Capítulo tres. Repugnante.
-¿Qué sientes cuando lo haces?
Los demás voltean a verle y empiezan a regañarlo por la pregunta, pero a mí no me incomoda, de hecho, creo que me alegra el que me lo haya preguntado.
-Qué tonto, Youngjae.-le dice Jaebum y le da un pequeño golpe en la cabeza.
-Ya, perdónenme, pero…-infla sus mejillas y opta por una pose tierna.
Es lindo.
¿Qué siento? Placer, dolor, completo, odiado, estúpido, asqueroso, vacío, torpe, alegre.
-Nada.-contesto enfocando mi vista a él, le sonrío y sigo comiendo. Las caras de los demás me lo dicen todo, no esperaban aquello.
Aunque el brazo sigue clamando atención, aprieto el puño y lo pongo debajo de la mesa. La situación se torna callada y pesada, nadie quiere decir nada, aunque por mi parte ya he dicho suficiente. No era la mejor manera de decirlo, pero si eso les quita las dudas, creo que era lo mejor haberlo hecho en ese tono.
Lo mismo me preguntó el psicólogo en mi primer tratamiento, yo simplemente quedé callado ante la pregunta y recogí mis cosas para retirarme de ahí. Pienso que hice lo correcto, yo no quería que nadie se enterara de que cualquiera puede quebrarme. Y el psicólogo me lo dejó muy en claro antes de salir por la puerta:
“No te gustan los cambios en tu vida.”
Y aunque tiene razón, se equivocó en algo: no me gusta que la gente cambie mi vida. Podré hacerlo yo solo, por mi cuenta, pero la ayuda de los demás me viene sobrando y más en esta situación. Todos se han dedicado a ponerme atención por tanto tiempo que tan sólo de escuchar la palabra ‘problema’ me doy cuenta de que no puedo cuidarme y todos me lo hacen saber cada maldito día de mi vida.
Suspiro y sigo comiendo como los demás. Sé que quieren preguntarme si estoy bien, que si quiero charlar con ellos, que tengo amigos en quiénes confiar, que no siempre tenemos que tratarnos como si fuéramos extraños completamente, que tenemos la oportunidad de conocernos a profundidad.
-Púdranse.-digo lo más alto posible y voltean a verme deteniendo sus acciones. No lo han visto venir eso, aunque apuesto a que ya se irán acostumbrando a la vida miserable que tiene su ‘prisionero’.
Le recrimino a mi mente por pensar siquiera eso, yo sé que ellos no quieren ser nada de una persona deplorable, de una persona que no hace ni el intento de cambiar su vida, yo lo sé porque yo tampoco quisiera ser el guía de una persona así.
Bajo mi mirada, atento a la comida y vuelvo a suspirar. ¿Acaso cada maldito error viene marcado en mi rostro? ¿Ellos pueden ver lo estúpido que soy? Tan siquiera… ¿ellos pueden notarme?
-Jinyoung, ¿tú crees que es fácil adaptarnos a este cambio?-habla Jackson sacándome de mis pensamientos, trayéndome a la realidad que no quiero ver nunca más. Mark le da un codazo para que se calle, pero él sigue mirándome con el ceño fruncido.-Hace unos días éramos simples personas hasta que decidiste tomar por cuenta propia la decisión de matarte.
-Qué hostil.-digo y trato de ignorarlo, pero él tiene una voz que por más que quieras ignorarla, tienes que ponerle atención y eso me sucede, no puedo dejar de prestarle mi absoluta curiosidad.
-Tú problema no es el que quieras suicidarte todo el tiempo-su tono de voz se vuelve más fuerte y siento la amenaza en sus ojos.-… tu problema es que siempre pretendes ser la víctima.
-Jackson…-ahora es Yugyeom quien levanta la voz y me toma del brazo.-Jinyoung, él no habla en serio.-trata de sonreírme pero es patético el intento, ya ha dicho demasiado y no me ha dejado de verme.
Mi rostro sigue neutro, no puedo asombrarme por su actitud, la mayoría de la gente me dice lo mismo, que sólo lo hago para reclamar un poco de atención, que mis padres no pudieron dármela, que me hace falta un novio, que mi autoestima es baja, que sólo quiero ser yo el centro del universo.
-Si tanto te afecta, ¿porqué no te suicidas?-le reclamo con una sonrisa sarcástica y me suelto del agarre de Yugyeom. En ese momento suena la campana y me levanto de mi lugar, lo último que quiero es tenerlos a todos ahí a mi lado.
Y pese a quien le pese, la verdad es que yo tampoco quería despertar. Listo.
Nadie puede entender que no soy la víctima, la víctima aquí son ellos, viendo cómo sufre el mártir, cargando cada uno de los errores. No pueden hacer nada contra mi idea de intentar cerrar la herida abriendo muchas más.
En el pasado se concentran muchas cosas que me seguirán en el presente. Todos dicen que debo de olvidar el pasado para continuar con mi vida, pero, en mi opinión, eso no es cierto. Y, no, no tengo una base científica para decir eso, sólo es la humilde opinión que no me deja avanzar.
Empiezo a caminar solo en dirección al salón, se me han quitado las ganas de hacer lo mismo de siempre, y entiendo que eso es lo que quieren que haga. Que pierda el interés en la navaja. Bueno, por ahora, lo han logrado, pero no les daré el beneficio de la victoria. No pueden saber que me cambiaron.
Llega a mi lado BamBam y Jaebum, ellos dos siempre tienen una palabra para todo. Sin embargo, no les escucho decir nada en el trayecto, sus rostros neutros cometen el error de fallar en eso.
-Jackson dijo eso porque…-empieza Jaebum. Eso sí me lo esperaba, no han tardado mucho en defenderlo y sé que él no se los ha pedido. Vienen por voluntad propia a tomar en sus manos toda la culpa y después hacer con ella cualquier cosa, como tirármela en la cara.
-La verdad no me importa por qué lo dijo.-sentencio de una buena vez, mi voz es tan lejana, casi como un susurro, debería de aprender a levantarla en estos casos.
-Su mejor amigo se suicidó.-BamBam llena el corredor de una extraña tensión.
-Qué delicado.-le regaña Jaebum. Me detengo en mis pasos y los miro confundido.
Yo siempre soy el malo.
-En realidad quiere ayudarte, Jinyoung.-Jaebum ofrece una sonrisa sincera mientras sujeta del brazo a BamBam.-Todos queremos hacerlo.-no siento nada cuando lo dice.
-Les dije que no me importa por qué lo dijo.
Al final del instituto, todo acaba extraño. Jackson no quiere verme y, siendo sincero, me importa un carajo; Mark camina detrás de mí tratando de aligerar la situación; Youngjae se ríe de cualquier cosa que se le cruce; Jaebum habla con Jackson sobre la situación de horas atrás; BamBam me platica sobre su vida en Tailandia y Yugyeom lo escucha con una sonrisa.
Cuando llegamos a la casa, tienen que inspeccionarme a pesar de que he estado con ellos todo el maldito día. Excepto cuando fui al baño, aunque me acompañó Yugyeom, he podido contarme sin remordimientos.
-Quítate la sudadera, Jinyoung.-Jackson ordena mientras cierra la puerta del departamento. Sus intensiones no son de hacerme la vida difícil, pero se está ganando mi odio poco a poco.
Recuerdo la palabra del director acerca de obedecerlos, y no me queda más que asentir con un suspiro y quitarme la playera enfrente de todos ellos, la vergüenza ya será para otro día.
-Quítate la venda.-vuelve a ordenar en un tono más autoritario, chasqueo la lengua y empiezo a retirar el vendaje. Y exploran mi anatomía superior, pero no encuentran nada, ni un rasguño.
Me felicito, he podido ser discreto en eso.
No se les ocurre revisar mi parte inferior, donde hay una cortada lo suficientemente profunda para dejar salir toda la tensión del día.
Nunca lo había intentado ahí, siempre era mi brazo izquierdo, a veces la palma de la mano, pero jamás me atreví a cortar debajo. Y no puedo decir si se sintió bien o mal, sólo fue la cuchilla traspasándome la piel con tal elegancia como la primera vez. No puedo recordar si me dolió o lo disfruté.
-Después de comer, Youngjae y Mark te llevarán con la psicóloga.-Jaebum saca un horario y lo pone en la puerta.-Nos iremos rolando todas las semanas para que no lo sientas tan pesado, Jin.-me sonríe y yo trato de hacer lo mismo.
El departamento es algo grande, por así decirlo, cuenta con tres habitaciones, una cocina, una pequeña sala, y un baño para cada habitación. Espacioso.
Entro a la cocina y han removido la mayoría de los objetos punzocortantes, sólo hay un cuchillo y los cubiertos que podré usar yo, son desechables. Han pensado en cada detalle, amoldando la vida tortuosa que llevaré por 4 años.
En un punto determinado, me encuentro con ellos sentados en la sala mientras charlan de cosas incoherentes para mi sentido del humor. Después optan por la idea de contar algo bueno que les haya pasado, me paro inmediatamente, no me gusta que la traten de hacer de psicólogos conmigo.
-¿A dónde vas?-BamBam me pregunta con una sonrisa. No puedo mentirle, él es tan tierno que siento que lo engaño con cada acto estúpido. Me vuelvo a sentar y empiezan por Youngjae.
-Dormir 16 horas seguidas.-todos se sorprenden y dejan salir una carcajada, yo hago lo mismo pero cubro mi boca esperando que nadie note mi cambio repentino de humor.
-¿Y eso porqué es bueno?-pregunta Jaebum sonriendo tan alegre.
-¿Estás bromeando? Dormir es uno de los mejores placeres de esta vida, eso y el chocolate.-todos comenzamos a reír por eso, sus expresiones son tan dramáticas que le ponen más ambiente al círculo.
-Me toca.-alza la mano BamBam.-Cuando aprendí a hablar coreano y entender todas las cosas que me decían.-mira a los demás con los ojos entrecerrados y señalándonos, todos ríen y comienzan a hacer bromas.
-Vamos, sólo te decíamos que eras tierno.-Yugyeom le pellizca una mejilla y le sonríe.
-Sigo-la voz ronca de Mark resuena y todos le miran.-… fue cuando aprendí a dar una patada alta.-se para de repente y lanza una al aire a lo que todos lo miran y comienzan de nuevo las carcajadas.
Son diferentes.
-Cuando escuché la risa peculiar de Jackson.-dice Jaebum dejando que los demás sigan muriendo por el dolor en sus estómagos. La situación se torna divertida para todos, hasta para mí y me hacen cambiar la opinión acerca de ellos.
Todos reímos y tratamos de calmarnos, pero es casi imposible cuando la de Jackson suena cada vez más fuerte.
-Para mí fue cuando me suspendieron del colegio por tres días. Jackson señala con sus dedos.-¿Qué? Fueron los tres días más divertidos, no fui al colegio y dormí todo el día.-levanta sus hombros restándole importancia y los demás sueltan una risa leve, después le sigue Yugyeom.
-Cuando gané el concurso de baile en mi escuela.-sonríe, parece ser que con tan sólo recordarlo, puede saborear la victoria otra vez.
-Oh, sí es cierto, ¿recibiste una beca para entrar a una de esas escuelas de artes, no?-Jaebum le pregunta y Yugyeom asiente.
-¿Y por qué no entraste?-ahora es Mark quien detiene el tiempo en la sala.
Logro percibir la mirada que le manda Yugyeom a BamBam, aunque éste no le haya entendido. Yo sonrío por lo simple que se ve la acción, aunque me estuviese equivocando, el momento sigue siendo tierno.
-Mi papá quería que estudiara psicología.-dice resignado al ver que BamBam ni siquiera ha notado su mirada.
Los segundos pasan y me pongo nervioso, ¿yo en qué encajo aquí? Todos han tenido muy buenas experiencias y, ¿qué podría decir un suicida? Mis manos comienzan a sudar y me encuentro más nervioso de lo normal, el simple hecho de que vayan a preguntarme me acecha y yo trato de relajarme cuando pienso que nadie me está viendo.
-¿Y tú, Jin?-al parece a Jaebum ya se le hizo fácil decirme por ese apodo, pero no me desagrada, es más, me siento uno más de ellos, aceptado.
-Yo…
¿Qué debería decir? ¿Cuando mis padres me regalaron mi gato? No creo, al final el animal terminó por huir, no sin antes de dejarme millones de rasguños por todos los brazos y piernas. ¿Cuando fui a la feria? Tampoco, ese día después de comer no sé qué cosa, me enfermé toda la semana, y no es bonito vomitar todo el día. ¿Cuando jugaba con mis hermanas? Bueno, eso tampoco suena tan bien porque solíamos jugar con muñecas. Después de eso empezaron los pensamientos suicidas y esas cosas.
En resumen: mi vida es una mierda.
Abrazo mis piernas aún sentado en el sofá y agacho mi cabeza, los puedo ver y siguen esperando con una sonrisa comprensiva, pero yo no tengo nada para entretenerlos, para que rían como reían hace rato, para que dejen de pensar que soy diferente.
-Hace un momento.-sonrío lastimero, ellos me dedican una mirada llena de confusión. Miro a cada uno de ellos y me convenzo que no, nunca podré ser igual.-Digo que… lo mejor que me ha pasado es lo de hace rato.-levanto mis hombros restándole importancia. Pero en cambio la voz de Jackson se alza haciendo ver que no está conforme, por no decir molesto, con lo que acabo de decir.
-Por favor, no finjas.