El cómo se conocieron Chan Yeol y Baek Hyun parece un guión de una mala comedia romántica…
Chan Yeol definitivamente no era el tipo de persona que frecuentaba esa clase de lugares.
Él era de pantalones rasgados, cuero y metal. Enormes y pesadas botas negras. Algunas veces era de jeans desgastados y camisas de franela, siempre con la guitarra al hombro y un par de baquetas escondidas dentro del estuche.
Era de Sonrisas sinceras y carcajadas estridentes.
Él era de locales y bares pequeños donde frecuentemente tocaba con su banda. Él era de libros y cuadernos rallados de acordes y letras formando en medio del desorden armoniosas melodías.
Chan Yeol amaba la música, amaba las letras.
Baek Hyun era de maquillaje y delineador, era de pantalones ajustados y reveladoras playeras. Era de colores llamativos y brillos.
Era de sonrisas coquetas y risas sarcásticas.
Él era de fiestas y de antros, de música electrónica y luces estroboscópicas. Era de tabletas y Smartphone.
Baek Hyun amaba brillar, amaba ser el centro de atención.
Definitivamente pertenecía a sitios como el de aquella noche.
Chan Yeol podía hacer responsable de sacarlo de su zona de confort y arrastrarlo hasta ese lugar a su hermana mayor y a su evidente falta de compañeros de tragos o a sus amigos y su decisión de ignorarlo aquella noche.
Baek Hyun podía culpar a los poco interesantes compañeros de baile, o sus amigos por abandonarlo e incluso a su sed que lo hizo alejarse de la pista de baile y acercarse a la barra, y fijar su atención en aquel alto muchacho que se veía tan ajeno al lugar y era el único que parecía no disfrutar aquella noche.
Aquello que lo impulso a hablarle, pudo haber sido simple curiosidad, pudo hacer sido el destino o solo una casualidad, algo banal, pero eso no tiene importancia alguna.
El cómo dos personas tan opuesta puedan coexistir, los acuerdos a los que se han sometido, lo que han renunciado, lo que han cedido todo aquello carece de relevancia.
Su pasado, su futuro, lo que fueron, lo que serán todo, absolutamente todo no importa si ellos están juntos.
Si fue un error, si fue lo correcto solo ellos lo saben. Lo que opinen los demás son solo palabras, solo eso y nada más.
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El cómo se conocieron Chan Yeol y Baek Hyun parece un guión de una mala comedia romántica…
Chan Yeol definitivamente no era el tipo de persona que frecuentaba esa clase de lugares.
Él era de pantalones rasgados, cuero y metal. Enormes y pesadas botas negras. Algunas veces era de jeans desgastados y camisas de franela, siempre con la guitarra al hombro y un par de baquetas escondidas dentro del estuche.
Era de Sonrisas sinceras y carcajadas estridentes.
Él era de locales y bares pequeños donde frecuentemente tocaba con su banda. Él era de libros y cuadernos rallados de acordes y letras formando en medio del desorden armoniosas melodías.
Chan Yeol amaba la música, amaba las letras.
Baek Hyun era de maquillaje y delineador, era de pantalones ajustados y reveladoras playeras. Era de colores llamativos y brillos.
Era de sonrisas coquetas y risas sarcásticas.
Él era de fiestas y de antros, de música electrónica y luces estroboscópicas. Era de tabletas y Smartphone.
Baek Hyun amaba brillar, amaba ser el centro de atención.
Definitivamente pertenecía a sitios como el de aquella noche.
Chan Yeol podía hacer responsable de sacarlo de su zona de confort y arrastrarlo hasta ese lugar a su hermana mayor y a su evidente falta de compañeros de tragos o a sus amigos y su decisión de ignorarlo aquella noche.
Baek Hyun podía culpar a los poco interesantes compañeros de baile, o sus amigos por abandonarlo e incluso a su sed que lo hizo alejarse de la pista de baile y acercarse a la barra, y fijar su atención en aquel alto muchacho que se veía tan ajeno al lugar y era el único que parecía no disfrutar aquella noche.
Aquello que lo impulso a hablarle, pudo haber sido simple curiosidad, pudo hacer sido el destino o solo una casualidad, algo banal, pero eso no tiene importancia alguna.
El cómo dos personas tan opuesta puedan coexistir, los acuerdos a los que se han sometido, lo que han renunciado, lo que han cedido todo aquello carece de relevancia.
Su pasado, su futuro, lo que fueron, lo que serán todo, absolutamente todo no importa si ellos están juntos.
Si fue un error, si fue lo correcto solo ellos lo saben. Lo que opinen los demás son solo palabras, solo eso y nada más.