Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero ser tu puta por Rosapetrea

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Son capítulos cortos porque es un relato que subí en mi web el día de San Valentín.

¿Alguna vez habéis visto a un hombre por la calle y habéis pensado «quiero ser tu puta»? A mí no me ocurre a menudo. Sí que pienso: «te haría un hombre» o «qué polvo te echaba», pero lo de puta, lo de desear ser la puta de alguien, en contadas ocasiones.

Mario era lo que yo calificaba como atrayente macho heterosexual. Hay que hacer diferencia con los atrayentes machos homosexuales, que se distinguen porque suelen estar más musculados, por mostrar más carne a la hora de vestir y por moverse con andares de máquinas sexuales. Los machos heterosexuales tienen cara de machos, actitudes de machos, cuerpo de machos… pero van por el mundo con expresión de ser simples seres humanos con más intereses en la vida que en el sexo. Si habéis estado alguna vez en Barcelona durante la semana del orgullo, comprenderéis de qué os hablo.

Es evidente que si yo tuviera que elegir, preferiría al macho homosexual, al dispensador a granel de sexo sucio y sin compromiso. La experiencia me había demostrado que aún en el caso de que a la hora de la verdad sean aburridos compañeros de cama, al menos tienes algo de lo que presumir al día siguiente. Los heterocuriosos, en cambio, daban morbo y los podías usar para fardar con tus colegas, pero más allá de eso, eran inútiles. Un macho gay muestra toda la mercancía con el primer vistazo, y te la sigue mostrando en la sauna, en el vestuario o en el callejón donde quieras poner fin al calentón que te provoca; un macho hetero es como una tímida florecilla, que puede adornar la vista pero después no tiene ningún olor, y aún menos sabor. Si quieres tirártelo, que sea discretamente y sin muchas pretensiones. Se correrá con prisa y saldrá corriendo, como si por cada segundo que permanece tu polla dentro de su culo perdiera un átomo de hombría.

Aun sabiendo esto, aun teniendo mis preferencias muy bien colocadas, Mario era uno de esos contados hombre que hacía que se me acelerara el pulso y fantaseara con ser su puta. No quería ser su novio, ni su cita de una noche, aún menos el sumiso de resguardo, para cuando no tuviera más planes para ese fin de semana. Quería ser su puta, con todas las letras y en el sentido menos rigoroso del término. Nada de dinero en una mesilla de noche junto al amanecer, al estilo Pretty Woman. Sólo sexo con compromisos, con una carga amoral de compromisos, mucho sometimiento y absoluta disponibilidad a sus deseos.

Los hombres como yo pueden dividirse entre los que contentan con fantasear con el sometimiento, diciéndose a sí mismo que es una perversión insana que no deberían cometer, porque está socialmente condenado, y los que nos divertimos demostrando que nos importa una mierda lo que opinen de nosotros, siempre y cuando podamos recibir el placer que buscamos. Hay imbéciles irresponsables que terminan jodiendo su vida, y hay listos responsables que por mala suerte joden su vida. Pero también existimos nosotros, los que fingimos ser normales, vamos por la calle con chaqueta y corbata, asumiendo nuestros empleos de mierda con una sonrisa falsa y coqueteando con tíos que están por debajo de nuestros estándares mientras con la vista analizamos el sinfín de posibilidades que nos ofrece la noche. Follamos con imbéciles como si fuéramos hombres normales en busca de un polvo rápido, y después elegimos a un par de privilegiados con los que follar de verdad, de la manera adecuada, de la que nos gusta.

Y Mario era uno de esos privilegiados que yo había seleccionado.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

No estoy segura si debería hacer una publicación semanal o diaria.

De cualquier forma, los que leen Sangre azul, que sepan que mañana toca actualización.

Besos :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).