Despertó sobresaltado, mojado en sudor palpando su cuerpo para verificar si es que nada le faltaba o si algo le dolía, luego se percató que al parecer estaba en una pieza solo pero el terror seguía plasmado en su rostro y la culpa no era de nadie más que de Kim Minseok.
Al final le había conocido, después del golpe en su nuca y de caer inconsciente, había tenido una reunión personal con él.
Sentía todo su cuerpo pesado, los párpados apenas hacían un esfuerzo para ayudarle a ver mejor en dónde se encontraba, pero no fue hasta que se percató que se encontraba en un lugar frío y atado fuertemente a una silla, que el pánico comenzó apoderarse de él.
Invadido por miles de preguntas comenzó a removerse desesperado en su sitio pero una risa diminuta y burlesca le hizo detenerse, oyendo bien que un par de pasos se acercaban hasta él pero antes de que sacase cualquier conclusión, la otra figura encendió una pequeña luz sobre él que logró cegarle por unos momentos.
Imponente, frente a él se encontraba el hombre que había fotografiado antes de caer desmayado usando el mismo traje caro, claro que de una forma más informal, su corbata negra ya no estaba al igual que su saco, las mangas de la pulcra camisa blanca algo ajustada para su gusto, estaban recogidas por sobre sus codos y dos botones sin abrochar mostraban parte de su piel de porcelana y perfecta.
Fuera de aquellos detalles que su mente confundida podía notar, se percató que el hombre no lucía tan inexpresivo como en el puerto, sino más bien divertido casi rayando el límite de lucir sádico y aquello hizo temblar su espina dorsal.
La mirada que aquel hombre le enviaba era dominante, parecida a la que le dabas al primer juguetes que tienes y que sabes que puedes sacarle mucho provecho haciéndolo añicos y si bien reconocía que temía por su vida, porque el panorama pintaba que luego de un par de palabras le torturarían y lanzaría al río Han sin miramientos, al menos debía luchar y ponerse a la altura.
Byun Baekhyun, no da nada por perdido hasta que realmente lo está.
—Creo que alguien se ha levantado hoy, queriendo jugar a los detectives— pronunció él despectivamente mientras cruzaba sus brazos por sobre su torso, logrando que su ya ajustada camisa se apegara más a su cuerpo marcando sin vergüenza su trabajada figura.
Baekhyun bufó y sonrió de lado con soberbia.
—Parece ser un juego interesante— respondió intentando provocar algo en el hombre pero no lo consiguió, su aura de superioridad era inquebrantable— sobre todo la parte de estar amarrado, le da algo de emoción al juego.
—Podría mantenerte toda la vida amarrado entonces para que te diviertas más e incluso puedo agregar otras cosas más interesantes para que no se torne tan monótono— y su tono frío le anunciaba que fuese con cuidado, estaba bien provocarle pero había una delgada línea que identificó que no podía cruzar, no si quería respirar un poco más.
—Oh, no te preocupes, me conformo con esto, gracias— habló tratando que su voz no temblase y verse normal pero el repentino acercamiento del hombre hacia él alteró sus nervios.
No sabía qué era lo que pasaba por su mente, su maldita cara era inmune a todo y eso le desesperaba, necesitaba alguna debilidad suya para usarla como recurso pero tenía a un témpano de hielo sádico frente a él, que no pretendía provocar. No estando tan en desventaja.
—Eres interesante, Byun Baekhyun... si te hubiese conocido en otros términos, habría sido muy divertido— susurró a casi centímetros de él— en honor a ese pensamiento te daré una advertencia... no te metas en lo que no te incumbe — susurró sin quitar esos penetrante ojos de él.
Por dónde se le viera aquello era una amenaza, una tan despiadada que el miedo volvió a cubrirle pero al parecer para el hombre no era más que una proposición muy graciosa.
Y él odiaba que se burlasen de él, aborrecía que le vieran tan poca cosa.
—Tomaré tu silencio como muestra de cooperación— habló de pronto volviendo a una esquina donde su figura se perdió con la oscuridad, al regresar con su cámara entre sus manos, supo que debería darla por perdida— tienes buen ojo para la fotografía, podrías dedicarte a ella— continuó burlándose y Baekhyun sentía recorrer ahora una fuerte dosis de adrenalina.
Y antes de poder reaccionar o hacer algo impulso contra él, este comenzó a sacarle fotos a tontas y a locas, sin quitar esa maldita sonrisa torcida y sádica mientras que su mirada le decía cuanto disfrutaba esta humillación.
—Me quedaré con esto como pago por el atrevimiento de hoy, la próxima vez que te pille hurgando en mis asuntos, quizás tome otra cosa... — y ante lo último su mirada se dirigió por su cuerpo logrando que captara el mensaje.
Sin dejar de sonreír, quitó el chip de su cámara y le lanzó el aparato vacío a su regazo.
—Espero no volverte a ver Byun Baekhyun... — susurró dándole la espalda mientras le veía de reojo y salir cerrando lo que al parecer sería una puerta de metal.
Y se quedó nuevamente solo, con aquella luz pesaba sobre su cuerpo temblando... y no de miedo, si no de rabia, nadie se burlaba de él y le humillaba para contarlo, puede que sea un maldito mafioso con santos en la corte dónde ni la madre Teresa tendría voto pero Baekhyun, no pasaría esto por alto, si él quería jugar sucio pues, él también conocía las reglas.
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Luego de tomar una larga ducha, que le quitó por completo el olor a pudrición, porque si bien no había sido arrojado al río Han, si había sido lanzado con más de la fuerza requerida al basural de aquel abandonado puerto.
Su teléfono sonó a lo lejos y contestó verificando que la puerta de su habitación estuviese cerrada.
—¿Diga?
—¿Estás bien? — preguntó tu jefe al parecer algo histérico.
—Si se pregunta si estoy en una pieza pues, sí.
—Te estuve llamando ayer y no contestabas, temía que-
—Descuide no ha pasado nada— aún — pero he perdido el material que recopilé ayer — confesó dudoso si aquello había sido una buena jugada.
—¿Lo perdiste? ¿cómo? — interrogó perdiendo los estribos.
—Oculté mi mochila antes de irme pero al volver no encontré mis cosas— mintió— de seguro debió haber sido algún ladrón de la zona.
Y su jefe guardó silencio, cosa que le llamó la atención.
—¿Jefe?
—Bueno, si lo perdiste no importa, ya tendrás otra oportunidad de recopilar más— le dijo sonando algo extraño— por el momento me alegra que estés bien, para la próxima trataré de no exponerte tanto— comentó casi como nota mental y se escuchó suspirar cansadamente, quizás sabía que tan malo era este asunto. Él también debería saberlo pero estaba empecinado en hacerle hacer un par de cosas a ese hombre—Te enviaré la información de la próxima reunión cuando la tenga, así que por ahora descansa.
—De acuer-
—¡BYUN BAEKHYUN! — retumbó la voz escandalosa de Jongdae detrás de él abriendo la puerta casi de una patada.
—¿Qué mierda? — murmuró entre asustado e irritado por su interrupción pero al ver el semblante furioso de su amigo, prefirió morderse la lengua unos segundos.
—¡¿Se puede saber, qué te ocurrió anoche?! — cuestionó posando sus manos sobre sus caderas inmovilizándose en el lugar— Yixing, me contó que te vio entrando en la madrugada y que parecías cojear, ahora me encuentro con tu ropa en el tiesto de la ropa sucia ¡oliendo peor que vagabundo! — continuó alarmantemente pero en ese momento Baekhyun solo podía maldecir al extranjero— ¡¿En qué estás metido?!.
Si quería seguir vivo, debía pensar en algo demasiado creíble.
—Anoche salí con Sehun— soltó intentando lucir como siempre— Bebimos mucho y pues algunas cosas pasaron...
—¿Algunas cosas pasaron? — repitió intentando digerirlo— ¿otra vez?, ¿no me dijiste que no jugarías con tu compañero...? ¡espera!, eso no explica el hedor de tu ropa— retomó nuevamente el rumbo de la conversación inicial y Baekhyun maldijo por lo bajo.
—Estábamos muy ebrios, Jongdae ¿tú crees que la gente en ese estado se da cuenta dónde hace sus cosas?
—Eres repugnante— sentenció su amigo asqueado.
—Pues no pensaste lo mismo esa vez que, Yixing te acorraló en la lavandería— y antes de terminar de hablar Jongdae salió de su habitación cerrando la puerta de un portazo.
Ya estaba por ahora, incomodar a su mejor amigo con sus sentimientos por el mayor siempre funcionaba y eso le daba un respiro pero en estos momentos, su cabeza estaba para todo menos para darse un descanso.
Debía encontrar personalmente a ese, Kim Minseok y enseñarle que nadie le daba órdenes.
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Pasado un par de día, Baekhyun recibió otro mensaje de su jefe que le especificaba el lugar dónde se encontraría su objetivo en los próximos días, era en un lujoso hotel y le había reservado un puesto como mesero para que se infiltrara en la fiesta.
El problema es que él no podía asistir.
' Espero no volverte a ver Byun Baekhyun...'
Recordando el tono mordaz de aquel hombre, debía pensar en algo para estar presente sin exponerse tanto, ese hombre ya lo tenía totalmente identificado y lo peor aún, amenazado hasta su próxima vida. Si bien no se retractaba de llegar hasta las últimas circunstancias, debía irse con cuidado. No cumpliría su palabra si dejaba que ese mafioso adolescente lo apartara como si nada de su camino. Debía planear algo.
—Oye, Baekhyun-shi, ¿podrías traducirme esto? — habló Yixing apareciendo de la nada en el umbral de su habitación y Baekhyun sonrió triunfal.
—¡Yixing!, justo quería hablar contigo— exclamó ignorando su petición— dime, ¿te gustaría ir por algo de carne? — le invitó sonriéndole mientras maquinaba en su pequeña cabeza el plan perfecto para escabullirse en su próximo día de trabajo.
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—¿Está seguro de asistir a esa fiesta, señor? — interrogó preocupado un hombre al lado de otro quién estaba sentado en una cómoda silla de cuero.
—Tranquilo, Chanyeol— dijo él descansando sus codos en su amplio escritorio— Nadie sabe que estoy involucrado en este asunto, no asistir levantaría sospechas.
—Aún, no se sabe pero si ese muchacho asiste-
—Si asiste lo detendrás y lo traerás ante mi— concluyó firmemente volteando sus ojos hacia su mano derecha.
—De todas formas me parece algo arriesgado.
—Nada de eso, es interesante — comentó susurrando lo último para sí mismo con entusiasmo— Asegúrate de entregarle las fotos al resto de los guardias, no toleraré ningún error— ordenó entregándole una carpeta a su asistente donde contenía las fotos que había sacado ese día que capturó al muchacho.
—Claro, señor.
Una vez solo, sacó de uno de sus cajones inferiores otra foto que yacía oculta entre otros libros.
En ella, el muchacho estaba atado y mirándole fijamente mientras fruncía el ceño y una mueca de irritación desfiguraba sus finos labios. Minseok le observó con entretención y algo de interés, ese chico no era fácil de ahuyentar, lo sabía por el brillo permanente de sus ojos, tampoco era fácil de intimidar, esa expresión desafiante se lo demostraba y le incitaba a jugar un poco más.
Si bien le había advertido que esperaba no verle, la verdad es sus expectativas apuntaban todo lo contrario. Quería ver hasta dónde podía llegar su testarudez y hasta dónde él se entretenía con eso.
Realmente disfrutaría cazando a ese muchacho.
continuará...