estudiantes no pasaban mucho, a las justas se podían ver seis estudiantes paseando por ahí -incluyéndolos a ellos-.
-¿Te siguieron de nuevo?
-Chan Yeol hyung. Tuve que dar un par de vueltas por la cafetería –dijo Jong In pasando su mano izquierda por su nuca, desordenando sus cabellos.
El chico del hoyuelo sacó las bolsas quedándose con una y la otra se la pasó a su compañero de clase. Y guardó la bolsa de plástico en su bolsillo, la necesitaría de nuevo para volver al salón.
-Ya es tiempo de saber lo que hay. Jong In ¿te dijeron lo que iban a enviar?
-Te sorprenderá, es lo más caro hasta ahora.
-Oh, ¡pero lo de la semana pasada fue caro! –exclamó Kyung Soo incrédulo, dejando la bolsa que tenía en manos al lado de Yi Xing, abriendo mas sus ojos mirando a Jong In.
-Woah~
Yi Xing miró la bolsa que tenía y la abrió sin más, por un momento se olvidó de los sobres pero luego, decidió leerlas al último.
Dentro de la pequeña bolsa se encontraba una caja de color azul oscuro brillante.
-Un collar. Jong In, ¡¿es un collar?! –el más bajo de los tres se levantó apretando sus puños, esos regalos estaban colmando su paciencia.
-No –contestó Yi Xing cuando supo cuál era el verdadero regalo. –Es un reloj.
Kyung Soo se colocó en cuclillas para poder mirar el regalo y se levantó nuevamente. Comenzó a caminar de un lado a otro y cruzó sus brazos, tenía su entrecejo fruncido, pasaron exactamente diez segundos cuando se detuvo al frente de Jong In.
-Esto tiene que ser una broma… –sentenció el de ojos grandes.
-Y eso que aún no ven el segundo.
El menor sonrió ladino y jaló a Kyung Soo, haciendo que sus brazos colgaran a sus lados. Jong In agarró la mano derecha del contrario y le dio un leve apretón que fue devuelto, ambos chicos compartieron una sonrisa. Yi Xing estaba totalmente ajeno a esa escena, el reloj de color negro y rojo lo había dejado totalmente en blanco, era demasiado.
Yi Xing tenía que terminar con esto, pero… no podía.
-Yo… -en eso el chico del hoyuelo se acordó de los sobres, tal vez habían puesto sus nombres reales. –Jong In, en el sobre… sus nombres reales…
-No –negó con su cabeza el mencionado. –Pensé que lo iban a poner pero pusieron algo… algo totalmente distinto.
-¿Qué escribieron ‘Suho’ y ‘Kris’? –preguntó Kyung Soo, para él mismo, utilizando los apodos de los emisores de los regalos, aunque él sabía perfectamente cuales eran sus nombres reales.
-No quiero escucharlo –chilló Yi Xing.
-Oh vamos, será divertido –animó Jong In con una sonrisa burlona. –Pero antes, debe abrir el otro, el de ‘Suho’ hyung.
Kyung Soo y el menor fijaron su vista en la bolsa, que era ligeramente más grande que la anterior. Yi Xing lentamente retiró una caja del interior de la bolsa, que claramente mostraba que se trataba de una cámara digital por el diseño de esta, y la volvió a poner en su lugar.
-¡¿Cómo es que pueden comprar todas estas cosas?! –Kyung Soo, que se había tranquilizado un poco gracias a Jong In, gritó y se dirigió hacia los sobres, que por los regalos habían sido olvidados.
-Kyung Soo, tengo que devolver esto… lo anterior también –Yi Xing había dejado la bolsa a un lado y ahora también estaba de pie. – ¡No quiero esto!
Como ellos lo esperaban, en aquel extremo del colegio solo se encontraban los tres por lo que sus gritos podían hacerlos libremente, sin tener que contenerse ante lo que sentían en ese momento.
-Hyungs, tranquilos… lo vamos a solucionar. Yo traté de que se detuvieran pero aún siguen metidos en eso de la competencia por el…
-¡Yo no soy ningún premio! –exclamó el chico del hoyuelo.
-Ellos solo lo ven como un juego. Ahh, ¡y todo porque te acompañaron a los ensayos del baile de fin de año!
-¿Ahora tengo la culpa yo? –preocupado, preguntó Jong In que también se levantó y fue a abrazar a Kyung Soo.
Yi Xing se sentó, derrotado por todo lo que le había pasado en estas últimas semanas. Él, cada vez que recibía algo lo agradecía. Siempre era así. Pero, cuando descubrió dos cajas de chocolates en su mochila, que sabía que él no las había guardado, y le avisó a Kyung Soo para que lo ayudara a buscar a sus dueños fue el día que comenzó su tortura. De Jong In, a la semana siguiente, supieron de quienes eran los chocolates y también, la razón por lo cual lo hacían.
-Los sobres. Hay que leerlos, la campana pronto va a sonar.
Kyung Soo, que estaba rodeado por los brazos del más alto, respiró profundamente e hizo un gesto para que lo soltara, él iba a leer las cartas porque sabía que Yi Xing no lo haría, y ni mencionar a Jong In.
-Bien, esto será para apreciar –dijo el más bajo al ver la nota de tan solo cuatro líneas cortas que había sacado hace unos segundos del sobre. – ¿Están listos? Aquí va. ‘’Hay diez ángeles en el cielo, nueve están jugando y uno está leyendo este mensaje.’’
Jong In soltó una risa sonora pero calló en un instante al ver la mirada que le dedicaban los mayores, así que se mordió el labio inferior y entrecerró sus ojos, controlándose.
-El otro. Kyung Soo, ¿el otro también tiene algo así?
-Déjame ver… Uhm, sí. Jong In, ¿de quién fue…?
-Chan Yeol hyung dijo que unos lindos versos harían que el corazón de Yi Xing hyung se derritiera –expresó el menor mientras imitaba al mencionado realizando sus gestos.
-Funcionaría si esto no fuera una competencia, creo.
Yi Xing metió cada caja a su respectiva bolsa. Los sobres que se encontraban en posesión de Kyung Soo, los puso él también en la bolsa. Al que le dedicaban los versos ni siquiera quería escuchar el segundo. El chico del hoyuelo sacó su bolsa de plástico y puso ahí las bolsas como cuando las trajo. Hubo ocasiones en las que el chico quería encararlos y preguntarles ‘¿Por qué me tratan como un premio?’ También '¿Por qué usan apodos?'.
La competencia de quien da los mejores regalos era molesto y lo estaba aburriendo, para que ahora quieran hacer una competencia de quien le dedica el mejor verso.
Todo tiene un límite.
-Es hora de irnos.
-Uh, sí… Hyungs, los veo más tarde –dijo con una sutil sonrisa Jong In a los dos chicos contrarios. Y se iba a ir, pero a último momento regresó sobre sus pasos y robó un corto y suave beso de los labios a Kyung Soo. Una vez hecho su cometido sonrió feliz y se fue corriendo.
-¡Ya! ¡Jong In!
-Basta, bien sabes que ese beso te va a poner feliz todo el día.
-¡Tú! –gritó crispado el de menor estatura, para luego golpearle seguidamente los brazos al contrario, que rápidamente optó por salir corriendo hacía su salón agarrando fuertemente la bolsa de plástico.
Yi Xing se olvidó por un momento de los regalos y se concentró en correr para no ser atrapado por Kyung Soo y, claro, también para no llegar tarde a clases.
Más tarde, en su casa, se preocuparía en solucionar el problema de los regalos.