-Perfecto, se desmayó a mitad de camino -piensa el rubio alto dejando al pelinegro en una cama la cual le pertenecía. Sus otros dos compañeros tardarían en llegar y aun faltaban dos más que vayan a saber lo que estaban haciendo.
Se sentó enfrente del pelinegro, observándolo detalladamente, podía verlo completamente al estar solo en unos pantalones cortos, tendría que haberlo dejado al menos vestirse. Se levantó suspirando ruidosamente, odiaba hacer cosas por los demás pero su moral le decía que no debía dejarlo así al menor, además lo había traído demayado y mojado en todo el camino hasta ahí, lo menos que podía hacer era darle algo para vestirse.
Tomó un par de prendas de su armario y las arrojó sobre su cuerpo, cuando se levantara se podría vestir. Al menos que... lo vistiera él. Claro estaba que no, no sería tan gentil con un hombre al que ni siquiera conoce, de vez en cuando era así con sus compañeros y solo porque vivía con ellos.
Volvió a sentarse enfrente del pelinegro. En donde estaban parecía una cabaña en medio del bosque alejado de la ciudad, era grande y lujosa, vivían bien despues de todo.
Kris siguió observando al pelinegro, por alguna razón no dejaba de hacerlo. Su mano se dirigió a su pecho y debajo de su camisa sacó a la luz un collar, una perla turquesa brillante, algo pequeña pero muy hermosa, parecía un diamante, y por más que muchas veces trato de romperla nunca lo conciguió a lo que terminó por conservarla, tal vez era una pista de su pasado.
Estaba muy concentrado en sus pensamientos que no se dió cuenta en que momento sus compañeros habían llegado y estaban en la puerta de su habitación tratando de aguantar la risa al ver a Kris observando el collar como si estuviera enamorado de él.
-Kris yo se que van a ser muy felices juntos y van a tener muchas piedritas bebes -dijo en Chen en forma de burla, a lo que el rubio solo lo miró con mala cara, como dicen si las miradas mataran Chen ya estaría muerto- ya ya era una broma- se apoyó en la pared, con una mano en el estómago justo donde Tao lo había golpeado.
-¿Donde esta Lay? -preguntó esta vez Luhan, el chico castaño claro que Tao antes había visto
-Aun no llega, debe estar con Xiumin en algo -respondió Kris mirando hacia abajo, volviendo a esconder su collar debajo de su camisa.
-Asi que no aguantó y se desmayó eh -dijo caminando hacia Kris y observando al pelinegro quien dormía plácidamente en la cama del rubio- ¿Esa es tu ropa? -preguntó señalando las prendas sobre el cuerpo de Tao, cosa que lo sorprendió bastante, normalmente el rubio no se preocupaba por nadie, menos como para darle de SU ropa para cubrirse.
-Su cuerpo me da asco -dijo en defensa el mayor
-Jaja aunque digas eso estoy seguro que crees que tiene un buen cuerpo -dijo Luhan sentándose a un lado de Tao, acariciándo su cara delicadamente, retiando algunos mechones de su rostro, debía admirar las hermosas facciones que tenía, sobre todo sus labios tenían una forma peculiar que le darían a cualquiera ganas de besarlo -¿crees que tenga novia? -le preguntó obviamente al rubio sin mirarlo pero esbozando una sonrisa algo pícara para molestar a Kris quien lo miró y frunció el ceño, Luhan no debía estar tocándolo de esa forma, incluso iba a pararse para quitarle la mano y darle un golpe pero fue interrumpido por las exclamaciones de dos personas que entraban a la habitación.
-¡Lo encontraron! -gritó un chico de cabello oscuro con unos mechones más largos que los otros
-¿Y a ti que te pasó? -dijo el otro chico un tanto bajito con la cara un poco redonda y ojos grandes, dirigiéndose a Chen quien seguía adolorido
-¡Lay te necesito! -exclamó Chen
-¿Qué sucedió? -preguntó el nombrado yendo donde estaba Chen para revisarlo
-No contábamos con que el pequeño fuera tan fuerte -repondió este quitando su brazo para que Lay pudiera revisarlo- ¿cómo esta?
-No tan mal pero verdaderamente te dió una palisa -inmediatamente acercó sus manos a la parte dañada de Chen y al rededor de ellas una luz algo blanca apenas visible se hizo presente, como la herida era tan superficial no necesitaba tener contacto directamente con la piel- Ya esta, pero estoy sorprendido, un poco más de fuerza y te rompía una costilla... él es fuerte
-No tanto como para manejar el vuelo -dijo algo altanero Kris pero aún manteniendo su semblante serio
-Supongo que debió ser la impresión -Luhan se levantó de la cama y miró al resto- debemos estar seguro que es uno de los nuestros
-Eso ya lo sabemos, Lay lo sintió -contestó esta vez Xiumin
-No me refería a eso, él no sabe nada de todo esto, si se vuelve en nuestra contra y decide ser del bando contrario será un desastre, estoy seguro que los otros ya encontraron a su sexto compañero.
-Así mismo uno que no tiene habilidades es como si siguieramos siendo cinco, es lo mismo que nada -decía Kris cruzado de brazos, él podía ser lo más cruel posible, no le importaba decir la verdad por más horrible que sonara.
-Tal vez todavía no ha despertado en su interior su poder, pero lo tiene a fin de cuentas, solo hay que incentivarlo
-No va pasar de un día a otro Luhan, este chico no nos sirve, deberíamos buscar a otro
-No hay otro -respondió Lay apoyándose en la pared al lado de Chen- no siento ninguna marca más al rededor, la de él era la ultima
-...Nos tocó un inutil
-No seas así Kris... -el rubio iba a seguir siendo tirando abajo al pobre pelinegro pero entonces el pequeño Tao comenzó a moverse, de un lado otro, y de la nada abrió los ojos.
Se encontró con un techo extraño, no era su habitación, eso quería decir que no fue un sueño, todo había sido real, en realidad lo secuestraron, en realidad su palo salió volando por la ventana por si solo, en realidad el voló junto a... Kris, ¿donde estaba ahora? Oh él solo quería volver a su casa, a su vida aburrida por más que no fuera perfecta, no quería estar ahí pero lamentablemente ya estaba involucrado, y dudaba mucho que esos locos lo dejaran ir así como así.
Miró hacia un costado donde el rubio lo miraba fijamente con esa misma mirada fria y seria, a un costado suyo estaba Luhan, Chen estaba en la pared, y ahora se sumaban dos chicos más que el desconocía, Xiumin y Lay.
-Antes que te precipites y comiences a golpearme de nuevo -se precipitó a decir Chen al sentir la mirada de Tao en él- déjame presentarme así no estas tan temeroso
-¿Quien dijo que les temo? -preguntó Tao apoyando sus codos en la cama y así inclinarse hacia adelanta para ver mejor a su alrededor, planeando alguna manera para escapar
-Tu mirada no dice lo mismo -lo desafiaba Chen
-Por lo que acabas de decir el que parece más asustado eres tú -Kris hizo una pequeña sonrisa de lado, solo por el simple hecho que le daba gracia la situación y como Tao estaba poniendo a Chen en su lugar, no cualquiera hacía eso.
-¡Jajajajaja! Ay Chen acaban de darte tu merecido -estalló en risas Xiumin lo que provocó que los otros dos rieran tambien- me caes bien -se dirigió a Tao sin escuchar las quejas de Chen- soy Kim MinSeok pero puedes decirme solo Xiumin
-...Huang ZiTao -respondió este algo confundido ¿acaso no querían hacerle daño? ¿Por qué lo trataban amistosamente? Aunque ahora que lo pensaba no le había hecho daño en todo el camino, incluso ahora que se detenía a ver tenía ropa que suponía se la habían dado para que se vistiera él.
-Yo soy Xiao Luhan -se presentó el castaño sonriendole tiernamente- y esa ropa te la dió él -apuntó a Kris a lo que el resto se sorprendió pero no dijeron nada, sabían como era Kris de frio- su nombre es Wu YiFan pero como sabes le decimos Kris
-Y supongo que tiene voz como para presentarse él mismo -respondió Tao desafiándolo con la mirada, mala jugada, ya que al encontrarse con la mirada contraria deseó nunca haberlo mirado, esos ojos podían ser tan crueles incluso sin decir nada podía sentir claramente que lo estaba mandando al infierno
-Y supongo que tienes cerebro como para entender que nadie me desafía, ve aprendiendo inútil -y con esto último se levantó de su asiento y se dirigió hacia las escaleras que daban al comedor.
-Déjalo, él es así -dijo Lay- me llamo Zhang YiXing, me gusta que me digan Lay- sonrió dejando ver su pequeño hoyuelo, parecía muy tierno- yo te encontré Tao
-¿Qué quieres decir? -preguntó confundido, aun no entendía que era lo que estaba pasando, no sabía por qué lo habían secuestrado y llevado a ese lugar, no se explicaba como era que cosas como volar sean posibles de lograr, no entendía nada, necesitaba respuestas, ¿estaba ante un grupo de locos o de verdad estaba involuntariamente metido en sus asuntos?
-Vistete y ven abajo, estaremos todos dispuestos a darte una explicación, no te haremos daño, pero debes saber la verdad
-¡Oigan! Todavía no me he presentado -interrumpió Chen- soy Kim JongDae pero puedes decirme
-Chen -lo interrumpió Tao- de cierta forma lamento haberte golpeado así
-Esta bien, ya me vengaré -le dijo de broma sonriendo, yendo abajo junto a Xiumin
-Tómate tu tiempo, debe ser extraño pero pronto se aclarará todo Tao -Luhan apoyó su mano sobre el pelinegro y le sonrió de una manera especial, sentía que de alguna forma podía confiar en él pero aun no estaba seguro si en verdad estaba en condiciones de confiar en alguien.
Lay y Luhan se fueron al instante dejando a Tao solo. Ahora mismo tenía dos opciones, hacer lo que ellos le decían y ver cual era esa "verdad" o huir de ahí, ambas tenían su desventaja, si huía era muy posible que se perdiera y por ende terminara en manos de ellos dado que no tenía idea de donde estaba, y si se quedaba estaba expuesto a que lo lastimaran igual, en verdad veía todo aquello como una locura, unos tipos que no conocía le habían dicho cosas muy extrañas y lo trataban como si todos fueran camaradas.
Se sentó y siguió meditando, justo cuando estaba por ponerse los pantalones, sintió una fuerte mirada posada en él... era Kris en el umbral de la puerta, mirándolo con los brazos cruzados apoyado en el marco.
-Debo asegurarme que no escapes -casi susurró sus palabras
-Claro, solo vienes a ver como me visto, pervertido -atacó Tao, por alguna razón era el que menos le agradaba de los cinco
-Si fuera un pervertido lo ultimo que me gustaría espiar sería tu cuerpo desnudo -vaya que era bueno con los insultos pero a Tao no le había provocado nada, simplemente comenzó a vestirse, creyendo que Kris voltearía pero él seguía ahí con la mirada fija en Tao, no podía dejar de mirarlo por más que quisiera y vaya que lo quería, estaba quedando como si estuviera interesado en un niñato como él cosa que era todo lo contrario- demonios, si te tardas más de cinco minutos en bajar vendré y te arrepentirás ¿oiste?
-No eres mi amo, no me ordenes imbecil -Tao aun no había terminado de ponerse la camisa cuando Kris se acercó a él peligrosamente y estaba comenzando a prepararse para lo peor
-Si quisiera ser tu amo podría convertirme en eso ahora mismo, verás, eres un debilucho -decía mientras que con una mano tomaba delicadamente uno de los mechones de su cabello y lo acariciaba lentamente, estaba a unos centimentros de Tao- cuida lo que dices
-No te tengo miedo -el rubio se puso a la altura de su rostro y lo miró fijamente a los ojos, con una mano lo atrajo de un tirón hacia su cuerpo, sostiendolo firmemente para que no se escapara
-Deberías -dijo esto sobre sus labios, a escasos centímetros, Tao sentía todo el calor proveniente de su cuerpo, de alguna forma le parecía familiar, le daba un sentimiento de tranquilidad, y de una forma extraña (ya que no lo conocía) le gustaba, pero alejó todas esas ideas y se volteó su rostro hacia un costado dejando expuesto su cuello.
-No tengo razones -el mayor se inclinó al cuello de Tao y aspiró su aroma, dulce, tentador y adictivo, así lo sentía, había estado con tantas personas y con ninguna había sentido ese perfecto aroma. El pelinegro sintió la respiración pausada del rubio en su cuello y sin saber por qué cerró sus ojos, eso se sentía tan bien como tenerlo así de cerca
-Te daré razones, solo espera -terminó por soltarlo dejándole con un extraño vacío en su interior y se dirigió a la puerta- como te dije, nadie me desafía -le dijo estando de espaldas- cinco minutos ZiTao -y con esto salió de la habitación dejandolo aun más confundido si eso era posible, ¿por qué no se safó de su agarre antes? Podría haberlo hecho en cualquier momento incluso podría haberle dado una lección de quien debía tenerle miedo a quien, pero prefirió sentir su cercanía... Que locura, prefería sentirlo lejos, o de eso quería convencerse, no había forma que él se sintiera a gusto con Kris, no eran iguales, eran dos lados opuestos de una moneda, y quería estar lo más lejos posible de él.