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Mi primer beso. (Rubelangel) por PinketDiana

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Notas del fanfic:

Espero que disfruten leyendo tanto como yo al escribirlo :)

 

El primer beso. 

 

 

 

 

N/A: Bueno, como he estado un tiempo fuera (sin contar con mi viaje) pues... he decidido hacer un One-Shot algo asdfañksdadjf de Rubelangel (y con mención Wigetta -que salió así, de la nada). Espero que les guste y... ¡¡Lo siento, pero es que mi imaginación e inspiración y todas esas cosas.. no se quieren apoderar de mi...!!

 

 

 

 

 

-¡Despierta!- Gritó su madre a Ruben por décima vez. ¿Cuánto tiempo había estado intentando despertarlo?, pues mas o menos quince -malditos- minutos. 

 

 

-Mmmm- Se quejaba en castaño por la molesta luz -junto con los gritos de su madre- que se colaba por la ventana de su habitación. Se removió incómodo en la cama, haciéndole un gesto a su madre como seña de que se había percatado de su molesta presencia y que se iba a levantar, aunque ni él mismo tenía claro cuando. 

 

 

-¡He dicho que despiertes ya!. ¿Has visto la hora que es?, al final Mangel vendrá y tú estarás aquí, sin vestir ni nada... y ya sabes que mal humor tiene por las mañanas- Su madre seguía hablando, pero Rubén se encontraba de nuevo en el mundo de Morfeo, y eso enfadó mucho a su madre. Mucho, mucho. Así que siguió el ritual de todas las mañanas, mientras se preguntaba por qué no lo había hecho nada más entrar en la habitación y se encontró a su hijo dormido y al despertador sonando por tercera vez: Primero lanzó el edredón lejos del cuerpo del chico pálido, después removió las sábanas, encendió la televisión, puso una de las canciones que encontró primero y le subió el volumen al máximo -por eso había recibido varias quejas, pero es que si no había forma de despertar al castaño, y por último, cogió la almohada y empezó a golpearlo suavemente.- Último aviso, como no te despiertes acabarás mojado, como ayer.- Rápidamente Rubén abandonó la cama, y es que su madre realmente seguía sus amenazas. 

 

 

“Ayer me echó solo un vaso de agua, pero hace dos semanas, fue un cubo.”

 

 

-¡¡Ya está!!, ya estoy despierto, mierd...- Se tapó la boca velozmente antes de hablar demasiado, aunque eso no había evitado la mirada acusadora de su madre. 

 

 

-Ten cuidado con tus palabras, Rubén.- Sus palabras fueron duras, como un aviso. 

 

 

-Si mama.- Cuando esta se marchó de su habitación empezó a vestirse lentamente, como cada mañana. Por eso es que llegaba tarde, y al final Mangel acababa enfadado con él, pero como siempre, al cabo de unas horas se le pasaba. 

 

Cuando por fin terminó de arreglarse, bajó a desayunar, y se percató de que alguien aparte de su mama se encontraba en la sala, y nada más darse cuenta de aquello, sus nervios se apoderaron de él, aunque él no entendía nada. Pero esto no era lo único en su cuerpo que cambiaba cada vez que Mangel se encontraba cerca suya, el corazón le latía más rápido, y su estómago de alguna extraña forma se alteraba, aunque nuestro pequeño Rubén lo atribuía a los 10 años que llevaban siendo mejores amigos. Y es que, según él, ¿Qué más podía ser?.

 

 

-Buenos días- Saludó en dirección a Mangel, quién lo miraba directamente, como cada mañana. 

 

 

-Vamos tardes- Dijo seco, aunque eso a nadie sorprendía. Mangel y su pésimo humor en la mañana, era una de las cosas que más resaltaban. 

 

 

Desayunaron juntos, y cuando iban a salir Mangel se volvió hacía Rubén. 

 

 

-¿A qué no le has preguntado a tu madre si puedes quedarte a dormir en mi casa mañana?- Pronto, en el rostro de Mangel se formó una sonrisa burlona al ver como Rubén agachaba la cabeza en señal de que había acertado y se sentía mal.- ¿Ves?, te conozco mejor que tu mama.- Esa sonrisa burlesca se transformó en una dulce. 

 

 

-¡¡¡Mama!!!!- Chilló desde la entrada, aun sabiendo que su madre podría regañarle.- ¿Puedo quedarme mañana en casa de Mangel a dormir?- Como siempre su madre asentía como respuesta, y ante eso Rubén saltó de felicidad mientras apretaba la mano de Mangel en señal de felicidad, aunque ellos ya sabían la respuesta, y es que llevaban años donde o Mangel se iba a casa de Rubén a dormir durante el fin de semana o era Rubén quién se iba a casa de Mangel. 

 

 

-Hasta esta tarde, chicos- Se despidió Laura caminando en dirección a su trabajo. 

 

 

-Adiós mama- Gritó Rubén para después marchar a la escuela junto a Mangel. 

 

 

El camino fue como cualquier otro día normal, entre bromas, planes y risas.

 

 

-Oye, Rubén- Empezó Mangel.

 

 

-¿Qué?

 

 

-¿Quién ha sido tu primer beso?- Esa pregunta no se la esperaba Rubén, por lo que no tenía palabras. Estaba completamente pillado. 

 

 

-¿M-Mi primer beso?- Tartamudeó. Realmente él no había besado a nadie, nunca -o al menos eso creía- le había llamado la atención nadie para pensar en besar. 

 

 

“Bueno, a veces los labios de Mangel parecen apete...”- Sacudió su cabeza para sacar esos pensamientos de esta. 

 

 

-Si, tu primer beso. Ya sabes, juntar tus labios con los de alguien a quién quieres....- La mirada de Mangel era intensa y eso hizo enrojecer a Rubén, al parecer, sin razón aparente. 

 

 

-Bueno... yo...- Le daba vergüenza admitir que nunca había 'entregado' su primer beso. Suponía que Mangel había besado a muchas chicas, así que él debía ser un experto.- ¿Y tú?- Cambió la orientación de la pregunta. 

 

 

 

 

Pero Rubén no recibió de respuesta nada más que un silencio, hasta que por fin llegaron a la escuela. 

 

 

-Buenos días- Canturreó Alex. 

 

 

-Hola- Saludaron a la vez Chetto, Mario, Guille y Samuel. 

 

 

Y caminaron hacia clases, clases diferentes para cada uno de ellos. 

 

 

“¿A cuántas personas habrá besado Mangel?. ¿Será buen besador?”. 

 

 

En el descanso de clases, concretamente a la hora de comer, se sentaron en la misma mesa de siempre, y como era habitual, empezaron a hablar de tonterías, hasta que... 

 

 

-Mangel, ¿Me vas a contestar a la pregunta de esta mañana?- Rubén fue preciso y directo. De verdad que quería una respuesta. 

 

 

De nuevo se hizo silencio en el grupo. 

 

 

-¿De qué habláis?- Preguntó Chetto. 

 

 

-¿Por fin le has preguntad si quiere ser tu novio?- ¡Alex y sus preguntas incómodas!. 

 

 

-¿Qué coño hablas, idiota?- La mirada que Alex recibió por parte de Rubén solo gritaba una cosa: 'Muerte', aunque las mejillas del castaño estaban teñidas de rojo, ya que para ser sinceros, si se había imaginado alguna que otra vez siendo pareja de Mangel, pero rápidamente había descartado esos pensamientos. 

 

 

 

-Entonces, ¿qué le has preguntado a Mangel, y por qué no te quiere contestar?- Preguntó Guillermo intrigado. 

 

 

-Nada, esta mañana viniendo para la escuela, salió el tema del primer beso... y bueno...- Los nervios volvieron a él. 

 

 

-¡¡¡Nunca has besado a nadie!!!- Gritaron todos a la vez, menos el pelinegro. 

 

 

-Yo... bueno...¿¡Y qué pasa con eso?!- Gritó en desesperación.- Quizás... y aunque suene muy gay, no he encontrado a nadie con quién merezca la pena transferirle mis babas- Todos hicieron un signo de repugnancia para luego estallar en carcajadas. 

 

 

-Bueno, si insistes, yo te puedo dar un par de consejos, alguien me ha dicho muchas veces que soy muy buen besador- Apoyó Samuel cogiendo a Rubén y apartándolo de todos. 

 

 

-¿Por qué estás rojo, Guillermo?- Preguntó Chetto. 

 

 

“Maldito Samuel y sus comentarios de más”- Pensó Guille, mientras intentaba relajarse. 

 

 

-Nada, me acordé de una cosa- Contestó seco. 

 

 

El descanso finalizó y todavía quedaban tres largas horas donde los chicos debían asistir a distintas clases, hasta que por fin sonara la campana de la libertad. 

 

 

-¡¡Por fin!!- Gritó Rubén cuando esto pasó.

 

 

-¿Te vienes, subnormal?- Típico en Mangel. 

 

 

-Con gusto, gilipollas- Y ellos dos seguían como siempre.

 

 

De nuevo, el camino a casa fue divertido y a ambos se le hizo muy corto...

 

 

-¿Qué tal los consejos para tu primer beso?- Mangel quería fastidiar un poco a Rubén y... ¿Qué mejor tema que ese?. 

 

 

La puesta de sol llegaba, por lo que aceleraron un poco más el paso o cuando llegasen a casa, iban a ser regañados. 

 

 

-Bueno... yo...- ¡No le gustaba hablar de ese tema!, ¿por qué mierda no tenían un poco de compasión con él?. 

 

 

Llegaron a casa de Rubén, y lo primero que hizo este fue buscar a su madre para asegurarse que su fin de semana en casa de Mangel estaba asegurado y que su madre no se había arrepentido, aunque esto casi nunca sucedía. El castaño sintió una presencia detrás suya de pronto así que no pudo evitar saltar lejos. 

 

 

-¡Me cago en la...!- Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando unos brazos lo abrazaron por la espalda. 

 

 

“¿Qué cojones...?”.

 

 

Lentamente, y con algo de miedo, Rubén se giró para encontrarse con Mangel. 

 

 

-¿M-Mangel...?- Quería preguntarse que estaba haciendo, que por qué lo cogía de la cintura, pero las palabras no querían salir de entre sus labios. El pulso había aumentando mucho más, su corazón latía desbordado y... todo eso pasó a mayores -e incluso podía jurar que sus rodillas se tambaleaban- cuando Mangel lentamente se acercaba a él. 

 

 

-Yo te voy a dar el mejor consejo para ayudarte con tu primer beso- Y sin más, la distancia que había entre ellos se desvaneció, despertando nuevas sensaciones en ambos jóvenes. Era un beso corto y casto, pero a la vez lleno de cariño y amor; el amor que ambos chicos tenían escondido en su interior por miedo a perder al otro. 

 

 

-Wow- Se sorprendió Rubén contra su voluntad. Estaba colorado y todas las sensaciones que el beso había despertado aun estaban muy presentes. 

 

 

-Por cierto, este también es mi primer beso- Y tras un guiño salió por la puerta dejando a Rubén paralizado. Había besado a su mejor amigo. Su corazón parecía querer salirsele del pecho, al igual que su pulso. Estaba temblando y terriblemente nervioso. ¿¡Qué pasaba con él?!. 

 

 

Pero, aunque todo esto lo tenía terriblemente confundido -aunque con el tiempo, esas dudas se disiparían- solo tenía una cosa clara, y gracias a la frase que su madre le había dicho. 

 

 

'Cuando una persona te permite darle su primer beso, significa que os pertenecéis, porque así lo habéis elegido. No lo olvides, y dale tu primer beso a la persona que mas quieras'.

 

 

Y podía jurar que eso había hecho, ya que aunque no entendía todas esas extrañas cosas que pasaban con él, si sabía que Mangel era la persona que más quería. 

 

 

“¿Entonces, yo le pertenezco y... él me pertenece a mi?”.

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer <3


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