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Shot Through the Heart por Karasu_Seiko VI II I

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Notas del fanfic:

Autor: puss_nd_boots

Publicación original: Shot Through the Heart 

Fecha: Diciembre 31, 2012

-Oneshot-

Notas del capitulo:

Voy a copypastear las notas en todos los fics que suba al desafío, así que si ya leíste esto, mejor que te saltes a leer y a las notas finales, que esas sí están diferentes XD

8/8
Los voy a enumerar porque... porque sí, para llenar espacio y para no confundirme, que estoy que me caigo de sueño (?)

UGH
No sabía en el lío que me estaba metiendo cuando prometí ocho fics para el DIK de este año; pero voy a pecar de soberbia y decir que si algo bueno tengo, es palabra. Así que aquí estoy, acabo de revisar todo y vine directo a publicar uwu

Esta vez no puse mi opinión personal porque me dio paja pensar en algo y escribirlo, tampoco puse géneros, ni advertencias, ni nada... Lo lamento, es que era mucho :c

Y pues nada~
Satúrense de Kai♥ que si al niño no le dan suficiente protagonismo, pues mínimo que aquí sea la estrella.

Kai no era alguien a quien normalmente verías vagando por bares. Nadie estaba completamente seguro de lo que el líder hacía cuando no estaba trabajando para el beneficio de la banda, pero estar derribado sobre un abrevadero de whisky por lo general no estaba en la lista de “cosas en las que pensamos que Kai podría estar”. 

Y fue por eso que Aoi se sorprendió al ver a su compañero de banda sentado allí, hundiéndose en un vaso de whisky a tal grado que hasta parecía que iba a ahogarse en él. (Esto era algo malo, no sólo por las razones obvias, sino también porque el whisky tendría una muy mala reacción química con los productos para el cuidado del cabello visual kei). 

Incluso más sorprendente que la bebida, era el hecho de que Kai lucía como un cachorrito apaleado. Eso no era propio de él. Kai era la persona más sonriente y optimista que Aoi conocía. Podría estar allí parado en medio de los resultados de la apocalipsis diciendo: «¡Hey, al menos ahora habrá menos tráfico!». 

Esto ameritaba investigación. Aoi agarró su propia bebida y se acercó al batero. —Hola —dijo—. ¿Qué pasa? 

—Nada —murmuró Kai, sin levantar la cabeza.  

—No luces como si no pasara nada —dijo Aoi. 

—Estoy bien —contestó Kai, sonando tan "bien" como alguien que acaba de pasar por una calamidad devastadora. 

—Bueno, voy a empezar a intentar adivinar qué es—dijo Aoi. 

Kai sólo gruñó. 

—Vamos, sabes que puedes contarme lo que sea, ¿verdad? Una superestrella no traiciona la confianza de un amigo. Ahora, ¿tiene algo que ver con la PSC? 

Kai negó con la cabeza. 

—¿Peleaste con alguno de los chicos? 

Otra negación con la cabeza. 

—¿Problemas amorosos? 

Esto sólo provocó que Kai se hundiera aún más, hasta que Aoi pensó que su rostro iba a terminar pegado a la parte inferior de ese vaso. Bueno, ahí tenía su respuesta afirmativa.  

—¿Alguien te rechazó? —preguntó. 

Kai extendió la mano y apretó el vaso de whisky, como un hombre que se ahoga aferrándose a un salvavidas. Y podemos marcar eso como otra gran "afirmación". 

—¿Te importa decirme quién es?  

Kai suspiró. —Me ha gustado desde siempre —dijo—. Se lo dije y, bueno… —Volvió a suspirar—. Él me rechazó. Me dijo que le gustaba como amigo, pero… —Le dio un gran trago a su bebida—. No soy su tipo. 

—Oye, espera un momento —dijo Aoi—. ¿Quién es él

—Naoki —contestó Kai, mirando su vaso, como esperando encontrar el significado de la vida allí—. Ya sabes, el de Kagrra. Hicimos un programa de radio juntos, y yo… como que dejé salir mis sentimientos al aire. Sólo un poquito. Y después le dije que de verdad me gustaba, y… —Otro gran trago. 

Así que esa era la razón por la que Ruki le había mandado un mensaje diciendo: «nuestro batero se le está declarando a alguien en público». Había pensado que estaba bromeando. Kai no era precisamente un tipo de acosador. Joder, realmente debió haberle gustado ese chico. 

Ahora, por supuesto, el primer impulso de Aoi fue decirle: «eh, ¿tal vez no debiste habértele declarado en la radio?»; pero eso era la última cosa en el mundo que Kai quería, o necesitaba, escuchar en ese momento. Su corazón estaba completamente roto. 

Así que, en lugar de eso, dijo: —¿A qué clase de chico no le gustaría alguien como tú? —Puso su mano en el hombro de su amigo. 

—Obviamente, a uno como él —dijo Kai, con más amargura en su voz de la que Aoi alguna vez pensó sería capaz de mostrar. Vio a su amigo apurar su trago con la velocidad de una liebre engrasada. 

—Oye, tranquilo —dijo Aoi—. Esa bebida es potente —Vio a Kai empujar el vaso hacia el frente para que le volvieran a servir. Genial, ahora estaría deprimido y borracho. 

—Puedo manejarlo —balbuceó Kai. 

Muy bien, iba a tener que ponerle un fin a esto antes de que su líder se condujera a un coma etílico. —Mira, sé que es horrible. Sé que estás molesto en este momento. He estado allí. Lo creas o no, alguien me rechazó también. 

—¿En serio? —dijo Kai con voz apagada, tomando su segundo vaso y bebiendo de él. 

—Sí, sé que suena ridículo, ¿verdad? —dijo Aoi—. Pero lo creas o no, hay un chico que me atravesó el corazón. Estuve abatido durante días.   

—¿Y qué hiciste? —preguntó Kai. 

—Me di cuenta de que no era el único hombre en el mundo —dijo Aoi—. Sé que es difícil, y la última cosa en el mundo que quieres escuchar ahora mismo, pero…  —Movió su mano al brazo del otro hombre—. Tal vez no estaba destinado a ser, ¿sabes? Tal vez alguien más está destinado a entrar en tu vida. 

Kai sólo gruñó, mirando fijamente su bebida de nuevo.  

—Hay alguien ahí fuera que es mejor para ti —dijo Aoi—. Es sólo que no lo has conocido todavía. O tal vez sí, pero aún no te has dado cuenta. Incluso podría ser alguien a quien ves todos los días. Cosas más extrañas han pasado, ¿no? —Le palmeó el hombro otra vez—. Pero, mira, eres joven y atractivo. Tienes toda tu maldita vida por delante. Eres un líder de banda brillante, no podríamos haber llegado al Tokyo Dome sin ti. Eres un gran músico, e incluso escribes canciones estupendas. 

—Ustedes rechazan la mayoría de mis canciones —dijo Kai. 

—Bueno, eso es porque eran demasiado pop para nosotros —contrarrestó Aoi—. No lo hicimos porque no fueran buenas —La mano todavía en su hombro se estrechó en un apretón—. Escucha, me duele verte así, ¿sabes? Eres mi amigo. Quiero que te sientas mejor. Dime qué puedo hacer por ti. 

Kai alzó la cabeza. —¿De verdad quieres saber? —dijo. 

—Sí —contestó Aoi—. Dime qué es, y lo haré.  

Kai dio otro gran trago, dejó el vaso, y dijo: —Quiero que me hagas el amor. 

Bueno, ESA no la vio venir. A tal punto que hasta se atragantó, y estuvo cerca de escupir su bebida desde un extremo de la barra a la otra. —Tú… ¿qué? —preguntó. 

—Ya me escuchaste —dijo Kai—. Necesito sentirme… ni siquiera sé cómo —Volvió a hundirse en su vaso. 

—¿Hermoso? —dijo Aoi—. ¿Y amado? 

Kai simplemente asintió.  

Aoi envolvió un brazo alrededor de sus hombros. —No necesitas sentirte hermoso —dijo—. ERES hermoso. Eres uno de los hombres más buenos que he visto en mi vida. La única razón por la que no había tratado de meterme en tu cama es… —rio entre dientes—. Es algo así como poco sofisticado tratar de seducir al líder.  

Kai simplemente tomó otro trago. Sí, Aoi iba a tener que acatar su pedido si no quería tener que arrastrarlo por el suelo más tarde. 

—¿Y en cuando a ser amado? No tienes idea de lo mucho que significas para nosotros. Todos nosotros. Joder, no puedo imaginar no tenerte. La vida sin Kai sería… bueno, simplemente no sería vida, ¿entiendes? 

Kai volteó a mirarlo lentamente. —Entonces… podrías… 

Aoi se inclinó, acercando sus labios al otro hombre. Al diablo con los reporteros que pudieran estar ahí, o las fangirls chismosas que luego publicarían sobre eso en Tanuki. De todas formas nadie creía en esa mierda. 

Kai le devolvió el beso con entusiasmo, con las manos enredándose en el cabello de su compañero de banda, acercándolo más. Aoi abrió los labios, dejando que su lengua se deslizara en la boca de Kai, sólo lo suficiente para que la sintiera, como una promesa de lo que vendría. 

El guitarrista se separó de su amigo, quien aún le tocaba el cabello. —¿Eso responde tu pregunta? —dijo. 

Kai tenía un pequeño indicio de su habitual y brillante sonrisa en la boca. Fue suficiente para decirle a Aoi que se estaban moviendo en la dirección correcta. 

—Vámonos —pidió Kai. 

Aoi rápidamente pagó la cuenta de ambos. Bueno, igual esperaba llevarse a alguien con él esa noche, pero no contaba exactamente con que fuera uno de sus compañeros de banda. Tampoco es que se estuviese quejando. 

No estaba bromeando cuando dijo que había considerado llevarse a Kai a casa desde antes. 

 

*** 

 

Tan pronto como la puerta del departamento de Aoi se cerró detrás de ellos, Kai tomó al otro hombre y lo estampó contra la pared, devorándolo con voracidad, con las manos comenzando a tirar de sus botones. 

Bueno, demasiado tarde como para ofrecerle otra bebida y algunos bocadillos. 

Aoi abrió su boca con un pequeño gemido, sintiendo la lengua del líder buscar la suya, como si estuviera buscando una luz en la oscuridad. Sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo de Kai, pensando algo como: «demonios, él realmente ha estado ejercitándose, voy a disfrutar esto incluso más de lo que...». 

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos afilados dientes mordiendo su cuello, lo que le provocó soltar un quejido. Un segundo, era Kai al que había traído a casa, ¿cierto? No creyó que fuera así de... 

Y ahí iban los botones de su camisa, desprendiéndose y rodando por el suelo, ya que Kai literalmente le arrancó la prenda. Menos mal que había decidido no vestir nada nuevo. 

La camisa se deslizó por sus brazos, y él se la terminó de quitar, dejando escapar un gemido cuando la boca de Kai se aferró a su pezón chupándolo con fuerza, rasguñando ligeramente su pecho y estómago. Santo Dios, se estaba convirtiendo en un animal. 

No era como si a Aoi le importara precisamente. Joder, no. Había pasado mucho tiempo desde que intentaron someterlo tan en serio; y dado que se trataba de Kai, de todas las personas, sólo lo hacía más excitante. 

La lengua de Kai se paseaba por el botoncito erecto mientras sus dedos se movían por el cierre de los pantalones de Aoi, tirando hacia abajo, y luego bajó también la tela. El guitarrista sintió que los dedos se envolvían alrededor de su extensión firmemente, y que la boca se movía hacia el otro pezón para luego morderlo. La combinación de placer y dolor se dispersó por todo su cuerpo, haciéndolo gritar. 

Oh, por Dios, este era un lado de Kai que nunca había visto. ¿No se describía siempre a sí mismo como un masoquista? Bueno, está bien, aunque también estaba el hecho de que los del staff le tenían miedo, ¡pero eso no tenía nada que ver con sexo! 

Había un pulgar frotando la punta de su pene, y dientes mordiendo su pezón otra vez, y Aoi se estremeció con fuerza, aferrándose al otro hombre, perdido en una sensación intensa. —¿Planeas darme nalgadas después? —jadeó. 

Una breve pausa siguió, justo lo suficiente para que Kai se pusiera de pie y se quitara la ropa, revelando que él ya estaba totalmente erecto. Y entonces, Aoi fue tomado por la mano, arrastrado hasta el sofá y tumbado sobre el regazo de Kai. 

Santa madre, estaba bromeando con respecto a eso. ¡Bromeando! Pero sólo tuvo tiempo de decir «mi palabra de seguridad es "ramen"» antes de que una mano extensa cayera sobre su parte baja, robándole el aliento. 

Era una locura. Era un completo disparate. Y era KAI, de todas las personas. Pero también era emocionante e intenso, y erótico; no había recibido un buen azote en un muy largo tiempo, y Kai tenía las manos hechas para ello. 

Otro golpe aterrizó sobre la parte izquierda de su trasero, y luego otra vez en la derecha, las nalgadas estaban controladas de tal manera que le proporcionaba la cantidad justa de ardor, o al menos la suficiente para hacer que Aoi gimiera y se aferrara a la tela del sofá. 

Y no le daba tregua. Una nalgada tras otra, golpeándolo a un ritmo perfecto; bueno, por supuesto que tendría ritmo, es un puto baterista. Incluso curvaba su mano para hacer los golpes más potentes. 

Aoi estaba perdido por completo en la sensación, en un estado de rendición total, con su culo arqueado hacia el hombre que le estaba entregando tan exquisito dolor y placer. Estaba muy acostumbrado a tomar el control durante el sexo, le era algo nuevo y caliente dejar que alguien más tomará el mando. 

—¿Suficiente? —preguntó Kai, alzando la mano, y Aoi asintió. Se percató de que lo levantaban, hasta que estuvo cara a cara con Kai... 

Y entonces, fue besado con una dulzura y gentileza sorprendentes, considerando lo que había pasado antes. Lo tomó completamente fuera de guardia una vez más, y se entregó a ello con entusiasmo, dejando que la boca de Kai acariciara la suya, sintiendo unas manos amables sobre su cuerpo, tocando su piel. 

La boca del otro hombre se separó de él, y Kai dijo con una voz sin sentido: —Levántate y agáchate —Aoi lo hizo, apoyando las manos en el sofá, con el trasero expuesto, jadeando de anticipación. 

Escuchó a Kai ir hasta sus pantalones y buscar a tientas condones y lubricante; la razón de que llevara eso consigo probablemente era que pensó que lograría algo con su platónico esa noche. Esperó a sentir uno de los gruesos dedos del otro hombre penetrándolo. 

En vez de eso, Kai se dejó caer detrás de él y le clavó los dientes en el culo, haciendo a Aoi saltar y quejarse de nuevo; especialmente porque su parte inferior ya estaba muy sensible por las nalgadas. Y entonces, un dedo lubricado se adentró en él, estirándolo suavemente, comenzando a empujarlo dentro y fuera... Cuando Aoi gimió de placer, Kai lo volvió a morder, provocando un gemido aún más fuerte. 

Cuando el segundo dedo se deslizó dentro, la cabeza de Aoi estaba colgando, su respiración transformándose en jadeos y sus manos aferrándose al sofá. Estaba deleitándose por completo con la sensación, sintiéndose totalmente a merced de su líder de la mejor manera posible. Se empujó hacia atrás contra los dedos, tratando de que Kai lo hiciera más rápido, pero a cambio sólo obtuvo otro mordisco, como si le dijera "recuerda quién manda aquí". 

Ya que Kai le había dicho de una manera necesitada que le hiciera el amor, a  Aoi le gustaría ver lo que sucedería si Kai le hubiera dicho algo como: «quiero entregarme a ti esta noche». Probablemente habría terminado encadenado a la pared, siendo azotado. 

Y no es que esa idea no tuviera tentadoras posibilidades… 

El tercer dedo entró, y Aoi murmuró que ya estaba listo, más que listo. Necesitaba que se lo follara ya. Necesitaba que Kai arremetiera contra él y así poder completar la posesión, una que los llevaría a ambos a gritar de éxtasis.  

Una pausa, durante la cual escuchó el desgarro de un paquete de un condón y la salpicadura del lubricante, y entonces unas manos lo tomaron por las caderas y un mimbro se presionó contra su entrada, haciéndolo gemir alto.  

—¿Quieres esto? —dijo Kai. 

—Sí. 

—Entonces ruega —respondió Kai, apretando su agarre, clavándole los dedos en la piel.   

Aoi resopló. —Por favor —dijo—. Por favor, te necesito dentro, necesito tenerte… 

—¿Qué tanto lo quieres? —dijo Kai. 

—Tanto que me duele por dentro —gimoteó Aoi—. Por favor, por favor, explotaré si no lo… 

Y entonces Kai comenzó a introducirse con más cuidado y ternura de lo que sus crueles palabras lo llevarían a uno a esperar, y Aoi se aferró al sofá, jadeando de nuevo. Dios mío, estaba tan lleno de sorpresas. ¿Por qué carajo no sabía que Kai podía ser un amante tan asombroso? Debería haber mandado al diablo todo lo que la gente pensaba.  

Kai se detuvo cuando estuvo dentro por completo, luego se inclinó para besar suavemente la oreja y cuello de Aoi, y éste ronroneaba bajo la atención. 

Entonces, mientras sus caderas comenzaban a moverse, atrapó el arete del otro hombre en sus dientes y le dio un fuerte tirón, seguido de su boca moviéndose hasta el cuello de Aoi y entregándole un mordisco.  

El batero estaba empezando a embestir más rápido y con más fuerza, y Aoi empujaba sus caderas hacia atrás contra él, dejando salir gemidos y gritos incomprensibles, sintiéndose casi fuera de su cuerpo por la intensidad de todo. 

Las bruscas mordidas se alternaban con sensuales lamidas; la lengua de Kai se deslizaba desde debajo de su cuello hasta la quijada, antes de hincar sus dientes otra vez, justo cuando su polla tocaba un punto dulce en el interior de Aoi, creando un contraste exquisito de placer y dolor. 

No sabía dónde había aprendido Kai a hacer esto, no sabía si era algo que hacía regularmente con sus conquistas o si era un experimento de una sola vez. Sólo sabía que era el jodido tipo más suertudo del mundo en ese preciso momento. 

Kai estaba aumentando la velocidad, penetrándolo sin descanso, y ahora sus manos estaban moviéndose a lo largo de sus costados, arañándolo sólo con la fuerza suficiente para que lo sintiera, suficiente para que sus gemidos se hicieran aún más ruidosos. Aoi tenía las manos sujetas al respaldo del sofá, su corazón latía  como si fuera un tambor que Kai estaba tocando.  

—Dime que quieres correrte— jadeó Kai, antes de una estocada profunda y dura que pareció robarle el aliento a Aoi una vez más. 

—Sí —contestó Aoi—. Necesito correrme, por favor, por favor déjame…  

Los dedos de Kai se cerraron alrededor de su erección, pero no se movieron. —Dilo de nuevo —gruñó. 

—Por favor —lloriqueó Aoi—. Estoy ardiendo, por favor, por favor, haz que me corra, Kai, por favor…   

Hubo una rápida fricción en su pene, y de repente Aoi estalló, casi gritando mientras su esencia se vertía sobre los dedos de su amante; y luego, con una fuerte estocada, Kai soltó un gemido salvaje y se corrió también, dejando caer la cabeza sobre Aoi mientras sentía los últimos impulsos de placer. 

Colapsaron en el sofá, temblando, y Kai acunó a Aoi en sus brazos, besándolo y acariciándolo, sosteniéndolo cerca. Aoi simplemente cerró los ojos y se rindió ante el dulce trato.  

No podía recordad la última vez que tuvo una experiencia así de intensa.  

Kai levantó gentilmente la barbilla de Aoi para poder besarlo. —Gracias —dijo—. Necesitaba eso. 

—También lo necesitaba —dijo Aoi—. Sólo que no lo sabía hasta que comenzaste.  

—Pensé en esto antes —dijo Kai—. En estar contigo, quiero decir. Es sólo que no lo hice porque no quería que… 

—¿Pareciera como si estuvieras tomando ventaja de tu puesto? —dijo Aoi.  

Kai asintió. 

—No tienes que preocuparte por eso. Con un liderazgo como el tuyo, no creo que alguien se atreva a desafiarte —Y se refería a tanto dentro como fuera de la cama. 

Kai rio, volvió a besarlo y lo acercó más. Sí, tenía que hacerse cargo de la limpieza… pero eso podía esperar hasta otro momento.  

—¿Quieres saber lo que él me dijo cuando me rechazó? —dijo Kai.  

¿Él? Oh, ya, Kai había sido rechazado por su amor platónico. Algún tipo de Kagrra. Su mente estaba tan abrumada que Aoi había olvidado por qué estaban allí en primer lugar. 

—¿Qué te dijo? —preguntó Aoi.  

—Había escuchado que yo podía ser un sádico en la cama, y que a él no le iba eso —dijo Kai.  

—No entiendo de dónde pudo sacar esa idea —murmuró Aoi, llevando su mano hasta las mordeduras en su cuello para sobarlas. Los maquilladores iban a vérselas difícil con eso. A la mierda, valió la pena.  

Kai inclinó su cabeza contra la de Aoi. —¿Puedo quedarme toda la noche? —dijo.  

—¿Bromeas? —dijo Aoi—. Por su puesto que puedes. Sólo hay que movernos para la próxima ronda a mi habitación. Será más cómodo y… —Levantó la mano y acarició el cabello del otro hombre—. No sé, puedes atarme a la cabecera de la cama con una bufanda. 

Se miraron a los ojos el uno al otro, y luego se echaron a reír.  

Aoi había ido hasta allí para ofrecer sexo curativo. Obtuvo mucho más a cambio. Y estaba ansioso por descubrir cuánto más iba a obtener. 

 

*** 

 

Aparentemente el chisme de la declaración de Kai se había difundido muy rápido. Aoi se vio inundado con mensajes desde Kazuki («¿Acaso todos en tu banda son raros?») hasta Hiroto («Kai no es así todo el tiempo, ¿verdad?»), e incluso Reita («Escuché que hay una apuesta oficial en toda la PSC sobre cuánto tiempo pasará antes de que Naoki ponga una orden de restricción en contra de Kai»). 

A Aoi no le importaba. Ya no habría más comportamiento acosador, ni nada de órdenes de restricción. Se estaba asegurando absolutamente de que Kai se olvidara de ese tipo, que lo olvidara por completo. Luego se aseguraría de que no pensara en él otra vez. 

Tampoco le importaba lo que sus maquilladores tuvieran que opinar acerca de sus marcas en el cuello. 

Notas finales:

El imaginarme a Kai dándole nalgadas a Aoi ha hecho que me descojone de la risa, y también el recordar todo el asunto de Kai y Naoki X'DDDDD
Les digo que esta autora está loca~

Por otro lado, POR FIN TERMINÉ ;A;
Ah, ya puedo irme a morir/dormir en paz.

Teniente, realmente espero haber aportado algo bueno, que me costó bastante XD

Y bueno, nos vemos en el próximo DIK. Sí, hasta el otro año, que ya subí suficiente material como para no pasarme por aquí durante ese tiempo -ajá-.

Gracias por leer, agradecería mucho que pasaran a ver lo demás~

@KarasuSeiko


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