Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Broken Realizations por Karasu_Seiko VI II I

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Autor: namlessliberty7

Publicación original: Broken Realizations

Fecha: Febrero 7, 2013

-Oneshot-

Notas del capitulo:

Voy a copypastear las notas en todos los fics que suba al desafío, así que si ya leíste esto, mejor que te saltes a leer y a las notas finales, que esas sí están diferentes XD

3/8
Los voy a enumerar porque... porque sí, para llenar espacio y para no confundirme, que estoy que me caigo de sueño (?)

UGH
No sabía en el lío que me estaba metiendo cuando prometí ocho fics para el DIK de este año; pero voy a pecar de soberbia y decir que si algo bueno tengo, es palabra. Así que aquí estoy, acabo de revisar todo y vine directo a publicar uwu

Esta vez no puse mi opinión personal porque me dio paja pensar en algo y escribirlo, tampoco puse géneros, ni advertencias, ni nada... Lo lamento, es que era mucho :c

Y pues nada~
Satúrense de Kai♥ que si al niño no le dan suficiente protagonismo, pues mínimo que aquí sea la estrella.

El pelinegro no pudo dormir esa noche. No pudo forzarse a cerrar los ojos, no pudo relajar su mente, y no pudo calentar su cama en la fría noche. Apartó las sabanas refunfuñando y se levantó en sus inestables pies, balanceándose hacia adelante y atrás por un rato antes de recuperar el equilibrio. Caminó a paso ligero en dirección a la cocina, decidiendo que una taza de té caliente le haría bien a su cabeza en un momento como ese. Parado frente a la encimera, esperando a que el agua hirviera, el pelinegro analizó su oscuro y desierto departamento, con un sentimiento de vacío golpeando su corazón.  

Siempre había un periodo después de los tours en las que uno se sentía insignificante. Cuando tenías que forzarte a dejar el escenario, dejar los gritos de tus fans, y regresar a un lugar en donde nadie espera por ti. Incluso aunque pudieras entrar a internet y ver cientos de mensajes de tus seguidores, siempre estará ese sentimiento. Todo lo que Aoi realmente tenía, y lo meditó durante los días posteriores al tour, eran su distanciada familia y la banda. Pero quizás eso es a lo que uno se atenía cuando vendía su vida al espectáculo… Tal vez uno siempre pone lo que quiere por encima de su modo de vida, y era sólo en momentos como este que podías darte cuenta. Después de un tour, parecía que siempre iba a ser de esta forma; oscuro, solitario, y silencioso. Se sentía como si el mundo no notara si Yuu se iba, sólo llorarían por la pérdida de su querido Aoi. Con un pesado suspiro, el pelinegro envolvió sus adoloridos dedos alrededor del humeante vaso y caminó hacia su sofá vacío, reflexionando sobre los sentimientos dentro de su pecho. Se sentó sobre el cuero frío, colocando una manta sobre su regazo y doblando las piernas bajo él, sin siquiera pensar en alcanzar el interruptor de la luz o el control remoto.  

Era algo como un bajón, una caída desde un trono, o ser sacado de un colorido sueño. La fuerza con la cual los músicos son lanzados de regreso a sus realidades de colores fríos es lo que realmente los aniquila; el hecho de que un día son el centro del universo de alguien, sólo para después estar fuera de sus mentes hasta que hacen algo digno de notar. Los labios de Aoi se apretaron ante el pensamiento, con su pecho sintiéndose oprimido a medida que meditaba en lo que estaba sintiendo. «Entonces la forma en la que actuamos, tan diferente de nuestro verdadero yo, ¿es a causa de nosotros o de los fans? ¿Es algo que yo quiero, o es algo que hago porque quiero que me vean?». Se quedó mirando al frente en blanco, con el pensamiento muy concentrado en sí mismo como para poder ver lo que pasaba a su alrededor. «¿Es mi vida, a este punto, más como una historia para ellos?», se cuestionó el pelinegro, pensando en Aoi y Yuu. «Pero, ¿cuál es el uso de las historias que ni siquiera son reales?». Una fría lágrima se derramó por su rostro, y levantó la mano para limpiarla rápidamente. Bajó la mirada hacia su mano humedecida, frunciendo los labios. Los diez días después de un tour, fácilmente podrían ser comparados con un viaje al décimo círculo del infierno.  


~~~~~~~~~~ 


Kai abotonó rápidamente su abrigo de lana, metiendo el final de su bufanda en el cuello de éste y sus manos enguantadas en los bolsillos mientras caminaba hacia la puerta, dejándose abrazar por la oscuridad y el frío. El moreno caminaba sin rumbo, inclinando la cabeza hacia arriba y soltando un profundo suspiro, sonriéndole a los patrones blancos que bailaban en el cielo ennegrecido. Como de costumbre, Kai no pudo dormir esa noche, y lidió con ello de la forma que mejor conocía: salió a dar un paseo. Después de los tours, en especial los estresantes como el Decade, a veces obtenía como resultado un insomnio extremo. Era como si todo el estrés acumulado y la tensión en su cuerpo no lo dejaran en paz, y le exigían ser liberados de alguna forma. Después de tantos años de dar conciertos, había llegado a la conclusión de que lo que realmente necesitaba era caminar, sin que tener que estar en algún lugar a un tiempo determinado, sin tener a nadie que lo molestara; simplemente necesitaba un momento para relajarse. En realidad nunca prestaba atención a dónde lo llevaban sus inquietos pies, y para ser honesto, nunca estaba lo suficientemente despierto para que de verdad le importara. El moreno simplemente se sonrió y siguió deambulando, decidiendo que una vez que sus piernas se sintieran pesadas y sus hombros relajados, se daría la vuelta y regresaría a su vacío departamento.  


Mirando a su alrededor, una pesada sensación de soledad lo envolvió, algo que nunca se había molestado en ver antes. Había algo con respecto a la forma en que sus pasos hacían eco con fuerza en el aire, y las aceras que permanecían sin gente, que de repente lo golpearon. Era como observar una casa de conciertos vacía después de un gran espectáculo; imágenes fantasmales de cuerpos danzantes y sonrisas de éxtasis llenando tu visión, cuando en realidad sólo eras tú y el aire vacío. Sintió sus pasos detenerse mientras pasaba un viejo y abandonado edificio, con las ventanas de cristal rotas y sustituidas con tablones de madera mal colocados. Ver lo que solía ser una calle tan concurrida convertida en nada, donde simplemente te sentías como uno en un millón al caminar, creó una punzada de emoción en el corazón de Kai. «Tal vez esto es de lo que los otros siempre hablan…», pensó Kai, alzando su cabeza hacia arriba y tomando una visión de la altura completa del edificio arruinado ante él. «Quizás es esa depresión de músicos»

Era algo que un optimista como Kai nunca entendió. ¿Por qué estarías deprimido luego de hacer tan buen trabajo? ¿Por qué no simplemente estar más emocionado por preparase para su próximo éxito? Pero mirando a este edificio, algo dentro de él se rompió. «Supongo que de lo que todos estaban hablando, es de un miedo que todos nos negamos a admitir, ¿no es así?», caviló Kai, sacando su cámara de bolsillo y tomando una fotografía antes de forzarse a dar la vuelta. No es cuestión de lo que hayamos hecho, es el miedo a lo que no podemos hacer. «Preguntas de ‘¿qué pasaría si?’ y ‘¿ahora qué?’. Supongo que todos tememos el día en que un concierto será el último, y que nunca tendremos otra meta a la cual llegar», pensó el castaño, mirando hacia el cielo oscurecido de nuevo mientras caminaba hacia el frente, dejando el edificio decadente detrás de él. «Pero, ¿por qué debemos temer un día que podría no estar tan lejos? ¿Por qué no podemos soñar con el día en que llegamos a cada meta que queremos? Soñar con un día en el que fijamos unas nuevas. Objetivos que son incluso más altos que lo que podríamos haber imaginado alguna vez hace diez años». 

Para cuando se alejó de sus propios pensamientos, ya estaba parado frente a una puerta que le parecía familiar, una que había visto muchas veces antes. Con una mano vacilante, tocó en la superficie sólida, esperando que el residente estuviera despierto a esa hora sacrílega. Una dulce sonrisa adornó sus labios cuando vio la puerta retroceder un poco, sólo para abrirse por completo cuando el otro se dio cuenta de quién era. 

—¿Kai? ¿Qué haces aquí? —preguntó el pelinegro, indicándole a Kai que entrara. 

—No podía dormir… así que salí a dar un paseo y de alguna forma terminé aquí —explicó el castaño mientras pasaba y se quitaba sus botas y el abrigo—. ¿Estás bien? —preguntó, girándose para encarar al otro. No era un secreto que el pelinegro era el más emocional de la banda, y Kai siempre se preocupaba por cómo se sentía—. ¿Has… has estado llorando? —cuestionó Kai al ver los ojos enrojecidos del otro. El pelinegro simplemente sonrió con tristeza y se dirigió hacia el sofá, dejando al castaño parado junto a la puerta, sin saber muy bien qué hacer. Una apacible melodía llenó el aire, y Kai caminó hasta Aoi, sólo para verlo rasgueando con suavidad en su acústica, con la mirada baja viéndola y una expresión triste. Sin decir una palabra, Kai se sentó al lado del otro, sintiendo sus ojos hacerse pesados por los relajantes sonidos procedentes de las manos habilidosas del otro. Antes de darse cuenta, la música se quedó inmóvil en el aire, y Aoi había quitado la guitarra de su regazo, indicándole al castaño que yaciera allí en su lugar. Sin siquiera dudarlo, Kai acomodó su cabeza en el regazo del otro, con un suave suspiro escapando de su boca al sentir una cálida manta posarse sobre su cuerpo, luego sintió unos dedos callosos acariciarle el cabello. 

—Yo tampoco podía dormir, Kai —susurró el pelinegro, alejando sus manos del cabello del castaño y tomando su guitarra otra vez, reanudando la gentil melodía—. Es sólo que… tuve estos pensamientos acerca de lo que estamos haciendo —continuó tranquilamente, adormeciendo a Kai con su voz calmada.  

—Lo sé, Yuu, lo sé. También lo pensaba —susurró en respuesta, girándose para quedar sobre su espalda y poder mirar directo al otro. El pelinegro dejó de tocar al escuchar su nombre real, bajando la mirada hacia el otro con los ojos bien abiertos—. Y Yuu —murmuró Kai otra vez, sentándose y moviendo la guitarra con amabilidad, para luego tomar del mentón al otro y verlo a los ojos—, no quiero que nunca más vuelvas a sentirte solo —El castaño envolvió sus brazos alrededor del pelinegro, acercándolo y haciendo que recargara la cabeza en su pecho.  

—Yutaka, yo… —comenzó Aoi, sólo para ser silenciado por un suave ‘shhh’ proveniente del otro.  

—Yuu, necesito decirte algo —dijo Kai con simplicidad, con la cabeza de Aoi en su pecho, disfrutando de ese contacto tan necesitado—. Hoy fue el primer día en el que me sentí real y verdaderamente solo, sentí como… como si Kai fuera todo lo que la gente ve, y que Yutaka era alguien del pasado. Pensé en muchas cosas, y me di cuenta de algo… No puedo quedarme atrapado en las dudas de lo que pasará después, tengo que centrarme en qué sigue y en cómo llegar hasta allí. Y cuando estaba caminando no pude evitar darme cuenta… —Se detuvo, mirando hacia abajo y percatándose de que el otro hipaba, las lágrimas fluían tranquilamente por sus mejillas—, de que te necesito, Yuu —Kai finalizó con una apacible sonrisa, alzando la cabeza del pelinegro y presionando sus labios suavemente contra los suyos, apegándose a él más que antes. Kai terminó el beso, limpiando las lágrimas de Aoi que seguían fluyendo—. Te amo. Te amo por ser Yuu. El estúpido, emocional y temperamental Yuu —susurró el castaño, consiguiendo que un dedo se presionara contra sus labios, evitando que hablara más.  

—Yutaka, no creo poder haberlo dicho mejor… —susurró con una media sonrisa, finalmente dejando de llorar. El pelinegro retiró el dedo, atrayendo a Kai por otro dulce beso—. Y no ceo poder sobrevivir esto otra vez sin ti aquí, conmigo. Te amo, Yutaka. 

Notas finales:

EMPALAGOSO Y DRAMÁTICO AL MIL (?)

Me pregunto si realmente les dará ese tipo de tristeza a los chicos, no se me hace difícil imaginarlo uwu

Gracias por leer, agradecería mucho que pasaran a ver lo demás~

@KarasuSeiko


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).