Taekwoon se despierta con el sonido de su propio gemido, bajo y sin respirar. Se siente como si estuviera despertando de un sueño mojado muy intenso, excepto porque resulta que no es un sueño del todo, aún puede sentir la increíble y caliente humedad en su miembro y joder -
Abre los ojos para encontrar a Hongbin entre sus piernas, totalmente desnudo, su mano envuelta alrededor de su sexo mientras hace círculos con su lengua en su glande y luego lo toma todo con la boca, chupando con suavidad. Taekwoon se levanta apoyado en su codos, y Hongbin se aleja para sonreírle maliciosamente con los labios mojados y brillantes por la saliva y el pre-semen. Taekwoon gruñe, "Hongbin" .
Hongbin le da a su miembro algunas suaves caricias y luego se agacha para seguir lamiéndolo lentamente, saboreándolo, su lengua presionando contra su hendidura.
Taekwoon sisea, y Hongbin vuelve a sonreír. Acomoda su boca en la cabeza y chupa, suave primero y luego con más fuerza, lo que marca los hoyuelos en sus mejillas para luego bajar sus labios por toda su extensión, centímetro a centímetro.
Sus ojos se aguan cuando el glande llega a lo más profundo de su garganta y lo engulle, los músculos de su garganta trabajando alrededor de Taekwoon, y se siente fantástico. Luego regresa a su boca y balancea su cabeza de arriba a abajo, chupando a Taekwoon y engulléndolo nuevamente al llegar a la base. Taekwoon puede sentir el calor crecer en su cuerpo, está cerca, así que separa a Hongbin de sí, limpiando sus labios con el envés de su mano mientras trepa sobre él.
"¿Quién dijo que estaba bien parar?", Taekwoon respira, pero Hongbin solo sonríe y se inclina para besarlo. Luego de ese trato Taekwoon no se siente especialmente cooperativo, así que presiona sus dedos en los labios de Hongbin, sin embargo al menor no le importa. Su lengua sale a lamerlo antes de abrir toda su boca y deja que Taekwoon se deslice dentro. Chupa sus dígitos con felicidad haciendo círculos con la lengua y Taekwoon suspira: ese chico es en serio demasiado talentoso con su boca. Saca sus dedos e inmediatamente Hongbin se inclina a besarlo, con éxito esta vez, su boca ansiosa y abierta para él. Taekwoon rueda sus manos por su espalda y luego desliza los dedos por su trasero tan solo para notar que está todo embarrado de lubricante. Hongbin sonríe contra sus labios.
"Cuando me desperté vi que tenías una erección matutina", susurró rompiendo el beso, "Y pensé que sería un desperdicio no ponerlo dentro de mí".
Taekwoon se quedó sin aliento. Apretó el trasero de Hongbin, y lo hizo con un poco de fuerza pero al menor pareció no importarle, así que lo besa de nuevo, caliente, mojado y hecho un lío. Y a pesar de todo el menor parece bien elástico.
Taekwoon empuja sus dedos dentro de él porque sabe lo mucho que al otro le gusta. Ellos (sus dedos) entran con felicidad, sus calientes y manchados músculos aprietan, y Hongbin gime dentro de su boca y lo empuja aún más sin vergüenza.
"Taekwoonnie", jadea, su caliente respiración en la mejilla del mayor. "Te necesito adentro... ahora."
"Móntame", susurra Taekwoon, ondeando sus dedos dentro de él antes de sacarlos y Hongbin tiembla.
"Dios... sí."
El menor monta las caderas de Taekwoon, posicionándose a sí mismo sobre su miembro, mordiendo su labio, concentrado mientras lentamente lo guía a su entrada.
Taekwoon observa cómo va desapareciendo toda su extensión en ese estrecho agujero y siente las paredes de Hongbin apretándolo alrededor mientras baja sobre él hasta quedar totalmente colocado sobre sus muslos.
"A-ah...", gime Hongbin, sus ojos cerrados, revelando lo que se siente tener esa dureza enterrada dentro de él, abriéndolo. "Se siente tan... bien", sus manos se sujetan a la camiseta de Taekwoon mientras lo aprieta contra su estómago para establecerse.
"Kongie...", Taekwoon jadea, levantando con fuerza sus caderas antes de forzarse a sí mismo a mantenerse ahí por un momento. Hongbin libera un pequeño y necesitado sonido, y lentamente se levanta un poco para volver a caer, y así una y otra vez.
Taekwoon toma sus caderas y Hongbin se levanta sobre él nuevamente. Esta vez Taekwoon está casi fuera de él. El menor de sienta nuevamente, abrazándolo con su estrecha calidez, aún jadeando ahogadamente y temblado. Es un poco... demasiado.
Taekwoon aprieta su trasero y luego acaricia con sus dedos su entrada, estirada y completamente llena de él. "Qué estrecho...", dice deslizando la punta de uno de sus dedos a lo largo de su sexo, y Hongbin lloriquea.
"Hyung..."
"Muévete, Kongie..."
Taekwoon sacude un poco sus caderas y Hongbin toma una bocada de aire para moverse arriba y abajo una vez más, llevando un ritmo estable que lo hace rebotar en el miembro del mayor y haciendo desvergonzados quejidos desde el fondo de su garganta.
"...Tan lindo." Taekwoon respira y Hongbin baja la mirada hacia él. Los ojos cegados por el placer, los labios partidos mientras los gemidos salen de ellos, sus movimientos ahora son erráticos.
Enrolla sus dedos en la camiseta de Taekwoon mientras arquea su espina dorsal en una pequeña curva, por lo que se recuerda aún más sobre él, aún moviéndose.
"Ah...Hyung, por favor", dice. Un pedido desesperado en su voz. Y Taekwoon sabe perfectamente lo qué está pidiendo. Hongbin es siempre así, cuando se trata de sexo es muy seductor y seguro de sí mismo al principio, pero una vez metes tu miembro en él, pierde totalmente el control y es capaz de hacer esos gemidos, retorcerse de placer y suplicar por más. A Taekwoon, sin embargo, no le importa. Lo coge de los muslos y los separa incluso más, hundiéndose más en su cuerpo, presionándolo con más profundidad en cada movimiento. Luego empieza a embestirlo hasta encontrar el ángulo correcto para llegar a su próstata, y Hongbin chilla y lo abraza con fuertemente, temblando.
Es un poco abrumador, caliente y estrecho, y hay mucho más lubricante y pre-semen que cada vez cogen, por lo que hay un mojado y sucio sonido. Se escucha a sí mismo carraspeando mientras Hongbin lo sigue a su ritmo, follándose a sí mismo sobre él, y saben que no serán capaces de durar mucho más. Les toma tan solo unas cuantas embestidas más y se está viniendo, arqueándose de placer mientras dirige sus dedos a las caderas de Hongbin que pronto le sigue, cayendo sobre él, llenando sus oídos de cortos, dulces y jadeantes respiros.
Se recuestan así por un rato, sus respiración gradualmente relajándose, la luz de la mañana iluminándolos a través de las persianas, haciendo que Taekwoon se frote los ojos.
"Bueno, eso fue genial", murmura Hongbin, levantándose un poco para regalarle una sonrisa a su amante y luego darle un suave beso en los labios. "Buenos días, hyung".