Capitulo 2: Calidez fría
Hoy se encontraba más desganado, su pesadilla… no, más bien su sueño, le habían dejado la mente embarrada. Sus ojos parecían ver en blanco y negro, con turbulentos grises entre medias.
Había llegado temprano al Enma, más incluso de lo habitual. Los pasillos estaban a oscuras, desérticos, y muy silenciosos. El retumbar de sus zapatos era casi hipnótico. No podía quedarse en su apartamento solo. No quería estar solo.
Con parsimonia se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero y comenzó su rutina matutina. De una pequeña cartera negra sacó unas monedas, iba a necesitar café, como siempre.
Su mente lo abandonaba, su mirada ni si quiera observaba por donde iba, sus piernas eran las que se dirigían a un rumbo más que aprendido con anterioridad. ¿A dónde iba? ¡Ah café!, eso era, necesitaba café
El silencio del lugar le traía recuerdos que zumbaban en su mente. Unos susurros resonaban como ecos en su interior, el sonido se expandía, se hacía más fuerte e intenso. Y entonces comprendió lo que aquellas palabras decían
- “¿Por qué lloras?”
Paró en seco. Una sensación de pánico le cosquilleó en las entrañas. Su respiración se enlenteció, Su cuerpo se notaba extraño. Casi podía escuchar la voz de Tsuzuki, igual que cuando lo soñó. Tenía el mismo timbre, el mismo tono pausado…
- "Porque sé que esto es un sueño…"
Apretó los dientes con fuerza recordando sus propias palabras. Se clavaron como un puñal. Y lo que más dolía era reconocer que era cierto
- ¿Kurosaki-kun?
Un jadeo escapó de sus labios al verse sorprendido. Miró espantado en dirección a esa voz. Tatsumi se acercaba con lentitud, con paso elegante y serio… como siempre…
- Buenos días Tatsumi-san – dijo acompañando su saludo con un asentimiento suave de cabeza
- ¿Sucede algo? – Y como siempre Tatsumi era increíblemente perspicaz
- No, nada ¿Por qué lo pregunta? – sus palabras sonaban a cortesía hueca
- Has llegado temprano, no esperaba encontrar a nadie aun
- Lo mismo le digo Tatsumi-san
Los ojos de Tatsumi lo miraban fijamente y no supo por qué le incomodó tanto esa mirada. Le costaba mantenerle hoy la mirada. Los ojos contrarios parecían escanearlo. Su mirada azul que siempre le pareció extraordinaria hoy se le hacía pesada
- Hay demasiado trabajo por hacer últimamente… - Susurró Tatsumi tranquilamente con su voz de barítono
Y como imaginó Tatsumi dejó de preguntar, aunque su mirada la notaba aun fija sobre él y se le encendiesen todas las señales de alarma. El silencio apareció entre ellos, era incómodo, realmente incómodo
- Espero que Tsuzuki no se esté escaqueando de su trabajo y que por eso estés haciendo horas extras…
- ¡Oh no! Simplemente me dejé cosas inacabadas ayer y preferiría acabarlas cuanto antes…
- Comprendo…
Otra vez le inundó el silencio. Sus respiraciones era lo único que se escuchaba allí. Bueno más bien su respiración algo agitada.
- Toma el café solo ¿Verdad Kurosaki-kun?
- ¿Eh? – No se esperaba aquella pregunta, en verdad no sabía porque se la formulaba
- He dicho que sueles tomar el café solo ¿no? Para eso habrá venido hasta aquí supongo.
- ¡Oh sí! Gracias Tatsumi
Sin dirigirle más la palabra Tatsumi se giró y en silencio preparó café para ambos. Aprovechó el momento para observar al secretario. Su porte elegante, su traje siempre bien planchado, su cabello perfectamente arreglado, incluso sus formas eran completamente diferentes a las de Tsuzuki… Y sin embargo ambos parecían guardar recelosos viejas historias.
Con soltura Tatsumi le alargó una taza para él, y sus miradas se quedaron conectadas por unos segundos. La forma en la que lo miraba por encima del cristal de sus gafas le dejaba inmóvil.
- Kurosaki-kun…
Y no pudo evitar aguantar la respiración ¿Qué iba a decirle?
La mano del secretario acarició suavemente su mejilla. Sus ojos se abrieron sorprendidos. Sus manos temblaron y la taza casi se desliza de sus dedos si no fuese porque Tatsumi la cogió y la colocó en una mesa cercana.
- Hisoka…
Recordaba con los dedos de una mano las veces que el secretario lo había llamado por su nombre de pila. Eso solo lo hizo inquietarse más.
Su mirada suplicante pidiéndole que no dijera nada más debía de haberle hecho efecto porque suspiró, negó con la cabeza y de nuevo colocó la taza entre sus manos pero esta vez las manos de Tatsumi se quedaron aun sobre las suyas. La confianza que le transmitía Tatsumi, la tranquilidad de su espíritu… cerró los ojos deleitándose con esas sensaciones que tanta falta le hacían últimamente. Y Tatsumi parecía comprender qué era lo que él necesitaba porque sus manos sostuvieron a las suyas delicadamente.
Su mirada algo empañada se dirigió hacía Tatsumi. De repente estaba cansado, muy cansado. Sin ánimos de nada. Sus sentimientos estaban marchitos porque sabía que no eran correspondidos ¿Cuántas veces había leído a través de Tsuzuki? Y en todas ellas le mostraba confianza, cariño y un amor casi paternal por él. La sonrisa deslumbrante de Tsuzuki, su alegría y sus pataletas, su sinceridad y hasta la oscuridad de su pasado. Todo él lo amaba
------------------------------------------------- POV Tatsumi-----------------------------------------------------------
Habían pasado años desde que Hisoka se había unido al grupo. No le agradó en un principio. No le gustó su soberbia y no le gustaba su trato para con Tsuzuki. Era fuerte y delicado a la vez, de mirada fría y temple serio, de ojos grandes e inexpresivos, de movimientos suaves y delicados y también era de corazón frágil.
No supo que fue lo que le hizo acariciarle la mejilla de manera delicada. Lo veía apagado, desanimado y sufriendo. Sus fríos ojos grandes e inexpresivos de mirada fiera se mostraban agotados, como una persona a punto de derrumbarse.
Así que se dirigió al empata como mejor podía hacerlo. Le devolvió la taza y sus manos sostuvieron a las de él. Las notaba temblar debajo de su tacto. El muchacho cerró los ojos bebiendo de lo que él le transmitía.
Se acercó más a Hisoka, y cogiéndolo de la nuca llevó su cara a su pecho. Tembló como una hoja en otoño, la taza de entre sus manos cayó al suelo haciéndose añicos, las manos de Hisoka tomaron fuertemente su camisa y la agarraron en un puño, se estaba aferrando a él como si su vida dependiera de ello. Sus temblores se hicieron más que evidentes y algo cálido y húmedo mojaba su pecho
Y descubrió por primera vez que era débil no solo a las lágrimas de su compañero Tsuzuki, sino también a las de Hisoka. Tuvo que respirar hondo para tranquilizar al nudo que se había acabado de hacer en su garganta.
Atrapó a Hisoka entre sus brazos.
El llanto silencioso rompió en uno más escandaloso, más doloroso.
-------------------------------------------------------POV Hisoka-------------------------------------------------------
Lo brazos del frío secretario le parecían en esos momentos increíblemente cálidos. Sus lágrimas manchaban su camisa, sus puños le arrugaban el traje. Se sentía tan miserable en estos momentos
¿Por qué su corazón había decidido amar?
¿Por qué después de tantos años marchito empezaba a latir por alguien?
¿Por qué amaba a su compañero?
Con amargura siguió llorando. Las sonrisas que Tsuzuki le dirigía eran las mismas que les dirigía al resto, sus brillantes ojos lo miraban como a cualquier otro… Tsuzuki era cariñoso con todos y sin embargo con nadie en especial.
- ¡LO AMO TATSUMI-SAN! -chilló
Notó el cuerpo del secretario tensarse y apretarlo más fuerte entre sus brazos
- ¡EN VERDAD AMO A TSUZUKI!
Su garganta dolía, su cuerpo temblaba y sus sollozos se hicieron más que evidentes
- Lo se… - Le susurró el secretario en su oído
Hisoka cerró los ojos con fuerza, lagrimas ardientes y furiosas corrieron por sus mejillas. Lloró con fuerza y en ningún momento los brazos del secretario se separaron de él y él lo agradeció.