---Cap 1---
Cinco años…
Cinco largos años de estar con Aoi, si es que se podría decir que estamos juntos realmente.
Miro por la ventanas las pequeñas gotas de lluvia aterrizando sobre ésta, pensando a qué hora llegará, si estará bien, si ésta vez me dirá te quiero al llegar.
Escucho mi teléfono sonar, pensé que era Aoi, pensando que de nuevo me enviaría un mensaje, como solía hacerlo antes. Sin embargo, de nuevo eso no sucedería, era Akira.
“Hey, Shima. Saldré a beber con Ruki. ¿Quieres venir?”
Al leer el mensaje no pude evitar recordar cuando Akira y yo salíamos a todas partes juntos. Seguimos siendo buenos amigos, pero, ya no salimos ni hablamos como antes. Por Aoi, se pone celoso de él.
“No, Akira. Aoi está por llegar, quiero verlo”.
Quería decirle que sí, pero no podía. De verdad Aoi estaba por llegar.
“Shima, ya deja a Aoi de lado por un momento. Ni siquiera te valora, nunca está contigo mas que por las noches. ¿De verdad vas a seguir con él?”
Reita siempre me decía lo mismo, que lo dejará, que no me valoraba, que no podía pasármela encerrado todos los días. Nunca le he hecho caso, después de todo, lo amo demasiado.
“Lo siento, de verdad me gustaría decirte que sí. Pero sabes que no es posible. Por favor, no insistas”.
Inmediatamente borré los últimos dos mensajes. Akira no me contestó después de eso. Supuse que se había molestado porque siempre obtenía la misma respuesta al preguntarme si quería ir a algún lugar con él.
Algunos minutos después Aoi por fin llegó, fui hasta la puerta y le sonreí.
—Bienvenido.
—Hola, pequeño –Me cargó haciendo que enredara mis piernas en él. Me llevó hasta la habitación, donde me tiró a la cama.- ¿Qué has hecho mientras no estoy? –Tomó mi celular y al igual que todos los días registró mi celular. Revisó que había hecho y que no había hecho. Casi nunca hacía nada para no molestarlo.- Que bien portado.
Se lanzó a besar mi cuello y quitar lentamente cada una de mis prendas, una tras otra.
Acaba de engañarme. Se nota a kilómetros. Lo conozco demasiado bien, no puede engañarme en ese sentido, pero no puedo reclamarle nada, si lo hago se enojaría. Cuando recién estuvo con otra persona, no tiene prisa. Hace todo lentamente. Sin embargo, cuando no me ha engañado, lo primero que quiere hacer es penetrarme de una sola vez.
Aun así disfruto sus besos, es casi la única forma en que los tengo, trato de aprovechar tanto como puedo.
Pronto Aoi ya estaba quitándose los pantalones junto a los boxers, tirándolos al aire acto seguido. No tardó en penetrarme de una sola estocada, arrancándome un ronco gemido. Comenzó a moverse rápidamente mientras jadeaba. Cuando la temperatura de nuestros cuerpos aumentó, se quitó por fin aquella fastidiosa camisa, que minutos antes, no me permitía ver su bien formado pecho. De verdad que era el hombre perfecto.
Me encantaba esa forma en la que me lo hacía. Aoi me hacía ver estrellas, casi hasta poder tocarlas.
Pero ese momento fue interrumpido por mi celular sonando, de nuevo. Ahí tenía la respuesta de Akira. Sin salir de mí, Aoi se estiró hasta llegar a mi celular. Estaba totalmente nervioso, no sabía que decía. No mentiré, tenía miedo, y mucho.
—“Déjalo de una vez” –Leyó Aoi en voz alta para después tomarme del cabello con fuerza, jalando de éste, hasta que logró acercarme a él.- ¿Qué más estuviste hablando con él?
—Nada, nada. Te lo juro –Contesté tomando las manos de Aoi. Estaba lastimándome.
—No soy un imbécil, ¡Contéstame! No es tan difícil. Dime de que más estuviste hablando con él.
—De nada, te lo juro, mi amor. No estuvimos hablando de nada más. Sólo le dije que no los acompañaría, eso fue todo –No vi venir nada, sólo sentí el golpe que me dio en la cara.-
—¡Dime la verdad, carajo!
No tuve tiempo de contestar nada más, mi celular volvió a sonar. Es claro que Aoi no tardó ni un segundo en ver que era lo que me había llegado.
—“Lo siento, Shima, confundí los números. Ese mensaje era para Kai, lleva molestándome sobre algo desde hace rato” –Volvió a leer.- Bien, te salvó –Ahora estaba enojado, sin soltar mi cabello me puso a cuatro patas y volvió a penetrarme salvajemente. Volví a gemir, sin embargo, ésta vez más de dolor.-
Se notaba que simplemente quería terminar. No era un imbécil. Estaba guardándome esto, lo sabía.
Después de que se corrió dentro de mí, volvimos a lo mismo de siempre. Se fue, me dejó solo.
Estaba muy cansado y adolorido. En realidad, más que nada de momento tenía miedo. No tengo una razón concreta para estar asustado, pero lo estaba.
Como de costumbre comencé a llorar. No podía contenerme, simplemente lo hacía todos los días. Era tan monótono. Sin embargo, estoy seguro de que si tan solo me volviera a decir que me quiere, tal vez si pudiera volver a decirme con sinceridad aquellas palabras, ya no lloraría.
Pero, ¿qué puedo decir? No hay nada más que pueda hacer, siempre caigo a sus pies con cada pequeña acción que hace.
Es como si en estos últimos cinco años, estuviese estado completamente solo. Bueno, en realidad estar solo es bastante parecido a lo que vivo ahora, la única diferencia es que, se supone que tengo pareja.
Me enamoré perdidamente de la causa de mi dolor y mis lágrimas.