Ya se sentía el fin de mes, solo faltaba un día.
Quizá eso no era de ‘vital’ importancia, no ocurriría nada especial. Pero, para Zhang Yi Xing que se acabe el mes significaba que el 14 cada vez estaba más cerca. El día en que podría quitarse un peso –o mejor dicho, dos- de encima.
El chico giró sobre su cama, estaba inquieto.
¿Cómo no estarlo?
Ubicado frente a él se encontraba un mueble de color negro -regalo de uno de sus tíos por parte de madre-, era realmente muy útil. Disponía de varios espacios divididos que te daba la oportunidad de guardar muchos objetos sin que se mezclaran entre sí. Cuando recién lo colocó en su cuarto, tenía miedo de poner cosas encima ya que podría rallarse o algo por el estilo; pero luego cayó en lo tonta de su preocupación –era un mueble y tenía que usarlo-. Primero lo utilizó para guardar objetos que llamaban su atención, más tarde agregó libros –pequeños y coloridos-, después se le unieron todo tipo de lápices de colores, pinceles, escarchas, etc. Y por último, en estas semanas se agregaron los ‘espectaculares’ regalos del tal ‘Suho’ y ‘Kris’.
Cada vez que miraba ese mueble era una tortura, ya que se encontraba lo que más amaba y -en cierta forma- lo que más odiaba.
-Puedo aguantar, sé que puedo –se animaba a sí mismo el chico del hoyuelo.
Yi Xing soltó un suspiro y se levantó de golpe. Pensar en los regalos –por alguna razón- hacía que se le abriera el apetito de los dulces. Arrastrando los pies se encaminó a la cocina, específicamente la refrigeradora y de su interior sacó un plato ya listo con un pastel de chocolate cortado a la medida –era el único que quedaba con vida-. Se aseguró de cerrar bien y regresó a su cuarto, pasando antes por una cucharita.
Sus padres habían salido a una fiesta, era posible que no regresaran hasta muy entrada la noche y aun eran las ocho.
Comió de su pastel encima su cama, se tomó su tiempo para saborear el chocolate con crema chantilly en cada bocado. Ya había terminado con sus deberes para mañana, lo que le faltaba era dormirse para que así pudiera despertarse temprano para no llegar tarde a sus clases.
Mientras masticaba fijó su vista en el mueble negro, Yi Xing hizo una mueca y giró su cuerpo. Era mejor mirar su espectacular pared color azul, eso lo hacía sentir más cómodo –de alguna forma-.
Ahora que lo volvía a pensar, habían pasado cuatro días desde que ya no encontró más regalos debajo de su pupitre; cosa que le resultó extraña, y no solo a él, también a Kyung Soo –su mejor amigo-. Por las dudas, hoy en la mañana, -cuando tuvieron el momento oportuno- le consultaron a Jong In si sabía el porqué de la ausencia de los regalos, a lo cual el menor les respondió que no tenía ni idea –al parecer, esta vez, a Jong In no lo habían incluido en los planes-.
Jong In fue de muy buena ayuda en todo este tema de Yi Xing, ya que fue él quien les informó lo que sucedía con ‘Suho’ y ‘Kris’. De cierta forma también se disculpó, el menor había tardado una semana en decirle la verdad a Kyung Soo y este apenas se enteró, fue corriendo a contarle todo a Yi Xing. El chico de ojos grandes no iba a permitir que le tomaran el pelo a su mejor amigo.
Dejó el plato vacío y el cubierto en su mesa de noche, al lado izquierdo de su cama; más tarde planeaba dejarlo en su lugar. Se relamió los labios, tratando de eliminar cualquier rastro de que había comido un trozo de pastel de chocolate, y comenzó a estirase.
Mientras seguía con sus contorsiones los nombres ‘Suho’ y ‘Kris’ vinieron a invadir su mente. Bueno, los apodos, sus nombres reales eran Kim Joon Myun y Wu Yi Fan –respectivamente-. Yi Xing no los conocía, y –posiblemente- aun no lo hacía. La primera vez que el chico del hoyuelo los vio, fue en los ensayos para el baile de fin de año; -específicamente- en la última semana los vio entrar al lado de Jong In, bueno, él no les prestó importancia.
Kyung Soo una vez los mencionó mientras regresaban a casa –hace como medio año- porque uno de ellos era primo de Jong In –Kim Joon Myun-, y por ahí se coló el nombre de Wu Yi Fan –supuesto mejor amigo-, que era el capitán del club de basket. De ahí, Yi Xing no tenía más datos sobre ellos. Pero de alguna forma, -Suho y Kris- se habían encaprichado con él; ellos querían ‘conquistarlo’ y lo hacían mediante regalos.
Esos regalos que asomaban por los cajones del mueble negro.
A Yi Xing le gustaban los regalos. Sería mentir decir que en los dos años de estudiante no había recibido ni uno. Kyung Soo y él algunas veces encontraron pequeñas bolsas debajo de sus pupitres, pero claro, siempre iban con una confesión –carta-. No eran muchas –confesiones- como para decir ‘Oh, ¡qué populares!’, pero si lo ponemos en números serían como unas cinco veces al año –cada uno-.
Además, cada vez que una ‘confesión’ ocurría, de parte de chicas o chicos, ellos se encargaban de dejar en claro los sentimientos que tenían hacía la persona en cuestión –que en ocasiones ni sabían que existía-; aparte de que Kyung Soo era novio de Jong In. Cabe resaltar que Yi Xing no tenía más amigos además del chico de ojos grandes, bueno, estaban los del club de música, pero a ellos no podía recurrir como lo hacía con su compañero y vecino de asiento.
Decidió dejar de pensar en todo lo relacionado con los regalos. Respiró profundo y bajó de su cama. Debía ir a lavar su plato y cubierto, sino su madre posiblemente le regañaría por ese hecho; en los últimos días –en varios sitios de la casa- se habían encontrado hormigas, él no quería despertar y hallar su plato llena de esas pequeñas criaturas.
Tarareó una canción mientras se dirigía a la cocina, enjuagó lo que debía y también limpió –por si acaso- la cocina.
Después de que se cerciorara de que todo estuviera en orden –como las ventanas y puertas-, caminó hacia su cuarto a descansar. Mañana le esperaba un nuevo día de clases. Y lo más importante, mañana era fin de mes.
*
Yi Xing se estiró en su asiento.
Faltaban solo unos minutos para que las clases comenzaran y como ya hace cuatro días, hoy tampoco había regalo alguno. En parte eso lo ponía ‘feliz’ pero, Kyung Soo y él sabían que algo estaban tramando; eso se los había mencionado Jong In y desde ahí esa idea no se fue de sus cabezas.
Ambos chicos –ahora- se encontraban conversando sobre la tarea, algo a Yi Xing no le había quedado muy claro y Kyung Soo le estaba explicando. Se quedaron callados al escuchar la campana y se acomodaron bien en sus respectivos pupitres.
Todos los alumnos estaban en sus puestos.
-Alumno, ¿pertenece a esta clase?
-Yo… no. Lo siento.
Kyung Soo volteó rápidamente al escuchar aquella voz, segundos más tarde se le unió Yi Xing. Ellos se sorprendieron y no pudieron ocultarlo. También, cruzaron miradas preguntándose qué hacía ahí Jong In.
El menor se inclinó ante el profesor, se le notaba cansado. Al momento de volver a su posición inicial –por segundos- miró fijamente a los dos mayores, expresando pánico en su rostro.
-Por favor, vaya de inmediato a su salón.
-Sí, ahora mismo.
Y sin más, Jong In se retiró. Pero algo había quedado muy claro. Además, el menor no hubiera ido –cuando ya faltaba poco para la campana- al salón de los mayores así por así; debía de tener una muy buena razón, claro, pudo utilizar el celular pero alguna razón no lo hizo.
Yi Xing le dio toques al brazo de Kyung Soo para llamar su atención, ambos ya sabían que algo iba a pasar, y si Jong In no espero hasta el descanso para avisarles era obvio que en ‘ese’ momento iba a ocurrir algo ¿no? Estaba claro. Pero la cosa ahora era ‘¿qué va a pasar? ¿Qué es lo que puso en pánico a Jong In?’
-Bueno, saquen su libro.
Kyung Soo negó con su cabeza mirando al chico del hoyuelo, quería pero no podía ni debía hablar. Ambos –de mala gana- fijaron su vista hacia el pizarrón en frente de ellos; tendrían que esperar hasta el receso.
*
La cafetería era el lugar –por obvias razones- más recurrido en el receso. Los estudiantes de distintos grados se reunían y conversaban de lo que fuese que les interesara. Podría decirse que era un lugar como para relajarse y pasarla con amigos de otros salones. Ese ambiente era puro sonrisas.
Pero en una de las esquinas, Yi Xing y Kyung Soo miraban atentos la mesa. No habían tocado nada de sus panes. Ellos no podían sacarse de la cabeza la escena de Jong In y de hecho trataron de contarse con él –hace segundos- pero los mandaba de frente al buzón de voz; eso era posiblemente la explicación de porqué no lo usó, tal vez se olvidó de cargarlo.
-Ah, Jong In… justo ahora se te olvida cargar el celular –mencionó el chico de ojos grandes levantando la mirada, fijando su vista en cualquiera de las mesas llenas de estudiantes delante de él.
-Um, ¿qué nos habrá querido decir?
-Yo también quiero saberlo.
Yi Xing comenzó a morderse las uñas sin apartar la vista de la mesa. Desvió su mirada al pan y un pequeño gruñido de parte de su estómago se hizo escuchar. Él soltó una pequeña risilla negando con su cabeza y tomó –en cuestión de segundos- su comida, bueno, no se iba a matar de hambre.
Al segundo bocado Kyung Soo se le unió.
-Quizá debimos ir al lugar –dijo el chico del hoyuelo mientras cubría sus labios con su mano izquierda.
-Sí… bueno, pero ahora están en plena construcción. Hubiera sido imposible hablar ahí, estoy seguro que Jong In lo sabe. Él va a venir acá –aseguró el más bajo, llevando nuevamente su pan hacia su boca.
Dicho y hecho.
Yi Xing al levantar la mirada vio como ingresaba Jong In por la puerta, pero –oh sorpresa- no estaba solo, cuatro personas se unían a él. Y, oh, sí que las reconoció –por lo menos a tres- porque casi se atoró con el bocado que tenía en la boca.
-Xing, ¿todo bien? ¿Quieres agua? –llenó de preguntas un preocupado Kyung Soo, que por estar de espaldas a la puerta no se había percatado de cierta escena.
-No –negó rápidamente el chico del hoyuelo, también agitando sus manos. –Jong In acaba de ingresar. No está solo, ‘Suho’ y ‘Kris’ también están… Chan Yeol igual –susurró Yi Xing recostado en la mesa, como para que solo su mejor amigo escuchara.
-No puede ser…
-No gires –mencionó bajito aun recostado –el pan pasó a segundo plano-. Están sentados a dos mesas atrás tuyo.
-Creo que ya no deberías estar así –agregó Kyung Soo, también en tono bajo. –Llamas más la atención.
-Uh, qué más da. Creo que ya me vieron.
-Sí, pero no tienes por qué esconderte, digo, son ellos los que deberían estar así.
-Lo sé, pero no lo puedo evitar –dijo Yi Xing soltando varias risillas, pero al instante se esfumaron. –Ugh, vienen para acá… Kyung Soo.
-Yo… Actúa natural.
Los dos chicos agarraron nuevamente su pan y le dieron un gran mordisco. Ambos se parecían a unas ardillas mientras masticaban, pero ninguno apreció el rostro del otro como para darse cuenta, por lo que no sabían lo graciosos que se veían; preferían mirar la pantalla de celular –cada uno con el suyo-.
-Vaya, ¡el pan debe estar muy delicioso!
Los mejores amigos elevaron su vista ante el chico que se encontraba parado a un lado de la mesa, y justo atrás, se hallaba Jong In. Aún estaban masticando por lo que solo atinaron a asentir y, como restándole importancia, volvieron a fijar su vista en sus celulares; además, no sabían quién era ese chico.
-Mi nombre es Baek Hyun. Él es Jong In –dijo mientras lo señalaba- Pero ya lo conocen ¿no?
-Sí –contestó Kyung Soo, él ya había terminado primero con el gran bocado de pan.
El chico nuevo –Baek Hyun- y el chico de ojos grandes se echaron unas miradas, de arriba hacia abajo.
-Mucho gusto, Baek Hyun. Jong In. El mío es Yi Xing y él es Kyung Soo –cortó Yi Xing a la ‘guerra’ de miradas que se estaban echando.
-El gusto es mío –dijo animado y se aclaró la garganta, como dándole una señal a Jong In.
-Sí, Hyungs, que bueno es volver a verlos. Yo…
El menor estaba –claramente- nervioso y los mejores amigos no sabían porque. ¿Qué es lo que le habían dicho que haga?
Pero antes de que Jong In reuniera el valor suficiente para seguir hablando se vio interrumpido.
-Disculpa, eres Zhang ¿no? Zhang Yi Xing.
Los cuatro chicos enfocaron su vista al nuevo estudiante parado en frente de ellos. Al ver las expresiones de todos –uno que otro asombrado, confuso, irritado, aliviado-, se supo que era la primera vez que lo veían, y bueno, también estaba la parte de que era alto, mucho más alto que Jong In.
-Sí, soy yo ¿qué necesitas? –consultó el chico del hoyuelo saliendo de su sorpresa, para luego poner una sonrisa en su rostro.
-Necesito que vengas conmigo. Es urgente, uh, y solo.
EL chico fue directo al asunto y sin más, se fue del lugar.
Yi Xing miró atónito a su mejor amigo y tenía dos opciones: quedarse a escuchar lo que Jong In tenía que decirle –que por su expresión sabían que no podía ser nada bueno para él- o ir tras el chico alto. La segunda opción era –realmente- muy tentadora.
-Kyung Soo, si no regreso a tiempo, te vas sin mí. Jong In, Baek Hyun, nos vemos.
-¿Qué? No.
-Que nada, te veo al rato.
Agarró su celular y dejó –muy a su pesar- el pan a menos de la mitad. Le dedicó una última mirada a los tres chicos y salió corriendo tras su –posible- rescatador.